Raphael después de lo ocurrido sabía que estaba perdidamente enroscado con Simón, así que le propuso intentar algo como una relación, la respuesta no había sido la que había esperado.

— ¿Quieres que yo sea la Hinata de tu Naruto?

Esperaba un sí, pero no una respuesta tan mundana, solo había rodeado los ojos y trató de seguir su juego, porque enserio lo quería.

—Sí, quiero eso.

La sonrisa que había dado Simón fue la respuesta de que había hecho bien en responder a su pregunta.

—Entonces acepto.

Después de ello, todo había sido raro, los Nephilim no habían vuelto hasta meses después, Lilit tenía más dinero de costumbres, los rumores de que había ganado una apuesta corrían por el hotel, mientras que él y Simón llevaban todo bien, mejor de lo de costumbre.

El menor sabía ponerse nervioso casi todo el tiempo, pero Raphael se la arreglaba para que no le pasara tanto, porque comenzaba a hablar con rapidez.

Pero todo estaba bien.

Habían ido a su primera cita, mundana como a Simón le gustaba, Raphael sonreía con más habitualidad cuando su novio estaba cerca y no podía pedir más, tenía a Simón a su lado.

Desde el primer día algo los había unido, no podía odiarlo aunque se lo exigía, se ponía celoso con las chicas que estaban cerca de él y hasta bajo a su nivel de darle celo con una cita falsa.

La verdad lo quería.

Dormían en la misma habtación y jugaban a distintos juegos de mesas, otras veces solo se divertían en la cama haciendo que en todo el hotel se escuchará sus gemidos. Pero se amaban.

Podía soportar el hablar de su mundanez, los apodos que le ponía, y su lengua enredarse cuando intentaba hablar rápido.

— ¡Víctor!

Raphael se sentó en la cama, de donde estaba descansando y pensando en todo lo sucedido, Simón venía en camino, su apodo ridículo se escuchó a lo lejos. La puerta fue abierta mostrando a Simón con una sonrisa.

— ¿Por qué no entras?— preguntó Raphael.

Simón se cruzó de brazos mientras fruncía el ceño.

—Dime mi apodo—dijo Simón.

—No.

—Oh vamos, dilo— suplicó Simón— por mí.

Raphael chequeó la lengua para después susurrar.

—Yuri.

Escuchó el grito de emoción de Simón y después escucharlo correr para caer Raphael de espalda y su niño arriba de él.

—Te amo— dijo Simón.

Raphael se abrazo al cuerpo del menor.

—Yo también.

Y lo decía enserio, Simón se había clavado en él y ya no podía irse con facilidad.

N/A: ¡Hey! Hemos llegado a nuestro fin de otra historia compartiendo junto a ustedes, gracias por sus lecturas, por darle una oportunidad a esta pareja tan hermosa que ocupa los corazones de nosotros. 😘

Gracias, gracias y gracias 💕 No hay nada más que decir, estoy feliz de leer sus comentarios y saber que está historia a sido un gusto para ustedes, me he muerto de risa con ellos y ha sido lo mejor interactuar con ustedes. Los quiero❤

-Isaac-