Cuenta la leyenda que se encontraban un día dos ninfas compartiendo como les iba la vida. Una de ellas era la ninfa Heleades, ninfa de los pantanos y marismas; la otra era la ninfa Pegeas, de manantiales y cataratas.

—¡Estoy harta! la gente viene a mí con miedo. No les gusta nada de lo que les ofrezco. Vienen, me miran, y se marchan. No saben disfrutar de todo lo que pueden obtener del maravilloso entorno cenagoso.

—Mujer no seas así. No será para tanto, también tienes cosas buenas, pero todavía no las han descubierto.

—Claro, a ti te resulta fácil decirlo porque cuando llegan a tu hábitat se quedan extasiados con tu paisaje. Se maravillan de tus pozas de agua limpia y cristalina. Se bañan en tus manantiales y beben de ti.

Y una lágrima rodó por la terrosa mejilla de la ninfa Heleades, recién salida del barroso pantano.

—No llores amiga. Estoy segura que algo podremos hacer.

—¡No hay nada! Ya lo he intentado todo —y la lágrima se transformó en un torrente de agua que empezó a fluir por su lagrimal y a correr por su rostro sucio.

Pegeas se la quedó mirando con tristeza y se compadeció de su amiga, porque tener gente buena y alegre contigo, hacía que los días fueran más felices. La miró con dulzura y entonces se dio cuenta.

—¡Oh Heleades! ¡No te lo vas a creer ya lo tengo!

—¿Qué tienes? —Contestó sin dejar de llorar.

—El barro amiga. El barro es milagroso. ¿Has visto tu hermoso rostro? Al llorar has arrastrado el barro de tu cara. Tienes la tez más tersa y pura que he visto jamás, purificada y saludable.

El barro desintoxicaba la piel, liberaba las toxinas que contenía y hasta podía curar algunas enfermedades dérmicas. Toda la tarde se la pasaron dándose baños de barro para comprobar las fabulosas cualidades de tan magnífico descubrimiento y desde entonces toda la gente, acude a darse baños de barro para curarse y regenerar su piel, cosa que a Heleades le encanta, y le hace muy feliz.

Moraleja, recuerda, por malo o feo que creas que es lo que tienes si te fijas bien, siempre encontrarás algo que hará de esa situación una oportunidad.