Las maletas estaban en la puerta, y yo estaba con ellas, no volvería a aquel departamento que había compartido con el gran brujo de Brooklyn.

Magnus estaba tan tranquilo como cualquier otro día incluso cuando me vio acercar las maletas a la entrada, ¿como podía alguien que aparentaba ser el amor de tu vida estar tan tranquilo mientras te marchabas?

-Magnus...¿Esto es lo que quieres? - mis maletas ya estaban más fuera del umbral de la puerta que dentro del departamento.

-¿No pensaste que vivirás conmigo toda la vida no? - ese no era él Magnus que amaba, incluso en su voz sonaba diferente.
Esa voz sonaba casi tan molesta como cuando llegó a casa esta mañana.

Esa mañana, el joven de ojos gatunos había estado trabajando con un cliente, pero ese cliente le había entregado información tan valiosa como "lejitima".

Alexander Lightwood en brazos de otro chico, ni siquiera alguien conocido, porque no lo era, era alguien nuevo, con una gran barbilla, tal vez menor que el mayor de los Lightwood.... Y sobre todo un mortal cazador de sombras.

Magnus debía agradecer esa información a Camille, nunca le daría información falsa.

Eran amigos después de todo.

Esa mañana llegó hecho una furia al lof, done e minutos después llegó Alec.

-¿Qué le hiciste al departamento? - la voz de Alex era adormilada, como si no hubiera dormido toda la noche.

-Le hice lo que me dio en gana, y quiero que hoy mismo te vayas - Magnus no era bromista y cuando lo hacía normalmente reía, y esta no fue la ocasion.
-¿De qué hablas? - Pero Alec no tuvo tiempo de explicar nada, proque Magnus se acerco a él... Y lo olio, no olía al sándalo de siempre esta vez olía a azúcar quemada.

-Dime su nombre... Quiero saber el nombre de quien no te djeo dormir, y sobre todo te dejo su aroma.

Alexander parecía palidecer, ¿como era que Magnus había reconocido el otro olor?

-Odio esta paranoia tuya, saldré un rato... Y volveré después - Alexander tendría que hacer llamadas para saber quien lo había delatado, estar con Karev esa noche lo había relajado tanto después de toda una semana de trabajo extra en el instituto.

-No quiero que salgas un momento quiero que salgas... De mi vida - Magnus lo grito, sin importar nada, eso era lo que quería, o por lo menos lo que quería en ese momento.

No quería ver a Alexander nunca más.

Entonces lo miré fijamente, con los ojos llenos de lágrimas y le pregunté :

-¿Esto ya se terminó?-No podía decir otra cosa, mi garganta entraba llena de nudos, mi corazón ya no palpitaba, había dejado de hacerlo hace ya unos minutos cuando Magnus me miro a los ojos y dijo: "Te quiero fuera de mi vida"

Y él sin corazón, sin mostrar culpa alguna, me susurró al oído diciéndome:

-Esto nunca existió...-su voz en mi oído me hizo sentir la peor corriente eléctrica d e mi vida, ni siquiera en Batalla lo había sentido.

-Pero Magnus... Yo.. - las lágrimas corrían por mis mejillas sin poderlo parar.

-Vete de aquí Alexander, entiendelo... No. Hubo nada aquí, solo fueron años de sexo, donde me encanto, pero ahora puedo conseguir algo más fresco - Magnus sabía perfectamente que esas palabras me dolían, porque mi madre me las dijo, me advirtió que Magnus un día se hartaria de mi, y me cambiare por alguien más joven, o incluso inmortal.

-No puedes decirme eso, porque... Yo te quiero a ti - tal vez nunca lo había dicho con tanta tristeza, pero no podía hacer sonar este momento romántico.

-Lastima que yo quiero el mundo entero para mi... - y con un chasquido yo estaba del otro lado d ella puerta, que ahora estaba cerrada, y algo me decía que era para siempre.

Las lágrimas que derramó el Nephilim no se compararon a las lágrimas que derramaba el brujo del otro lado de la puerta.

Ninguno de los dos sabía la verdad completa, Alexander había estado preparando toda la semana una sorpresa para Magnus, le iba a proponer ir de vacaciones, pero vacaciones mundanas.

Incluso le ayudó un nuevo cazador de sombras recién llegado llamado Karev, que había pasado toda la noche con él... Terminando cada detalle, detalle a detalle fue revisado la noche anterior, cuando terminaron todo Karev Y Alec se dieron un abrazo.

Alec sonreía, hasta que escucho una cámara...
Y era por eso que odiaba los lugares mundanos siempre había chicos tomando fotos.

Fotos de paisajes urbanos, incluso de gente que no conocían, pero estaría de vacaciones pronto con su brujo.

Lastima que después de eso... Magnus ni siquiera supiera la verdad, que Alexander No quería al mundo, lo quería a él.

¿FIN?

COMENTEN SU LES GUSTÓ ❤️👀