Capítulo 21: Salvación
Pov. Normal
— Mira que bien luces... ¿Debería tomarte una foto para que tu novio lo vea?—.
No respondía.
— Despierta— lo golpeó.— Aún no acabo contigo mocoso—.
Basta Nathaniel... No tienes que aguantar más. Fueron tus decisiones lo que te orillaron a estar aquí.
¿Por qué tienes que ser tan cobarde sin el traje...?
Si puedes pelear contra akumas ¿Por qué con ellos es diferente?
— ¡Responde!— gritaba. Con las pocas fuerzas que tenía alzó la cabeza y pudo mirar a aquel tipo que lo recibió con una sonrisa.— Sabía que seguías vivo—.
— Señor... Creo que debemos irnos, el jefe sólo dijo que—.
— ¡No me interesa! Yo voy a acabar con este maldito idiota— interrumpió al otro.
—Pero señor...—.
— ¿Quieres ponerte en mi contra?— comenzó a desatar su furia contra su asistente.
Ahora Nathaniel... ¡Hazlo!
El pelirrojo miró a los dos hombres que estaban discutiendo, estaban distraídos y por lo tanto los otros también lo estaban admirando esa pelea.
Sin pensar dos veces empujó a las dos personas que lo estaban sosteniendo y subió con dificultad las escaleras.
— ¡Vayan por él, imbéciles!—.
Dio un suspiro cuando terminó de subir las escaleras, entró a su habitación y cerró con seguro la puerta aunque sabía que eso no los iba a detener por mucho tiempo.
— ¡Nathaniel! Vamos transformate— Trixx salió de su escondite demasiado preocupado pues el chico se había dejado caer.— Tienes que transformarte—.
— N-no podría ir dema-siado lejos Trixx— respondió con dificultad.
— No puedes quedarte aquí— la puerta comenzó a ser golpeada.— ¡Vamos!
— Entiéndelo Trixx, ni si quiera puedo pararme— Nathaniel puso su mano en su estómago.— Ese idiota pega muy duro—.
— ¿Entonces?— preguntó angustiado pues la puerta era golpeada cada vez más fuerte.— ¡Ya sé! Iré por Adrien y así el se transformará en Chat Noir y vendrá por ti—.
— Algo le hicieron a Adrien, creo que no podrá hacer nada—.
— Tengo una idea, regresare rápido por favor Nathaniel aguanta un poco más en lo que consigo ayuda— el kwami rápidamente salió de la habitación.
— Trixx... No— la puerta finalmente se abrió dando paso a un hombre realmente furioso.
— Mi querido Nathaniel, ¿a dónde intentabas ir?— el pelirrojo trato de retroceder.— Estas tan herido que no puedes correr— se fue acercando al chico.
— ¿Por qué no me matas de una vez, imbécil?— sus palabras sorprendieron al hombre.
— Porque le quitaría la diversión, quiero ver cuál será tu última expresión— se hinco y tomo de la cara al pelirrojo. Lo miró fijamente, debía admitir que detestaba la valentía del chico al enfrentarlo aún en esas condiciones, soltó un golpe tan fuerte en la cara de Nathaniel que hasta pudo sentir el dolor, el chico quedó tendido en el suelo.
Fue hasta donde estaba el chico, recogió su pelo para poder ver su rostro, había una pequeña herida en la mejilla de Nathaniel donde goteaba sangre. De su labio también salía un poco de sangre y uno de sus ojos comenzó a ponerse morado.
— Tri-ixx...—.
— ¿A quién le llamas? Nadie vendrá a salvarte, ni si quiera esos tontos super héroes. No eres importante, así que le haré un favor al mundo de deshacerme de ti— levantó al joven demasiado fácil.— Fue un gusto conocerte Nathaniel, no te preocupes yo le daré el recado a tu novio de tu muerte—.
Comenzó a apretar dejando poco a poco sin aire a Nathaniel.
Este es tu final Nathaniel... ¿En verdad fuiste capaz de arriesgar tu vida por estar con la persona que amas?
No, no estas mal. Lucha Nathaniel, lucha por lo que amas.
— No deberías entrar sin permiso...— tanto Nathaniel como el hombre voltearon.— ¿No te han dicho que tienes que respetar?-.
— Llegas demasiado tarde...— miro al chico.— Está muerto—.
— Y el próximo serás tú...—.
— ¿Y tú quién te crees para poder matarme?—.
— Sueltalo...— dijo mirando al chico.
— Te daré 10 segundos para que te vayas a tu casa a llorar— la chica miró preocupada a Nathaniel, vio que alzó la mirada.— ¿Ya no hablas?, ¿acaso tienes miedo de terminar así?— debido a su distracción no pudo observar que el pelirrojo pudo tomar la lámpara que estaba cerca de el y cuando menos se lo espero se la lanzó en la cabeza.— ¡Agh! Maldito me las vas a pagar— la super heroína aprovechó que el hombre estaba de espalda para poder darle otro golpe que por suerte lo dejo dormido.
— ¡Nathaniel! ¿Por qué te hicieron esto?—.
— Queen... ¿Por qué viniste?— se recargo lentamente en la pared. Las voces de los demás hombres comenzaron a escucharse más cerca.— Debes irte... Vienen más—.
— No te dejaré aquí ¡Te van a matar!— decía preocupada.— Vámonos, te llevaré lejos de aquí— tomó al chico de la cintura pero este se quejó.
— No puedo, me duele al caminar... Queen vete, no quiero que te lastimen— suplicó, la rubia sólo lo vio con temor debido a las voces.
— ¿Donde están Chat Noir y Fox Homme cuando se les necesita?— dijo enojada.
— Vete ahora—.
— Te dije que no te voy a dejar solo, no me interesa que no puedas caminar— lo miró fijamente.
— Ni se te ocurra enfrentarlos, son demasiados—.
— Sólo hay una manera de sacarte y lo haré...— paso su manos por debajo de las piernas de Nathaniel y otra por su espalda, después se impulsó y pudo alzarlo.— Pensé que estabas más pesado— comenzó a caminar hacia el balcón.
— ¿Jefe está bien?— los hombres restantes entraron a la habitación y vieron la escena.
— Hola chicos, me hubiera gustado conocerlos pero tengo que llevarme a mi novio así que después vendré por ustedes— se quedaron inmóviles por la amenaza, dos de ellos fueron rápidamente a recoger a su jefe.
La chica salió de ahí, se alejó lo más rápido para que no intentaran seguir al pelirrojo. Cuando sintió que el chico estaba seguro lo acomodó con mucho cuidado.
— Quédate aquí, yo iré a ver...— acarició la mejilla de Nathaniel que estaba algo roja. Lo miro con profunda tristeza, no le gustaba verlo así. Antes de que Nathaniel pudiera decir algo lo besó en la frente— Vuelvo enseguida— se levantó dispuesta a volver a su casa para ir por los responsables que le causaron esto.
— ¡No vayas!— Nathaniel alcanzó a tomarla de la mano.— Quédate conmigo, por favor...— la rubia volvió a hincarse y le sonrió.
— Tengo que curar tus heridas, no puedo dejarte así— dijo tiernamente.— Sólo será un momento Nathaniel—.
— ¿Y si te pasa algo?—.
— No me pasará nada, te lo prometo— la chica se soltó y fue corriendo a la casa de Nathaniel.
El pelirrojo intentó acomodarse, pero el dolor en su estómago se lo impedía.— Agh... Duele mucho—.
— ¡Nathaniel!— gritó Trixx a lo lejos.
— ¿Tú fuiste por ella?— preguntó.
— Sí, al principio pensaba ir con el maestro Fu pero la vi saliendo le dije que Fox Homme estaba demasiado enfermo y que alguien estaba en peligro— dijo alterado.— Al principio me dijo que se tenía que ir pero cuando le dije que eras tu se echó a correr— Nathaniel rió levemente.
— Gracias Trixx...— acarició a su kwami.
— No tienes que agradecerme— sonrió.
— Escóndete antes de que venga Queen Bee y te vea— el kwami asintió y desapareció.— Adrien, te necesito...— susurró.
Nathaniel estaba realmente asustado, no quería morir pero tampoco quería dejar a Adrien.
¿Qué va a pasar con ellos dos cuando se vean? Se preguntaba, tenía miedo que el rubio lo abandonara...
A lo lejos se podía distinguir la rubia que venía hacia la dirección de Nathaniel.
— Esos malditos se escaparon...— dijo enojada, mientras se sentaba a lado de Nathaniel.
— Pensé que sólo ibas por cosas para curarme—.
— También iba por ellos, no iba a tolerar que le hicieran algo a la persona que me gusta— el pelirrojo quedó impactado por el anuncio de la súper heroína. Queen Bee lo miró.— ¿Qué?, ¿qué dije?—.
— ¿Yo te gusto?— la chica se puso roja al darse cuenta de su error.
— Ay demonios... No, sólo estaba bromeando— hubo un silencio.— Bueno, si me gustas—.
— Jamás pensé en gustarle a un súper héroe— rió.
— Yo jamás imaginé que me llegaras a gustar— dijo.— Pero siempre que te veía me hipnotizaban tus ojos, tu voz, tu sonrisa— lo miró a los ojos.
— Gracias...— se volteó, no quería que la rubia lo viera sonrojado.— Agh...— el dolor volvió.
— Cierto, tienen que atender tus heridas...— dijo preocupada.— Ven, vámonos— se acercó de nuevo al chico y lo cargó.
— ¿A dónde piensas llevarme?— preguntó aferrándose a la rubia.
— Obviamente a tu casa no, pueden regresar por ti. Así que te llevaré con una amiga— dijo.
— ¿Una amiga...? No creo que ella este de acuerdo—.
— Claro que sí— le sonrió y siguió el camino.
Ninguno de los dos cruzó palabras durante el recorrido, aunque la chica no paraba de mirarlo y darle una sonrisa nerviosa cuando el la descubría.
— Llegamos— Nathaniel alzó la mirada y vio que se encontraba en el hotel donde su amiga Chloe vivía.— Me tengo que ir, por favor quédate quieto en lo que ella llega— Queen Bee dejo a Nathaniel en una silla y se aseguró de que no pudiera lastimarse.
— Queen, gracias por venir a salvarme— dijo amablemente el pelirrojo.
— Siempre estaré para ayudarte Nath...— sonrió y desapareció en la obscuridad.
El pelirrojo alzó su playera, todos los golpes estaban marcados y dolían horrible. Su cara ardía y más por la herida que tenía, lo único que quería era descansar, dejar de pensar en todo lo que había sucedido hace rato. Necesitaba más que nada a Adrien, sentir su aroma, su respiración, ver esos ojos verdes que tanto ama.
— ¡Nath!— aquella voz distrajo al chico de sus pensamientos.— ¡Ay por Dios! Te llevaré adentro.
— Chloe, perdón por molestarte...— se incorporó lentamente pero después de dar un paso cayó al suelo.
— Ven te ayudo...— la chica tomó a Nathaniel del hombro.— ¡Deaaaan!— gritó.
Enseguida el chico tímido apareció por la puerta lleno de miedo por el grito que había dado la señorita Bourgeois. Al instante ese miedo incrementó cuando vio a Nathaniel con sangre y lastimado.
— Ayúdame a llevar a Nath adentro— Dean asintió y tomó del otro hombro al pelirrojo.
Ambos llevaron a Nathaniel a la recámara de Chloe, la rubia le pidió al castaño que fuera por vendas y otras cosas que pudieran servirle.
— Déjame ver tus heridas— Nathaniel dejo que Chloe alzara su playera.— ¿Qué pasó?—.
— Seis hombres entraron a mi casa y uno comenzó a golpearme— se quejó porque la rubia lo había tocado.— Duele...—.
— Lo lamento. ¿Por qué te comenzó a golpear?— preguntó.
Nathaniel recordó a Gabriel Agreste, no podía contar la verdad. En primera porque revelaría que Adrien y el son pareja, y la segunda porque era la palabra de Gabriel Agreste, el famoso diseñador, contra la palabra de un chico que ni si quiera es conocido en la escuela.
— No lo sé, ellos sólo se metieron a mi casa sin decir nada—.
Dean apareció con un botiquín, rápidamente se lo dio a Chloe.
— Señorita Bourgeois ¿usted sabe curar?— preguntó tímido.— Yo podría curar a Nath, claro si usted quiere—.
— Bien, ayúdame con su estómago— el chico asintió.
Entre los dos comenzaron a limpiar a Nathaniel, Chloe con una gasa quitaba la sangre de sus manos y de su cara. Dean preparaba las vendas que usaría para el estómago.
— Voy a alzar tu playera Nath...— el pelirrojo asintió y cerró los ojos. Dean se puso demasiado nervioso, contemplo un momento el cuerpo del pelirrojo y después comenzó a limpiar.
El dolor era tan insoportable que con el primer roce se quejó.— ¡Para!— gritó.
— Necesito curarte, sólo dolerá un poco— contestó el chico. Continuó con su trabajo aunque el pelirrojo se quejara.
— Nath mírame— dijo la rubia y al instante el chico volteó. Chloe desvío la mirada algo sonrojada.
— ¿Pasa algo Chloe?— preguntó inocente el pelirrojo.
— No, nada...— se armó de valor y miro directo a los ojos de Nathaniel quien le sonreía. Puso una curita en la mejilla del chico y en su ojo le colocó algo de hielo.— No entiendo cómo te pudieron hacer esto, son unos malditos— dijo molesta.
— Tal vez se confundieron, no lo sé— contestó.
— Nath, comenzaré a ponerte las vendas, me vas a decir si te quedan apretadas o no— dijo amablemente Dean.
Nathaniel le ayudo a alzar la playera para que se le facilitara, tanto Dean como Chloe habían terminado su parte.
— Ve por mi papá Dean, por favor— el chico rápidamente salió de la habitación.
— ¿Tu padre no se enojara porque estoy aquí?— preguntó.
— Claro que no, le diré que te vas a hospedar en un cuarto— Nathaniel se sorprendió.
— Pero Chloe yo no podría pagar tanto dinero, será mejor que me vaya a mi casa—.
— Tú no vas a pagar nada, Queen Bee me dijo que lo haría—.
— ¡No! Yo no puedo aceptar, sé que es muy buena pero jamás podría pagarle esta deuda— el chico bajó su playera.
— Oye— lo miró.— Tal vez ella no quiere que le pagues o al menos con dinero no—.
— Señorita su padre está aquí— el alcalde de París fue directo hacía su hija.
— Mi dulce princesa, ¿para qué me mandaste a llamar?— abrazo a su preciada hija.
— Papi, necesito que dejes que Nathaniel se quede aquí. Casi lo intentan matar en su casa y no puede regresar—.
— Pero hija, la última habitación acaba de ser ocupada—.
— ¿Entonces? No puedo dejarlo en su casa, no quiero que le pase algo—.
— Tu habitación es muy grande, podría ocupar la cama de allá— señaló a una dirección.
— ¿Es en serio?— preguntó emocionada y su padre asintió.— ¡Gracias!— lo abrazó.
— Muchas gracias señor...— el alcalde miro a Nathaniel.
— No hay de que, estoy para cuidar a cada ciudadano de París y por ser tan especial para mi hija te puedes quedar el tiempo que quieras—.
— No quiero incomodarlos, me iré en cuanto me recupere y cuando sea seguro volver— contestó.
— Bueno, Chloe creo que tu amigo necesita descansar. Voy a mandar dos enfermeros para que se encarguen de él— la chica miró a Nathaniel y le sonrió.
— Si papá—.
— Me retiro, buenas noches Chloe, buenas noches Nathaniel— la rubia se acercó a Nathaniel para poder llevarlo a su habitación.
— Le ayudo señorita— Dean también tomó a Nathaniel.
Cuando llegaron a la habitación, Chloe tuvo que acomodar la cama pues estaba un poco desordenada y tenía algunas cosas encima.
El pelirrojo se acomodó y Dean se retiró rápidamente.
— Te dejaré descansar, si llegas a necesitar algo no dudes en llamarme— le acomodó las cobijas.
— Claro...— contestó.
— Buenas noches Nath— le dio un beso en la mejilla haciendo que ambos se sonrojaran. La chica apagó la luz del cuarto y salió.
— Duele demasiado...—.
— Pensé que te sentías mejor— Trixx salió de un mueble.
— Necesito ver a Adrien para sentirme mejor— Trixx abrazó a su portador.
— Lo verás pronto...— dijo para consolarlo.
— ¿Y si le hicieron algo?— preguntó angustiado.
— No creo que un padre sea capaz de lastimar a su propio hijo—.
— Gabriel Agreste es diferente, no creo que se preocupe por su propio hijo— Trixx quedo en silencio.
— Tienes que dormir Nath así te sentirás mejor para el lunes—.
— ¡Oh mierda!— comenzó a derramar algunas lágrimas.— En verdad lo necesito...—.
¿Me tarde? :0
¡Oh por Dios! No saben lo feliz que me pongo cada vez que leo una notificación de este fic. :')
Y saliendome un poquito del tema... ¡Me acabo de enterar que mi crush es gay! Kemocion c':
Jaja, bai. ♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro