Capítulo 14: Verdades
Pov. Normal
— ¡Nath!—.
A pesar de estar a menos de un metro del pelirrojo alcanzó a esquivarlo y terminó destruyendo una pared.
Sin embargo Nathaniel al momento de destransformarse cayó al suelo por lo débil que se encontraba.
— ¿Qué he hecho?— Chat Noir corrió a su lado, tomo su cuerpo y comenzó a hablarle.— Nath, ¿me escuchas? Nath ¿Por qué no me dijiste antes?—.
Lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, ver a su pelirrojo así le partía el alma y más porque el le había provocado todo eso.
— ¡Soy un idiota!— abrazó con mucho cuidado al chico para no lastimarlo más.— ¡No!, ¡Nath, despierta!—.
Acercó su frente a la de Nathaniel, una pequeña lágrima mojó la mejilla del pelirrojo. Fue limpiando la sangre que el chico tenía en sus labios, se acercó más y lo besó...— Perdón—.
— Ga-to— el chico abrió sus ojos.
— ¡Nathaniel!— Chat Noir le sonrió y nuevamente lo besó.
Nathaniel estaba a punto de corresponderle el beso, pero el dolor se lo impedía.
— Ven, necesitas descansar— el gato cargo a Nath cuidadosamente, este se quejó un poco.
— Perdón, sé que te tenía que contar antes—.
— Soy yo el que debo pedir perdón— tomó su bastón y lo alargo hasta el balcón de Nathaniel, no tardo ni 7 minutos en llegar.
Con mucho cuidado se introdujo en la casa, prendió la luz del cuarto y acostó a su tomate ahí.
— ¡Idiota! ¿Quién te crees que eres para tratarlo así?— Trixx salía demasiado enojado del saco de su portador.
— ¿Qué?— el pequeño kwami se acercó a la cara del gato y soltó un golpe, aunque era obvio que eso daba más cosquillas que dolor.
— Trixx basta— decía Nath.
— Ah... Yo—.
— ¡Fuera de aquí, no eres digno para él!—.
— Tienes razón... No soy digno para Nathaniel, pero quiero llegar a serlo te lo juro— colocó su mano en su pecho.
Chat Noir se dirigió al baño, lleno un vaso que se encontraba en el lavabo y reviso cada uno de los muebles que se encontraban ahí para ver si había una toalla. Tardo, pero al final la encontró.
De nuevo volvió a lado de Nathaniel, colocó el vaso y la toalla a lado de la cama para poderse sentar en una orilla. Trixx, el kwami, no paraba de vigilarlo y no se apartaba de su portador.
Lentamente mojó la toalla en el vaso de agua, la exprimió y comenzó a limpiar la cara de Nathaniel que aún tenía un poco de sangre.
— Puedo hacerlo solo— el pelirrojo tomó la mano de Chat Noir.
— Lo sé, pero quiero curarte así no me sentiré tan mal de que casi mato a la persona que más amo— ambos sonrieron y el rubio continuo con su labor.— ¿Tienes vendas?—.
— Creo que sí, en el ropero hay una caja con medicinas, mi mamá de seguro y me echo algunas vendas— señaló.
El chico se dirigió hacia allá, saco la caja y efectivamente, había unas cuantas vendas ahí. Tomó una y volvió a su lugar.
En unos minutos había limpiado el rostro de su chico.
— Termine— colocó un mechón de pelo rojizo detrás de la oreja de Nath.
— Gracias—.
— Ahora largo— Trixx de nuevo se ponía en medio de los dos.
— Trixx, tranquilo—.
— No Nath, esta bien. Necesitas descansar, después de todo mañana vas a la escuela— el rubio abrió la ventana a punto de irse.
— ¡Espera! Tengo que contarte todo— dijo algo triste.
— Mañana lo harás...— como siempre Chat Noir le guiño el ojo y se fue.
Nathaniel intentó acomodarse para dormir, pero aún tenía un golpe que le dolía y era el de su estómago. Alzó su camisa y esa parte estaba algo roja y morada, pasó una mano por ahí y rápidamente el dolor lo consumió.
— Espero poder ir a la escuela mañana— se volteó.
— No creas que tu novio se salva de unos buenos golpes—.
— Gracias Trixx, pero el no lo hizo con mala intención— contestó.
— No claro que no, ¿y por qué intento usar su cataclismo en ti?— preguntó furioso.
— Déjame dormir Trixx, mañana será un día muy pesado—.
— Bien...—.
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El despertador sonó, pero Nathaniel no despertó. Sonó una segunda vez y aún no había respuesta del chico.
10:00 am
— Ahh...— la luz del sol comenzó a filtrarse por la ventana del cuarto, un rayo de luz le daba en la cara.— ¿Qué hora es?— preguntaba adormilado.
Quito las sábanas que cubrían su cuerpo, dio un último bostezo y abrió por completo sus ojos.
Al momento de levantarse sintió un fuerte dolor en su estómago por lo que volvió a acostarse—Agh...—.
— ¿Estas bien Nathaniel?—.
— Hola Trixx, aún me duele un poco la cara y el estómago— contestó quejándose.
— No vayas, lo primero es tu salud— decía tiernamente.
— Tengo que entregar una tarea muy importante, ¿qué hora es?— tomó el despertador que se encontraba en su mueble, lo tiró y corrió al baño.
Se dirigió a la bañera, se desvistió lo más rápido que pudo y entro a la bañera, no le importó que el agua estuviese fría sólo se dio una aseada rápida y salió disparado a su armario para buscar la ropa.
Las vendas en su rostro comenzaron a salirse de su lugar por lo cual tuvo que detenerse para acomodar cada una.
— Trixx vamos— el kwami salió disparado a lado de su portador.
Por suerte la escuela no quedaba tan lejos de su casa, sólo tenía que correr para llegar en 15 minutos mínimo.
— Perdón, voy tarde— le decía a cada una de las personas que empujaba para llegar a su destino.
— ¡Presente profesora!— estrelló la puerta haciendo que todo el salón se asustara, incluyendo a la maestra.
— Kurtzberg llegas una hora tarde a mi clase— decía sin voltear a ver al pelirrojo.
— Perdón profesora me quedé dormido— la maestra lentamente volteo la mirada y su cara fue una de horror al mirar a su alumno así.
— ¡¿Quién te ha hecho esto?!— la maestra rápidamente fue a lado de Nathaniel para auxiliarlo, comenzó a tocar sus vendas y el chico sólo se quejaba.
— ¡Auch! No, me caí pero estoy completamente sano— cuando quiso dar un paso dentro del salón su estómago volvió a dolerle como nunca.— Mierda— susurro.
— Claro que no estas bien. Adrien por favor ayuda a tu compañero a llegar a su lugar— el rubio se paró con una gran sonrisa.
— Sí maestra— tomó la cadera de Nathaniel que al momento del contacto este se estremeció. Adrien noto aquel leve gemido que soltó el pelirrojo. Avanzaron juntos, pero Nathaniel no pudo más y se quedó quieto.— ¿Estas bien Nath?—.
— No, no puedo duele mucho—.
— Adrien llévalo a enfermería, no se preocupen por los apuntes yo tendré en cuenta todo esto— ambos asintieron.
Adrien salió del salón con el pelirrojo a su lado, antes de llevarlo a enfermería lo sentó en una banca.
— ¿No se supone que vamos a enfermería?— preguntó.
— Primero descansa, ¿por qué te duele tanto?—.
— Supongo que fue por hacer un esfuerzo en llegar a la clase— encogió sus hombros.
— ¿Puedo ver?— sin esperar respuesta alguna del chico alzó su camisa y miro su abdomen, acerco su mano y la pasó por la herida del chico.
— ¡Ah! ¿Qu-e haces idiota?— dijo entrecortante.
— Perdón, me deje llevar— contestó sonrojado.
— Bien, me siento mejor ahora puedo irme— el pelirrojo se paró lentamente, no pudo ni dar cinco pasos y cayó al suelo.
— ¡Nathaniel!— Adrien corrió hacia el.— No hagas eso, te puedes lastimar más—.
— ¿Y a ti que te interesa?— preguntó molesto.
— Me interesas mucho, ven te ayudo— decía amablemente.
— No necesito ayuda de alguien—.
— Si la necesitas, si me rechazas haré algo que no te gustará— cruzó sus brazos.
— ¿Me vas a encerrar de nuevo? Sólo déjame solo, yo puedo cuidarme—.
— Te lo advertí— frunció el ceño.
Tomando impulso el rubio cargo a Nathaniel como una princesa.
— ¡No, bájame ahora Agreste!—.
— No te escucho tomate— decía burlonamente.
— ¡Maldito! Esto es secuestro—.
Llegaron a un pasillo de la escuela donde no había alumnos, al final se encontraba una puerta de madera que Adrien pateo para poder pasar.
Estando adentro bajo al pelirrojo que se encontraba demasiado furioso pero sólo lo ignoraba.
— Bien Nathaniel, este será tu castigo por no aceptar mi ayuda— sonrió acercándose a Nath.
— ¿De qué hablas? Quítate tengo que ir a enfermería— como veces anteriores no pudo dar muchos pasos para caer, la única diferencia era que está vez Adrien lo alcanzó de la cintura.
Lo colocó en una silla cercana, con sus dos manos tomó sus mejillas y besó sus labios. Nathaniel no quería corresponderle, pero el rubio mordió con tal fuerza el labio inferior de Nathaniel que abrió la boca para quejarse y en el poco instante la lengua de Adrien recorría su interior.
— ¡No! Suéltame— decía agitado.
— ¿Acaso no te gustó?—.
— No, no quiero nada tuyo Agreste— quito bruscamente las manos del mayor.
— ¿Ni si quiera esto...?—.
Las manos de Adrien se escabulleron por la camisa de Nathaniel, el contacto frío hizo que se agitara más de lo que estaba. Lo apego a él... Jaló algunos mechones de su pelo hacia atrás obligándole a mirarlo, después bajo sus labios al cuello.
— Adrien— gimió.
— Ahora puedo morir en paz— dejo de besar al chico.— Siempre he soñado con que dijeras mi nombre de esa manera, tomatito—.
— ¡Basta! Detente o sino gritaré...—.
— ¿Y quién te salvará, Chat Noir?— Nathaniel lo vio confuso.
— ¿De qué hablas?— preguntó nervioso.
— ¿Quieres que te haga lo mismo que hace el?—.
— No sé a que te refieres— desvió la mirada incómodo.
— ¿Seguro, no te acuerdas de nada?— beso una de sus mejillas.
— ¡No me beses!— lo empujó haciendo que cayera al suelo.
Aprovechó esto para pararse de la silla y salir corriendo a pesar de todo el dolor que sentía en su cuerpo.
— ¡Nath, espera!—.
— ¡Eres un enfermo!— grito furioso.
Adrien se paró, sacudió su ropa y miro la puerta.
— Tengo que decirle ya...— abrió su camisa y de ahí salió Plagg.— ¡Plagg las garras!— la luz verde cubrió su cuerpo.— Ahora si—.
Tan rápido como estuvo transformado salió en busca de Nathaniel que no se encontraba tan lejos. Decidió no decirle nada, quito su cinturón que hacía parecerle una cola, al momento de alcanzarlo cubrió sus ojos con el cinturón, lo cargo y lo llevo de nuevo al cuarto.
— ¡No!, ¡Ayuda!— el pelirrojo no paraba de patalear.
En todo el camino Adrien no dijo nada, lo sentó de nuevo en la silla y con una soga que estaba a lado amarró sus manos a los costados de la silla.
Nathaniel se quejo un poco por el dolor de su estómago, el gato se percató de esto y alzó su camisa. Lentamente se acercó y beso cada parte del abdomen, la respiración del menor se agitaba cada vez más.
— Adrien no...—.
No siguió las órdenes del chico y subió más la camisa, paso sus manos por toda esa parte, acerco su cabeza al cuello del chico y lo olio.
Una de las manos de Chat Noir bajo al pantalón del pelirrojo haciendo que gritara, rió y siguió.
— No... Agh, no quiero— susurró.
— ¿Seguro tomatito?— preguntó tiernamente.
Nathaniel noto el cambio de voz que había entre Adrien y está nueva persona.
— ¿Gato...?— dijo un poco tartamudo.
Adrien no dijo nada y solo se apoderó de los labios del pelirrojo. Nathaniel aún asustado y confuso no quiso hacer nada, bueno... Sólo por ese tiempo, porque después de que el rubio acabo de besarlo le dio una patada en donde más le duele a todos los hombres...
— ¡Auch! ¿Qué te ocurre?— decía casi sin voz.
— ¡Suéltame ahora!— gritó furioso.
Después de recuperar un poco de equilibrio, se acercó al chico y le quito el cinturón de los ojos. Ambos se vieron, por parte del rubio lo recibió con una cálida sonrisa que no se podía notar con Nathaniel.
— ¡Eres un idiota, suéltame!— rápidamente obedeció a su chico.
— Perdón tomatito...—.
— ¿Por qué hiciste todo eso?— preguntó.
— Creí que te gustaría—.
— ¡No! Pensé que eras alguien más— sobo la parte de sus manos en las que le pusieron las sogas.
— ¿Quién más podría hacerte todo esto?—.
— Agreste, ese idiota me besó e hizo otras cosas que no debía. Además ¿por qué me amarras?— hubo un pequeño silencio en el cuarto.— Sabes que no necesitas amarrarme a una silla para hacerme todo eso, de todas maneras soy tuyo— terminando esto un sonrojo apareció en sus mejillas.
— Nath... Si quiero estar contigo el resto de mi vida quiero que sea sin mentiras, quiero que me ames por completo—.
— ¿De qué hablas? Yo ya te... Te amo por completo y sobre mentiras, si te refieres a lo de ayer...— Chat Noir se inco en frente de el.
— No Nath, hablo sobre mis mentiras, pero antes... Necesito saber si vas a amar a mis dos partes, si me amaras siendo Chat Noir y si me amaras siendo una persona normal—.
— No me interesa quien seas detrás de esa máscara...—.
— Tal vez me odies un poco por todo lo que te he hecho, pero creo que en cierta parte me lo merezco... Así que, Plagg garras fuera— Nathaniel cubrió sus ojos para evitar que la luz lo lastimara.— Este soy yo...—.
El pelirrojo tardó un poco más en apartar las manos de sus ojos y cuando estuvo seguro lo miro.
— ¿Adrien...?—.
— Hola Nath— sacudió su mano.
— ¿Esto no es una broma, verdad?— sus ojos no se quitaban del chico.
— No, sé que siendo Adrien me odias, pero todo lo hice por una razón... Desde la vez que te encerré en el casillero porque tenía celos de Chloe y cuando te moleste por las marcas que te había dejado, quería que todos se enteraran de esas marcas para que sepan que le perteneces a alguien, que me perteneces—.
— Yo...— tartamudeo.— Aún necesito ir a enfermería—.
— Lo sabía... Te entiendo, no te molestaré más y perdón por todo— una lagrima comenzó a salir.— Gracias por estar conmigo este tiempo tomate—.
Nathaniel que se encontraba en el borde de la puerta se detuvo por un instante recargándose en el marco de ésta, después volteo y miro fijamente a Adrien.
— ¿Quién dijo que terminábamos, idiota?— los ojos del rubio brillaron más que nunca y corrió para abrazar y besar al chico.
— Te amo, te amo, te amo...— susurraba cientos de veces.
— Adrien, en verdad necesito ir a enfermería—.
— Si, tienes razón— sin consultarlo con su chico, lo cargó de nuevo y así se lo llevó a enfermería.
En el camino Adrien iba muy feliz como si hubiera ganado un premio, al contrario de Nathaniel que iba algo malhumorado porque toda la escuela los estaba viendo y aún no estaba preparado para lidiar con una relación así...
Un chico modelo y alguien que no es relevante en la vida.
Jaja, creo que actualice demasiado rápido... -.-
Espero actualizar seguido porque en verdad quiero acabar este fic, quiero concluir algo en mi miserable vida. v':
Sinceramente no quería subir el capítulo en estos momentos, porque quería pasar el resto del día escuchando el nuevo álbum de Gorillaz mientras me hundía en la depresión por no alcanzar boletos para su concierto. :c
Como ultimo punto solo quiero despedirme de ustedes, que les vaya bien en todas sus cosas y ya xd. Bai
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