Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

44. Pieza oscura

Alex

Trinidad nos dejó adentro y quedamos en total oscuridad, mientras nuestros ojos intentaban acostumbrarse a la penumbra. Todo el ruido y la música que nos había acompañado hasta ese último instante, se había ahogado apenas cerró la puerta. Me pegué contra la pared y tanteé hacia los costados para encontrar alguna forma de encender la luz, y en el intento, sin querer rocé a Solae.

—¡Ey! —gritó ella, pegándome un manotazo.

—¡Perdona! Es que no veo nada. —me disculpé avergonzado tratando de calmarme luego de imaginar qué era lo que le había tocado e intentando inútilmente encontrar el maldito interruptor. Por suerte Solae lo descubrió por mí y lo activó.

Tenue e íntimamente iluminada, apareció ante nosotros una lujosa habitación equipada, entre otras cosas, con una enorme y en apariencia mullida cama, con respaldo acolchado y sabanas blancas sobre las cuales yacían esparcidos pétalos de rosas y, como si no fuera suficiente, sobre uno de los veladores había una bandeja con una botella de champaña y dos copas de cristal. Nos quedamos inmóviles de la pura impresión.

Buscando excusas para disfrazar mi nerviosismo, me acerqué a la bandeja aparentando curiosidad y así descubrí que habían más cosas sobre ella.

—¡Mira, hay chocolates! —dije, tomando la caja que estaba junto a la bandeja y se la alcancé, para animarla.

Solae al recibirla hizo una mueca que mezclaba entre risa e incomodidad.

—Eh... Alex, no creo que esto sea comestible... —dijo devolviéndomela sin mirarme y tuve que fijarme de nuevo para darme cuenta que le acababa de pasar una caja de preservativos con sabor a chocolate.

Solté la caja de golpe sobre la cama y me giré pensando que era un buen momento para entrar en combustión espontánea. Para lograr que el bochornoso momento pasara más rápido, me puse a recorrer la habitación con la mirada.

—Eh... al menos Trinidad no nos mintió al decirnos que había un baño —articulé al encontrar un medio de escape a la tensión que seguía en aumento.

Solae sonrió nerviosa y se sentó al borde de la cama con las piernas bien juntas y sus manos apoyadas sobre ellas. Mientras tanto, cogí una de las copas y me dirigí al baño para buscarle agua. Luego de ofrecerle la copa llena, me senté a su lado en silencio (pero no demasiado cerca), mientras veía que escribía algo en su móvil.

Podía percibir la tensión en cada milímetro que nos separaba y era consciente de cada una de mis respiraciones, las que no sin esfuerzo intentaba normalizar para que Solae no se diera cuenta de lo intranquilo que estaba. Y es que la aislación acústica de la habitación era increíble. Casi era capaz de escuchar los pensamientos de Solae y los latidos de mi propio corazón, que luchaba por escapar de mi pecho. Aún no podía quitarme de la cabeza lo que había ocurrido entre nosotros ni podía ignorar el hecho de que estábamos a solas, dentro de una habitación que se veía como una lujosa suite de hotel.

—¿Te... sientes mejor? —pregunté.

—Sí. Eso creo... Perdona por no haberte creído antes. —me dijo con la cabeza gacha, guardando su móvil y dándole un sorbo a su copa—. Todo esto es demasiado para procesar. Incluso con todas las pruebas que me dio Natalia, aún me cuesta creerlo.

—Entonces... ¿Aún no recuerdas nada...? —pregunté, con decepción.

Aún conservaba la vaga esperanza de que Solae hubiese recordado algo, pero al parecer las evidencias no habían sido suficientes. A Tam le había resultado recordar con solo leer su propio diario. ¿Qué más podía hacer para recuperar su memoria? ¿Es que acaso todo era irreversible?

Solae negó levemente con su cabeza. Se veía algo afligida.

—No te preocupes, yo también me demoré un buen tiempo en aceptarlo. —le dije en un intento de consolarla, o quizás, de consolarme a mí mismo—. Sé que todo esto es demasiado increíble. Demasiado difícil de digerir.

—Perdona, Alex. Me doy cuenta del empeño que has puesto para que te recuerde y yo... —Solae hizo una pausa para beber nuevamente de su copa y yo me acerqué un poco más a ella, sin decir nada—. He hecho el esfuerzo... incluso mi hermana lo ha intentado, pero nada parece funcionar.

—Y a mí tampoco se me ocurre qué más hacer. —admití—. Créeme que he probado de todo. Incluso creí que luego de que nosotros...

Solae me quedó mirando con sus profundos ojos color miel, esperando a que continuara.

—Ya sabes. Lo de hace un rato... —dije, sin ser capaz de poner en palabras a lo que había sucedido.

—¿Entonces eso fue solo para hacerme recordar?

—¡No! Yo en verdad no sabía lo del juego ni tampoco es como que pudiera controlar la elección de la botella, pero una vez que nos tocó... Igual creí que podría haber ayudado.

—Entonces el que continuaras besándome... ¿Fue solo para aumentar las probabilidades de que te recordara? —preguntó, al parecer algo ofendida.

—¿Qué? ¡No! ¡Pero si eras tú la que no se detenía!

—¡Farsante! ¡Tú no me soltabas! Fuiste tú el que...

De pronto se abrió la puerta de golpe y ambos dimos un brinco del susto.

Alcé la vista, con miedo de encontrarme con la cabellera rubia de Anton, pero resultó ser solo una pareja bastante borracha que parecía tener intenciones de utilizar nuestra habitación como motel. Mientras se besaban y se reían, se disculparon con nosotros y se fueron de inmediato. Cuando cerraron la puerta, sonó una breve melodía electrónica de bloqueo. Con Solae nos miramos sorprendidos.

—¿No estaba cerrada? —me preguntó incrédula y yo me levanté de un salto a corroborarlo.

—Parece que estaba entreabierta. No recuerdo haber escuchado esa musiquita cuando Trinidad se fue. —dije, luego de comprobar que ahora sí estaba bloqueada con llave.

Por suerte no había sido Anton el que entró, pero fácilmente podría ser el siguiente y de pronto me di cuenta de lo poco enfocado que había estado hasta ese momento. Mi plan no había funcionado y el tiempo seguía corriendo. Tenía que convencer a Solae de irnos de la fiesta, mientras se me ocurría alguna otra idea sobre la marcha.

—¡Aissh! ¡Esto no está pasando! —resopló Solae, tendiéndose bruscamente de espaldas sobre la cama, mientras se cubría el rostro con sus brazos. No parecía tomarle el peso a lo que estaba sucediendo.

—Solae, tenemos que salir de acá... —dije, intentando ignorar el hecho de que ella se encontrara recostada frente a mí sobre una cama matrimonial, con su blusa ligeramente recogida dejando entrever la piel de su cintura y con sus shorts diminutos, que apenas cubrían el encuentro de sus muslos.

Tragué saliva.

—Anton puede llegar en cualquier momento, y si entera de que... ya sabes...

—¿Si se entera de que nos besamos? —dijo en voz alta y clara, pero sin descubrirse el rostro. —¿Por qué te cuesta tanto hablar de lo que acaba de pasar?

—Si se entera de que tú ahora también sospechas de él, va a borrar de nuevo tu memoria y probablemente también la mía. Y sí. También si se da cuenta de que nos... besamos. —añadí en voz más baja.

—No te preocupes tanto, Alex. Eso ya está solucionado. Trinidad bloqueó el acceso de Anton a su casa y yo le acabo de mandar un mensaje pidiéndole que no venga. Acá dentro estamos muy seguros.

—No, Solae. ¡No estamos seguros! Aún no comprendes el poder de Anton. Así como fue capaz de borrarle la memoria a todos los que conocemos, modificar fotos y recuerdos, estoy seguro que entrará a la fiesta como sea.

—Pero si le dije que no viniera y él me respondió que no había problema. No tiene razones para venir. —dijo apoyándose ahora sobre su costado, chequeando su celular. Su nueva posición hizo que su cabello ondulado cayera hacia adelante, dejando al descubierto su cuello y parte de su espalda. Tuve que respirar profundo para lograr que mi cerebro retomara el hilo de la conversación.

—¿Te acuerdas del día de la pelea? —le pregunté, sentándome a su lado para que me prestara atención—. El día anterior Anton me amenazó con que hoy yo te perdería para siempre y estoy seguro que no se quedará tan tranquilo en su casa mientras sepa que estoy yo aquí contigo.

—¿Que me perderías para siempre? —repitió en voz baja, mirándome con interés. Por la posición en la que estaba recostada, su escote revelaba más de lo normal. Tuve que desviar mi mirada hacia el muro de enfrente.

—Eh... sigo sin saber a qué se refería exactamente —dije, nervioso—, pero es por eso que le rogué a Trinidad que me invitara a su cumpleaños, que te pedí que llegaras más temprano y que quería que vieras a Natalia. No podía quedarme sin hacer nada, mientras veía cómo Anton te alejaba cada vez más de mí o imaginando quizás qué intenciones tenía contigo al reservar una habitación como está, sin que tú...

—¿Tú sabías lo de la reserva de la suite? —me preguntó entre avergonzada y alterada, enderezándose hacia mí.

—¿Tú también lo sabías? —pregunté sorprendido—. Entonces, ya estabas dispuesta a...

—¡Eso no te incumbe!

—¡Claro que me importa! —solté sin pensar y Solae me miró sorprendida—. Digo... estoy convencido que todo lo que sientes por él es solo porque te está manipulando, pero no lo que sientes realmente.

—¡Qué sabrás tú lo que siento!

—¡Más de lo que crees, Solae! —dije sintiendo cómo mi corazón taladraba mi pecho—. Así como también sé lo importante que es para ti tu... primera vez.

—¿Queeé? —dijo agarrando una almohada y cubriéndose ahora con ella la cara—. ¡Aghhh! No puedo creer que también sepas sobre eso. —añadió con la voz ahogada por el cojín, volviendo a tenderse de espaldas sobre la cama.

—¡Solae! —dije intentando descubrirle la cara para que me escuchara—. Ahora que sabes la verdad, no me vas a decir que aún sientes cosas por Anton, ¿verdad?

—No es tan simple... —respondió, meciéndose de un lado a otro, con la almohada aún encima, evitando que se la quitara.

—¿Pero qué más pruebas necesitas? Ya viste de lo que es capaz.

—No es como que pueda decidir dejar de amarlo de un momento a otro. —me respondió, dejando de moverse—. Por favor ponte en mi lugar.

—¿Que no ves que Anton está controlando tus sentimientos?

—¿También tienes pruebas de eso, Alex? —preguntó apartando la almohada de golpe, ahora clavando sus ojos en mí—. Porque dudo mucho que él esté controlando lo que estoy sintiendo ahora... —agregó casi en un susurro y aquello me hizo sentir un intenso dejavú—. Es verdad que aún no te recuerdo, pero confío en ti. Quizás si partieras por ser más sincero conmigo...

—Yo... ya te dije todo lo que sé.

—No me refiero a eso. Debes tener alguna idea de por qué Anton se hizo pasar por una versión tuya para alejarme de tu lado. Alguna pista de por qué de entre todas las personas que conozco, me hizo olvidarte solamente a ti.

Estaba sin palabras, contemplándola inmóvil y perdido en sus ojos, mientras que tenerla tan cerca, escuchar su respiración, los latidos de mi corazón, sumado a mis deseos de besarla y soltar todo lo que sentía por ella, no me permitían pensar con claridad. Pero no podía hacerle eso. No sin antes explicarle la verdad...

Pero ¿Cómo decirle a Solae que temía que todo lo que estaba ocurriendo era por mi culpa? Que temía que Anton había aparecido solo porque yo había deseado alejarla de mi lado... No sabía si ella podría perdonarme algo así.

¿Qué tal si no era Anton el que me iba a hacer perderla, sino el hecho de decirle la verdad? Admitir que antes creía odiarla o confesarle lo que ahora sentía por ella. Probablemente ambas opciones provocarían que todo terminara de golpe. Ella aún amaba a Anton, independiente de si él la controlaba o no, y si le soltaba algo así ahora, la respuesta más probable sería su rechazo.

Pero aún así... aún así ella merecía saber la verdad. ¿Por qué me costaba tanto poner en palabras todo aquello que estaba sintiendo?

El tiempo se me estaba agotando.




¡Holaaa!

Hoy paso cortito a saludar a Norichama para agradecerle por el hermoso Fanart que me está preparando :) ¡Muchas gracias! Visítenla en su instagram  @ bynorichama. ¡Es una ilustradora muy talentosa!

Mi idea, cuando termine de publicar la novela, es poner todos sus fanarts como extra  😊
(Y quién sabe. Si el libro alguna vez se publica en papel, sería genial poder incluirlos ahí también 😮)

¿Se les ocurre algo más que pueda incluir al final?

Envío un cariñoso saludo a BTS_Army677 que hoy está de cumpleaños.
¡Apio verde tu yu!

¡Nos vemos!

Próximo capítulo lo narra Solae ❤️


* * *

Historia publicada en papel por Penguin Random House.
Puedes comprarla en las mejores librerías de Chile

Para más información sobre como comprar el libro en tu país en físico y/o digital: www.catakaoe.com y mis redes sociales: @CataKaoe

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro