CAPÍTULO 1
—Sé que estás muy ocupado acosando a esa parejita, pero ¿serías tan amable de prestarme atención?
Jimin elevó la mirada al cielo y luego observó a su amigo, quién trataba de contener la risa.
—Primero: no acoso a nadie. Segundo: si es para hablarme de la idiota de Yong Sun¹, no me interesa.
En cuanto escuchó sus secas palabras, SeokJin perdió su sonrisa
—¡Hey, no le faltes el respeto a mi amorcito!
—Seok, ni siquiera te conoce.
Jin se indignó todavía más, pero no pudo replicar a eso. Su mejor amigo lo había dejado sin palabras. En momentos así se preguntaba por qué era amigo de alguien tan cruel como Jimin. Pero después recordaba la bolita de arroz que solía ser y se le pasaba. Quien diría que solo hacía falta entrar a la adolescencia y poner a pésimas personas en tu camino, para que una persona cambie por completo. A veces el destino sí que era una perra.
En fin, ya estaba acostumbrado a eso. A lo largo de los años, había aprendido a tratar con Jimin, así que nada de lo que le dijera el menor de edad, solía afectarle. Y si lo hacía, solo tenía que llamar a otro por su apellido para que este se diera cuenta que se había pasado. Se podría decir que es un pequeño código que crearon con el tiempo. Es como decir, acepto tu malhumor, pero hasta aquí. Eso, y muchas otras cosas más, hacía que mantuvieran una amistad sana y equilibrada. Y sobre todo, duradera. Aunque seamos sinceros, qué es una buena amistad sin una agarrada de greñas de vez en cuando.
—Volviendo a lo que te contaba, antes de que te disocies de nuevo —. Habló Seokjin —. Yong Sun invitó a la clase a su fiesta de cumpleaños en el camping de sus padres. ¡Y tenemos que ir, Park Jimin!
—A mí no me invitó —protestó el más bajo de estatura, y por debajo de su rostro inexpresivo, ocultó una pequeña sonrisa. Le divertía tanto haber tenido razón. Solo le dio tres días a JK. Era más que suficiente para que su nueva novia lo dejara.
Había que ser sinceros, su amigo era todo un rompe corazones. Ninguna mujer podría "cambiarlo", por más especiales que se crean. Lo roto, roto está y es mejor dejarlo así y buscar algo más. Pero no, allá ellas queriendo rescatarlo, como si de un perro se tratara. Si, no se bañaba seguido, pero no era un perro, solo un tonto. Aunque, no lo culpaba por querer disfrutar de su juventud.
—Ves que eres un acosador. Me das asco —bromeó Seokjin, esperando que de nuevo su amigo lo mirara con mala cara. Sin embargo, este solo miró por sobre el hombro del otro y le susurró.
—Callate y limpiate el lechugón que traes entre los dientes que ahí viene Yong Sun.
—¡¿Dónde?! —gritó Jin, mirando a todos lados al mismo tiempo que rascaba sus dientes con una servilleta, pero antes de que se diera cuenta que todo era mentira, su amigo había desaparecido...
... junto con su sándwich a medio comer.
—¡Park Jimin!
Cuando Jimin escuchó el grito de Seokjin, ya había llegado hasta los pasillos de la facultad de Arte. El horario de almuerzo todavía no terminaba, así que los pasillos continuaban algo concurridos. Pero para Jimin era mejor eso a que seguir aguantando a su amigo. Aunque sabían muy bien que aunque quisiera no iba a escapar de Seokjin. Sea como sea, su amigo siempre terminaba convenciéndolo de hacer lo que quisiera. Incluso saltar de un puente. Pero nadie tiene derecho a culparlo, su madre, que tanto ama al hijo de su mejor amiga, nunca se cansa de decirle lo gran chico y bien portado que es Seokjin. Jimin a veces se preguntaba si las mujeres no intercambiaron de hijo en algun momento, porque ni siquiera Sumi noona solía presumir de Jin, como su propia madre lo hacía. Pero bueno, quien era él para ir en contra de lo que decía su progenitora. Si ella decía que Seokjin era un buen ejemplo, él seguiría los pasos del mayor.
Jimin soltó un pequeño bufido para disfrazar una sonrisa cuando un sinfín de mensajes comenzaron a llegar a su KakaoTalk. También vio que tenía algunos de Taehyung, preguntándole si ya había almorzado. Uno de Jungkook diciendo que era un maldito brujo, que lo odiaba, y que decidiera rápido a que lugar quería que lo llevara a comer como premio. Y otros tantos del grupo de la facultad.
Por el momento decidió ignorar todo y solo fue directo a una página anclada que tenía en su pantalla de inicio. Un foro de otakus, que todos los días subían información sobre las novedades de la semana y dónde conseguir los mangas u otros artículos en la ciudad.
Entre las notificaciones, notó que tenía un mensaje en el chat privado. ¡Kuroneko le había respondido! Él maldito huyó en la madrugada luego de contarle el final del manga que había empezado y todo porque le dijo que Inuyasha era mejor que Kenshin.
Kuroneko93: ¿Has comido sándwich de fruta? Es la maldita cosa más rara que he probado en mi vida. Demasiado dulce, pero rico.
MochiCardCaptor: No comes muchas cosas raras ¿verdad? Sí, los he probado. Mis favoritos son los de kiwi y fresas con crema.
Kuroneko93: No(? Por qué comería cosas raras por empezar.
MochiCardCaptor: Para probar cosas nuevas(?
Kuroneko93: Lo dice el que se niega a tener otro husbando que no sea Inuyasha (?
MochiCardCaptor: Lo dice el que te va a partir la madre si te metes con el padre de mis hijos (?
Kuroneko93: Ya ya. Me rindo. En fin, solo quería recordarte que aunque siga ofendido por lo que dijiste anoche, hoy es tarde de Noragami. ¡Y si no te conectas para verlo conmigo, nos desamistamos!
MochiCardCaptor: Uhm... visto.
Kuroneko93: MOCHIIIIIII
Jimin río entre dientes y salió del chat para revisar las novedades del día. Como si fuera a dejarlo plantado. Era tarde de Noragami. Qué le pasaba. Como si alguien más fuera a compartirle su cuenta.
Ay no, no debía pensar así. Era muy cruel decir que solo era amigo de ese chico por su cuenta paga. Además le caía bien, aunque lo conociera poco y nada. Pero había que ser sinceros, las personas suelen tener muchos amigos por internet que no llegan a conocer nunca, ni siquiera sus rostros, y no por eso eran malas personas o menos amigos que aquellos con los que compartía su día a día.
—¡Jiminie, ¿dónde está Seokjin?! —le gritó alguien sorpresivamente. Haciéndolo tirar su teléfono. Su cerebro automáticamente se bloqueó y su ira se abrió paso dejando unas opciones para qué él eligiera.
Opción A: Recoger tu teléfono, y asesinar al individuo.
Opción B: Asesinar al individuo y después recoger su teléfono.
Opción C: Recoger su teléfono y limpiar la pantalla con la cara del individuo.
No, ya era un adulto responsable e imputable. La ley no le permitiría hacer nada de eso.
—Hoseok...
—Jiminie, querido, ¿viste a Seokjin? Le presté mis apuntes y todavía no me los dio y dentro tenía la tarea de... ¿Que haces? —le preguntó el mayor al pelinegro, cuando lo vio revisando sus bolsillos.
—Sabes, no. Creo que ese tarado se me cayó en el patio. Pensé que lo tenía en este bolsillo, pero no.
Hoseok observó algo confundido a Jimin sin terminar de entender que el menor estaba siendo sarcástico con él y solo asintió, no muy satisfecho con la respuesta. En cambio, Namjoon, el hermano mayor de éste, por solo dos minutos, sí entendió y tuvo la intención de reprender al menor por su falta de respeto, pero su amigo, que hasta el momento parecía solo estar pendiente de sus mensajes, lo tomó del brazo y negó.
—Sabes cómo es. No te alteres.
Namjoon resopló y miró feo a Jimin, quién le regresó una mueca, todavía sacudiendo la pantalla de su teléfono que acababa de recoger. Él no le tenía miedo a ese grandulón, ni necesitaba que ningún desconocido lo defendiera.
Se preguntarán ¿así era Jimin con todos? La respuesta es sí. Siempre, a cada hora y cada día, desde que el bendito sol salía, hasta que las estrellas brillaban. Todos lo sabían y aunque algunos como Namjoon, no estaban tan acostumbrados a su actitud arisca, lo toleraban.
—Si sigues así, ninguna chica te va a querer —le regañó Nam, cuando Jimin se dispuso a seguir con su camino —. Ah no, me corrijo. Por eso te dejan —río.
Y como en las peliculas de terror, el menor giró lentamente su rostro, observándolo con una mirada asesina.
—Por lo menos a mí me aceptan la salida.
—Auch —susurró el amigo de Namjoon, al tiempo que Hoseok reía y sostenía a su hermano mellizo para que no se le fuera al cuello a Jimin.
La verdad a veces dolía. Más si venía de Park Jimin.
Pero no hay que ser tan duros con el muchacho. No siempre fue así. Ni tan arisco, ni tan respondón. Es más, Jungkook y Taehyung, quienes eran sus amigos desde la preparatoria, sabían que alguna vez, el más bajo de estatura, tuvo un lado tierno y dulce.
Solía ser el típico chico enamoradizo que le regalaba dulces a la chica que le gustaba y de vez en cuando le escribía alguna carta, confesando todo lo que sentía. Hasta se pasaba sus tardes libres haciendo manualidades para ser más detallista. Lo malo era que Jimin tenía pésimo gusto para elegir de quién enamorarse. Si no eran las niñas bonitas y creídas, eran aquellas sumamente dependientes, que terminaban celándolo hasta de sus gatos. Pero la peor, siempre será la que lo ilusionó al punto de hacerle pensar que tenían una relación para luego decirle que no sabía por qué le reclamaba cosas, si no era su novio.
En fin, el amor era un tema complicado para Park, por eso prefería fingir que no había pasado por todo eso y continuar con su vida. Ahora que estaba en el universidad, solo le importaba conseguir su titulación en Arte y exponer sus obras en alguna galería de Gangnam.
—¡Park Jimin, mi sándwich!
Ese era el timbre del fin del receso para él. Así que debía correr y refugiarse en su clase.
—¡Ya me lo comí!
Hoseok, Namjoon, y su amigo, vieron como Jimin corrió a gran velocidad por el extenso pasillo, al tiempo que un Seokjin furioso pasaba junto a ellos sin siquiera notarlos. Hoseok, resopló, porque sabía que tenía que perseguirlos si quería sus apuntes antes de entrar a clases. Así que no le quedó de otra, y se despidió de su hermano, quien ya debía ir a su propia facultad si quería estar a tiempo, antes de que suene el timbre.
—En serio hermano, no sé qué le vez a ese tipo. Es insoportable.
El amigo de Namjoon volvió a levantar la mirada de su teléfono y lo miró confundido, antes de girarse y observar por dónde se habían ido los otros tres. Qué decirle. Ni siquiera él lo sabía.
—No sé. Es lindo...
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Notitas al pie:
¹Kim Yong Sun es Solar, de Mamamoo ♡
Nina Glastor 🦊
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