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-¿Cami?-Pregunto la pelirroja entrando al baño de chicas. Miro las puertas rayadas con groserías o canciones de bandas y se dio cuenta que una de ellas estaba cerrada, se acercó un poco más y pudo escuchar un leve llanto.-Oh cariño, no tienes que estar sufriendo así.
-Ve-vete.--Se escuchó decir a la peli-verde con voz gangosa.
-No, no lo haré, se que se siente muy mal cuando te humillan frente a tantas personas y mas aun cuando esas personas son nuestros estúpidos compañeros de clase, pero si vas devuelta todo-
-¡No es por eso maldita sea!
La pelirroja calló de inmediato, Cami nunca perdía la compostura de ese modo, tal vez en el pasado podrías verla llorar (como en ese momento) o soltar fuertes carcajadas, pero nunca levantar la voz de aquella manera a nadie. Esta salió finalmente del cubículo algo apenada.
- Lo-lo siento, no fue mi intención gritarte, la verdad es que estoy...estoy pasando por muchas cosas malas en este momento.Lo que pasó...lo-lo que pasó fue, ammm--Expresó nerviosa y con la voz algo distorsionada por las lagrimas, esperaba algún regaño o queja por parte de Abby cuando sintió unos brazos alrededor suyo otorgándole es cálido abrazo que no dudó en corresponder.
-Shhh, no tienes que explicarme nada, solo desahogate.
Fuertes llantos se escucharon en el baño de chicas luego de que esa oración fuera pronunciada. Mientras Cami dejaba salir toda la frustración acumulada en su pecho, la pelirroja acariciaba su espalda pacientemente soltando una que otra lagrima.
Pasado un tiempo la oji-rubí logró calmarse, la mas alta de ambas le ofreció irse de la escuela y pasear un poco por la ciudad, y aunque sabía que se metería en problemas con sus padres después el alivio de imaginarse librada de las miradas burlonas de sus compañeros y la de desagrado de Freddy pudo mas que su sentido común, por lo que aceptó la propuesta de su nueva amiga.
Ambas salieron del lugar en el recreo con las mejillas rojas a causa del llanto y un leve rastro de sudor (en el lugar hace demasiado calor), ganando así una que otra burla insinuando que habían hecho cosas inapropiadas en el baño escolar.
Por suerte Cami no se dio cuenta de ello y Abby hacía todo lo posible para evitar que lo hiciera.
Ambas chicas llegaron al aula casi vacía de clases, donde la única persona en esta era el profesor Golden quien hablaba por teléfono.
--Ya te dije Fox, tienes que buscar bien.-La voz del profesor se escuchaba tanto cansada como divertida.-Si te digo que lo puse en el escritorio es por que está allí... Pero que esposo tan inútil me he conseguido...¡Jajajaja! Ya, ya era un chiste, relajate ¿Sí?-Al parecer la persona con la que estaba hablando, o mejor dicho, su esposo, le comento algo para nada divertido ya que la expresión del rubio cambió al igual que su voz.-Agh, esta bien, te llevaré pudín como compensación. Bien, también te amo, adiós.
Las chicas entraron completamente al salón, sorprendiendo así al mayor.
-¡Cami! ¿Como te sientes, te encuentras mejor?-La preocupación se teñía en su voz y eso le causaba mucha ternura a la joven.
--Si señor, muchas gracias por preocuparse por mi, le prometo que esto no volverá a ocurrir.
-No te preocupes por eso. Les enviaré la clase de hoy por correo y no les coloqué la inasistencia de mi clase de hoy.-Comentó tranquilo Golden.-¿Me quieren preguntar algo en particular?
-En realidad le queríamos informar que nos iremos mas temprano. Cami se siente algo cansada y quiero llevarla a distraerse un poco.--Respondió Abby-¿ Será que le podría decir a la profesora Toddy que tuvimos un inconveniente y nos tuvimos que retirar?
--Por supuesto, vayan tranquilas.
Ambas tomaron sus mochilas y salieron de la institución bajo la mirada de varios compañeros.
Sorprendentemente Cami se la pasó muy bien, Abby la llevó a varios lugares de recreación como juegos de maquinitas, al cine e incluso a un pequeño bar (aunque solo fueron a visitar a un amigo de la pelirroja) y por ultimo a la feria, donde la peliverde ganó múltiples juguetes. Uno de ellos llamó la atención de la mas alta.
-¿Ese fue el que ganaste en el ultimo juego?
-Si, en realidad quedé de segundo lugar y el señor me dio este-Contestó la de ojos rubí mientras le mostraba el peluche, este era un osito café con ojos de botón de diferentes colores, uno azul celeste y otro negro. Cami observó el peluche con nostalgia, le recordaba a cierto individuo que lo más probable es que le tuviera un horrible odio.
-Cami, si no lo quieres me lo puedes dar a mi.
-¿Eh?
La pelirroja le obsequió una dulce mirada-Sé que te recuerda a Freddy.Sabes, tal vez deberías...olvidarlo, olvidar a Freddy.-Abby tomó una pequeña pausa para que le fuera mas fácil a la contraria entender su punto de vista.-Es muy duro, que un amigo con el que te llevabas increíble y pasate con el muchas experiencias de repente deje de hablarte, te ignore o incluso use tus mayores debilidades para atacarte, pero lo mejor que puedes hacer es seguir adelante.-Abby tomó las manos de la peli-verde.-Las amistades a veces no duran para siempre, y eso está bien, ¿Si?
Se hizo un pequeño silencio hasta que Cami alzó la mirada hacia la mayor, sus ojos se encontraban cristalizados y a pesar de ello le regaló una hermosa sonrisa a la pelirroja.
-Tienes razón.-Cami le entregó el peluche a Abby mientras soltaba un suspiro-Ya es hora de que deje de aferrarme a él.
-¡Así se habla!
Ambas se dieron un fuerte abrazo, transmitiendose un fuerte cariño, un lindo y puro mensaje de "ya no estarás sola nunca más"
El día estaba concluyendo ya, Abby le preguntó a la menor si quería que acompañara a su casa, pero esta negó. Un paseo en completo silencio le venía bien en ese momento. La pelirroja se despidió de su nueva amiga y cada quien partió rumbo a su hogar.
Por primera vez en mucho tiempo Cami llegó a su casa sin la mirada cabizbaja y con hombros caídos, y eso le había agradado mucho. Oficialmente hoy había sido un muy buen día.
Cerró la puerta y avanzó por el pasillo. Estaba apunto de ir a su habitación cuando un delicioso aroma inundó sus fosas nasales. Sorprendida corrió rápidamente a la cocina mientras dejaba su mochila tirada en el piso, llegó al lugar encontrándose con una alta figura de espaldas.
-¡Papá!
El mencionado se volteó sorprendido.Una enorme sonrisa surcó sus labios al ver a su primogenita abrió sus brazos, esperando a que la menor le abrazara, y no tuvo que esperar mucho.
El peli-naranja y la peli-verde se fundieron en un fuerte abrazo, no se habían visto en casi un mes (ya que el oji-ambar se iba muy temprano y regresaba tarde a casa)
Cami se corregía totalmente ¡hoy era el mejor día de su vida!
Tal vez las cosas ya estaban yendo para mejor.
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