Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¡Ups! Lo volví a hacer

 "Cuando eres joven nunca conectas la lengua con el cerebro y actúas como idiota” eso decía mi abuela Leah cuando mi prima Maya contaba secretos o decía chistes con demasiado humor negro.  Y bueno eso me acaba de pasar a mí que no conecte mi lengua con mi cerebro

Francis y Miranda me miraban esperando a que yo terminara de hablar, pero al ver sus caras yo sabía que ambos habían notado que yo metí la pata.

—Anda, chica. Continua. —Los labios rojos sonrieron —¿O acabas de meter la pata? —dejó de sonreír para quedarse pensativa. —¿O no me digas que tú y él eran novios?

—¿Qué? —Chasqueo mis dientes frunciendo mi ceño. —Como se te ocurre. Nada que ver.

"Si lo único que ha hecho William a sido humillarme y decirme que soy un terremoto de pedos" pensé 

Francis se cruzó de brazos y me miró como un amo mira su gatito que rasguño los sillones.

—¿Y por qué te has quedado callada, Tara?

Por ver la cara que tenia el chico de tez blanca sabia que algo estaba mal. ¿Acaso esta pensando lo mismo que dijo Miranda?

—Porque… no lo sé. Porque estoy enamorada de él.

¡MENTIRA! ¡IDIOTA! ¡QUÉ HAS HECHO! ¡Abandonar misión!
 
—¡¿Estas hablando en serio?! —se queja Francis tan sorprendido como Miranda.

Era divertido ver a los hermanos con el mismo gesto, con la misma mano en la cintura y con la misma boca abierta. Es como ver a Francis más pequeño y delgado, con tetas y con una vagina. Solo los labios de Miranda eran más gruesos que los de Francis que apenas parecía tener boca.

—Tara. Yo pensé que te gustaban los chicos buenos como yo. — señaló el pelinegro. —Eso no me lo esperaba, eh. —Se muerde el labio inferior justo antes de llevar su mano y cubrir casi toda su cara.

—Esto es tan repulsivo, Tara. ¡Ese chico es un idiota! Muchos hombres son idiotas, pero William les gana a todos. —Miranda miró a Francis y prosiguió —y también me hermano es idiota por enamorarse de chicas idiotas.

—¿Le estas diciendo idiota a Eva, a la mejor amiga de Tara?

—Ella ya no es mi amiga. —corregí de inmediato.

 Fran quitó su mano grande de su rostro para mírame con incredulidad.

—Pero ella dice que fuiste tú la que fue grosera con ella. —dijo Francis sentándose al lado mío.

Rodé los ojos molesta por el siempre hecho de que ella siempre se hacia la víctima.

—Ella siempre dice lo que lo que le conviene. —intervino Miranda que se encogía de hombros, restando importancia a la conversación.

Lo más seguro es que Miranda no le había contado a su hermano mayor el encuentro que tuvimos con Eva días atrás.

Buon pomeriggio, bello. —la voz arrogante de William había arruinado el momento de la charla con los hermanos Lemart.

El rubio entró con altanería a la cocina; le guiñó a Miranda, sonrió a Francis y a la gorda la ignoro. “Maldito, hijo de la mierda de recién nacido” Pensé cuando William le daba un golpe a Fran en el hombro.

—No sabia que tenias mascota, Fran. —El pelinegro tienen ganas de reírse, pero no lo hace.

Se levantó de la silla y tomó al rubio del brazo delgado.

Si supieran que ambos se cogen a la misma chica.” Pensaba, sin querer mirar a nadie en específico.

—Bien. —suspiró Mirada —Tara, dejemos que la mierda se junte con las cloacas y vamos a mi cuarto.

Vaya, vaya. Al parecer Miranda lo detesta tanto como yo.

Las dos nos levantamos y nos fuimos para la habitación de la chica.

*******

Pov Francis.

Ya eran las ocho de la noche y no habíamos parado de jugar a la play. William era muy malo en futbol y yo siempre le ganaba como por cuatro goles.

Ya era de noche y Tara aun no salía del cuarto de mi hermana, llevaban ya cuatro horas de estar riéndose de sepa qué. Por alguna razón la amiga de mi hermana me daba ternura. No eran sus cachetes, ni sus labios rosados, sino eran sus ojos. Tara  tenía pestañas hermosas pero no tenia una nariz perfecta pero su mirada era como entrar a un abismo misterioso y melancólico. Tenía ganas de conocerla y meterme en ese abismo extraño.

Les seré sincero, la verdad es que si sentí medio feo cuando me di cuenta de que estaba enamorada de William.

¡Venga!, ninguna chica como Tara merece enamorarse de un estúpido como Kennedy.

Miró de reojo a William y solo ver como se sacaba mocos y los dejaba en su pantalón me daba decepción de verlo.

—Hermano…—aclaré mi garganta con timidez. —¿Te puedo contar algo?

William me volteo a ver, con un quesito en los labios y asiente con la cabeza.

—Pero por favor no quiero que seas tan hijo de puta. ¿Vale?

—¡Ya! Francis. Pareces tener vagina en vez de huevos. —resopló antes de darle un sorbo a su cerveza.

—Creo que Tara esta enamorada de ti. —le solté mirándolo de medio lado.

Para qué lo hice. El rubio me miró levantado una ceja sin creer nada de lo que le acaba de decir.

—¿Qué? No me digas que ahora la gorda tiene un crush fuerte por el chico badboy. —se ríe sin gracia. —No seas, idiota Francis. Esto no es ninguna novela ni mucho menos una película estúpida. —negó varias veces.

—Es la verdad, hermano. La gordita esta enamorada de ti y hoy le dijo que mi hermana. —le confirme.

—Si es verdad…—Hace una pausa para seguir jugando play. —debes saber que me vale mierda lo que ella piense de mí. Yo no me voy a enamorar de ella ni aunque me obliguen a hacer una apuesta.

—Deberías de invitarla a la fiesta de fin de año. —le insistí solo para saber si él también pensaba lo mismo que yo sobre los ojos de la chica.

—¿Y qué ganare? Por favor, hermano. Si lo único a lo que le puedo sacar provecho a esa gordita son sus tetotas —dijo sin ninguna pauta.

—¿Acaso no has visto lo bonita que es su mirada? Seguro si le hablas podrá hacerte un chico noble. —bromee dándole un golpe en el hombro derecho, pero William solo me ignoró.

A continuación, la castaña sale del cuarto de Miranda, cerrando la puerta detrás de ella con mucho cuidado.

Me levanté del sillón preocupado porque no vi a mi hermana salir con ella. Tara me miró y me sonrió. No dijo nada hasta que estuvo cerca mío.

—Quedó dormida. No la quiero despertar. —me susurra, queriendo ocultar su abdomen con el bolso. —Cuando se despierte le dices que mañana la llamó. —ni siquiera voltea a mirar William.

—¿Tienes con quién irte? —pregunté dándole espacio para que pase por la sala.

—Me iré caminando, Francis. Gracias.

—No, no. Deja y yo te acompaño. No sabes como se llena la calle de hombres sin cerebro a estas horas. —sonrió agarrando mi abrigo que colgaba del sofá. —Vengo dentro de media hora. ¿Vale?

El rubio asintio sin mirarme, muy entretenido en su celular.

—Trae más cervezas. —entendí saliendo con Tara de la casa.

Confío lo suficiente en William y sé que no le haría daño a nadie al que yo ame. Por eso es mi mejor amigo ¿No? Con William dejaría hasta el amor de mi vida en brazos.

¡Oh, vamos! Tampoco así. No quiero que piensen que soy cursi.

Había batallado la castaña para que me dejara acompañarla, pero al final cedió porque le rogué que no me perdonaría si le pasara algo.

Ahora íbamos los dos en un jodido silencio incómodo. Tara parecía morderse los labios cada que cruzamos la calle y yo parecía querer hablar, pero no me animaba. La chica iba tranquila, pero estoy seguro de que en su mente maldecía en haberme dejado venir con ella.

*****
P

ov Tara

¿Qué alguien me explique por qué cojones deje que este baboso me dejara a dejar a mi casa?

1.NO ES MI NOVIO

2.NO ANDAMOS DE UNA CITA

3.NO SOY NI SU CRUSH PARA QUE ME VENGA A DEJAR.

—Si quieres me puedes dejar aquí, Francis. Mi casa es aquella de portón. —señale con mi mano libre.

—Te dije que te venia a dejar hasta la casa. Y aun no llegamos y hay mucho idiota suelto—me sonrió de medio lado.

La primera o el primero que me diga que nos shippea nos agarramos a golpes aquí mismo.

—Gracias, pero no creo que los hombres vean linda a una chica como yo.

—Eso es lo más idiota que he escuchado, Tara. —se detuve y yo me detengo con él.

—Un violador, agresor, asaltante o proxeneta no le va a importar si eres delgadita, gordita, morenita, blanquita. —me reprendió. —Cuando eres una mujer sola, joven y a estas horas de la noche no creo que a los enfermos les importe eso.

—Solo fue una broma, Francis. No hace falta que seas tan duro. —me sonrojé levemente de la vergüenza.

—Eso no es de bromear, Tara. —volvió a caminar despacio.

¿Ya les había contado que Eduardo vivía cerca de mi casa? Bueno, pues ahora lo saben.

 El mayor estaba sacando la motocicleta del garaje, iba solo y llevaba casco. Me miró y me sonrió, hasta que sus ojos se hicieron más pequeños.

—Tara. No sabia que tenias novio —dijo Eduardo mirando a Francis de arriba abajo atraves del casco.

Me removi incomoda, nerviosa y asustada, no sabia que hacer ni que responder. Eduardo lo notó y se quitó el casco para después cepillarse el cabello con los dedos.

—Ella no es mi nov…

Bueh, bueh. Lo que voy a hacer a continuación es lo más estúpido que verán en esta historia. Pero no pueden juzgarme solo porque voy a besar a Francis en la boca.









Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro