¿Quien lo hizo llorar? 🐤
Y ahí estaba otra vez, esa risa que tenía tres días despertandole cada mañana a la misma hora sin falta.
¿Acaso siempre serían así sus mañanas? Estaba más que sacado de sus casillas, si no era su celular con una llamada de alguien del trabajo que lo despertara, era aquel Ángel de los gatos.
Había estado viendo a aquel chiquillo y pudo notar su amor grande por los cinco gatos callejeros que le seguían como si fuese su guardián, era como ver un desfile de pollitos siguiendo a su madre gallina a todos lados.
Era molesto sin duda, no sólo porque el y sus gatos le despertaban, si no que era molesto tener que correrlos a todos de su viejo jardín, donde se escondían entre los ladrillos invadiendo su propiedad sin descaro alguno.
Aquella risa mañanera lo trajo de vuelta a la tierra después de estar vagando por su mente, sin duda alguna el gran alfa Jeon, no iba a tener un día de paz sin ser molestado.
Poniéndose de pie, camino hasta la ventana de su habitación que daba de vista a su patio trasero junto al de sus vecinos, donde el dueño de aquella risa estaba sin preocupación alguna junto a sus gatos.
El Rubió vestía un traje de plástico amarillo junto a unas botas del mismo color, la lluvia caía sobre el pequeño cuerpo que sin problema era protegido por su vestuario anti lluvia.
Mirando al chico, noto que reía sin parar mientras corría por todo su césped siendo seguido por sus leales gatos y sin duda estaba ahí ese gato que siempre disfrutaba dormir sobre su auto.
Galleta.
Aquel gato callejero y sucio que tenía solamente una oreja, cada que salía de su casa estaba ahí esperándole encima de su auto y por supuesto, antes de poder hacer algo con el gato, estaba mamá pollito ahí para decirle las mismas palabras de siempre.
-No lo lastimes.. Galleta no hizo nada malo, solo es alguien valiente -
Podía jurar que el gato se reía cada que era salvado por el chico, podía sentirlo, sin duda se burlaba de el y le gustaba.
Estúpidos gatos, sin duda los odiaba aún más.
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Aparcando su auto bajo la lluvia, bajo del vehículo después de apagarlo, tomando su maletín bajo de la manera más perezosa sin importarle mojar su costoso traje, sin duda le habían echo enojar en el trabajo.
¿A quien se le ocurre apagar una computadora por completo sin tener una copia de todos los archivos importantes?.
Es más que obvio que a su equipo de trabajo.
Un llanto le llamó la atención, provenía de su montaña de ladrillos, aun que era la primera vez que lo escuchaba, sabía perfectamente de quien era.
-¿Que haces ahí? - pregunto el alfa colocando su maletín sobre su cabeza cubriéndose un poco de la lluvia.
Sin respuesta, el chico continuo llorando echo ovillo entre los ladrillos mojados, ¿quien había echo llorar a aquel Ángel?
-Oye, sal de ahí y ve a tu casa que ensucias mi jardín - ahí estaba, nuevamente sin respuesta.
Con un sonido de lengua, se dio media vuelta después de lanzar su saco al rubio para entrar de inmediato a su casa dejando al chico solo.
¿Quien abra echo llorar al pequeño risueño?.
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Un nuevo día y el sol estaba ahí dando un cálido calor a toda la colonia, esperaba que su día fuera así de tranquilo desde que despertó sin interrupciones.
Sin aquella risa.
Camino sin falta hasta su ventana para buscar al chico pero al no verlo una sonrisa iluminó su rostro, su día iba de viento en popa.
Después de ducharse y arreglarse, entró a la cocina por una manzana y un emparedado, tomando su maletín y llaves salió de su casa, hiba tarde pero el llegaría sin apuros, no quería estresarse.
Al salir, colocó la clave de seguridad de su casa y al darse la media vuelta mirando su auto, lo noto.
No estaba aquel gato sobre su auto, sin duda todo iba de maravilla para el.
Antes de subir a su auto, miro hacia atrás y noto que ya no estaba el chico rubio, solamente la pila de ladrillos húmedos.
¿Que era lo que hizo llorar al chico?
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-¿Jungkook? ¿Estas escuchando?. - la voz de su amigo, Namjoon lo trajo de vuelta a su cabeza.
Todo en el trabajo iba de maravilla, sin ningún incidente o trabas, todo perfecto.
Pero había algo que bloqueaba su cabeza desde que salió de su casa, aquel rubio sin duda no salía de su mente.
¿Quien le habría echo llorar, como para estar en ese rincón de su casa escondió?.
Esa pregunta no salía de su cabeza, se preguntaba ¿quien lo hizo? ¿Abra una razón para que le hiciera tanto daño al chico? Tanto que esa mañana no estaba jugando y no estaba con su gato en su jardin.
-Jeon... ¿Todo bien?. - Nuevamente Namjoon lo trajo de vuelta haciendo que le mirara de inmediato mientras sacudida su cabeza.
-Todo bien.. Lo siento, anoche no dormi bien y estoy cansado. -
- Vaya ¿sera que la pasaste con alguien y por eso estas así?. - con una sonrisa traviesa, Namjoon cruzó sus piernas mientras recargaba su espalda en la silla giratoria frente al escritorio elegante de Jungkook.
- ¿Que estupideces piensas? ¿Es que tengo que darte más trabajo para que no pienses tonterias?. -
- Ya, tranquilo... Solo crei que al fin tenias a alguien y no ibas a morir viejo y amargado pero veo que me equivoqué. - Levanto sus manos en señal de rendimiento mientras tomaba nuevamente los papeles frente a él.
- Sabes lo que pienso de una relación de hoy en día, no quiero nada con nadie. -
Estaba cansado de la misma plática, el no quería a nadie a menos que a su lobo le gustara, todos querían solo presumir a alguien con dinero.
El sin duda no iba a ser el juego de alguien que solamente piensa estupideces.
- Es hora de la reunión, vamos.. No quiero estar aquí cuando Jackson llegue con sus propuestas de robots. -
🐤🐤🐤🐤🐤🐤🐤🐤
No estaba, no había rastro alguno del rubio.
Cerrando su auto miro por última vez su jardín desastroso, soltando un suspiro al verlo solo como en la mañana, entró a su hogar sintiendose mal sin saber el porque.
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Después de dos semanas ausente, estaba nuevamente aquella risa que lo despertó.
Corriendo a tropezones hasta la ventana, lo miro ahí en su patio jugando con sus cuatro gatos los cuales estaban restregandose en el pequeño cuerpo del chico.
Podía sentir la emoción de su lobo al ver nuevamente al rubio con aquella sonrisa radiante, sin duda era extraño esos sentimientos que sentía en su pecho.
Esperen... Cuatro gatos, quien faltaba era aquella galleta sin oreja que le gustaba molestarlo.
De manera rápida bajo hasta llegar a la puerta de entrada y sin esperar, abrió la puerta saliendo hasta quedar frente a su auto... Pero el callejero no estaba ahí.
¿Entonces..?
-El no vendrá más... Galleta no hizo nada malo.. Galleta es valiente -
Esa voz, después de días sin escucharla ahí estaba nuevamente, pero estaba vez tenía un toque de tristeza.
Sin querer tener que consolar al chico, simplemente entró a su casa nuevamente escuchando como se alejaba de su casa el chico.
¿Que cosa había pasado?.
No puede evitar esperar más y e decido subir el segundo capítulo ya, estoy emocionada con esta historia, sale de mi corazón sin duda y espero que tenga un bonito apoyo ❤
Estaré actualizando rápido sin duda, no quiero que se vaya de mi cabeza la historia, nos leemos en unas horas más ❤✨🐤
(Díganme cualquier error)
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