❈•≪05. Visita inesperada≫•❈
Hongjoong se sobresaltó cuando escuchó un ligero como inesperado golpetear en la puerta de su habitación, su lengua chasqueó y procedió a inclinarse en su asiento, recogiendo el lápiz que de sus dedos resbaló, a causa del improvisto tocar.
Una vez lo depósito en su escritorio procedió a mover sus pies con ligereza, consiguiendo que la silla que ocupaba, girase y él lo hiciese también, sin necesidad de voltearse. Estando ahora con sus orbes y persona entera, viendo hacia la, ahora, abierta puerta.
Su oscura como bien formada y gruesa ceja, se alzó. Sorprendido y ligeramente inquisitivo, eran más de las siete de la tarde, hacía más de dos horas que estaba en su casa y que, por ende, su horario de clases había finalizado. No entendía la presencia de su amigo allí, no es que le disgustase, en lo absoluto era su amigo, pero le sorprendía.
—¿A qué se debe tu visita?— comentó para volverse a girar en su silla, viendo la tarea que no lograba concluir.
—No lo sé, simplemente quise pasar a saludar.— respondió con un indiferente escoger de hombros que el contrario no captó, procediendo a caminar hasta la cama de éste y tirarse en ella como si fuera la propia—. Ver qué hacías.
—Simplemente estabas aburrido ¿verdad?— replicó con una ladeada sonrisa en sus belfos. Seonghwa asintió.
—Terminé mi tarea y estar en casa se me hizo extremadamente hastiante.
—Van a dar las ocho y media, hubieras dado una vuelta por tu vecindario.— aconsejó y una escasa como censurante mirada, le brindó.
—No soy como tú, esas cosas no me funcionan, consiguen desesperarme aún más.
—Pero es tarde y vives en la dirección contraria a la mía.— justificó y una abierta mirada, le dio. Recibiendo un indiferente sacudir de hombros como respuesta—. A dos horas y media.— agregó con énfasis.
—Son dos horas si tomo transporte.
Hongjoong decidió no responder, ¿qué sentido tenía?, no importase lo que dijese, el mayor replicaría con algo más astuto que no dejaría cabos sueltos para un decir contradictorio suyo.
Al parecer estaba destinado o programado para callar, gruñir y asentir las mayoría de veces. O al menos así sentía que estaba siendo su vida esos últimos días. Lo que no le contentaba del todo.
¿A quién sí?
—¿Qué haces?
Cuestionó el castaño mientras sacaba su móvil, hastiado de tan exasperante silencio. O así es como lo veía el alto, y eso que le gustaban los silencios, le eran relajantes y armoniosos. Además eran parte de su persona, conformaban su anatomía entera. Si bien era alguien comunicativo, lo era hasta cierto punto y grado. No empleaba muchas palabras, no era exageradamente ruidoso ni excesivamente gestual.
Solía mantener una expresión bastante característica de él, una que las personas solían confundir con desagrado o desdén, cuando no era sí. Simplemente era su habitual expresión. No había más en ella.
—Tarea.— respondió el de oscuras hebras, bufando—. Realmente estoy estancado en la misma consigna hace veinte minutos.
—¿Materia?
—Matemáticas.
Materia que el más bajo allí no quería traer a colación en ninguna conversación que tuviese, principalmente porque apestaba en ella y eso le recordaba su miserable calificación. Además, recordaba también su fechoría y en dónde había terminado a causa de ella.
—Llama a Mingi.— respondió el castaño de facciones exóticas y abultados labios. Hongjoong arrugó su ceño, confundido—. Te ayuda en la materia ¿cierto?, dile de tu inconveniente.
En su vida haría algo como aquello, primero, porque no le ayudaba en la materia y ni siquiera tenía conocimiento de que fuera bueno en ésta o en alguna otra, era una farsa completa.
Segundo, no tenía su número ni quería tenerlo.
Tercero, definitivamente no. No lo había visto en todo ese martes, no había "pasado" por él ni le había aventado su mochila, no lo había visto al ingreso ni en el almuerzo. De hecho, apostaba que no había asistido a clases y lo celebraba, pudo volver a respirar con plenitud. Al menos por ese día.
—Son...— rápidamente miró la hora en su móvil, para su excusa y mera curiosidad—, van a ser las nueve, no lo llamaré a esta hora. Es tarde.
—Podrías mandarle un mensaje y asegurarte.
El pelinegro negó, rotundo—. Tú eres bueno, ayúdame.— y una rotunda negativa él recibió—. ¿Por qué?
—Bastante tuve con mi tarea, lo siento.
Kim resopló y con fuerza cerró su cuaderno, estaba estancado y su amigo no le ayudaría, no tenía sentido que siguiese intentando algo que, seguro estaba, no le saldría bien. Mañana a primera hora lo haría.
—¿Te agrada bastante, eh?— se aventuró a preguntar Hongjoong, no es que quisiera tener una conversación de él, pero no sabía de qué otra conversar hasta que su amigo se dignase a marchar y a él sí que le molestaban los silencios. Demasiado—. Me refiero a Mingi, parece que te agrada.— agregó ante la confusión ajena.
—Bueno, es realmente alguien ruidoso y enérgico.— respondió y su móvil guardó—. Habla mucho y de manera atropellada algunas veces, su risa es escandalosa y nunca me mira por más de unos escasos segundos por estar concentrado en... otras cosas. A pesar de esos contras, es agradable.
«Contigo».
—Con tantos contras no entiendo cómo le encuentras agradable.— murmuró con un monótono tono.
—Estoy a costumbrado a ti y a otras personas, más calmadas y menos llamativas.— respondió y se enderezó en la cama ajena, prestando más atención a la baja figura de su amigo—. Aunque tú tiendes a ser ruidoso algunas veces. Cuando te quejas, cuando te lamentas y cuando te emocionas.
Hongjoong le miró con indignación, aquello no era ninguna mentira pero lo hacía sonar como si fueran defectos que tenía que corregir y él definitivamente no tenía nada que corregir de sí.
—Como digas.
Antes que Seonghwa dijese algo, su celular sonó y se levantó como salió fuera para responder. «Yeo» fue lo único que sus oídos alcanzaron a escuchar.
—¿Tu dongsaeng?— cuestionó cuando el alto volvió y en su cama se desplomó, recibiendo una curiosa mirada seguida de un asentimiento—. Lo has mencionado un par de veces, ¿cómo se llama?, no dices mucho de él.
—Es un dongsaeng cualquiera, ¿qué más podría decir?— argumentó con desinterés, volviéndose a enderezar.
Y Hongjoong no le creyó.
Las veces que su amigo se había retrasado al ir a almorzar, las veces que había llegado tarde a una salida o cancelado las mismas era porque su dongsaeng le había llamado para que le ayudase con sus estudios secundarios y japones.
No sonaba como uno cualquiera.
Sonaba como un dongsaeng al que apreciara, mínimamente. O uno que le pagaba para que le ayudase con sus estudios, lo cual tenía más lógica para Kim. De seguro estaba recibiendo remuneraciones por su ayuda y entrega de tiempo.
—¿Acaso es confidencial o hijo de un mafioso?— inquirió con diversión, apartando sus conjeturas—. Sólo quiero saber su nombre, Seonghwa.
—Yeosang, Kang Yeosang.— respondió mientras sus ojos rodaba.
El pelinegro asintió satisfecho y sonrió de la misma manera. Aunque aquel nombre le era conocido de algún lado que ahora mismo no podía recordar. De seguro luego sí.
—¿Por qué te llamó?
—Quiere que le ayude con su japones y vea el ensayo que escribió.
—Ya, no veo que lo estés haciendo.— replicó con su ceja enarcada.
—Estoy camino a casa.— respondió con una ladeada sonrisa.
Hongjoong boqueó—. Eres increíble, haciendo esperar al pobre chico tarde por la noche.— indignado pero ligeramente divertido, meneó su cabeza. Su amigo era increíble y malicioso.
—Son apenas las nueve...
—Cuando llegues a casa será tarde.— interrumpió y se levantó—. Así que, levántate y vete. Sé un buen tutor y realiza bien tu trabajo, por ello te pagan.
—No me pag... Olvídalo, me voy.
—Sí, sí, fuera.
Cuando el alto se fue, el más bajo se desplomó en su cama. Había gozado de un buen tiempo de calidad con su preciado y único amigo, estaba satisfecho y algo cansado.
Bostezó y sus ojos cerró por un momento, sentía una quietud descomunal dentro de su cuerpo, serena y cálida. Le gustaba.
Pero sabía que no duraría, no cuando el alto de pomposos belfos volviese a su vida. Todo se derrumbaría y volvería a sentirse sofocado y constantemente irritado. Vulnerado.
No quería aquello.
Ya que ATEEZ se presentara en los MAMA, decidí actualizar a modo de festejo, porque estoy orgullosa y muy contenta, además se rumorea que Mingi estará también, junto a ellos, así que la emoción es aún mayor.
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