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Capítulo 3

Johnny

—¿Todo bien?— Preguntó con tono dudoso el pequeño vampiro.

—Claro, Hyuck, puede que no lo parezca pero ellos son muy simpáticos, tienen un sentido del humor algo extraño pero me tratan bien.— Contesté dejándolo, al parecer, bastante sorprendido.

Ya de nuevo en nuestros puestos, acabada la comida, me dispuse a seguir estudiando aquellos infinitos documentos. Yuta se había quedado en la cafetería dejando en claro que no quería que nadie lo molestara, por lo que podía oír el constante cuchicheo de Doyoung y Jiyeon quienes sin el control del humano parecían no querer aflojarle a la lengua. Sin embargo, una sola palabra hizo que el ambiente vivaracho aunque bastante calmado se tensara de un momento a otro.

"Mierda" eso había provocado el silencio sepulcral en toda la sala. Algo desconcertado me giré, dándome cuenta de que el chico que había dicho aquello estaba muy pálido y miraba aterrado su ordenador. Él estaba en otra de las cuadrículas de pequeñas oficinas, justo detrás de mí, los otro dos chicos que estaban situados a su lado lo miraban con inseguridad e incredulidad.

—Hendery, ¿Qué has hecho?— Le preguntó el que estaba sentado a su izquierda.

—Mierda, Xiaojun, la he liado.— Respondió el aludido entrando en pánico y empezando a teclear rápidamente en su ordenador, intentando arreglar el estropicio que había hecho.

—La que le va a caer...— Comentó Doyoung antes de que la puerta de la oficina de Jaehyun se abriera con lentitud.

Este con una mirada seria, sim rastro de la amabilidad con la cual lo había conocido, se acercó hacia Hendery con paso firme. El chico de pelo anaranjado que estaba sentado a su derecha parecía temblar como cachorro bajo la lluvia, sus ojos reflejaban miedo y sus labios formaban un pequeño puchero que lo hacían ver diminuto a pesar de su gran tamaño. Volví a mirar a Jaehyun quien ahora parecía susurrarle algo a Hendery que lo estaba dejando helado y, sinceramente, no entendía por qué tanto temor hacia el vampiro. A mí me resultaba exageradamente caliente la amenazadora manera en la que miraba a mi compañero, además de sus piernas bien formadas bajo el pantalón de traje que demostraban que se ejercitaba a diario y ese trasero que... Sacudí mi cabeza, desviando mis pensamientos, cuando Jaehyun volvió a erguirse, seguido de Hendery que también se había levantado.

Iba a girarme nuevamente hacia mi ordenador, no quería ser pillado un fraganti observando el cuerpo de mi jefe, cuando los ojos de este mismo sobre mí me detuvieron. Su mirada me dejó clavado en mi sitio y con una sonrisa de medio lado, coqueta y burlesca al mismo tiempo, se fue hacia su oficina siendo seguido por Hendery, dejándome algo trastocado.

Podría jurar que cada segundo en los cuales su atención había permanecido en mí, más atraído me había sentido por él, como si con solo un gesto de su parte hubiese podido tenerme de rodillas ante él, dispuesto a ofrecerle cualquier cosa con tal de que no dejara de mirarme.

Salí de mi extraña ensoñación al oír un sollozo lastimero, ya dejaría mis paranoias para más tarde.

—Seguro que lo despide o lo drena o lo encierra en las mazmorras del edificio.— Lloriqueó el pelirrojo mientras intentaba limpiarse las lágrimas.

Justo en aquel momento había entrado Yuta y al ver el panorama, algo extrañado, se dirigió a su escritorio y cogió de este un paquete de pañuelos para después entregárselos amablemente al chico que parecía un cachorro.

—Jungwoo, no lo va a despedir, sea lo que sea que haya hecho Hendery no puede ser tan grave como para llegar a despedirlo, drenarlo o enviarlo a esas imaginarias mazmorras que, desgraciadamente, no tenemos. Como mucho reorganiza vuestra mesa para que Xiaojun deje de distraerlo tanto. No te preocupes ¿Sí? No pasa nada, puede que Jaehyun parezca algo despiadado cuando se enfada, pero es totalmente inofensivo.— Le dijo Yuta a Jungwoo mientras acariciaba su cabello y este secaba sus lágrimas con los pañuelos que le habían sido dados

—Ya está el salvador de los pobres, defensor de los débiles, haciéndose el gentil y caballeroso delante de todos pero luego es el ató a Jaehyun de pies y manos y lo tiró al mar para ver si podía morir ahogado o no.— Refunfuñó Doyoung, haciéndonos reír a Jiyeon y a mí, siendo los únicos que habíamos logrado oírlo.

Lo cierto es que trabajar en esta empresa parecía que iba a ser algo más divertido de lo que creía en un principio.

Aquella tarde regresé a mi hogar con todos los archivos leídos y una sonrisa en mi rostro, satisfecho por el que sería mi puesto de trabajo y de por fin, tener uno de verdad y poder ayudar económicamente a Taeil. Este me sorprendió al llegar puesto que estaba preparando unas pizzas para cenar, algo que realmente no le esperaba.

—Hola Johnny.— Dijo él con una alegre sonrisa y algo de harina en su rostro.

—Hola Taeil. ¿Has llegado hace mucho?— Pregunté mientras me sacaba la chaqueta del traje y la colgaba en el perchero.

—Sí, hace una hora más o menos, me han dejado salir antes porque suelo hacer horas extras y porque lo había pedido, la verdad es que hoy tenemos invitados.

—¿Invitados? ¿En plural?

—Sí, Donghyuck y Lucas vienen a cenar. No solo Hyuck me compra el desayuno, Lucas suele comprar pan duro para sus perros. Supongo que vosotros tres sois mis únicos amigos.— Comentó encogiéndose de hombros él.

Asentí pensativo y me dirigí a mí habitación para cambiarme rápidamente por algo más cómodo y regresé a la cocina con él.

—No necesitas a nadie más, Taeil, siempre podrás contar conmigo para cualquier cosa, lo sabes. Eres mi única familia.— Respondí abrazándolo y acariciando su cabello como sabía que le gustaba que hiciera.

—Gracias, Johnny... Te quiero mucho, lo sabes ¿No?— Se separó un poco de mí para que pudiera mirarlo al rostro pero cuando iba a contestarle sonó el timbre y algo exaltado y apurado él se fue hacia la puerta de entrada, dejándome con las palabras en la boca.

Reí divertido y fui a recibir a ambos chicos, fue algo incómodo ver a Hyuck besando a Taeil por lo que decidí ahorrarle la imagen a Lucas y nos fuimos del recibidor para darle un mini tour por el apartamento.

—Me ha comentado Taeil que tienes perros, ¿Tienes alguna foto?

—¿De mis hijos? ¡Por supuesto! Son cinco cachorros de labrador blanco, estos son Sungie, Lele, Nana, Nono y Junnie. — Me enseñó entusiasmado una foto de ellos y me explicó cómo era cada uno de ellos y que se los había encontrado abandonados junto a la puerta de su casa.

Para cuando estuvo lista la cena, gracias a Taeil y Hyuck, Lucas y yo ya habíamos preparado la mesa entre amenas conversaciones. A cada instante aquel chico me caía mejor, mientras que Hyuck con sus disparatadas ideas no dejaba de sorprenderme y darme a entender lo inteligente que era en realidad con sus comentarios espontáneos.

Por mucho que hubiéramos querido que se quedaran más tiempo ellos se fueron poco después de cenar puesto que al día siguiente todos trabajábamos. Hyuck acarició los labios de Taeil en un gesto anhelante y yo suspiré algo envidioso porque hacía mucho que no salía con nadie. Posiblemente para el fin de semana saldría por la noche en busca de algún ligue, necesitaba liberarme de mi frustración sexual la cual llevaba acumulando desde tercer año de carrera. Aunque a decir verdad... Su libido había aumentado al conocer a su eternamente joven jefe. Joder, ahora que lo pensaba, aquel vampiro era la perfección personificada y eso que lo había visto durante muy poco tiempo.

Ya en su cama abrió su ordenador y buscó información sobre aquel hombre, impulsado por un instinto curioso y no descubrió nada emocionante pero sí pudo apreciar fotos suyas en ruedas de prensa y organizaciones de la salud vampírica. Su porte, su presencia, su belleza y su elegante hacía que absolutamente todos lo miraran. Era fuerte, autoritario y demasiado inteligente. Yuta había dicho que era inofensivo... Pero claro, teniendo en cuenta que eran amigos. ¿Y si...? No, Jaehyun era inalcanzable, Doyoung le había confirmado que hacía varios siglos que no tenía pareja y que, al parecer, no estaba interesado en tenerla por ahora. Pero nada le aseguraba que no tuviera sexo con alguien de vez en cuando. Algo que él estaría dispuesto a hacer... Si no fuera su jefe. ¡Diablos! Él no quería perder su trabajo, pero Jung Jaehyun despertaba sus ilusiones y deseos más eróticos sin siquiera pretenderlo. Lo mejor sería evitar todo contacto posible con él, acudiría al trío de hielo en caso de tener alguna duda y con respecto a los informes que debería entregar diariamente, intentaría dejarlas en su despacho cuando él no estuviera.

Porque no solo era él en sí mismo lo que lo encendían, sino aquella especie de hilo que parecía tirar de él cada vez que sus miradas conectaban. ¿Los vampiros no tenían esa extraña habilidad de atraer a sus presas? ¿O eran solo imaginaciones mías?

Cerré el ordenador y volví a tumbarme, ordenándole a mi cuerpo que se relajara de una vez por todas, no podía ponerme así solo por ver unas fotos de Jaehyun en traje, era absurdo.

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Hooolap.
Perdón por la tardanza, ya lo sabéis, estudios, etc.

Espero que os haya gustado el capítulo. Perdonad si hay faltas.

Hasta pronto 💞

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