Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

Butch

No sé cómo sentirme en este momento. La chica que hace unas cuantas horas atrás me dijo que la dejara en paz, ahora está en la puerta de mi casa como si nada. No sé qué esperar de esto. Me cruzo de brazos y apoyo mi hombro en el marco de la puerta esperando una respuesta de su parte. Mantiene mi mirada como si fuera un juego.

—Generalmente me encanta tener a chicas muy guapas al frente de mi puerta, pero siento que esto no tiene nada de bueno. —mueve su labio superior y lo mete en su boca. Parece una anciana sin dentadura.

—Honestamente no es nada bueno. —habla por fin. —¿Puedo pasar? —pregunta educadamente. Wow y yo que pensaba que lo único que sabía ser era grosera.

—Si no hay otra alternativa... —digo dejándole paso y con mi brazo largo estirado para que entre. Hace unas hora hubiese matado para que entrara a mi casa, más que nada por la curiosidad que siento hacia ella, pero ahora no quiero saber nada de ella.

—Sí, no tienes otra alternativa. —dice mientras entra a mi departamento. La veo analizándolo y luego mira la mesa del comedor-cocina donde ve dos platos en ella. Scott fue al baño. Cierro la puerta cuando entra. Se sienta sin preguntar. «Siéntate como en casa» murmuro mentalmente. —Tenemos que hablar de nosotros. —nos señala mutuamente. Abro los ojos sorprendido. «¿Qué?»

—Disculpa, ¿en serio hubo un nosotros? —pregunto con tono severo. —En la mañana te pregunté concretamente si nos conocíamos y me respondiste con un rotundo «no».

La confusión se convierte en enojo. Esta mujer me hizo una escena en plena uni y ahora piensa que lo podemos solucionar todo con una charla. ¡Si es que le rompí el corazón me alegro de haberlo hecho! Encima que tiene el descaro de venir hasta mi depto. «Espera... ¿cómo consiguió mi dirección?» La pregunta irrumpe en mi mente de repente. ¿Quién coño es esta mujer?

—Butch, este juego no me gusta. —me reclama de repente. ¡Me está reclamando de nuevo!

—Perdona pero eso debería decirlo yo. —mi voz se vuelve ronca y severa. —Me gritas en plena calle, me insultas y después pretendes que voy a querer hablar ¿contigo? Así no son las cosas niña. —se levanta también enojada, de la silla y se acerca a mí. Sus puños se mantienen cerrados.

—¡No me digas niña! —grita frustrada. Su rostro está rojo de la furia. —¡Tú desapareciste primero! ¡Estabas en terapia intensiva con tus hermanos! Tu padre estaba hasta preocupado por ti. Estaba angustiada, ¡y luego desapareces así de la nada! —sus gritos toman un tono aún más fuerte. —No sé cómo hiciste para desaparecer de los registros de Saltadilla, y tampoco sé cómo hiciste para lavarle el cerebro a los demás. —analiza mi reacción antes de continuar con sus palabras. —Pasan unos años, me encuentras ¿¡y tienes la descencia de preguntarme si hubo un nosotros!?

Estoy confundido. Todo lo que dice para mí son palabrerías. Es más diría que está loca. No, obsesionada conmigo y se inventó toda esta historia para que yo le diera algo de importancia. No sé porqué me meto con las locas.

—Sí, claro Bellota. —salen esas palabras de mi boca. —Cómo sea, ¿estás ebria? Quizás quieres que llame a alguien para que te recoja... —empiezo a tomar mi móvil para marcar un número. —¿Tu novio sabe que estás aquí? —me viene la imagen de repente de Derek. Me encantaría picarlo un poco con su novia, pero tampoco me quiero meter con una maniática.

—¿De qué carajo hablas? No tengo novio. —habla ella ahora con confusión.

—¿Derek Wellys no es tu novio? —pregunto directamente.

—Dios no, es mi hermano. —murmura con asco. No sé porqué su declaración me alivia. Cuando estoy apunto de replicarle, vuelve Scott a la cocina. En su cara puedo ver la confusión. Me mira a mí pidiendo respuestas con los ojos, pero mi mirada está igual de confundida que la suya. Luego mira a Bellota de arriba abajo.

—Supongo que puedo volver después... —murmura incómodo y sin saber qué hacer. Le suplico con la mirada que no se vaya. ¡Necesito sacarme a esta loca con su ayuda! Cuando Scott desaparece de la habitación, Bellota vuelve con su cuestionario sin sentido.

—¿Por qué desapareciste? ¿Por qué me lastimaste así? —su voz tiembla al preguntármelo. Sus ojos muestran temor y tristeza. No entiendo lo que me quiere transmitir con esa mirada. ¿Acaso piensa que voy a sentir lástima por ella?

—En serio no sé de lo que me estás hablando. —hablo con honestidad. Ya estoy cansado de esta locura. Me paso una mano por la nuca incómodo y frustrado. —Soy muy claro cuando estoy con una chica; nada de sentimientos. Si te enamoraste después de haberte enrollado conmigo, no pienso hacerme cargo de eso. —y una bofetada en toda la cara viene cuando termino de hablar. —¡¿Qué mierda te pasa?! —grito al recibir el golpe. ¡Está loca de remate!

—¡¿Cómo puedes llamar a lo que tuvimos como «enrollarnos»?! —me vuelve a gritar destrozada. —¡Tenías sentimientos por mí y yo por ti! —se acerca a mí y yo con miedo a que me vuelva a pegar retrocedo. Pega su índice a mi pecho con autoridad. —Tú. El mujeriego. El idiota. El fuckboy. Tú, Butch Him, me amabas. –dice finalizando su discurso cuando yo tengo la espalda contra la pared. Vuelvo a ver sus ojos. Puedo ver su enojo y tristeza a través de ellos, pero no los comprendo. No la entiendo a ella, y menos cuando menciona un nombre el cual no es el mío. Retiro su mano de mi pecho.

—Te estás equivocando. —le digo con seriedad. Frunce el ceño. —No me llamo Butch Him. —la oigo retener la respiración. —No sé quién te ha lastimado tanto para que le tengas tanto rencor, pero está clarísimo que yo no soy. Nunca te he visto en mi vida y...

—Joder, ¡para ya con tu cinismo! —me interrumpe. Esta chica me saca de quicio. —Tú eres Butch Him, hijo del gran Him. —me recalca. Desvía su mirada al ver que mis manos se dirigen a los bolsillos de mis pantalones. —¿Qué haces? —me pregunta confundida. Abro mi billetera y le muestro mi identificación.

—Ves lo que dice ahí. —le señalo severamente. —¡Butch Duval! No el maldito Butch Him, ¿oíste? —su mirada está desconcertada. Su ceño se frunce pero esta vez por la confusión. Toma mi identificación como si fuera lo más sagrado, cosa que lo es.

—Esto no puede ser.... ¿Lo trucaste verdad? —mis ojos salen de órbita cuando dice esa estupidez. ¡Ahora me trata de vándalo!

—Por su puesto que no. Este soy yo. —le vuelvo a señalar la foto en la que está mi identificación. —Butch Duval. Nacido el doce de mayo del año dos mil, en Newark Delaware. —repito las mismas palabras que dice la tarjeta.

—No, imposible. Tú naciste y viviste toda tu vida en Saltadilla, no aquí. —murmura sin poder creerlo.

—¡Joder! ¡¿Qué mierda necesitas para creerme?! ¿Acaso quieres que llame al médico que estuvo en mi parto? ¿A mi madre? ¿A la puta partera? —le pregunto sacando lo peor de mí. Con cada pregunta pestañea sorprendida por mi reacción. —¿Sabes qué? Te lo haré más fácil. —le susurro con ganas de callar esa maldita boca de una vez. ¿Quién se cree que es para decirme que yo no soy yo? —¡Scott, trae tu culo aquí! —le grito desde donde estoy. Escucho unos pasos antes de que él llegue. Nos analiza de nuevo. A ella con más detenimiento. —Puedes explicarle a esta chica cómo me conociste.

—Fue en un intercambio escolar. —dice con nerviosismo.

—¿Cómo se llamaba mi escuela? —pregunto rápidamente.

—Escuela Secundaria del distrito de Newark.

—¿Cómo se llama mi padre? —pregunto casi al instante.

—Christian Vance. —el rostro de Bellota cambia con cada respuesta. Sus gestos me dan una satisfacción increíble. Es como si ganara esta discusión de locura. Ahora es ella quien se siente perdida.

—¿Alguna vez he estado en Saltadilla?

—No, nunca has visitado esa ciudad. Ni siquiera sabes dónde queda. —aunque su afirmación me insulta un poco lo dejo pasar.

—Ah, y casi lo olvido, —Bellota parece que me pide con los ojos que no siga con las preguntas, que ella entendió el punto, pero no me basta con eso. Quiero que entienda que no puede dudar de mí, nunca. —¿estuve en terapia intensiva?

—Eh.. lo máximo que has tenido fue un esguince en su pie luego de un partido.

Bellota desvía su mirada apenada. Evita mi mirada como la de Scott. Está tan avergonzada que su impulsiva actitud desaparece. Está incómoda.

—Será mejor que me vaya... —murmura evitándome especialmente a mí. —Perdón por molestarlos. —dice antes de cerrar detrás de ella la puerta.

Scott me vuelve a mirar pidiéndome respuestas.

—Está vez prometo no acostarme con una loca. —digo en broma. El asiente antes de tomar su comida e ir a recalentarla en el micro.

En realidad sé que con ella no me acosté. Me hubiera acordado, tanto que le pediría otra ronda. Pero también es una realidad que no me quiero involucrar con ella, no importa lo guapa que sea.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
Sí, no están soñando. Volví a actualizar.
Siempre a Bellota la hago sufrir pobre :(
Espero que les haya gustado este capítulo <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro