Capítulo 1: Del Épilogo Al Prólogo
Era una tarde tranquila y silenciosa, el cielo estaba adornado con nubes grises, casi tornando a negras. La preocupación en la casa Loud era copiosa, pues alguien llevaba fuera muchas horas y no había noticias sobre este. Cada segundo que pasaba esa pingüe preocupación aumentaba, cada “tic tac” dolía en lo más profundo del pensamiento y el silencio en el hondón de la conciencia, ¿y cómo no?, si desde aquel entonces ya nada es igual. Se preguntaban: “¿A dónde irá casi todos los dias para demorar tanto tiempo?” No lo sabían y sólo había una manera de hacerlo, pero eso sólo rompería la poca, casi inexistente, confianza que quedaba. Sólo queda esperar y dejar todo en manos del tiempo para que vuelva la esencia de aquella familia.
-Literalmente no puedo creer que esto esté pasando, no sólo a las menores también a Lincoln y nosotras.
-Sabemos que hicimos algo mal y lo sentimos.
-Con sentirlo no basta papá, ¿acaso pensaron en sus sentimientos? Linky está fuera en estos momentos y bajo este clima, ¿y si le pasó algo mientras estuvo fuera? ¿Serían capaz de vivir con esa culpa?
-Tienes razón Leni, fuimos egoistas por no pensar en ellos y acatar semejante decisión. Nada justifica lo que hicimos, pero su padre y yo...
-¡No mamá!, literalmente tú misma lo acabas de decir. Nada justifica lo que han hecho.
Las luces de los relámpagos comenzaron a traspasar las ventanas seguidos de los feroces rugidos de los estruendos, aumentando la desazón y desesperando a la hermana más dulce quien sin ganas de seguir esperando sale de la casa a buscar a su hermano. No le importó que al salir la feroz lluvia comenzara a caer, sólo le importaba ver que su hermano se encuentre bien y abrazarlo nuevamente. Tal acción preocupa al Sr. Lynn, Rita y Lori quienes eran los presentes en la habitación y salen detrás de ella. Gritaban su nombre, pero hacía caso omiso o simplemente no escuchaba por la feroz lluvia y sus pasos chapoteando. Pierde de alcance a su familia y desesperante llega a casa de Clyde en busca de su hermanito, pero no se encontraba. Sin detenerse buscó en todas partes, en casas de sus amigos, el parque, el Arcade, incluso en erupto hamburguesas y no lo encontró, ni siquiera fue visto por otra persona, pero eso solo la motivaba a seguir buscando. Mientras menos lo encontraba más preocupada se ponía y mayores eran las ganas de hacerlo, pero el amor por su hermano ponía en riesgo su vida sin ser consciente de ello. La fatiga empieza hacer efecto en su búsqueda así que se detiene a tomar aire, pero ese fue su peor error. Las nubes no desaparecían y la lluvia no cesaba más el juicio nublado con su hermano en mente hicieron que fuese demasiado tarde para cuando notó el auto que se aproximaba. Sólo podía ver como las luces iluminaban su rostro, pero antes del sonido del impacto todo se oscurecio.
¿Cómo llegamos a ésta escena? ¿Qué habrá pasado para que la familia más escandalosa, pero la más unida se volviera silenciosa y distante pese a vivir en la misma casa? Para comprender esta historia hay que rebobinar tiempo atrás, cuando esta familia aún era la más ruidosa, pero unida de Royal Woods.
Lincoln Loud se encontraba en su cuarto tratando unas heridas, nada grave, las había conseguido gracias a su dulce, hermosa y despistada hermana Leni. Nunca tenía un “No” como respuesta cada vez que algunas de sus hermanas acudían a él, no importaba si era para jugar, entrenar, tareas escolares o domésticas. Ese día la que había acudido a él era Leni, con una semana de anticipación. Tenía pensando en trabajar en una nueva línea de vestuarios para jóvenes, ¿y quién mejor para empezar que su hermano? Como de costumbre caía en sus despistes pinchando a Lincoln y una vez que él se quejó ella le dijo...
-Lincoln no te muevas, estas agujas son pequeñas, pero filosas, mira.- Sin pensar en sus acciones se pincha a si misma soltando un ligero grito de dolor.
-Leni cuidado, no te lastimes así.
-¿Y de qué otra manera te debería mostrar que son filosas y no debes moverte?- De su dedo índice comienza a brotar una diminuta gota de sangre, percatandoce de ello por el ligero ardor que sentía.- Ay, estoy sangrando.
-No debiste hacer eso.- Mientras Lincoln pensaba en lo torpe, pero dulce que era su hermana, de la mesa toma una servilleta para su dedo, pero al voltear Leni pone su dedo frente a su cara y le pregunta...
-¿Chupas mi dedo para secar la sangre?
-¡Leni!
-¿Qué? Con el dedo así no puedo seguir trabajando, ¿puedes?
¿Cómo se le ocurre algo así? Claramente nunca haría algo como eso, era sangre, su sangre y su hermana.
-¿O es que acaso no te importo?
-Claro que sí, me importas mucho.
-Demuestralo.
¿Por qué esa palabra? ¿Acaso no lo ha demostrado? Jamás pensaría en hacer algo como eso, pero, ¿por qué es tan frágil cuando se trata de sus hermanas? No toleraba que estuvieran tristes o molestas por otras personas o ellas mismas, pero sentía que era peor si fuera por su culpa.
-Solo limpiar la sangre, ¿verdad?
-¿Sólo eso te interesa?
-Y demostrar que me importas.- Toma su delicada mano y comienza a succionar su dedo, la vergüenza era notable a simple vista. Sentía como su sangre se volvía más vehemente dejándose llevar por la sensación. Al abrir sus ojos ve como ella estaba ruborizada, mordiendo su dedo pulgar izquierdo, los ojos cerrarados y el ceño fruncido. Ya no aguantaba más, quería terminar con la costura y salir de ahí lo antes posible.- ¿Esto es suficiente?
-Gracias, continuemos. Quédate muy quieto.
Así fue que consiguió esas heridas. ahora se encuentra en la sala esperando a su mejor amigo, Clyde. Él y Clyde habían trabajado muy duro durante un mes para conseguir unos pases de exclusividad para una nueva área de vídeo juegos en el arcade, serían los primeros en probar los juegos y los únicos en todo el día. Ya había hablado con sus hermanas para que ninguna acudiera a él ese día a excepción de Leni quién había pedido ese favor con anticipación. Así que ese era su día libre y no había algo ni alguien que lo molestara... o eso pensaba.
No fue interrumpido por alguna de sus hermanas, ni su padre o madre, ni siquiera por algunos de sus amigos, pero vio a Lana bajar de las escaleras y salir de la casa desanimada, sin Brincos y sin ninguna mancha. Nunca la había visto así y era evidente que algo no andaba bien con ella, quería ir y saber que le sucedía, pero su amigo Clyde pasaría por él en cualquier momento y no quería hacerlo esperar y él tampoco quería esperar. No obstante se cuestionaba que era más importante, ¿un día de juegos o su hermana? La respuesta fue clara en par de segundos, tenía que encontrar a donde había ido Lana, pero no era problema, siempre se dirige al mismo lugar cuando está de ese humor, así que tuvo que salir al patio.
-Lana sal de ahí, tenemos que hablar.
-No quiero.
-Vamos ya habíamos hablado sobre esto, sabes que ya no entro en la casa de Charles.
No obtuvo respuesta de vuelta. Claramente no quería manchar su ropa, pero el grito de ayuda que sentía proveniente de su hermana no podía darlo por alto así como si nada. Sin importar la tierra ni el polvo entró en la caseta de su mascota para acudir a su pequeña hermana, Lana Loud.
-No creí que entrarías, pensaba que no querias ensuciarte.
-Por mi hermana vale la pena arrojarme al vertedero más sucio si es necesario.
-¿En serio?
-¿Cuándo te he mentido?
-Nunca.
-¿Qué sucede Lana?
-Nada.
-¿No le puedes contar a tu hermano?
-No, ya largo de aquí.
-¿Qué pasa?
-¡Nada, ya lárgate de aquí y no gastes tu tiempo con una asquerosa como yo!
-¿Asquerosa como tú? Lana, tú nunca habias pensado así sobre ti.
-¿¡Y qué importa!?, ¡sólo vete, largo!
Forcejea hasta sacar a su hermano de la caseta dejándolo perplejo.
-¿Por qué haces esto Lana?
Y nuevamente sin respuesta alguna, sólo quedaba retirarse, forzarla no sería de ayuda y comprendía que debía otorgarle su espacio. Ese espacio de soledad y desahogo que él y todas, cada una de las presentes en la casa, comprendían que era necesario y respetaban.
La alerta de su celular sonó, era su mejor amigo Clyde, quien con gran entusiasmo le había escrito: “¡Ya estoy a la vuelta de la esquina! ¿¡Listo para nuestro gran Día!?”. Claramente no se encontraba preparado, estaba cubierto de tierra y gracias al forcejeo de Lana también se encontraba arrugada la ropa. Cosa que no era un problema, podría avisar que lo espere unos minutos y cambiarse rápidamente, pero, ¿qué hay de su hermana? Ignorarla de esa manera no era una acción que quisiera ejecutar. Así que responde el mensaje: “Me disculpo Clyde, pero tendrás que disfrutar de los juegos sin mí.”. El mensaje había sido leído de inmediato, pero pasaron unos ligeros segundos para que Clyde mostrara su presencia en la entrada de aquel fragoroso hogar.
-Eso fue rápido.
-¡Estoy aquí para resolver cualquier problema que mi amigo tenga y así ir juntos al Arcade y pasar todo el día en la nueva revolución de los juegos!
-Muchas gracias amigo, pero es Lana, se acaba de llamar así misma asquerosa.
-Es serio el asunto entonces.
-Lo lamento, pero ya me conoces. Simplemente no puedo dejarla así.
-Y es exactamente porque te conozco que sé que lo resolverás rápidamente. Solamente no te tortures tanto, eres exigente en muchas cosas, pero cuando se trata de tus hermanas no se quienes son peor, ¿tú con tus hermanas o mis padres conmigo?
-Sin duda, como el triángulo de las Bermudas, un gran enigma. Realmente lo lamento, ten...- Le hace entrega de su pase.- ...seguro puedes invitar alguno de los chicos.
-Seguramente, pero... no lo aceptaré. Estoy seguro que lo resolveras en unos instantes y mientras tanto te estaré esperando.
Lincoln agradecía por tener un amigo como Clyde, no era alguien con quien podría jugar y divertirse solamente, también era alguie en quien podía confiar y contar en cualquier situación.
Adentrándose en su habitación pensaba preocupadamente en Lana. Nunca, alguna de sus hermanas, había pensado de mala manera sobre si misma ¡y menos! sobre sus habitos, pasa tiempos y/o ambiciones. Recordó que la había visto bajar las escaleras, odia pensar mal, pero su primera idea era una típica discusión entre Lola y Lana. No quería enfrentar a su hermana, pero lo sentía necesario.
-Hola Lola.
-¡Lincoln ven, vamos a jugar!
-Claro.
Con placer jugaría, pero también con inquietud. No quería incomodarla o molestarla por preguntar sobre el estado de Lana, son hermanas muy unidas, pero también muy antagónicas y eso en muchas ocasiones terminaba en grandes conflictos entre ellas.
-Oye Lola, ¿sucedió algo entre tú y Lana?
-¿Lana?, no, nada. Incluso podría decir que se comporta mejor de lo usual, ¿por qué?
-Tuve una charla con ella hace unos momentos.
-¿Y...
-Fue algo... brusca por así decirlo.
-Así es ella, ¿qué tiene de raro?
-Brusca al estilo de Lynn cuando pierde.
-¿Lana agrediendo?
-No tan agresiva, así de agresiva, digamos cual Lynn exactamente, pues no, pero entiendes el punto. ¿Tienes idea del que le pudo haber sucedido?
-Puedo tener una pequeña idea.
-¿Cuál sería?
-No sé si deba contarte, si es lo que creo que es podría ser algo muy personal.
-Una semana de mayordomo.
-Dos y tenemos un trato.
-Tú ganas, pero debes decirme todo, sin excepciones.
-Trato. Creo que Lana comenzó a tener complejo.
-¿Complejo?, ¿Lana? ¿Por qué?
-Hace unos días quizo jugar con un nuevo grupo de compañeros, pero la rechazaron por... por ser ella misma.-
-Comprendo..., pero ya había pasado por eso, ¿cuál es la diferencia esta vez?
-Bueno... no estoy segura, pero creo que puede ser culpa de Skippy.
-¿Y quién es Skippy?
-Lana estaba interesada en él, fue el único que la trataba bien y de vez en cuando la ayudaba con cosas de las bestias pulgosas.
-Lola.
-Perdon, con los animales de la calle. Incluso el asunto del estanque los acercó aún más, pero hace unos días Lana se encontraba sacando unos animales de la basura y cuando le quizo mostrar los compañeros de Skippy se burlaron de ella y... él tambien.
-¿Así de la nada?
-Sí, me parecía un raro por ese común que tenia con Lana, pero me caía mejor antes que se burlara de ella. Traté de hablar con ella, pero no quizo, además dejó de mantener su lado de la habitación sucia así que pensé que no sería tan malo.
-Así que eso era, pensaba que habías sido tu por no tolerarlo.
-¿Yo? Por favor... Cumplirás tu parte del trato, ¿verdad?
-Sí, dos semanas de mayordomo valido durante días de juegos.
-¡Perfecto! Y... no me delates si Lana descubre que te enteraste.
-¿Me enteré de qué?
-Pues lo que te acabo de contar.
¿Qué me acabas de contar?
-¡Pues que Lana... Oh, que hermano astuto.
-Gracias.
Ya estaba al tanto de la situación, pero, ¿cómo solucionar el conflicto emocional de su hermana? Era claro que hurgar en la basura no era algo que consideraba agradable, pero las ayudas que Lana logra brindar a los animales era algo admirable. ¿Qué podía hacer para hacerle honor a su epíteto autoproclamado “El hombre del plan”? Pasó gran parte de la mañana en la cocina mirando por la ventana mientras pensaba que hacer por su hermana.
-Hola Lincoln, ¿no ibas a salir hoy con Clyde?
-Tuve unos cambios de planes de último momento.
-Bien, ¿podrías ayudarme en una situación? Le pedí ayuda a las chicas, pero ya sabes como son. Además tu eres un chico así que deberias saber.
-Adivinaré, Bobby volvió a posponer.
-Ya no sé que hacer, literalmente ya no es lo mismo. Cada vez que tengo una oportunidad de pasar tiempo con él o de llamarlo, no está disponible, creo que oculta algo y no me gusta esta sensación. ¿Podrías hablar con él?
-¿Cuándo se vieron por última vez?
-Hace una semana.
¿Y cómo estaba?
-Todo bien, parecía otra cita perfecta, pero luego le llegó un mensaje y se puso nervioso. Creo que trató de disimularlo. Además, hace dos días lo vi en el centro comercial entrando a una tienda de ropa exclusivamente femenina con otra chica.
-¿Ella se probó algunas cosas o sólo observaron?
-Se probó varios vestidos con una peluca rubia de peinado corto, compraron uno y un collar, luego salieron. Aunque él se veía muy feliz de ver como se probaba los vestidos, nunca se ve así conmigo. Y no me digas que es una familiar, no creo que sea familia porque no tienen rasgos similares y Ronne no la conoce.
-¿Te mantienes en contacto con Ronne Ane?
-Aveces, sólo para saber de él. Oye, ¿me vas a interrogar o me vas ayudar?
-No es necesario, Bobby no te oculta algo.
-¿Cómo lo sabes?
-El traje y el collar son para ti.
-¿Qué te hace pensar eso?
-No lo sé, ¿te has fijado en tu calendario?
-¿Eso que tiene que ver?
-Lori, en serio te quiero y me encantaría explicarte, pero en estos momentos estoy tratando de pensar en algo importante y necesito mi máxima capacidad y cero distracciones así que por favor, ¿podrias...
-Sí, está bien. Literalmente no sé porqué te pedí ayuda.
Sintiéndose algo molesta, pero comprensiva Lori abandonó la cocina. Era su día libre de favores y sólo lo cancelo por aún asunto de último momento así que era claro que debía atender aquel asunto.
Lincoln salió a caminar para despejar su mente y alejarse del resto de sus hermanas, sabía que sí alguna descubría que le dedicó tiempo a Lori las demás podrian acudir a él.
Mientras caminaba y pensaba notó a la distancia una conocida. Estaba en el centro del parque rodeada de una pequeña multitud, pues estaba tocando su instrumento dando a conocer su gran habilidad. Lincoln se detuvo bajo la sombra de un árbol y la observaba a la distancia pues no quería llamar su atención. Al acabar su tonada musical es invadida de aplausos y halagos y agradecida por ello realiza la común reverencia hacia sus espectadores y en ello lo ve, ve a ese chico que le prestaba atención desde la lejanía y dedicándole un saludo en forma de reverencia termina su show público para dirigirse a él.
-¿Cuánto tiempo llevas observandome?
-Apenas llegué. Tienes un dominio de la guitarra admirable.
-Gracias, lo sé. Y..., ¿qué te trae por el parque?
-Sólo estoy de paso, tengo un asunto que resolver y trato de pensar como.
-Bueno, yo tengo que esperara a que mi hermano salga del trabajo, mientras tanto estoy aquí varada... ¿Te importaría hacerme compañía?
-Bueno...
Exclama dudosamente.
-Vamos sólo será un rato.
Y halando a Lincoln del brazo lo lleva a una cafetería que había ahí al frente, aparte del café y variedad de bebidas servían deliciosos pasteles de chocolate y ambos ordenaron.
-Anímate, sólo será un rato. ¿Tan serio es tu asunto?
-No es mío, pero podría decirse.
-Dijiste que tratas de pensar como resolverlo, si lo ignoras por un momento podrias pensar en algo luego, al menos así resuelvo mis asuntos.
-Quizás tengas razón, llevo pensando en esto toda la mañana. Le daré una oportunidad a tu consejo.
-Bien, ¿cómo se encuentra tu hermana?
-¿Luna? Muy bien, sigue siendo tan... ella. Sí sabes a lo que me refiero.
-Por supuesto.
-Dijiste que estabas varada hasta que tu hermano llegue, ¿cómo sucedió?
-Es... delicado.
-Lo siento.
-Está bien, no todo es... de acuerdo al plan.
-Sí, comprendo.
-Es extraño, no nos habíamos reunidos así desde...
-El baile.
-Sí, aún estoy molesta.
-Lo siento.
-Esta bien, ya tendrás la oportunidad de pagarme.
-¿Y cómo podría?
-Ya pensaré en eso.
Conversaron por media hora sobre si mismos, pues aunque ya se conocían había mucho que aprender sobre el otro ya que las circunstancias en las que se dio su primer encuentro fue uno muy improvisado.
- ¿Terminaron huyendo de un guardia de seguridad? ¿¡Cómo!?
-Un mal entendido tras leer su diario y todo fue una trampa de ella.
-Suena tan divertido.
-Suena estupendo, hasta que te termina persiguiendo un oficial después de hacer locuras por toda la ciudad.
-Sólo eres un amargado.
-Me lo repiten a cada rato.
-¿Por qué será?
-Qué graciosa.
-¡Ya sé! Tú y yo tendremos una noche de aventuras como esa.
-¿Qué? No hablas en serio.
-Sigo molesta por lo del baile, ¿recuerdas?
-¿Y quieres que me remienda con vandalismo?
-No será vandalismo, sólo nos divertiremos haciendo locuras en la ciudad, sin exceder los límites.
-Define límites.
-Sin hacer algo ilegal.
-No lo sé, esa vez solo fue porque pensamos que era algo serio.
-No seas un aguafiestas, me lo debes.
-¿No puedo hacer otra cosa?
-¿Bromeas? Quiero comprobar que puedes hacer todas esas cosas.
-¿Dudas de mis habilidades?
-No he visto una sola, así que, ¿por qué no muestras los logros que puedes hacer con esas “habilidades” que mencionas?
Esas palabras hicieron despertar su mente y no sólo recordó el asunto de Lana, también ya tenía un plan para ayudarla y devolverle esos ánimos tan enérgicos que la identifican.
-¡Eres una genio!- Se levanta de su asiento y le da un abrazo de agradecimiento.- Muchas gracias Tabby, tu consejo me sirvió. Tengo que irme.
-¡Oye, eso es muy inoportuno!
-¡Prometo que lo pensaré!
-¡Es lo mínimo que espero!
“Mostrar los logros conseguidos con sus habilidades”, esas fueron las palabras clave para encontrar un plan de acción. Se dirige hacia su casa en busca de su hermana decidido a cumplir con su papel de hermano mayor.
Traspasando la puerta de la entrada principal se topa con su hermana mayor.
-Luan, ¿has visto a Lana?
-Eh, arriba en su habitación, creo. Oye Lincoln...
-Ahora no Luan.
Ya delante de la habitación de sus hermanas se adentra y ve a su hermana Lola tomando té con sus peluches y a su hermana Lana mirando por la ventana. Le dirige una ligera señal a Lola para que salga de la habitación y ya fuera Lincoln se acerca a su hermana menor.
-¿No crees qué te estas perdiendo de algo mejor que estar ahí frente la ventana?
-No, creo que hay mejores personas que pueden disfrutarlo.
-¿Cómo el dar un paseo con tu hermano?
Lana separa su vista de la ventana para mirarlo seriamente.
-Vamos, sólo serán unos minutos. Quiero mostrarte algo.
-Seguro y puedes mostrárselo a cualquiera otra de nuestras hermanas.
-No puedo, esto es algo especial que sólo tú puedes entender. Prometo que será rápido.
Lana accede con abulia en dar ese paseo, pues no quería escuchar las típicas palabras que siempre se han dado como hermanos cada vez que alguna o Lincoln se encuentran mal. No quería repetir las mismas escenas supuestamente motivacionales.
-¿Hacia dónde vamos?
-A un lugar especial. Tranquila ya casi llegamos.
“¿Qué lugar?” Se cuestionaba. No le llegaba un lugar a la memoria a pesar de reconocer el camino ya que deambulaba constantemente por aquella área.
-Oye, me enteré que unos chicos se burlaron de ti recientemente.
-¿Y eso qué? Siempre sucede y no me importa.
-Pero nunca había sido alguien cercano como... Skippy.
-¿¡Cómo lo supiste!? ¿¡Fue Lola, verdad!?
-¿Crees qué como tu hermano mayor no te cuidaría? Y no fue Lola, ella está completamente ajena a esto.
-¡No importa! ¿¡Dónde están el espacio y la privacidad!? ¿¡Respeto los tuyos, no puedes hacer lo mismo!?
-No te enfades, Lana. Sé que no está bien, pero que te pierdas a ti misma tampoco es algo bueno.
-¡No me estoy perdiendo, sólo quiero cambiar, solamente... Solamente quiero que me acepten.
Se formaron pequeñas cataratas en el rostro endeble de la pequeña, liberando así brisas de pésame que llevaba acumulando y contenía en su cofre emocional y ático de recuerdos.
-Acompáñame, Lana.
Caminaron unos metros más mientras Lincoln la cargaba en su espalda hasta llegar a aquel nostálgico lugar. Era el parque Tall Trees.
-¿Qué hacemos aquí, Lincoln?
Su hermano la baja de su espalda y le dice...
-Mira, ¿conoces a estos peces?
-Son los Fishman, Lincoln.
-Excto y..., ¿recuerdas las ranas de la clase de biología de la Sra. Johnson?
-Por supuesto.
-¿Sabes qué tienen en común? Tú.
-¿Yo?
-Iban a construir un local justo aquí y acabar con una especie, pero gracias a ti están aquí y sus huevos ya eclosionaron y ahora son una familia. Las ranas iban a ser disecadas y apareces tú con tu historia con Brincos y ahora son las mascotas del salón. Puede no parecer mucho a simple vista, pero has salvado vidas Lana, y no es la primera vez y lo sabes.
-Solo quería ayudar.
-Exacto, ¿cuántos animales están allá fuera necesitando ayuda y son ignorados y unos desafortunadamente no se pudieron salvar. No es una sorpresa que las personas te vean con desagrado por hurgar en la basura y sabes que la familia tampoco lo ve bien, pero tu logras cosas que ni Luna con la música, Luan creciendo en el mundo de la comedia ni Lynn con los deportes puede hacer, no llegan a la mitad de lo que tu has logrado hacer. Es muy admirable y si dejas de hacer esto, si dejas de ser tú, ¿qué sucederá luego con estos animales y con muchos otros?
Lana observaba a los Fishman mientras que las palabras de su hermano calaban en ella.
-Si realmente quieres cambiar, está bien, pero no lo hagas por personas que no son capaces de admirar todo lo bueno que haces.
Rodea fuertemente con sus brazos a su hermano sollozando nuevamente. Sabía que tenía razón y el recordar todos esos animales recogidos por la calle y semanas después verlos siendo adoptados por otras familias era algo que amaba.
Pasaron un rato agradable jugando en aquel pantanoso lugar junto a los Fishman sin importar quienes pasarán ni lo que hubieran pensado o dicho, sólo importaba aquel momento de diversión y alegría.
Si esta es mi primera historia que lees y te gustó espero y le puedas dar una oportunidad a “Mi doble Media Naranja”...
la cual tiene en Youtube un audio libro en el canal de mi amigo The Wolf Fics.
Un saludo y agradecimiento a los nuevos seguidores.
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