Capítulo 52: De vuelta
Pov. Normal
— Cuando llegues allá nos llamas, por favor que no se te olvide Nathaniel—.
— Sí papá—.
— Suerte, quiero ver en televisión tus pinturas— el pelirrojo lo abrazó.— Estoy orgulloso de ti.
— Estamos orgullosos de ti— su madre se unió al abrazo. El chico no pudo evitar llorar, se sentía feliz al tenerlos como sus padres. Porque sin ellos se hubiera rendido hace mucho tiempo atrás.
— ¿De verdad...? Pensé que ustedes estarían enojados conmigo.
— ¿Por qué lo estaríamos amor?
— Ustedes saben porqué— contestó.
— Hijo, tanto tu madre como yo te amamos tal y como eres, no nos importan tus preferencias siempre serás nuestro hijo, nuestra razón de vivir y siempre te apoyaremos en todo, excepto si quieres algo con el rubio ese— Nathaniel se puso nervioso y se separó de aquel abrazo para voltear a ver a su mamá.
— Ya se me hace tarde, prometo que en cuanto comience a trabajar les ayudaré con algo de dinero.
— Con que nos vengas a ver es suficiente Nath— dijo su madre.— Te acompañaré, tú quédate aquí— se refirió a su esposo.
Nathaniel tomó sus maletas y caminaron hasta la entrada del autobús, la señora Kurtzberg lo abrazó por última vez.
— Mamá...
— Mucha suerte, eres el mejor pintor del mundo... Sé que lograrás todo lo que te propongas y estaré esperando esa invitación para tu boda eh— el chico no pudo evitar sonrojarse con eso último.— No le diré a tu padre aún, hasta que tú y Adrien estén listos para dar el siguiente paso.
— Gracias mamá— se separaron.
— Salúdame a Adrien— el pelirrojo asintió y se dirigió al autobús, antes de subir volteó a ver a sus padres. Ambos estaban sonriendo con lágrimas en los ojos, pues no verían a su dentro de mucho tiempo cuando éste regresara a darles la fantástica noticia de su boda.
La puerta del autobús cerró y el pelirrojo se acomodó en su lugar, por la ventana vio a sus padres y sonrió.
Sacó su celular y le envió un mensaje a Adrien...
"Voy en camino"
— ¿Aún lo ama verdad?— preguntó el hombre a su esposa.
— No sé de qué me hablas— contestó ella.
— No soy tonto, sé que Nathaniel no solo va ahí por el trabajo.
— Y si lo sabías ¿Por qué lo dejaste ir?
— Porque ese idiota hace feliz a mi hijo y ese es mi mayor deseo, que Nathaniel sea feliz el resto de su vida...— la pelirrojo abrazó a su esposo y juntos vieron como el autobús se fue.
********************
Adrien ya había despertado, era fin de semana y por lo tanto podía legar a la hora que quisiera a la oficina. Desgraciadamente recordó todo lo que pasó ayer antes de dormir y solo esperaba que Marinette ya no estuviera ahí, pero pronto se dio cuenta que la chica seguía ahí pues escuchó el agua caer y supuso que la peliazul estaba tomando un baño.
Toda su ropa se encontraba en la habitación donde estaba Marinette, pero si la chica se encontraba en la ducha tal vez no había tanto problema, saldría antes de que Marinette se diera cuenta de su presencia.
Caminó por los pasillos de la gran mansión y se detuvo en la puerta de su habitación, abrió la puerta sin ningún temor y entró. No veía a Marinette por ningún lado, así que corrió al mueble y sacó todo lo que necesitaba para cambiarse. Cuando dio la vuelta Marinette estaba ahí, con solo una toalla cubriéndola.
— ¡Marinette! Y-yo solo pase por ropa, ya me voy— salió de ahí sin dejar que la peliazul dijera algo.
El rubio regresó a la habitación y se aventó en la cama mirando hacia el techo, hoy llegaría Nathaniel...
— ¡Hoy llega!— salió disparado de la cama directo a la ducha, había sido la ducha más rápida en toda su vida. Salió en cinco minutos y se apresuró a cambiarse. No quería agarrar el celular porque no tenía tiempo para distraerse, lo revisaría cuando estuviera cambiado y peinado o eso pensó porque el sonido del aparato lo desconcentraba y la curiosidad le ganó antes de que se empezara a peinar.
Había varios mensajes sin abrir, pero de entre todos destacaba uno... Era de Nathaniel, esas simples palabras bastaban para que el corazón del rubio se acelerara. Terminó de cambiarse y después se intentó peinar.
No sabía a que hora llegaría exactamente el chico, pero quería acabar todo su trabajo para pasar el resto del día a su lado. No se iba a separar por un momento, ya había esperado mucho tiempo por el pelirrojo y su cuerpo ya lo extrañaba porque no le bastaba con todas las videollamadas que hacían o con las fotos que Nathaniel enviaba. Varias veces intentó convencer al chico de que se desnudara frente a la cámara, pero siempre recibía la misma respuesta...
"— ¡Idiota! Mis padres pueden entrar en cualquier momento."
Y terminaba la videollamada, Adrien se iba a dormir demasiado triste o a veces sus ganas eran más grandes que dormir. A pesar de que ahora vivía solo siempre se aseguraba de que su puerta estuviera con seguro y lo único que se podía escuchar en aquella habitación era el nombre del pelirrojo.
Salió de la habitación y se encontró con Marinette.
— ¿Nos vamos juntos al trabajo?— preguntó la peliazul. Su atuendo era una falda negra pegada con una blusa blanca algo escotada.
— Pensé que ya te habías ido— contestó seco Adrien.
— ¿Acaso no te gusta que este aquí?—.
— Hoy regresa Nathaniel...— la chica trató de disimular su enojo al escuchar el nombre del chico.— Y no quiero que cuando el llegue tú estés aquí.
— Ah ya veo, ¿aprovecharán todo el tiempo que estuvieron separados no?— Adrien pudo notar que la chica lo había dicho de mala manera.
— ¿Y eso a ti en que te afecta? Nathaniel es mi novio y es obvio que podemos lo que queramos.
— ¿Qué tiene de especial Nathaniel? ¿Por qué te fijaste en él? Es que no lo entiendo, yo hice de todo para que te fijaras en mi y cuando te confesé mis sentimientos aquella vez que fui a entregarte los cuadernos me rechazaste. ¿Fue por él?
— ¿Qué?
— No puedo vivir con la idea de que Nathaniel te haya apartado de mi lado— contestó molesta.
— Marinette estas mal... Nunca me gustaste, nunca te vi como algo más que una amiga. Y aunque Nathaniel nunca hubiera aparecido jamás te hubiera dado una oportunidad— sus ojos azules se cristalizaron.
— ¡Eres un idiota!— su mano se estampó contra el rostro del rubio y salió corriendo de ahí.
Sus lágrimas recorrían sus mejillas, tomó su bolsa que se encontraba en uno de los sofás y salió de la mansión. Tenía una ligera esperanza de que Adrien corriera tras ella, pero los minutos pasaron y el rubio nunca apareció.
— Los odio, los odio... ¡Los odio!— gritó.— Esto no se va a quedar así, Nathaniel no te va a recuperar y de eso me encargaré yo.
El camión se detuvo dando a entender a los pasajeros que habían llegado a su destino. Nathaniel tomó sus maletas y se dispuso a bajar de ahí.
Desgraciadamente no iba a ir directo a ver al rubio, primero tenía que dejar todas sus cosas en el departamento que había comprado. Para su suerte el lugar no quedaba lejos de donde había bajado así que prefirió caminar y disfrutar del día.
Caminar por aquellos rumbos trajeron recuerdos a su mente, el primer día que llegó... Cuando conoció a Adrien y lo odio, esa noche cuando el misterioso Chat Noir lo visitó en su habitación para entregarle ese pequeño pañuelo, ese primer beso que suplicó para que el rubio se lo diera, el día más feliz de su vida cuando ambos se hicieron novios y...
Una rubia apareció en sus recuerdos, Chloe...
Jamás se despidió de ella, jamás arregló su amistad después de que Lila le dijera toda la verdad, habían pasado años y él pensaba que la chica ya ni siquiera se acordaría de él. Y aunque eso le pusiera triste para él se lo tenía merecido, nunca se le va a olvidar como prefirió confiar en Lila que en ella, la lastimó y le gritó sabiendo que Chloe sentía algo por él.
Nathaniel solo deseaba que en estos momentos Chloe estuviera con una persona que la hiciera realmente feliz y que supiera apreciarla.
El pelirrojo seguía caminando, pero algunas miradas lo incomodaban. Varias chicas que pasaban por ahí lo observaban mientras se secreteaban entre ellas. Nathaniel nunca estuvo acostumbrado a llamar la atención y se le hacia algo raro que la mayoría de las personas lo miraran incluyendo algunos chicos.
— Oye— le llamaron pero no quiso voltear, hasta que le tocaron el hombro y no le quedó de otra que hacerlo, era un chico más alto que él, rubio pero de ojos azules.— ¿Eres nuevo aquí? Porque si es así yo podría mostrarte buenos lugares.
— No, así estoy bien gracias— quiso dar la vuelta, pero el tipo no se lo permitió.
— Bueno al menos dame tu número para vernos en otra ocasión— Nathaniel negó.— Ya veo... Te gustan las mujeres ¿No es así? Yo puedo hacerte cambiar de opinión— se acercó pero Nathaniel rápidamente retrocedió.— Tranquilo, no te voy a morder tanto.
— No me gustan las mujeres— una sonrisa apareció en el rostro del desconocido.— Pero no quiero nada contigo.
— ¿Por? No soy feo...
— Para mi lo eres, tengo novio y no hay nadie mejor que él— esta vez el rubio ya no comentó nada y dejó ir a Nathaniel tranquilamente.
Siguió caminando sin importarle ya las miradas, quería llegar lo más pronto posible para dormir aunque sea un rato.
Estaba a unas cuadras de llegar, pero alguien lo llamó.
— ¿Nathaniel?— volteó lentamente y se encontró con una chica morena de lentes.— Soy Alya, ¿Te acuerdas de mi? La mejor amiga de Marinette.
— Ahh, si. Hola Alya
— ¿Qué haces aquí? Pensé que ya no ibas a volver—.
— Me ofrecieron trabajo por aquí.
— Ya veo... ¿Y como te ha ido en estos años? ¿Ya estas casado o estas a punto de casarte?
— No, aún no me caso— desvió la mirada.— Pero muy pronto lo haré. ¿Y tú?— Alya se quedó sorprendida por unos segundos y después contestó.
— Estoy a punto de casarme con Nino, si hubiera sabido que regresarías te apartaría un lugar. Trataré de conseguirte uno— guiñó.— Al parecer ya casi todos han encontrado el amor, tú, Juleka, Rose, Ivan, Mylene ahhh y Marinette y Adrien, mi mejor amiga es muy feliz a lado de Adrien solo espero el día de su boda, ya quiero ver a mi amiga con ese vestido blanco que ha estado diseñando caminando al altar para encontrarse con Adrien— el pelirrojo no contestó, solo se quedó observando un punto fijo.— ¿Pasa algo Nath?— negó.
— ¿Y sabes algo de Chloe?
— Le pidieron matrimonio— Nathaniel sonrió.— Pero dijo que no...— ya no quedaron rastros de aquella sonrisa.
— ¿Por qué?— Alya encogió los hombros.
— Me tengo que ir, tengo que ver a Marinette para checar las ultimas cosas de mi boda. Adiós— se fue de ahí y ni tiempo le dio al pelirrojo de despedirse. De todas maneras no le importó y continuó con su camino.
Era un departamento muy lujoso y sin dudarlo era de los mejores de París, había logrado pagarlo con algo de dinero que tenía ahorrado por los pequeños trabajos que había hecho y con algo de ayuda de sus padres.
— Buenas tardes, ¿puedo conducirlo a su habitación?— le preguntó una chica que trabajaba ahí.
— Gracias, soy Nathaniel Kurtzberg— la chica revisó la lista que tenía en manos y comenzó a caminar hacia el elevador.
— La dueña de los departamentos no pudo recibirlo hoy, está un poco ocupada y decidió tomarse este día libre para arreglar ciertos asuntos. Pero cuando se desocupe estoy segura que vendrá a ver como se encuentra, ella siempre es así. Es muy buena con las personas de aquí— al chico le dio curiosidad saber quién era la dueña.
— ¿Cuál es el nombre de la dueña?
— Acabo de empezar a trabajar aquí así que no me lo sé, perdón— ambos subieron al elevador y todo el recorrido fue en silencio, solo se dirigían una que otra mirada y de vez en cuando una sonrisa.
El elevador abrió y los dos salieron.
— Espero que se sienta cómodo, cualquier queja puede decirme a mi yo siempre lo estaré atendiendo o puede hablarlo directamente con ella. Que tenga un excelente día— se fue por el mismo elevador.
**************************
La tarde estaba pasando demasiado rápido, pero no para Marinette a ella se le estaba haciendo eterna. Eran las siete y ella ya no aguantaba más.
— Señorita Marinette...— dijo la asistente algo tímida.
— ¡¿Ahora que hiciste mal?!— gritó parándose de su asiento para ir a arreglar lo que su asistente había arruinado.
— N-nada señorita... Su amiga Alya la está buscando— Marinette se lanzó a su asiento de nuevo.
— Haz que pase— asintió y salió de ahí.
Marinette colocó sus manos en su rostro, estaba furiosa.
— ¡Marinette!
— ¿Qué?
— Ya llegó— alzó la mirada para comprobar que su amiga no le mentía.— Lo vi y eso no es todo...
— ¿Qué te dijo?
— Quise hacerle la plática y le pregunté que si ya estaba casado o estaba a punto de casarse— se detuvo.
— ¡Maldita sea Alya dilo ya!
— Adrien y Nathaniel se van a casar— la peliazul abrió la boca. Se quedó en silencio por unos minutos.— ¿Qué piensas hacer? Quise ponerlo incomodo, le conté que tú estabas preparando un vestido de bodas para ti, pero Nathaniel confía mucho en Adrien que ni siquiera le importó. ¿Cómo te fue ayer, funcionó mi plan? ¿Marinette...? ¿Me estas escuchando?
— ¿Hace cuánto lo viste?
— No sé, eso fue como a las dos...— Marinette tomó sus cosas y se levantó de su asiento para salir de la oficina seguida por la morena.
— ¿A dónde vas?
— Veré si Adrien ya se fue, ya tienes que irte o él sospechara.
— Pero...
— ¡Vete! No necesito tu ayuda— caminó hasta la oficina de Adrien.
— Señorita Marinette no puede pasar— ignoró por completo a la chica.
Abrió la puerta y se topó con Adrien, él también estaba a punto de salir.
— ¿Qué haces aquí...?
— Olvide algo en tu casa y es muy importante para los siguientes diseños.
— Te lo doy mañana.
— No, los necesito hoy así que vámonos— ordenó. El rubio se quejó en silencio y no le quedó de otra que aceptar.
— Bien, pero no te quiero más de cinco minutos ahí. Te vas tan pronto encuentres ese que tanto necesitas— la chica asintió y salieron juntos de ahí.
Estaba a punto de anochecer y Adrien no había recibido ningún mensaje del paradero del pelirrojo, eso lo ponía triste y pensó que él chico le había jugado una pequeña broma.
Le abrió la puerta del copiloto a Marinette y después se dio la vuelta.
Cuando estaban en el coche había un silencio profundo, Marinette volteó a ver a Adrien y notó algo en uno de sus dedos... Un anillo.
— ¿Y eso...?— preguntó, como el rubio ya había comenzado a manejar no le hizo caso.— Jamás te vi ese anillo
— Ah si, acabo de comprarlo... Me acostumbré al miraculous y quería tener un anillo, pero no había encontrado hasta el momento uno que me gustara— contestó.
— Ajá— cruzó los brazos esperando que Adrien le dijera la verdad pero el chico no volvió a hablarle.— Sé que no es por eso.
— ¿Entonces por qué?— preguntó sin mirarla.
— No lo sé...
— Bueno, de todas maneras no tengo que darte explicaciones a ti. Nuestra relación es falsa y...
— ¿Podrías dejar de repetir que esto es falso? Es molesto, sé que esta relación solo será por un rato pero al menos intenta disimular frente a todos que me amas. Todos me preguntan si tengo problemas contigo y si no cambias tu maldita actitud todo el mundo se dará cuenta que no me amas.
— ¿Y quieres que te bese o qué?
— Aunque sea un beso en el cachete, demuestra que te importo— Adrien resopló y no contesto más, la chica se enojó aún más y durante todo el camino no dijeron otra cosa.
Adrien en su mente razonó lo que Marinette le dijo y a pesar de que odiaba esa idea de ser mas apegado a Marinette tenía razón, todos se darían cuenta que en esa relación había algo mal y Adrien aún no estaba preparado para que el mundo se enterara de su verdadera pareja.
— Está bien, intentaré actuar como un mejor novio... Pero entrando a mi casa tú no eres nada mio más que una simple diseñadora.
— Con algo me conformo— habían llegado a la mansión, Adrien estacionó el auto y bajaron.
Llegaron a las 9, la peliazul pensó que hoy no vería a Nathaniel pues ya era muy tarde para que el pelirrojo viniera a verlo. Caminaron hasta la puerta, ambos observaron que las luces estaban encendidas.
— ¿Hay alguien en casa?
— Sí, Nathalie viene los fines de semana a quedarse. Sabes que ella es como mi madre y a veces me siento solo— dijo mientras buscaba las llaves, una vez las encontró se dispuso a abrir.
Abrió la puerta y dejó pasar a Marinette primero, la chica entró y Nathalie apareció.
— Buenas noches Marinette, buenas noches Adrien— Marinette estuvo a punto de contestar pero algo se lo impidió; por el contrario Adrien se dio la vuelta para asegurarse de cerrar bien la puerta.
— Buenas noches Nathal...— la bolsa de Marinette cayó creando un gran ruido.
— ¿N-Nathaniel...?— escuchó el nombre de su amado salir de la boca de la chica. Quería voltear, pero su cuerpo por alguna extraña razón se volvió más pesado de lo normal.
— H-hola Marinette— era su voz... Volteó y lo que vio le sorprendió tanto como a Marinette.
Adrien y Nathaniel siempre hacían videollamadas, pero en persona Nathaniel se veía completamente diferente.
Su cabello aun era largo, había crecido demasiado y Adrien podría jurar que el pelirrojo casi lo alcanzaba. Se notaba que el chico había hecho ejercicio todos estos años pues tenía buen cuerpo.
De pronto sus ojos se encontraron y ambos se sonrojaron, Nathaniel evitó la mirada del ojiverde.
Adrien caminó lentamente hacia él y se detuvo a unos cuantos pasos.
— H-hola— contestó nervioso el pelirrojo y Adrien le sonrió.
— Hola tomatito...—.
— Adrien, llevaré a Marinette afuera y creo que será mejor que regrese mañana. Ustedes tienen mucho de que hablar— Nathalie recogió la bolsa de la chica y la llevó hasta la salida, Marinette aún seguía embobada viendo a Nathaniel y sus mejillas estaban algo rojizas, antes de que Nathalie cerrara la puerta bajó su mirada a las manos del chico y vio un anillo igual que el de Adrien, la puerta cerró y no pudo apreciar más.
Ninguno de los dos sabía que decir, ambos desviaban la mirada a cada instante.
— Te ves bien
— Te ves bien
Dijeron al mismo tiempo.
— Oh... Lo lamento, habla tú primero Adrien— dijo Nathaniel algo nervioso.
El rubio tomó la mano de Nathaniel y por lo tanto este volteó a verlo, había una gran sonrisa en el rostro del más alto, claro el más alto por tan solo unos centímetros...
— No es un sueño, estás aquí— el de ojos turquesas asintió.
— Y no me volveré a ir...
Gg hola xd...
Volví, ahora si prepárense porque el siguiente capítulo uff estará buenísimo o eso espero xd.
Tengo muchas cosas que contarles :0
Estoy en un concurso de fanfics yaoi y esta historia pasó a la siguiente ronda ahhhh, no saben lo emocionada que estoy con esa noticia. :')
Otra cosa que quiero decirles es sobre proyectos a futuro... Porque aunque me duela admitirlo estamos a nada de concluir esta historia, así que tengo algunas ideas y quiero que ustedes elijan cuál será el siguiente fic: Anteriormente les comenté que tuve ideas para un fic Lukanette (que ya comencé a escribir el prólogo), tengo varias ideas sobre una historia de amor entre Ladybug y Chloe; y por último... Taylor Swift acaba de sacar su nuevo álbum llamado Lover y se preguntarán que tiene que ver esto con lo que les voy a decir, pueeees las canciones de este álbum me gustaron demasiado y cada vez que las escucho me imagino una historia super hermosa, entonces se me ocurrió hacer un pequeño libro con cada canción de Taylor, obviamente no estarán muy desarrolladas cada canción tendrá historia diferente, puede ser de desamor, amor todo depende de la canción y solo serán historias Adrinath... Se los dejo a su criterio, claro que si el tiempo me lo permite haré las tres cosas pero quiero ver qué es lo primero que quieren ver, se los dejo de tarea xd.
Adiós. :3
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