VIII-Que hable de Jace.
— ¿Sabes qué me molesta?
Simón estaba sentado en la cama de Raphael mientras este estaba recostado tratando de distraerse con cualquier cosa y dejar de escuchar como el polluelo torturaba su cabeza, había pasado por casi la mayoría de las etapas cuando se sufría una separación y hoy le había tocado uno ligeramente molesto.
— Que este chico rubio teñido pueda ganarse a cualquier chica sin mover un dedo— se quejó—, es tan egocéntrico y no le dedica atención a nadie pero cualquiera se enamora de él.
Raphael movio la cabeza.
— Ajam.
— Y Clarissa no pudo evitarse a ser una más en caer en sus juegos— se quejó Simón— lo odio.
— Ajam.
Simón se levantó y comenzó a caminar por la habitación.
— Y no entiendo por qué me dejó, soy un buen partido, dedico mi tiempo en ella, puedo regalarle lo que sea y no soy egocéntrico, puedo hacerla feliz.
Raphael se sentó y lo miró ya cansado.
— Claro.
—No entiendo a las mujeres— dijo Simón— ¿Acaso no quieren a alguien que las quieran si no alguien que la menosprecia? ¿Acaso tengo que ser igual a Jace para que me quieran?
Raphael se levantó y caminó hasta la mesa de noche agarrando un libro para abrirlo en una página y leer, aún con la atención en Simón.
— Haz lo que te haga feliz.
Simón lo miró molesto.
— ¿Acaso quieres que sea igual que ese egocéntrico, insensible de Jace? Porque necesito pintura rubia así esa entra a mi cerebro y puedo ser igual de inútil que él.
El menor ya estaba más que molesto, a punto de estar gritando.
— Ajam.
— ¡Raphael!
El mayor levantó la mirada y lo miró, Simón estaba que echaba humo por las orejas.
— ¿Qué?
— ¡Eres igual a Jace!— gritó Simón enfadado.
Raphael le dedicó una sonrisa burlesca.
— Y por eso cualquiera quiere tenerme de pareja.
Simón apretó sus manos en puños, apretó sus labios y se dio media vuelta para salir de la habitación tirando una que otras malas palabras y dando un gran golpe con la puerta.
Y por esa razón Raphael odiaba a Simón, porque hablaba de Jace como si fuera un dios y no apreciaba de sus propias habilidades para conquistar.
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