Solae
Salí con Trinidad casi arrastrándola conmigo fuera del colegio. En ningún momento le dirigí la mirada, ni ella tampoco me hizo preguntas. En silencio asumimos que el plan de ir juntas al mall se mantenía. No tenía ganas de estar sola y por suerte ella parecía animada a acompañarme, aceptando incluso que nos fuéramos en transporte público, algo que para ella debía ser algo sumamente pintoresco. Fue ya arriba del autobús que nos llevaría al centro comercial y luego de sentarnos, que Trinidad recién me habló.
—Estás extraña, Sunny. Something happened? —me preguntó intrigada. Yo quería desahogarme, pero no se me ocurría cómo abordar el tema sin tener que contarle todo lo que estaba en mi cabeza.
—¿Qué es lo que te gusta de Alex? —le contrapregunté luego de un silencio, mirando hacia afuera, desde mi asiento que daba hacia la ventana.
—¿De Alex? Pensé que me preguntarías sobre mi conversación con Anton. —me respondió confundida—. No lo sé, solo me gusta. ¿Por?
—¿Podrías por favor ser más específica? —le pedí ahora mirándola a los ojos—. ¿Por qué, luego de todos estos años, recién ahora te fijas en él?
—Definitivamente estás muy rara. —repitió—. Who cares? ¿Qué importa? Tú también, después de ser amiga de Anton durante toda una vida, recién ahora lo tienes de novio.
—¿Verdad que sí? ¿Por qué recién ahora está pasando todo esto? Siento que algo muy extraño sucede entre ellos dos.
El autobús se detuvo a recoger más pasajeros. Revisé brevemente mi celular para ver en qué parte de la ruta íbamos.
—¿Algo extraño entre Anton y Alex? —me preguntó.
—Sí. Como si hubiese una especie de conexión entre ellos.
—¿Acaso estás sugiriendo que ellos... —se acercó a mí oído antes de continuar hablando— ...son gay? —susurró.
—¡Nooo Trini, no así! —reclamé riéndome y empujándola por boba—. No sé cómo explicarlo, pero es como si compartieran varias cosas en común. Es como si ellos dos fueran... —no me atrevía a mencionar la idea en voz alta, ya en mi mente sonaba demasiado ridícula.
—¿Como si fueran la misma persona? —me preguntó casual y la miré desconcertada. ¿Acaso estaba de acuerdo?
—¡No me mires así, como si pudiera ser cierto! —me dijo riéndose de lo seria que me había puesto y me frotó la cara con suavidad—. Pero no te niego que a pesar de que aparentan ser totalmente opuestos, sí he sentido algunas de esas similitudes. Estoy convencida que ambos emanan el mismo tipo de feromonas.
—¿Feromonas? ¿En serio me vas a hablar de feromonas? —pregunté alucinada. Trinidad era increíble.
—Soli... digo Sunny. —comenzó, reacomodándose en su asiento y aclarando su garganta—. Ya que estamos sincerándonos y que tú eres my BFF, mejores amigas forever and ever y todo eso... —hizo una pausa mirando hacia afuera para comprobar en dónde íbamos y continuó—. Antes. No ahora, sino antes de que fueras novia de Anton... yo también sentía cosas por él.
Trini me miró para comprobar mi reacción, pero al ver que no hice amagos de querer asesinarla, continuó—. Pero como te respeto mucho, y ahora que Anton está oficialmente ocupado por ti, comencé a sentir que Alex reemplazó ese lugar rápidamente en mi corazoncito. No sé cómo ni cuándo ocurrió exactamente, pero es como si todo lo que sentía por Anton se hubiese traspasado hacia Alex. Es como si Alex...
—Como si Alex fuese equivalente a Anton... —completé envuelta en una especie de trance y Trinidad quedó mirándome, con recelo.
—No. Bueno sí. Algo así. —dijo levantando una ceja mientras lo evaluaba, no sé si convenciéndose del todo—. Pero Soli ¿Ahora sí me vas a explicar a qué vas con todas estas ideas raras? Cualquiera diría que ahora te interesa Alex...
—¡No seas tonta Trini! Yo estoy con Anton. —le respondí de inmediato.
—Eso no responde mi pregunta. ¿Te gusta o no? —insistió.
—¡Señor, pare aquíii! —le grité al chofer con energía, levantándome de golpe del asiento al darme cuenta que nos pasábamos de nuestra parada—. ¡Y no, Trini, no me interesa Alex! —le grité luego sin querer a ella. A continuación, y al ver que Trini no se movía, me crucé por sobre su asiento haciéndome camino hacia el pasillo.
—¿Sabes que existen los timbres para anunciar el paradero, no? —me reclamó Trini, levantándose detrás de mí con la cabeza gacha, avergonzada de que todos se nos quedaran mirando.
El autobús se detuvo y antes de bajarnos, le grité las gracias al chofer, cosa que Trini también reprobó. Luego, juntas nos devolvimos caminando hasta la entrada del centro comercial.
—Soli —me llamó ella, luego de algunos minutos de silencio—. ¿Te molestó lo que te confesé acerca de Anton? —en su voz había un dejo de preocupación.
—No, para nada Trini. —le respondí sonriéndole para tranquilizarla. En cierta forma me había aliviado que fuese sincera conmigo acerca de algo que ya sospechaba. Luego desvié mi mirada hacia las vitrinas, sin ponerle atención a nada en particular.
—Bueno. A mí también me deja más tranquila que no te interese Alex. Es que últimamente pareces muy unida a él... —me dijo de pronto y la miré sorprendida y sin saber qué decir. Al ver mi cara continuó.
—De eso hablamos también con Anton. Él me dijo que te notaba muy cercana a Alex y me preguntó si sabía algo al respecto.
—Ah... ¿Dices que por eso que estaba tan raro conmigo hoy? ¿Era porque estaba preocupado?
—Alex le pegó a tu novio y sin embargo hoy hablabas con él como si fueran los mejores amigos. No puedes culpar a Anton por estar celoso o cuanto menos, raro. —me respondió.
«¿Anton celoso de Alex?» Pensé mientras pasaba mi mano por entre una fila de ropa colgada dentro de una de las tiendas a la que habíamos entrado al azar.
—Anton me dijo que no tenía sentido seguir peleada con él. Además es Alex el que insiste en hablar conmigo. A veces puede ser muy persistente... —respondí mientras simulaba estar interesada en buscar el precio de una de las prendas, pero apenas lo encontré, solté la etiqueta como si quemara. Era una cifra con bastantes más dígitos de los que podría llegar a pagar.
—Ahá. ¿Y qué tanto quiere hablar contigo Alex? —me preguntó buscando mi mirada.
¿Era acaso el momento de contarle todo a Trinidad? La guié fuera de la tienda, para volver a los pasillos principales del mall, donde se escucharía menos nuestra conversación.
—Alex me dice que desconfíe de Anton. Que puede que me esté ocultando algo. —le dije en voz baja.
—¿Que desconfíes? ¿Y por qué le harías caso a él antes que a tu novio? A Alex apenas lo conocemos...
«Apenas lo conocemos y tú ya estás prendada de él...» me hubiera gustado reprocharle. Al menos hasta que recordé nuevamente mi sueño y luego de ponerme roja, opté por mejor quedarme callada.
Me di cuenta de que seguir insistiendo o profundizar en las teorías de Tam y Alex, era una pésima idea y además me arriesgaba a ser tildada de loca por mi mejor amiga. Yo misma no terminaba de convencerme de que Alex no tuviera algún problema de contacto con la realidad y mi hermana un coágulo atorado en su cabeza.
—Tienes razón... Y no es que desconfíe de Anton. —aclaré—. Es solo que su actitud hoy conmigo igual me hizo sospechar que podría estar ocultándome algo...
—¿Qué cosa te podría ocultar? Son amigos de toda la vida y ahora que por fin están saliendo comienzas a sospechar cosas raras de él.
Asentí pensativa.
—Lo que a ti te pasa, Soli, es que te mueres de nervios por lo del sábado y por eso andas buscando excusas para no acostarte con Anton. —dijo sin rodeos, apoyando su mano sobre mi hombro—. Pero Sunny, siempre puedes contar conmigo. Puedo decirle que la Suite que reservó para el Tri ya no está disponible.
—¿La Suite? —pregunté confundida.
—Sí, la Suite... Damn! —exclamó llevándose una mano a la boca—. Anton me pidió que no te dijera nada para que fuera una sorpresa, pero te veía tan preocupada al respecto que creí que debías saberlo. Sorry Sunny, parece que te hice spoilers.
—¿Qué? ¡Pero es que ni siquiera hemos conversado sobre el tema! —exclamé enfadada y con ganas de quebrar algo. Si Anton quería sorprenderme vaya que lo consiguió! ¿Así que él planeaba llevar todo al siguiente nivel sin siquiera consultarlo antes conmigo? ¿¡Pero quién se creía!?
Agarré mi móvil con furia y marqué a Anton a pesar de los esfuerzos de Trini por impedírmelo. Me suplicaba que por favor no le dijera nada. No tardó en contestar.
—¿Sí, mi Sol? —respondió Anton al otro lado de la línea, con su voz dulce y cariñosa. Escucharlo siempre me bajaba las revoluciones y esta vez me pilló desprevenida. De pronto sentí que ya no era tan buena idea discutir este tema por teléfono, sobre todo considerando que él aún estaba con Alex.
—¿Les queda mucho para terminar de limpiar, amor? —me escuché preguntándole en un tono inesperadamente calmado y empalagoso. Trinidad me miró con desconcierto, gesticulando un What the fuck?
—"No diría que nos queda mucho, pero si me necesitas junto a ti, puedo encargarme de que Alex termine solo" —me respondió.
«No, ¡No te necesito!» quería decirle. En este momento no quería nada con él. Pero no podía decírselo por teléfono, no quería que Alex se enterase.
—No es necesario. Mejor avísame cuando terminen y de ahí hablamos. —dije y colgué sin esperar su respuesta.
—¿Qué vas a decirle, Soli? No creo que Anton haya querido pasarte a llevar, ni que planeara hacer nada sin tu consentimiento —intentó calmarme Trinidad—. Tampoco es que sea algo tan grave...
No era solo el hecho de reservar una suite sin consultarlo antes conmigo lo que me enfurecía. Estaba convencida que algo más me estaba ocultando, y eso no podía sacármelo de la cabeza. Intenté recordar más o menos lo que me había dicho Alex:
"Si tienes la más mínima duda de que Anton oculta algo o de que nosotros dos fuimos amigos, por favor dame tiempo. Intenta hacer que él llegue más tarde e intentaré convencerte de que tengo razón"
Las palabras de Alex, las advertencias de Tam. Ambos me pedían desconfiar de Anton. Mi instinto ahora también me sugería ir con cautela, y ahora también Trini me revelaba algo que me lo bajaba de su pedestal.
—¿Qué crees que debería hacer? —le pregunté, abatida.
—Yo creo que debes relajarte un poco y escoger algo bien sexy que ponerte para mi fiesta. No por Anton sino por ti. Y por supuesto debes ayudarme a escoger qué me pondré para conquistar a Alex. ¿Sabes qué tipo de cosas le gustan? —dijo rodeándome con su brazo y llevándome con ella a una de sus tiendas favoritas de ropa.
A pesar de que Alex parecía conocer todo sobre mí, me daba cuenta de que no era mucho lo que yo sabía sobre él. Sabía que le gustaba leer, que no le gustaba la cerveza, que le gustaba el mismo café que a Anton, la misma serie de TV que veíamos juntos; al parecer también la pizza, el sushi y... mis pechos. Se me escapó una leve risa nerviosa al recordarlo.
—¿De que te ríes? —me preguntó curiosa —Sí sabes lo que le gusta ¿verdad? Y no me quieres decir.
—Yo creo que para variar podrías probar usar algo no tan provocativo. —le dije examinando la ropa que estaba a mi alrededor. A continuación agarré un vestido estampado con cuello cerrado y se lo pasé. Trinidad lo tomó con recelo y casi sin mirarlo lo lanzó casi con asco, encima de uno de los percheros.
—Parece que soy yo la que debe ayudarte a vestirte a ti. ¿No pensarás llevar uno de tus atuendos de niña buena, verdad? Eso podría calentar a algún viejo verde en una plaza, pero no te servirá para el Tri. —dijo mientras me guiaba hacia ropa que claramente brillaba mucho más y tapaba mucho menos—. No te preocupes, que yo te lo pago.
«¿Qué tenían de malo mis vestidos?» Igual me reí de su comentario y de imaginar a Trinidad vistiéndose con mi estilo y yo sus transparencias y escotes. Como teníamos bastante tiempo y ella se ofreció a pagarme, dejé que me recomendara ponerme lo que ella quisiera, incluidas sus indecencias, lo que también me sirvió para distraer mi loca cabezota.
Luego de una relajante sesión de compras que logró disminuir mis preocupaciones, fuimos a tomarnos un helado que esta vez invité yo como agradecimiento simbólico, ya que mi amiga millonaria no tendría problemas en pagarse la heladería completa si ella quisiera. Estaba feliz terminando de comerme mi barquillo, cuando siento que alguien me abraza repentinamente por la espalda.
—¡¿Anton?! —Me giré sorprendida al verlo detrás mío. —¿¡Qué haces acá!? ¿Y el castigo?
«¿Y Alex?» Me hubiera gustado agregar, pero preferí omitir eso último.
—No te preocupes, está todo en orden. —dijo calmado, aún abrazándome cariñoso.
—¿Pero ya terminaron? —pregunté mirando la hora—. Ayer a estas alturas aún estábamos limpiando y éramos tres...
—Está todo bien, Sol. No te preocupes que ya quedó todo listo y no dejé a Alex abandonado. —susurró ahora en mi oído, abrazándome con aún más fuerza. Me sonrojé.
—No estaba preocupada por Alex. —salté a la defensiva.
—Claro que no. —me dijo besando mi mejilla. Volví a recordar mi sueño. No me podía concentrar en mantenerme enojada. «¿Por qué eres así, Solae?»
—Estoy molesta contigo —mascullé, corriendo mi cara hacia el lado opuesto, intentando soltarme de su abrazo.
—Sí, muy molesta. —repitió él, sonriendo.
—¡Hablo en serio! —rebatí girándome hacia él.
—Lo sé amor. Por eso vine. —me dijo ahora hablándome de forma paternal. Me sorprendí al verme domada por una mirada comprensiva y su rostro perfecto que tanto me gustaba.
—Perdóname Sol. Sé que en el fondo te hubiese gustado quedarte a ayudarnos, pero no quería que te cansaras innecesariamente como ayer. ¿Quieres que vayamos juntos a comprarte algo lindo? Además creo que hay algo que tenemos que conversar...
De pronto ya no me sentía tan segura de mi enojo. Trini tenía razón, Anton aún no había hecho nada malo y seguramente quería platicarme sobre eso. ¿Por qué Anton sabía siempre cómo desarmarme? Maldición...
Miré a Trinidad dándome cuenta que la había dejado de lado. Pero ella me sonrió.
—No se preocupen por mí, estoy segura de que tienen "mucho que comprar" —Se despidió de nosotros con un beso en la mejilla, me susurró un «hablamos luego» acompañándolo de un gesto con su mano y se alejó, dejándonos solos.
Volví mi mirada a Anton y me vi sumergida en sus profundos ojos claros, preguntándome a dónde me llevaría esta conversación con él.
⭐ ⭐ ⭐
¡Feliz Sábado!
Como se habrán dado cuenta, he acelerado el ritmo de las publicaciones.
¿Por qué? ¡Porque por fin la novela está terminada! Solo quedan ajustes y ediciones menores 💕(Esperemos que a mis lectores cero les gusten los capítulos finales 🤞🏻🙏)
Gracias a todos los que me siguen con cada actualización.
Así como ustedes esperan cada capítulo, yo espero sus lecturas, votitos y comentarios con alegría ❤️
A quienes se integran: ¿Cómo llegaron a mi novela?
Por spam mío, porque me conocen en persona, redes sociales, lista larga / corta de los Wattys, recomendación de amigos, no recuerdan...
Saludos a quienes comentaron el último capítulo:
ichclau, RossarioMarzano, Mz_dreams13, NicoRoman, alexandra1478520, Sofista2018, Carlos2004cd, Sandy_CL, lalen142003, Mariagperez11, FernandaBustosReyes, AldanaLeonorPV, EffieMC, -dylallxn, Nat_bk, karma_15, Izarys03, MiriChanTheKiller, DallanaTolentino, Taeloamo, GuumiSmile, Thris_Myrthef, Richzendy, andreagracianocastro, BTS_Army677, ArnalbisFernandes, mcanepa, KatherineGuzman064, UnicornDreamer505, Cherrybeautiful, MaryferPabloFlores, reader_girl2004, Ana1sHistories, SarviaFlorRodriguez7, donclamo, Toruhizu, Mariagperez11, shofufy
¡Que tengan un lindo fin de semana!
Próximo capítulo:
❤️ Vuelve a narrar Alex (y por fin comienza ESE sábado)
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