Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2: La pareja feliz.


Adam me dejó en la puerta del hotel, donde desde hace tres días, me hospedaba junto a mi familia. Era un hotel de lujo, refinado, donde apenas puse un pie, todos miraron mi desarreglado vestido de arriba abajo.

Se fue sin decirme una palabra, al parecer tenía prisa y no muchas ganas de conversar conmigo. El viaje en auto fue uno de los momentos más incomodos de mi vida. No quise darle más vueltas al asunto, no entendía su actitud, pero teniendo en cuenta que apenas lo había conocido la noche anterior, era comprensible. No es como si me debiera algo solo por haberse acostado conmigo y arrebatarme mi virginidad.

Con un gran suspiro, avergonzada por mis pensamientos, ingresé al hotel, saludando al botones. Tenía el absurdo pensamiento de que todos podían notar lo que había pasado la noche anterior, por lo que solo me hice pequeña mientras ingresaba al elevador.

Mis padres se encontraban en la habitación de enfrente, mientras que Ethan dormía en la habitación contigua a la mía. Apenas y nos habíamos encontrados en los días que llevábamos en la ciudad. Yo había estado huyéndole a mi familia. ¿La razón? No me sentía cómoda en este lugar. No me sentía cómoda fingiendo que éramos una familia feliz y unida.

Podía fingir otros días, pretender que las cosas no se estaban derrumbando a mi alrededor. Pero no últimamente. No desde que mi hermana casi pierde la vida en accidente de tránsito, no desde que comenzaba a ver a mi alrededor, sin saber en quién podía apoyarme.

Abrí la puerta de mi habitación y me lancé a la gigante cama, rebotando como una niña pequeña. Disfruté de mi tiempo a solas para pensar y poner en orden mis ideas.

No había hecho nada malo, sólo me había emborrachado y lo más probable es que no volviera a ver a ese tipo en mi vida.

No había nada de lo que preocuparme.

Al cabo de unas horas tocaron a mi puerta. Fui a abrirla con desgana, arrastrando los pies. Había estado aprovechando las horas para dormir un poco, por lo que bostecé en el camino. Me recibió el usualmente serio rostro de mi hermano mayor, quien me miró de arriba a abajo apenas le abrí. Sus ojos eran tan verdes como los míos, pero los suyos parecían esconder los secretos del universo. Ethan era muy serio, pero había tanta calidez en su seriedad.

—¿Por qué no estás lista?

—¿Lista para qué? —pregunté confundida.

—Para ir al hospital, Hannah. No hemos sabido nada de Alissa aún y estoy preocupado. Ya van tres días desde que cayó en coma.

Alissa, todo siempre se trataba de Alissa.

No es que la odiara, por supuesto que no. Amaba a mi hermana, pero no podía evitar sentirme un rencorosa al pensar en ella.

Me había abandonado a mi suerte.

Mientras ella era libre y feliz en otra ciudad, yo me había quedado en manos de mi madre. Y ella sabía mejor que nadie quién era Charlotte Hart y lo que era capaz de hacer.

¿Rencor? Sí, puede que le tuviera un poco de ello.

Aún así, me preocupaba por ella. Aún así, me angustiaba que no despertara.

—Estaré lista en diez minutos —dije de mal humor, comenzando a buscar que ponerme.

La ropa era mi pasión. Me encantaba combinar estilos, crear tendencias. Me gustaba innovar cada día, por lo que muchas veces le puse mi propio toque a mi ropa. Llegué a diseñar un par de vestidos para las pasarelas, aunque no me gustaría dedicarme al diseño, era algo que podía tomar de hobby.

Después de colocarme un jean oscuro y una camisa blanca, procedí a colocarme unas sandalias altas. No por tener que ir a un hospital debía lucir mal, aunque si traté de verme sencilla.

Me encontré con Ethan en el pasillo, ambos nos encaminamos al elevador en silencio.

—¿Dónde estuviste anoche?

Su pregunta me tomó por sorpresa. No se escuchaba molesto, sólo un poco curioso sobre lo que estaba haciendo. No podía decirle "Oh, ya sabes, fui a una discoteca y perdí mi virginidad con un desconocido, lo usual. ¿Qué tal tu noche?"

—Salí con algunas chicas del instituto. Algunas vinieron aquí apenas nos graduamos, hacía mucho tiempo que no las veía.

—Eso está bien. ¿La pasaste bien?

—Sí, podría decirse que sí.

Más de lo que debería admitirle a él, por supuesto. Ethan no era un hermano celoso, pero si era muy protector. Le gustaba estar atento a mi vida, por si llegaba a necesitar de su ayuda.

Nos subimos a un taxi rumbo al hospital en una charla amena. Mi hermano y yo éramos muy distintos, pero nos llevábamos bien. Él era tan serio, mientras que yo era una pequeña siembra de risas.

La perfecta combinación. El ejemplo de que los opuestos se atraen, se complementan. Ethan era todo lo que yo no, y yo era todo lo que él no.

Llegamos justo al mediodía al hospital, por lo que sentí mi estómago gruñir. Apenas y había tocado la comida que Adam había cocinado para mí, por lo que el hambre estaba volviéndome loca.

—¿Podrías traerme un café, E? —le hice ojitos con la esperanza de que cayera ante mis encantos.

—¿Por qué no vas tú? —rezongó, sin muchas ganas de hacer el papel de esclavo conmigo.

—Estoy hambrienta, sabes que apenas y funciono cuando estoy hambrienta.

Escuché su gruñido justo antes de que él se diera vuelta, rumbo a la cafetería. Ethan podía lucir frío y serio, pero en realidad siempre hacía lo posible por consentirme. Aunque a veces le gustaba hacerse el difícil.

Mientras tanto, yo subiría a ver el estado de salud de mi hermana.

Caminé arrastrando los pies hasta su habitación, pero me congelé cuando escuché voces detrás de la puerta. Iba a irme por donde vine, cuando reconocí una voz. Era la misma que había escuchado en la mañana, la misma voz de la persona con la que me había acostado y juré no volver a ver.

—Por favor, Allie. Tienes que volver con nosotros. Cada segundo que pasas dormida, es una total tortura para mí. Necesito ver tus hermosos ojos, escuchar tus consejos, estoy totalmente perdido sin ti. Te necesito, preciosa.

No.

Eso no podía ser cierto.

¡Me había acostado con el novio de mi hermana!

Me llevé una mano a la boca, la sorpresa congelándome frente a la puerta. No entendía nada, pero tampoco quería averiguarlo.

Decidí que lo mejor era irme, del hospital, de la ciudad. No volvería a pisar este lugar en mi vida. Nadie podía enterarse de ello.

Sin embargo, justo cuando estaba volteándome para emprender mi rumbo, la puerta se abrió, revelando a un hermoso y apetecible doctor.

El uniforme le queda, pensé, aunque luego me sentí mal por ello.

—¿Hannah? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Estás siguiéndome? —Adam lucía enfadado, su ceño fruncido, la confusión marcando su rostro.

—¿Qué? ¡No! ¿Qué rayos pasa contigo?

—¿Qué estás haciendo aquí? —repitió con enfado.

Oh no, él no lo hizo.

Sentí como mi propio enfado le ganaba a mi cordura. Me acerqué a él y le clavé mi dedo en su pecho mientras le susurraba:

—¿Yo? ¿Qué haces tú aquí? ¿Qué hacías en la habitación de mi hermana?

Sentí satisfacción al verlo palidecer. Parpadeó continuamente, como si no pudiera entender mis palabras. Mis palabras lo golpearon, dejándolo atónito. ¿Dónde quedó tu enfado, Adam?

—¿Tu hermana? —balbuceó.

—Sí. Soy Hannah Hart, mucho gusto en conocerte —la acidez en mi voz solo logró ponerlo más nervioso.

No era mi culpa. No sabía que él estaba con Alissa. Entonces, ¿por qué me sentía tan mal? ¿Por qué la culpabilidad me mataba? ¿Por qué me sentía como la peor hermana del mundo?

No me entendía, quizás era una cuestión de moral. Yo podía actuar como una perra, pero no lo era. Hasta este momento...

Oh, rayos. Mi hermana iba a odiarme.

—No, eso no es posible —negó con la cabeza repetidas veces.

—Dime, ¿qué se siente acostarse con la hermana de tu novia? —lo ataqué sin pensar. No sería la única que se sintiera mal, no sería yo quien se sintiera culpable. Yo no tenía idea de que él tuviera novia, pero él sí.

Adam sabía que estaba con alguien más al momento de acostarse conmigo. Era él quien debía sentirse de la manera en la que yo me sentía. El error, debía pagarlo él.

Él me miró con horror, como si finalmente hubiera caído en cuenta de ello. Se fue sin decir una palabra, caminando apresuradamente hasta el elevador.

Me dejó con un mal sabor en la boca, pero no intenté ir tras él.

Entré en la habitación de Alissa por primera vez. No había querido ir al hospital porque no sabía cómo sentirme respecto a ella.

Verla a ella, quien siempre fue tan rebelde y altanera, postrada en una cama sin reaccionar, fue un golpe duro. Su rostro relajado, su cabello teñido de negro estaba desparramado en la camilla. Los monitores hacían ruidos molestos, pero los ignoré lo más que pude. Estaba tan... inmóvil.

Me senté en la pequeña silla que se encontraba a su lado, posiblemente la misma donde se encontraba Adam minutos atrás. Le tomé de la mano, permitiéndome derramar un par de lágrimas.

Por más rencor que le tuviera, ella era mi hermana y yo la amaba. Me dolía tanto verla así, tan dócil, tan en peligro.

—Hey, Al. Seguramente no pensaste que nuestro reencuentro sería así, yo tampoco —comencé a hablar, sin importarme lucir ridícula—. Ya no soy una niña, estoy estudiando para ser administradora. Me he enamorado. Y tú no estuviste allí para verlo. Tampoco para molerlo a golpes cuando me rompió el corazón.

No hubo reacción más que de las máquinas que la monitoreaban.

—Me convertí en una mujer. aunque no una de la que te sentirías orgullosa. Creo que me acosté con tu novio —le confesé, temiendo que abriera sus ojos y se diera cuenta de mis lágrimas, de lo que había hecho—. Te juro que fue sin intención, no tenía la menor idea de que era tu novio. Lo siento tanto, Al. Espero que algún día logres perdonarme.

Pasé unos segundos en silencio, meditando. No sabía cómo reaccionaría ella al saber lo que había hecho, quizás me odiara.

Quizás lo mereciera.

No era mi culpa, me repetí una y mil veces. Yo no sabía quién era él al momento de acostarme con él, de hecho, ni siquiera podía recordar mi primera vez.

—Tres malditos siglos para darme un estúpido café bajo en calorías —irrumpió Ethan de malhumor en la habitación del hospital—. Menos mal que no son ellos quienes se encargan de los pacientes.

Su histeria me hizo soltar una pequeña carcajada. Su rostro se suavizó cuando notó que estaba tomando la mano de Alissa entre las mías. Como si hubiese notado que había estado llorando, me acarició con suavidad en los hombros, reconfortándome.

Ahí estábamos, los tres. Quizás uno de nosotros estaba debatiéndose entre la vida y la muerte, pero al menos estábamos juntos.

Por un instante, volvimos a ser eso que fuimos, pero que ya no podríamos ser nunca más.

Los niños crecían, eso era algo que yo tenía muy claro.

Pero Alissa estaba muy lastimada, Ethan se encerraba en sí mismo y yo disfrutaba fingir ser alguien más, alguien que fuera digna de ser hija de Charlotte.

—Estará bien, ella es fuerte.

—Por supuesto que estará bien.

Lamentablemente, no podía decir lo mismo demí.



¡Hola, hola! 

¿Qué les va pareciendo la historia? Yo cada día la amo más. 

¿Odian a Hannah? ¿A Adam? 

Yo confieso que estoy enamorada de esta pareja. Cometen errores y aman con honestidad, para mí, son los mejores personajes que he creado hasta el momento.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro