
Capítulo 11
Bellota
Los partidos fuera de casa son siempre los sábados, calculando que nos quedamos en algún hotel esa noche o la anterior para poder estar frescas para ganar. Esta vez no es ese caso. Debido a un aviso de mal clima, nos adelantaron el partido para jugarlo en la semana. Es un amistoso pero igualmente todas tuvimos que excusarnos con nuestras clases. Afortunadamente no fue nada complicado. Algo que amo de mi universidad es que quiere mucho a los deportistas y por ende en estas ocasiones nos dan carta libre. Obviamente no aplica en mantener la media, cosa que si no me vuelvo una Bombón, la pasaré mal.
El bus va a una velocidad promedio, siento que el viaje es eterno. Jugamos contra la Universidad de Georgetown. Queda en la capital de mi querido país. Ya he ido pero nada de otro mundo. En ese sentido me gusta más Saltadilla como cuidad. Sin embargo no quiero vivir allí, tampoco quiero volver. Crecí y tuve la mejor de las infancias pero desde el accidente o el supuesto accidente, ya no sé, no es lo mismo. Tuve que ir a terapia y digamos que hablar de lo que siento no me gusta y menos cuando me están haciendo un perfil. No digo que esté mal hablar sobre lo que uno siente, solo que a mi me hace sentir incómoda. Ah y el divorcio de mis padres también fue un plus. Esa ciudad solo me ha dado malos recuerdos en los últimos años. Quiero mucho a mi familia pero mientras menos pueda ir, mejor. Es por eso también que me gustaría conseguir un trabajo. Quizás es hacer muchos malabares con la uni y el voley, pero quiero ahorrar mi dinero, así cuando me gradúe no tenga que volver para allá. Ya he hablado con mi madre al respecto. No pienso ir más de dos veces; navidad y vacaciones de verano. No más. Suena muy quisquilloso pero no me importa, es lo que quiero.
Me distraigo cuando suena una notificación de mi móvil. Butch me envió un mensaje. Lo leo rápidamente y ya tengo ganas de romper esta cosa.
Él: hola princesa, acaso estás escapando de mí?
Me puedo imaginar incluso su sonrisa arrogante al escribirlo. Maldito Butch.
Yo: cómo conseguiste mi número?
Es lo primero que me viene a la cabeza. Yo tenía su número agendado porque se lo pedí a Derek en su momento pero nunca le he enviado un solo mensaje. Puta madre. No quiero tener contacto con él. Solo estuve con él una vez y aunque haya sido perfecta, no lo repetiré.
Él: contactos aquí y allá... ya sabes
pero no has respondido a mi pregunta. Hace unos días q no t veo en el campus.
Yo: ni me verás.
Borra este número YA
Escribo rápidamente y dejo el aparto boca abajo. Está escribiendo en el peor momento. Estoy por jugar un partido y no quiero estar distraída. Joder. Ya de solo pensar que me distrae es una mala señal.
Él: princesa no t pongas así :(
Yo: borra ya este número, en serio, no lo volveré a repetir.
Él: uhhhh pero sabes SÍ que podemos repetir.
Pista: comerte las tetas y follarte <3
El solo hecho de pensar en esa noche envía una descarga agradable en mi pelvis. Han pasado cinco días desde ese sábado y no me lo he podido sacar de la cabeza. Fue posiblemente uno de mis mejores polvos. Una lástima que haya sido con él exactamente. Un nuevo mensaje aparece.
Él: quizás esta vez pueda comerme todo ese coñito...
o tu chuparme el pene
Las dos ideas son muuuy agradables.
Por unos momentos se me corta la respiración. No puede estar hablando en serio. Oh mierda claro que sí, ¡es Butch!
Yo: no no NO
Ya t lo había dicho: no vamos a repetir
No voy a mentir, una parte de mi sí que quiere repetir, es más está ansiosa luego de leer su último mensaje. Pero no hay forma humana de que vuelva a pasar. Yo ya pasé de él, rápido pero lo hice. Enrollarme con él una vez, no significa nada. Ahora dos veces o más, podría poner peor las cosas.
Él: oh vamos princesa, sé que tú también quieres.
Yo: deja de llamarme así y BORRA este número.
Esta vez apago el móvil y lo guardo en mi bolso. Demasiado de él puede distraerme y yo tengo los objetivos claros; nada de él y full en mi futuro. Los próximos minutos son silenciosos, ya no me molesta el sonido de notificaciones lo que me permite dormir un poco. Las demás están concentradas charlando de diferentes cosas. Por suerte ninguna notó mi incomodidad al chatear con el innombrable lo cual agradezco un montón. Lo último que falta es que alguna se haya enterado. No solo me preguntarán cómo fue esa noche sino que estarán fanatizándolo todo el camino. Estoy segura que más de una de ellas se arrancaría una mano con tal de estar con él y de verdad que lo entiendo: tiene el combo completo. Es como si fuera mi hermano en el insti, solo que ahora maduró gracias a Fiona.
No cuánto tiempo pasa hasta llegar a Washington. Nos bajamos cerca del estadio. Bueno si así se puede llamar. No es ni siquiera la mitad de lo que es estadio de los hombres. No le han hecho ni renovaciones. Dios, los odio. Bajamos por unas escaleras que nos guían hasta la entrada. Apenas podemos nos encontramos con una entrenadora y una coordinadora, nos llevan hasta nuestros vestuarios. Faltan unos minutos para el partido pero no hay ni un alma. Como dije es un amistoso, es normal que no haya tantas personas. Aprovechamos y nos terminamos de preparar. Dejamos nuestras cosas en unos lockers antes de irnos. El estadio está climatizado a pesar de que todavía no hace frío. Me recuerda un poco al clima de Saltadilla. Algunas de las chicas salen y toman aire antes de volver a entrar. Ya han llegado los réferis y el locutor que relata el partido. Tereza, una grandiosa chica, se posiciona a mi lado para calentar. Mary nos da ciertas indicaciones y nos ponemos en marcha.
•••
Ya estoy en el bus mientras espero a las demás del equipo. La acidez de la bilis llega hasta mi garganta. Ganamos sí, y estoy muy feliz por el equipo pero hay una sensación de vacío en mí. Esta vez no fui titular. Fue un cambio de último momento de Mary. No se sintió para nada bien. Le quise discutir pero no pude. No por faltas de querer hacerlo sino porque me callo rápidamente. No quiero meterme con mi entrenadora ni mi capitana pero por Dios, ¡no pueden hacer eso! Lo que más me enfurece es que haya sido una decisión de último momento. Nunca le di razones a Mary para que me quitara del medio. Llego temprano a los entrenamientos, hago todos los ejercicios y jugo espectacular. Soy de primero y es muy raro tener cupo como titular pero me lo he ganado. Joder. Qué mierda hice para no estar hoy.
Mary me ha dicho que hablaríamos cuando llegáramos pero tengo miedo de asesinarla en el proceso. La victoria fue buena, pero podría haber sido perfecta si estaba yo ahí. Mierda. Suena engreído pero es la verdad. No pude ni jugar un minuto. No tuve tiempo ni de equivocarme para que me sacara.
Enciendo el móvil. Intento sonreír con las demás por la victoria pero no puedo. Esto ha sido como una derrota para mí. Nunca deben quitar a Bellota Wellys, nunca. Aparecen varias notificaciones. Algunas de mis padres deseándome suerte, un meme que me envió Thomas y algunos mensajes de Butch. No se porqué pero abro el chat con el idiota del capitán de futbol americano. Hay una foto de lo más seductora de su abdomen y pectorales. Tiene una piel dorada espectacular. Increíblemente tiene más músculos de los que puedo reconocer y están todos marcados. Tiene ángulos increíbles y puedo asegurar que al tacto son aún mejor. Más abajo veo su «v» y puedo sentir cómo me agito. Tiene una línea leve de vello oscuro que sigue hasta más allá de la línea de sus pantalones. Joder.
Él: todo para ti princesa <3
Yo: no deberías mandarme foto de tu polla en vez?
La respuesta no tarda en llegar. Mi pulso se altera.
Él: prefiero q la veas en persona
así q cuando nos vemos?
Alzo la mirada. No quiero acostumbrarme a su jueguito seductor.
Yo: dije q no íbamos a repetir y yo cumplo mi palabra
Él: y yo q habría próxima y también cumplo con mi palabra.
Vamos princesa, deja que la naturaleza reproductiva entre nosotros fluya
Yo: 1ero) no me llames así y 2do) NO
Dejo el celular a un lado, intentando olvidarme de él pero no lo hago. Lo que me sorprende es que no recibo una respuesta en segundos, minutos... Joder qué mierda me pasa. Nunca espero como idiota para que un hombre me responda. Me cruzo de brazos indignada conmigo misma. No estoy de humor para estas mierdas. Nada está saliendo cómo quiero, es más nunca pido que las cosas salgan como yo quiero pero por una vez la vida debería estar a mi favor.
Intento seguir la conversación con las demás chicas. Inevitablemente la foto de Butch me vuelve a la cabeza. Se me hace agua a la boca. Varias imágenes de la noche que pasamos juntos vuelven. Se me calienta el cuerpo de solo pensarlo.
La otra vez culpé al alcohol, esta vez culpo a la impotencia y a la rabia.
Yo: llego en dos horas, te veo en tu depa.
Él: sabía que caerías princesa
Butch
Tengo una sonrisa del tonto del pueblo cuando veo a Bellota delante de mi puerta. Le insistí tanto por esto que pensé por un momento que era mejor rendirme. Bendita sea mi calentura que no lo hice. Sus ojos verdes me analizan provocándome un delicioso escalofrío. Tiene ese tipo de miradas que sin intentarlo te seducen. Tiene el cabello húmedo y las mejillas rojas. Parece que se ha bañado hace poco. Estuve al tanto de sus actividades. Sé que tuvo un partido hoy, amistoso pero al fin y al cabo un juego. Escuché la transmisión, sin embargo no escuché su apellido. Por lo que tengo entendido es titular pero parece que hoy no estuvo. Su mirada se desvía al interior de mi casa.
—Hola primor. —saludo mientras me apoyo en el umbral de la puerta.
—¿Está tu amigo? —pregunta sin rodeos. Suelto una pequeña carcajada.
—Tranquila, salió.
—Bien. —desvía la mirada por el pasillo y luego tira del cuello de mi camiseta. Aplasta mis labios con los suyos en un beso. Sus manos callosas contactan con mi cuello. La fricción es increíble. ¿Así se sienten las chicas cuando las toco? Yo aprovecho y palmeo su redondo trasero. Dios, anhelaba esto. Gime cuando lo hago. Me empuja hacia adentro. Cuando nos separamos me mira con deseo en sus ojos. Cierro la puerta detrás de ella. Camina un poco y revisa mejor el ambiente. Enarco una ceja y cuando me vuelve a mirar, me dirige la palabra. —¿Y tu habitación?
—Sabía que te había convencido pero no que estabas taan ansiosa. —se ríe ligero.
—Cómo si no notara tu polla dura. —señala mi entrepierna. Bajo la mirada y efectivamente tengo una carpa ahí abajo. Suspiro exagerándolo.
—¿Te das cuenta? Haces que la tenga dura sin que me dé cuenta. Tendrás que hacerte cargo eh. —se muerde el labio inferior y me cago en puta, está tan hambrienta como yo de ella. No tardo ni un segundo, la levanto en mis brazos y la cargo como si fuera una bolsa hasta mi habitación. La tiro con delicadeza en mi cama. Sus piernas son cortas en comparación con su torso. Ese maldito perfecto cuerpo. Se pone de rodilla y el acolchado se hunde. Toma mis caderas con sus pequeñas manos y tira de mí. Me encanta que tome la iniciativa, que muestre deseo por mí. Uno diferente... uno más real. —Sí, sí, sigue con eso. —me baja el elástico del jogging junto con el de mi ropa interior. Mi polla la saluda apenas hacerlo. Sonrío con orgullo. Escupe para lubricarlo mejor y oh Dios Santo cuando su boca me succiona puedo ver las estrellas. Un gemido involuntario se me escapa. —Haz eso de nuevo. —le suplico cuando su lengua envuelve la punta. Me da lo que quiero y vuelvo a gemir. Mis manos se van hacia su cabeza pero instantáneamente se aparta de mi polla. Siento un vacío.
—No me tocas la cabeza ¿de acuerdo? —lo dice con tono amable pero sé que es una amenaza y a mi pene no me gustan esas cosas. Aparto las manos y vuelve con su tarea. Vuelvo a suspirar. Sus manos aumentan el tempo y una corriente se genera desde mi cadera hasta mi ingle. Voy a correrme y no llego a avisarle. Cuando lo hago, me apuro en ver si ella está bien.
—Lo siento... no pensé que pasaría tan rap... —sus ojos me miran y me callo.
—Lo sé, soy muy buena en esto. —no sé si estoy impresionado por su confianza, por su habilidad o porque no tuvo ni el más mínimo impulso de escupir. Se pone de espaldas a mi cama, apoyando sus codos en ella, separa las piernas y yo creo que me puedo correr de nuevo. —Ahora haz que sienta placer. —me sonríe coqueta. Cómo si pudiera decir que no a eso. No me tomo nada de tiempo antes de abalanzarme sobre ella. Lleva cargos holgados que no dejan que me imagine cómo es el tesoro que hay debajo de ellos. Desabotono y bajo su bragueta, puedo ver la tela negra de su tanga. Se me hace agua en la boca. Quiero tomarme el tiempo para disfrutar de su piel, de torturarla con las caricias pero me está jugando en mi contra. Se los bajo impaciente, ella juega con sus piernas mientras me ayuda con mi trabajo. Tiene algunos moretones y cicatrices, supongo que por el deporte. Nunca me había acostado con una deportista, puede que me guste. Le quito las braguitas y veo el paraíso.
—Princesa estás tan mojada. —suspiro cuando acaricio su coño. Ella se agita, su respiración se vuelve irregular. Separo aún más sus piernas. Apoyo mi pulgar sobre su clitoris.
—Ohh. —gime con placer. Su cabeza se asienta sobre la cama. Tiembla cuando meto un dedo en ella y gime aún más cuando hago movimientos lentos en circulo sobre su punto. Amo que sea tan explícita con sus sonidos. —Haz eso de nuevo. —me ordena y yo solo puedo sonreír. Sus órdenes son mi placer. Vuelvo a hacer lo mismo y sus gemidos vuelven aparecer. Me hundo en sus piernas, besando su ingle antes de ir a su coño. Doy varias lamidas que aumentan la velocidad con cada gemido que escucho de ella. Sube y baja la cadera entregándose a mí. Me concentro en su clitoris con mi lengua y le meto dos dedos, que rápidamente entran en ella. Siento como se contrae en ellos justo antes de su orgasmo. —¡Butch! —mi nombre sale de esos labios carnosos y algo en mi pecho se calienta. Alzo la mirada y me relamo los labios con su sabor. La admiro, ahí sobre mi cama y me pregunto cuándo fui tan imbecil para no relacionarme con esta chica.
Es imposible no desearla y eso me puede meter en problemas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro