04
Al dia siguiente, Amelia no se cruzó con Lucía.
La peli-verde esperaba encontrarse con Lucía apoyada en su casillero, pero esta no estaba en el mismo lugar de todas las mañanas.
En su lugar, Amelia la observó en la cafetería junto con Winona y Gus, riendo y con un jugo de caja en la mano.
Sintió un vacío en su corazón, pero, ¿Por qué?
Eso era lo que ella había querido, que Lucía la dejara en paz y no siguiera metiendo la nariz en sus asuntos.
Trató de ignorar esto el resto del día y esperó a que Lucía se le acercara en el resto de las oportunidades que normalmente se le presentaban, la castaña no hizo el ademán de querer hablar con Amelia aunque sus miradas se encontraran de vez en cuando, simplemente seguía hablando con sus amigos y la ignoraba por completo.
Lucía era una idiota.
Amelia tiró su gorra al fondo de su mochila y la colgó en su hombro, se llevó un chicle a la boca y salió de la cancha ignorando a sus compañeros de equipo.
-¿Ya observaste la lista que el entrenador puso en la entrada a su oficina? — escuchó a un par de chicos hablar.
Amelia se detuvo y disimuló para que el par de chicos no se dieran cuenta de que esta los estaba escuchando.
-¿La de los nuevos miembros? Todos lo hemos hecho, pero creo que Blight aún no se da cuenta.
-Oh, cuando lea el nombre de Noceda se volverá loca — rió.
¿Qué acababa de decir?
Amelia se acercó a los chicos, quienes dieron un saltito al verla y trataron de actuar como si no hubieran estado hablando de ella y Lucía hace un segundo.
-¿Noceda se apuntó al equipo?
Uno de los chicos desvió la mirada hacia su amigo en busca de ayuda, pero este solo observó a Amelia y no parecía tener la intención de querer ayudar a sh compañero.
El chico terminó suspirando.
-Estuvo ayer aquí en la práctica que faltase, habló con el entrenador y luego se fue — le explicó — hoy el entrenador puso la lista en su puerta.
Amelia estaba casi echando humo por las orejas, apretó la correa de su mochila y empujó al par de chicos para correr hacia la oficina del entrenador.
Y justo como los chicos le habían dicho, ahí estaba la lista con los miembros del equipo.
Ignoró varios nombres que no le importaban mucho y se centró en el que estaba buscando.
Junto al nombre de Winona Park, el nombre de Lucía Noceda estaba apuntado. Amelia golpeó la puerta y salió corriendo fuera de la cancha.
Qué maldita, ¿Como se le ocurría apuntarse en el mismo equipo que Amelia?
Sacó su teléfono e hizo el ademán de escribirle a Lucía.
-No te responderá.
Amelia volteó hacia Lucía, quien sostenía un cigarrillo entre sus dedos y sonría maliciosamente con la vista fija en Amelia. La peli-verde frunció el ceño y observó a la peli-castaña.
Llevaba un par de guantes sin dedos, una chamarra verde, una camisa de rayas, unos pantalones azules y un par de zapatos blancos.
De su bolsillo sobresalía un paquete de cigarrillos junto con un encendedor.
Dejó escapar el humo de sus labios y Amelia tosió ante el olor desagradable.
-¿Por qué mierda estás fumando en la escuela?
-Estoy fumando fuera de la escuela, no en la escuela.
-Sigue siendo el terreno de la escuela — Amelia se cruzó de brazos y rodó los ojos — los niños más pequeños podrán verte.
-¿Y?, No soy niñera para andarme preocupando por eso.
Amelia se acercó a Lucía y la tomó de la muñeca, una sonrisa se dibujó en el rostro de la castaña.
-¿Me llevarás a tu habitación una vez más?
Amelia obligó a Lucía a apagar el cigarrillo.
-No lo hagas sonar como si hubiéramos tenido sexo o te hubieras desnudado frente a mi — Amelia le reclamó.
-Si me desnudé, solo que de una forma espiritual, desnudé mi alma mostrándote mis gustos musicales.
-Eso lo leí en TikTok y con los my little pony.
Lucía le mostró las palmas de sus manos a Amelia y rió.
-Bien, soy culpable de eso.
Lucía siguió a Amelia hasta la parte de atrás de las canchas, se aseguró de que nadie las estuviera viendo y la empujó hasta el lugar donde guardaban los bates, los guantes, etc.
-No es el mejor lugar, pero siempre quise coger con una chica linda en un lugar donde estuviera obligada a no hacer ruido para que no nos descubrieran.
-Coger mis ovarios — Amelia cerró la puerta detrás de ella y tomó a Lucía del cuello de la camisa — ¿Estás haciendo esto para joderme?
-"Joderme" tiene distintas formas de interpretación, y dos de ellas me gustan mucho cuando se trata de ti.
Amelia soltó a Lucía y la empujó, esta estuvo a punto de caerse de culo al suelo, pero se sostuvo de un estante y no lo hizo.
-¿Por qué entraste al equipo?
-¿Porque me gusta al baseball?
Amelia quiso estampar el rostro de Lucía contra la mesa, pero se ahorró el problema que seguramente se armaría si hacía eso.
-Déjalo.
Lucía rió y dió un par de pasos hacia Amelia, inclinó un poco la cabeza hacia el costado y sonrió con malicia, acunó el rostro de Amelia con su mano y se acercó a ella.
Sus labios quedaron a centímetros, así que la peli-verde pudo sentir los labios de la castaña moverse al hablar.
-No lo dejaré solo porque me lo dices, Blight.
-Más te vale que lo hagas.
-¿O qué?
-O haré que te calles.
-Callame.
Amelia le dió un puñetazo en la nariz a Lucía y sacudió su mano luego de eso, sus nudillos quedaron rojos, pero el dolor valió la pena.
Un hilo de sangre empezó a correr por la nariz de Lucía y esta dejó caer su cabeza hacia atrás luego de reír.
-Me esperaba otra cosa, pero debo admitir que eso no estuvo tan mal.
-Eres rara, mejor me voy antes de que me pegues eso.
Amelia salió de la habitación y escuchó a Lucía seguirla, lo dejó pasar hasta que llegaron a la salida de la escuela.
-¿Por qué me sigues si te acabo de dar un puñetazo en la nariz? — volteó hacia ella — ¡Te podría dar otro y no me arrepentiría!
-Porque sé que no me darás otro puñetazo — Lucía sonrió — y la noche está llegando, no puedo dejar que te vayas sola.
-Yo me puedo defender solita, no necesito de tu ayuda, Noceda.
-Pero yo necesito que estés bien, Blight.
Qué hipócrita.
-¿Ah, si? — Amelia rodó los ojos — ¿Si tanto te importo por qué me has estado ignorando?
-¡¿No querías que te dejara sola en las clases?!
Amelia soltó un suspiro.
Lucía estaba en lo correcto, eso era lo que ella le había pedido desde un inicio, ¿Por qué se había enojado con Lucía por eso?
-Puedo volver sola a casa.
-No me importa, quédate aquí, iré por mi motocicleta.
Amelia quiso irse en el momento en que Lucía desapareció para ir al estacionamiento de la escuela, pero en su lugar, se sentó en las gradas de la entrada y jugó con los dedos de sus manos para que la impaciencia no la llenara.
Lucía apareció luego de un rato y le ofreció un casco a Amelia, pero esta negó con la cabeza y empezó a caminar por al acera.
-¿Por qué me esperaste si no te subirías?
Amelia se abrazó a si misma pero no hizo caso alguno a la chica, en su lugar, siguió caminando.
Lucía suspiró y siguió a Amelia.
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LA ÚLTIMA VEZ QUE ACTUALICÉ ESTE FIC FUE EL PRIMERO DE AGOSTO AJJAJAJ
Estoy pensando seriamente en darme un descanso con esta 😞
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