Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❈•≪45. ¿Realmente lo perdonaste?≫•❈

Mingi resopló y sus estiradas piernas, cruzó. Apoyó sus codos sobre sus muslos y su mentón sobre la unión de ambos palmas, abultó sus labios y con su semblante arrugado miró su cuaderno de inglés que yacía en el suelo de su habitación y frente a él.

La materia se le daba fatal, no había porqué mentir. Tampoco era un completo bruto, conocía algunas escasas palabras y podía arrastrar algunas otras fuera de sus regordetes labios para intentar comunicarse, podía hacer eso. Agradecer, saludar y preguntar por algunas cosas básicas. ¿Con propiedad?, eso era ya otro tema y uno muy diferente.

Lo importante es que, el jueves tenía una prueba en la que no podía sacar menos de siete o su generoso y algo penoso seis, se iría por la borda. Y su profesora había sido muy compasiva con él desde que las clases iniciaron, valorando sus desastrosas intervenciones y enredada lectura.

Miró su cuaderno por segunda vez y resopló, frustrado. Despeinó sus rojas hebras y enderezó su postura, ladeó su rostro hacia la izquierda y se topó con los agudos y claros ojos de su rubio amigo. Fijos en su rostro, serios pero serenos.

—¿Qué tanto me miras?— cuestionó con ligereza tras enarcar una ceja—. ¿Te gusto?— prosiguió con suave burla tras no recibir respuestas.

San torció sus labios en una mueca y dejó su lápiz a un lado—. Por supuesto que no, simplemente te miraba.

Mingi fingió ofenderse por unos cortos segundos—. ¿Por qué simplemente me miras?— preguntó al ver a su bajo amigo estirar sus cruzadas piernas sobre su extensa cama.

—Es agradable verte..., así.— respondió con vaguedad tras estirar sus brazos para señalar la silueta de su amigo en el suelo.

—¿Así?— al pelirrojo le crispaba la inexactitud de San—. ¿A qué te refieres con "así"?

—Concentrado en inglés, en este plano.— respondió tras despeinar su larga cabellera. Ante la inquisitiva mirada del contrario, agregó:—. Se estaba haciendo habitual verte con ojos ansiosos, el ceño arrugado y a ti ensimismado en tus pensamientos.

—¿Cómo debo interpretar eso?— preguntó tras cruzar sus brazos, curioso.

—No de la forma incorrecta.— musitó tras sacudir sus hombros—. No me malinterpretes, en serio. Hongjoong me agrada...

—¿Hongjoong?

—Sí, ¿de qué o quién te piensas que hablo?— cuestionó con sus labios ligeramente abultados y fruncidos.

Mingi meneó su cabeza con suavidad—. Me refiero a, ¿Hongjoong, a secas?

San rodó sus ojos—. Esa actitud tuya es a veces molesta. No está aquí, no se ofenderá si me refiero a él de manera informal.— su alto amigo simplemente apretó sus labios—. Eres increíble, predica con la palabra.

—Nunca fue un hyung para mí.— respondió tras encogerse de hombros, indiferente.

San evitó discutir por una nimiedad tan infantil como aquella, y sobre todo, reprimió su impulso de recordarle a su amigo que, su disgusto por cómo él se refería al pelinegro en cuestión, no era válido teniendo en cuenta que ya no tenía nada con éste.

Atesoraba su vida y la estabilidad anímica del más alto como para cometer semejante falta.

—Cómo sea.— farfulló tras volver a rodar sus ojos—. Sabes que me agrada y sé que no es una mala persona, pero tú eres mi mejor amigo.

—Lo sé, pero tú también sabes que cualquier relación siempre tendrá sus bajos y tropiezos.— replicó con suave monotonía—. De los dos es quien mejor deberías saberlo, tu relación con Wooyoung empezó fatal y hasta poco después de consolidarse seguía siendo caótica.

San cruzó sus brazos, ofuscado—. Mi relación no es importante aquí.

—Sólo era un ejemplo.

—Mira, simplemente te ves menos ansioso. Tómalo como un cumplido.

—Porque mantengo mi mente ocupada en palabras que no comprendo.

—Tengo un duda— musitó el de claras hebras, ladeando su rostro—. ¿Qué esperas conseguir con todo esto?— Mingi le imitó y ladeó su rostro también, confundido—. Sé que estás resguardando tu corazón y lo apoyo pero, Hongjoong-hyung no se volverá alguien meloso tan de repente.

—¿Siquiera lo será en algún momento?— cuestionó el pelirrojo al enarcar una ceja y sonreír de lado—. No espero eso de él.— agregó sin más. San arrugó su ceño, no entendía—. Lo conozco, él no es así, tal vez si está muy emocionado y distraído podría darte un abrazo. Pero eso ha sucedido...— arrugó su expresión, moduló con sus labios sin emplear palabras y cerró dos dedos—, un total de tres veces.

—¿Entonces?— el más bajo sobre la cama seguía sin comprender.

—Tiene algunas inquietudes que no expresa— murmuró luego de un silencioso minuto en el cual observaron al otro, sosegados—. Cosas en su cabeza que prefiere ignorar en vez de tratar. Además, siempre parece querer decir algo pero termina diciendo lo opuesto o simplemente no dice nada.— agregó en un suspiro, realizando vagos ademanes con sus manos—. Tiene que dejar de temerle a sus palabras.

—¿Y piensas que trabajará en ello ahora que... terminaron?— preguntó con inseguros divagues.

Mingi calló unos segundos, pensando seriamente en la pregunta—. No estoy seguro.— terminó diciendo, San se sorprendió aún más.

—¿Qué esperas que suceda entonces?

—Lo que deba suceder.— afirmó con endeble calma—. Sé que Hongjoong no tiene experiencia con las relaciones o el amor, pero hay cosas que él mismo debe descubrir y aprender.

San arrugó su ceño y sacudió su cabeza tras chasquear su lengua, desconforme y algo desconfiado de la respuesta que el más alto le brindó. Cruzó sus brazos a la misma vez que cruzó sus piernas. Una nueva duda entrelaza con curiosidad, surgió en su mente.

«¿Realmente lo perdonó?».

Sabía que Mingi no era alguien rencoroso, a menos que la persona hubiera hecho algo que honestamente hubiera fastidiado o lastimado al pelirrojo. En ese caso se volvía una persona sutilmente diferente.

Y por lo que él sabía, las palabras del pelinegro le habían herido más de lo que había querido contar. Lo habían abatido por tres días y lo mantuvieron dentro de sí por cuatro. Por lo que, ¿sí lo perdonó?

—¿Realmente lo perdonaste?— Mingi parpadeó y con su ceño débilmente fruncido, miró a San—. A Hongjoong-hyung, ¿lo perdonaste?

—Por supuesto que lo hice.— respondió con rapidez—. ¿Por qué?— San se encogió de hombros—. Me afectó pero no podría enojarme con él, empleó mal sus palabras y se disculpó por ello.

—Siento que eres muy bueno con él.— replicó entre murmullos, abultando sus labios con suavidad.

Mingi sonrió y apartó su mirada, su amigo y la preocupación del mismo le parecían tiernos—. Tú lo dijiste, eres mi mejor amigo.

—Lo sé, lo sé.— afirmó tras cortos asentimientos—. Lo que voy a decir tal vez sea contradictorio pero, cada uno hace lo que mejor le parezca para evitar un corazón roto, aún así, ¿no fuiste precipitado?

—¿Por dejarlo?— preguntó el de brillantes hebras, el rubio asintió—. Tal vez pero si soy sincero, sigo dudando un poco al respecto.— confesó tras unir sus largos dedos y bajar su mirada. Él sentía que era lo mejor pero aún así, no estaba del todo convencido. «¿Habré sido un poco extremista?»—. Es que no puedo seguir preguntando por todo ¿entiendes?— San negó con lentitud cuando su amigo le miró—. Si no pregunto, no importa qué sea, él no me dirá nada. Es frustrante.

—Ya veo.

—Sí, pero Hongjoong no es tan torpe como piensas, ¿de acuerdo?— el más bajo no dijo nada—. Ha tenido sus avances y no puedes condenarlo por sus descuidadas palabras.

—Demasiado bueno.— aseveró para sí, Mingi resopló—. Suponiendo que vuelvan a intentarlo, ¿estás seguro que las cosas funcionarían o mínimo, cambiarían?

—Suponer no tiene sentido.— respondió con serios ojos.

—Lo sé, tengo otra duda. Bueno no es una duda es sólo, no tengo la menor idea de cómo volverán. ¿No será incómodo?— cuestionó al ladear su rostro, Mingi comenzaba a exasperarse.

—No lo sé, esas cosas suceden de manera orgánica...

—Suponiendo que deban suceder.— interrumpió Choi.

—Sí, sí, ¿cómo fue para ti y Wooyoung?

San apretó sus labios en una línea. Mingi no había preguntado con hiriente malicia o algo similar, con inocente despiste tal vez. Él sabía que sus amigos luego de su ruptura, habían estado incómodos junto al otro. Evitaban sus actividades compartidas y si era honesto, había sido amargo de ver. Se reconciliaron porque sino, la historia sería otra. El punto es que, él recordaba verlos actuar con torpeza y cierta tensión los primeros días.

—Fue difícil.— murmuró con seques.

—Bien, mejor continuemos estudiando que la prueba es mañana ¿de acuerdo?— propuso en un suave tono. San separó sus labios, aún quería saber algo—. Continuaremos estudiando.— afirmó luego de bajar la mirada a su cuaderno y tomarlo—. Deja de mirarme y hazlo. Estudia o finge hacerlo, me da igual pero hasta aquí llegó la conversación.

San resopló—. Está bien.






🖤~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro