Johnny

El sonido del timbre me sacó de mi ensimismamiento. Me había quedado mirando la pantalla de la televisión mientras acababa de desayunar y había perdido la noción del tiempo.

-Taeil, abre tú, por favor, voy a lavarme los dientes.- Dije levantándome y llevando mi taza a la cocina para después dirigirme al baño.

-Vale, seguramente sea Donghyuck. Ve tranquilo, aún es temprano para la entrevista.- Contestó él con amabilidad.

Me lavé los dientes y me peiné por cuarta vez desde que me había despertado. Comprobé que mi traje estuviera impecable antes de echarme perfume y salir del baño, escuchando la voz del tal Donghyuck y la de Taeil, mi compañero de piso.

Al parecer el chico trabajaba en Bleed Out como becario y me había conseguido una entrevista para la empresa. Estaba algo nervioso ya que era una internacional muy prestigiosa, pero necesitaba el trabajo para tapar los gastos del apartamento y para adentrarme de una vez por todas en la vida adulta.

Al llegar al salón me encontré con un menudo chico de piel acaramelada, pelo castaño y sonrisa afilada. Me miró de arriba abajo antes de asentir (supongo que conforme con mi apariencia) y se acercó a mí tendiéndome una mano.

-Lee Donghyuck, un placer conocerte Johnny.- Dijo él enseñándome sus dientes, dejando clara su raza.

-Lo mismo digo... ¿Puedo preguntar cómo es que eres becario en una empresa así? Digo... Porque eres vampiro.

-Ah, eso, bueno, estoy estudiando mi décima carrera, en teoría sigo siendo un joven estudiante y gracias a mis notas excelentes he conseguido el trabajo.- Contestó él soltándome la mano.

-Es un buen amigo, Johnny, si consigues el trabajo, él te ayudará.- Intervino Taeil mirando de soslayo al aparentemente menor.

Se miraron durante unos segundos entre ellos en los que pude apreciar cierta tensión, incómoda para mí, pero no para ellos.

Un buen amigo... Seguro.

-¿Nos vamos? No quiero llegar tarde a la entrevista.- Carraspeé y sonreí con nerviosismo.

Donghyuck volvió a mirarme y asintió dándose la vuelta hacia la salida mientras yo me despedía de Taeil con un abrazo.

-Luego te escribo para decirte cómo me ha ido.- Dije antes de ir tras el moreno.

Ni siquiera hizo falta coger el coche puesto que solo había tres calles de distancia hasta la sede de la empresa. Hacía algo de viento en la calle por lo que pronto supe que peinarme no había servido de nada. Donghyuck se detuvo a mi lado cuando llegamos a las puertas del edificio y cerró sus ojos inspirando profundamente.

-¿Pasa algo?- Cuestioné rompiendo el silencio que habíamos mantenido desde que salimos del apartamento.

-Mmm... No, es solo que hueles muy bien, me acaba de llegar tu aroma.- Contestó él ahora mirándome con una atrapante sonrisa.

-Muchas gracias, utilizo Hugo Boss. - Respondí haciéndolo reír, como si él supiera algo que yo no.

-Venga vamos, a los vampiros nos gusta la puntualidad.- Entró al edificio conmigo siguiéndolo como perrito faldero mientras me preguntaba si había dicho algo gracioso como para hacerlo reír.

La recepción al igual que el resto del lugar estaba impecable, decorado todo en blancos, negros y azules marino.

-Buenos días, Hyuck. Supongo que tú eres John Suh, aquí tienes un carné de visitante. Doyoung te está esperando en la sala 23, al final de este pasillo a la derecha.- Dijo uno de los recepcionistas entregándome efectivamente lo que me había dicho mientras que escaneaba el carné de empleado de Donghyuck.

Comprendía perfectamente que tuvieran protocolos de seguridad, la sangre no era barata a decir verdad. Le di las gracias al chico antes de que Hyuck me acompañara hasta el lugar acordado.

-Aquí nos separamos, supongo que luego sabrás salir.- Comentó él arrugando su nariz de manera adorable mientras observaba mi cuello.

Él se fue dejándome algo nervioso, lo cierto es que no tenía muchos amigos vampiros. En la universidad a penas habían veinte en mi clase de los sesenta que éramos y ellos hablaban poco con nosotros. Y estos tenían la manía de quedarse mirando mi cuello las pocas veces que conversábamos. Sabía que no me harían nada, pero eso no quitaba que me pusieran nervioso.

Solté un pequeño suspiro y llamé a la puerta, escuchando como me daban permiso para entrar desde el otro lado. Abrí con lentitud y entré con paso firme, no iba a flaquear, no podía fallar.

-Buenos días.- Saludé a los dos hombres que había allí dentro.

Cerré la puerta tras de mí y me senté en la silla que parecía estar esperándome.

-Un placer conocerte, John Suh. Yo soy Kim Doyoung y él es Nakamoto Yuta, hemos recibido la recomendación de Lee Donghyuck para que entraras a nuestra empresa. ¿Puedes enseñarme tu currículum?- Dijo el chico pelinegro.

Asentí y saqué de mi maletín (el cual casi había olvidado al salir de casa) lo que me había pedido, tendiéndole una copia a cada uno. El tal Yuta no parecía tener intenciones de hablar y su rostro poco amigable no me animaba a querer hacerlo tampoco.

-Con que eres licenciado en ADE... Y tienes un máster en economía avanzada, ambas con matrícula de honor.- Sonrió Doyoung enseñándome sus caninos afilados.- ¿Por qué crees que encajarías en nuestra empresa?

-Principalmente porque me adapto rápido a cualquier situación, puedo trabajar solo y también en equipo. Y contrariamente a muchos, no me molesta estar rodeado de vampiros... Siempre y cuando no miren demasiado mi cuello.- Comenté eso último sin querer, sonrojándome al instante.

Doyoung me miró con seriedad, miró a Yuta y yo tragué saliva intentando no darme de cabezazos contra la mesa... Hasta que empezaron a reír, dejándome descolocado.

-Eres justo lo que buscábamos, aunque no lo creas estamos un poco hartos de que todos sean tan serios aquí dentro. Tenemos pocos humanos y su sentido del humor es refrescante, además tienes un expediente impoluto y unas aptitudes extraordinarias. Mañana a las ocho en punto te estaremos esperando en recepción para que puedas leer el contrato con tranquilidad y después de firmarlo te daremos un tour por el edificio. Que tengas un buen día.- Comentó el vampiro al cesar de reír.

Dejaron de prestarme atención después de pronunciar esas palabras, pero yo me quedé algo sorprendido. Dudaba mucho que las entrevistas fueran de a penas tres minutos. Les di las gracias en un murmullo antes de salir de la sala.

Volví sobre mis pasos hacia la salida mientras cogía mi móvil para avisarle a Taeil de que ya había acabado mi entrevista. El problema fue que por culpa de ello me choqué contra alguien. Levanté la vista de mi teléfono dispuesto a pedir disculpas pero encontrándome con unos hipnóticos ojos verdes.

La muchacha que con rostro inexpugnable me miraba tragó saliva mirando mi aspecto durante una milésima de segundo antes de seguir su camino, sin darme tiempo a decir nada.

Me sonrojé lentamente mientras salía de aquel lugar, esperando que aquella chica y yo no fuéramos a trabajar en la misma planta. Más que nada por mi torpeza y porque... A decir verdad, era preciosa y no podía tener distracciones en el trabajo.

¡Había conseguido un trabajo! En una de las empresas más reconocidas a nivel mundial, en mi primera entrevista y cerca de mi casa. ¡Qué más podía pedir!

Regresé corriendo al apartamento, ya dándome igual mi aspecto. En cuanto le conté todo a Taeil no pudo evitar alegrarse conmigo y felicitarme. Él trabajaba de panadero y lastimosamente no nos alcanzaba con ello para pagar todo lo que necesitábamos. Yo había estudiado con beca completa por lo que no había tenido problemas con ello y por las tardes había hecho de profesor particular para niños o adolescentes. Con ello habíamos logrado salir a flote, pero ya era hora de que tuviera un trabajo de verdad con un salario digno.

Taeil no trabajaba ese día y por ese motivo nos permitimos salir para festejarlo, tomando un helado en un parque que había a unos diez minutos andando.

-Me alegro mucho, Johnny. ¿Hyuck te ha tratado bien? Es algo inquieto cuando quiere pero es buen chico.- Dijo él con una sonrisa en sus labios mientras ambos tomábamos de nuestros helados sentados en un banco.

-Buen chico en la cama o...- Comenté con picardía ganándome un puñetazo en el hombro de su parte y un leve sonrojo en sus mejillas.

-¡No me refería a eso!

-¿Cuándo pensabas decírmelo?- Pregunté exaltado mientras pinchaba su mejilla con mi dedo índice.

-Cuando fuéramos pareja oficialmente, pero es que aún no me atrevo a pedírselo.

-¿Hace cuánto que lo conoces?- Inquirí con curiosidad.

-Hace dos años... Suele comprar magdalenas cada mañana antes de ir a trabajar, empezamos a hablar con las frecuencia y hace seis meses me di cuenta de que me gustaba... Una cosa llevó a la otra y bueno...- No terminó la frase pero pude intuir qué continuaba.

-Estoy seguro de que también le gustas, Taeil y eso que solo os he visto dos minutos en la misma habitación.- Contesté ganándome una bonita sonrisa de su parte.

A la noche decidí ir a dormir temprano puesto que necesitaba estar descansado para lo que fuera que me esperara en esa empresa.

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Hooolap, hasta aquí el primer capítulo, espero que os haya gustado porque esto recién empieza.

Hasta pronto 💞