Parte 13 (fue tu culpa)
Narra el autor:
Sebastián estaba cerca del cuarto de miguel, estaba a punto de entrar cuando escucho la tocada de guitarra, se asomó un poco porque la puerta estaba un poco abierta, ya que el chico no se dio cuenta y el papa solo escucho atentamente mientras miguel estaba sentado en la cama de espaldas.
Autor: aquí canta "la razón" cover de naranjo, pónganla para esta escena.
https://youtu.be/yCXgF3lHkg4
Empieza con la tonada y luego comienza con la letra.
Miguel: no soy alguien perfecto, hay tantas cosas que no quise hacer, pero sigo aprendiendo, nunca fue mi intención que fuera así y sé que tengo tanto que decir.
Miguel: yo quiero que sepas hoy... una razón hay aquí, para no ser lo que fui, una razón para empezar, la razón eres tú.
Cantaba triste.
Miguel: perdón por lastimarte, es algo con lo que debo vivir, todo el dolor que te hice quisiera verlo desaparecer, ser quien seque tus lágrimas aquí. Por eso lo digo así.
Miguel: una razón hay aquí para no ser lo que fui, una razón para empezar ¡tú eres esa razón! ¡tú eres esa razón! ¡tú eres esa razón! ¡tú eres esa razón!
Una corta tonada.
Miguel: no soy alguien perfecto, nunca fue mi intención que fuera así y sé que tengo tanto que decir.
Miguel: yo quiero que sepas hoy, una razón hay aquí para no ser lo que fui, una razón para empezar, la razón eres tú... ¡por fin halle la razón! Para mostrar lo que yo soy por todo que lo que hago yo... la razón eres tú.
Un tono más y termina.
Su padre se quedó detrás de la puerta escuchando todo, al escuchar toda su tristeza sintió más pena por el, así que tomo una decisión y en vez de entrar al cuarto fue abajo mientras mantenía una mirada seria.
Ya abajo, Ana se encontraba en la cocina viendo que hacer de almorzar cuando escucho unos pasos detrás de ella y ya supo quién era.
Ana: ¿y bien? (sin voltear) ¿ya lo supero?
Sebastián: no, no lo hizo, de hecho, tengo que hablar contigo de algo.
Ana: ¿no puede ser después?
Sebastián: ¡no! Ahora.
Ella voltea.
Ana: ¿Por qué gritas?
Sebastián: escucha lo que tengo que contarte.
Ana: ¿Mmmm?
En eso el padre le cuenta todo lo que le quería decir a ella. De regreso arriba en el cuarto del protagonista, él estaba recostado de lado en su cama pensando en muchas cosas hasta que escucho un grito: ¡¿queeeeeee?!
Ese grito lo hizo levantarse de golpe, supo que ese grito vino de abajo así que se bajó de la cama para ir a ver, pero en el momento en que estaba por salir por la puerta alguien más entra, ese era su padre.
Miguel: papá ¿Qué paso abajo? ¿está todo bien? (preocupado)
Sebastián: si, todo bien hijo no te preocupes, pero... hay algo que tengo que decirte.
Miguel: ¿y qué es?
El señor no dijo nada y solo se sentaron en la cama, ahí se le dijo lo que le quería decir, que también era el motivo por el que Ana grito de esa forma.
Miguel: ya dime ¿Qué es? ¿Por qué mamá gritó?
Sebastián: está bien te lo diré, es algo que no he dicho en años, veras....
Miguel: ¿mmm?
Sebastián: tu mama no fue mi primer amor.
Miguel: ¿Qué?
Sebastián: cuando era más joven, cuando tenía unos 14 o 15 años, mis padres empezaron a decir cosas como que no querían que estuviera soltero toda la vida, en ese tiempo no estaba tan interesado en esas cosas, no hasta que conocí a una amiga.
Miguel: ¿una amiga?
Sebastián: era una perra antropomorfa dálmata.
Miguel: ooohhh... bueno, continua.
Sebastián: hacíamos muchas cosas juntos, pero no fue hasta que un día en el mercado estábamos los dos y una cosa llevó a la otra y... nos besamos. Ese fue mi primer beso.
Miguel: vaya, que bonito.
Sebastián: si, me gusto, pero no duró mucho.
Miguel: ¿Qué pasó?
Sebastián: no me di cuenta que mi madre estaba por ahí (decía viendo a la nada) cuando nos vio hizo un escándalo, me alejo de ella y a ella la empujo y nos fuimos a casa, ahí mis padres me gritaron bastante, me dijeron que debía conseguir una novia humana.
Su hijo solo lo escuchaba en silencio.
Sebastián: no hice nada de lo que tu hiciste cuando tu madre fue a gritarles a los vecinos, yo les hice caso a la primera gritada.
Miguel: ¿y tu amiga dalmata?
Sebastián: no la volví a ver, no es que no quisiera, es solo que se mudó, tiempo después conocí a tu madre, empezamos a salir, le presente a mis padres y se entendieron bastante bien, resulta que ella también odiaba a los antropomorfos como ellos, es por eso que se entendieron bastante. En fin, me dijeron que nunca contara lo que pasó y así lo hice hasta hoy, con el tiempo.... me fui enamorando de tu madre. (lo último lo dijo con un tono falso)
Miguel: ¿Por qué no lo contaste hasta hoy?
Sebastián: porque pensé que habías sacado el mismo odio de tu madre, y cuando dijiste que tu novia era una antropomorfa me sorprendí bastante, esperé hasta hoy y vi que no estabas dispuesto a olvidarla tan fácil, algo que yo no pude hacer.
Miguel: por eso estabas a favor de mi relación con Lara.
Sebastián: justo abajo se lo conté a ella y su reacción fue... bueno, ya oíste el grito, pero se lo conté más resumido que a ti. Tú tienes el valor que yo no tuve, pero cuando terminaste tu relación pensé que te habías vuelto como tu madre.
Miguel: claro que no, es que hay una gran razón por la que lo hice.
Sebastián: ¿y cuál es?
Miguel: Mmmm.... Mmmm.... No, no puedo decírtelo.
Sebastián: ¿Por qué?
Miguel: solo no puedo ¿ok?
Sebastián: Mmmm.... ok.
Miguel: ¿y que paso con la antropomorfa?
Sebastián: bueno, no la volví a ver en mucho, mucho tiempo, pero inesperadamente nos reencontramos hace varios meses. Pero tu madre no lo supo hasta hace un momento.
Miguel: Wow.
Sebastián: pero no te preocupes, hablamos, fue un poco raro al principio, pero quedamos como amigos solamente.
Miguel: aahh ya veo ¿Cómo le va?
Sebastián: le va bien (mira al frente pensativo) es lo único que me importa. (dijo una voz nostálgica)
Miguel: oh, pues que bien por ti. ¿Cómo es ella? Ósea su forma de ser.
Sebastián: gracias, eso no importa ahora. ¿te parece si vamos a ver si tu mama se calmó?
Miguel: Mmmm... ok.
No muy seguro decidió aceptar, aun así, los dos fueron abajo, se dirigieron a la cocina donde aún estaba Ana apoyándose con las manos en el lavadero.
Miguel: ¿mama? (pregunto con miedo)
Ella volteo y los miro a ambos con seriedad.
Miguel: ¿estas bien?
Ana: (suspiro) algo. ¿Por qué no me dijiste eso antes?
Sebastián: ¿habrías reaccionado bien?
Ana: ¡claro que no!
Sebastián: ahí está tu respuesta, por eso es que me puse del lado de mi hijo, porque yo también pasé por lo mismo.
Ella se quedó callada.
Miguel: mama, sé que odias a los antropomorfos, pero al menos quiero que aceptes a Lara como mi novia.
Ana: no pueden serlo, ya terminaron.
Miguel: puedo arreglarlo, pero quiero que la aceptes.
Ana: no lo haré.
Miguel: entonces lo haré yo mismo y no me importara lo que digas. (estaba por irse)
Ana: ¡no! (lo agarra del brazo)
Sebastián: déjalo.
Miguel: mama, ya te soporté lo suficiente.
Ana: ¿no entiendes que ustedes dos no tienen futuro? ¿Por qué no lo entiendes?
Miguel: si no hay un futuro se puede hacer uno (se suelta bruscamente del brazo) no todos piensan como tú, acéptalo ya.
Se quedó callada, no sabía que decir, Ana lo había intentado tanto para que su hijo se olvidara de esa zorra antropomorfa y piense más en chicas humanas, pero era inútil, entonces la madre suspiró pesadamente y dijo.
Ana: me rindo. (dijo apagada)
Padre e hijo: ¿eh?
Autor: ya era hora.
Ana: quería que fueras feliz con alguna chica humana, como lo eras con esa zorra y ahora me entero que mi esposo también anduvo con una.... esto se salió de mi control.
Miguel: entonces ¿aceptaras mi relación?
Ana: primero déjame hacer una llamada, tomar algo de aire y te digo. (sale de la casa)
Miguel: ¿crees que funciono?
Sebastián: no lo sé, yo espero que sí.
Afuera de la casa, Ana reviso que no la estaban escuchando a escondidas, al ver que no, empezó a hacer la llamada que dijo que haría, se pone el celular en la oreja, espera un momento y la persona que llama contesta.
En la llamada:
????: ¿hola?
Ana: hola ¿tienes un momento?
????: ah eres tú, dime ¿Qué paso?
Ana: te llame para decirte que ya no haré esto.
????: ¡¿Qué?! ¿de qué estás hablando?
Ana: ya no hare esto ¿ok? Lo intente tanto, pero nada sirve.
????: pues inténtalo más, todo va bien.
Ana: de una forma u otra él va a ir con ella.
????: no me importa, solo sigue.
Ana: no, ya se lo dije de todas formas.
????: ¿le dijiste de nosotros?
Ana: no, pero lo hare.
????: no te atrevas.
Ana: ya no importa Edward ¿está bien?
Edward: nada está bien, si lo haces entonces te va a ir mal, además ¿aun crees que su relación no funcionara?
Ana: .... (no dice nada)
Edward: ¡responde!
Ana: que no, no lo creo, pero se dé algo que podría servir.
Edward: entonces ¿no te rendiste?
Ana: no del todo, pero hicimos las cosas a tu modo ahora lo hare a mi modo. No sé porque me alié contigo.
Edward: ¡pues para separarlos! Porque no tienes el valor de hacer algo drástico, si haces algo sin mi consentimiento iré por él y lo matare. Y hablo enserio ya me harto ese humano.
Ana: has lo que quieras. Adiós.
Edward: ¡HIJA DE...!
(cuelga)
Ana se toma un gran respiro y vuelve adentro donde la esperaban, pero antes de ir con ellos se acerca a un mueble que estaba por ahí, abre un cajón cerrado con llave, al abrirlo mete la mano y saca una carta, vuelve a cerrar el cajón y va con ellos que estaban esperándola en la cocina.
Narra miguel:
Estaba muy nervioso que hasta sentía que las manos me sudaban, entonces entro mi mama con algo en la mano, espero que no sea algo malo.
Ella se acerca a nosotros con tranquilidad.
Miguel: yyyy.... ¿y-ya t-tomaste una decisión? (pregunte nervioso)
Ana: (inhala) si, pero antes hay algo que tengo que confesarles.
Padre e hijo: ¿eehh?
Estábamos confundidos ¿ella tenía algo que confesar? Espero que sea que se equivocó.
Ana: seguro será muy duro para ustedes escuchar esto.
Será duro para ti decir que te equivocaste.
Ana: pero bueno se los diré, estuve trabajando con un tal Edward para alejarte a ti de esa zorra.
Miguel: ¡¿queeeeee?!
No podía creer lo que oía, enserió mi propia madre se alió con ese imbécil para separarme de la chica que amo, esto es muy retorcido.
Miguel: ¡¿Cómo pudiste hacer eso?! (dije enojado)
Ana: creí que te haría entender, después de que me mostró que Andrés me engañaba cuando le dije que te espiara.
Sebastián: ¡¿su propio amigo?! (sorprendido)
Ana: tenía que hacerlo....
Miguel: ¡no tenías! ¡por dios! ¡¿todo esto para hacer que Lara y yo rompieramos?! ¿sabes lo devastado que me sentí al terminar con ella? Le hice daño.
Ana: solo quería lo mejor para ti.
Miguel: lo mejor si como no, lo mejor hubiera sido que me dejaras ser feliz.
Mi mamá se quedó callada con mi respuesta, pero solo me ignoro y siguió hablando.
Ana: le di tu número porque él era más confiable.
Miguel: entonces él era el número desconocido de esa noche, pero... ¡él es un antropomorfo! ¡¿Por qué de pronto decidiste confiar en él?!
Ana: baja la voz...
Miguel: ¡no me voy a callar por todo lo que has hecho!
Su cara mostro un poco de tristeza por lo mucho que gritaba, pero tenía razón para hacerlo mientras mi papa también la miraba con desprecio.
Ana: tengo algo para ti.
Miguel: ¡no quiero nada de ti!
Ana: ¡escúchame esta vez!
Miguel: ¡¿Cómo quieres que te escuche?!
Ana: solo que me escuches esto, le dije a Edward hace rato que ya no seguiría con esto porque vi que es imposible hacerte cambiar de opinión, pero quiero darte esto. (extiende su mano con el sobre de la carta en esta)
Yo no se lo recibí porque sigo enojado con ella, así que lo puso sobre la mesa para que lo viéramos todos, lo abrió y lo que había ahí era una ¿inscripción para otra escuela?
Miguel: ¿Qué rayos es esto?
Ana: esta escuela está en la otra ciudad, vas a ir allá a terminar tus estudios, lo tengo desde que dijiste que ella era tu novia.
Autor: que exagerada.
Miguel: ¡jamás! ¡¿Por qué tengo que hacerlo?!
Ana: Edward me aseguro que te mataría y lo oí muy enserio.
Miguel: .... (me quede mirándola)
Ana: por favor, solo vete un corto tiempo, es para que él no te encuentre, él no sabe de esto.
Miguel: pero ¿Qué hay de Lara? Es ella a quien quiere.
Ana: ya veremos como la protegeremos, pero tu estas en peligro también, tienes que irte, solo un corto tiempo y ya, cuando vuelvas, Edward será capturado por la policía y.... tu y ella estarán juntos. (lo último lo dijo entre dientes)
Me quedé pensativo y un poco sorprendido por eso que dijo, entonces vi que su cara estaba con algo de arrepentimiento, así que dije.
Miguel: ¿está muy lejos?
Ana: no mucho, es un viaje en autobús.
Miguel: si vuelvo, Edward está en la cárcel y ¿tu dejas de molestarnos a Lara y a mí?
Ana: (suspiro pesado) seguiré odiando a los antropomorfos, pero con ustedes... haré lo imposible para no meterme.
Miguel: ¿Cuándo sale?
Ana: hoy en la tarde, yo pensé que te haría cambiar de parecer para entonces, pero me equivoque. (triste)
Solo la miro durante un rato, de vez en cuando miro la inscripción pensando en qué hacer.
...........
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