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21.01.20
| n o l o d i g a s |
¿todo sería más fácil si le dijera que ya no lo amaba?
¿sería capaz de dejarlo?
¿podría odiarlo?
¿se acabaría el dolor?
las preguntas no salían de su cabeza, así como las lágrimas de su rostro no paraban de escurrir. un sollozo salió de sus labios, en el intento de contener las lágrimas.
no...
no quería escuchar eso, solo quería que le mintiera y le dijera que aún estaba enamorado de él, como en los viejos tiempos.
¿por qué no le seguía amando?
miró hacia la ventana, aún recargando un poco su cabeza en el respaldo del sofá, recordando, que aunque no le pidiera respuestas, yoongi se las daba con su mirada. haciéndolo sentir tan mal y miserable, que ya no era capaz de mirarlo a los ojos sin sentir dolor.
todo a su alrededor se estaba destruyendo. su tiempo juntos se estaba terminando y cuando eso pasara, ya no había un futuro para jeongguk.
cerró por un momento los ojos, sintiendo la ligera brisa del aire que entraba por la ventana. que aunque tuviera un manta sobre su cuerpo, sentía que se estaba congelando.
su mirada perdida, pero con su mente volando en los recuerdos; el cómo se conocieron, la forma en la que se dieron sus sentimientos y el cómo lograron expresarlos y todos esos obstáculos que pudieron sobrellevar... y, ahora, pareciera que se rompió ese sueño.
¿por qué? ¿por qué se seguía haciendo daño? solo se estaba provocando que ese dolor estuviera más presente y la felicidad se alejara más.
¿culpar a yoongi por lo que estaba sucediendo con su relación? ¿acaso eso sería justo? aunque, cómo no pensarlo, cuando jeongguk siempre intentó darle todo su amor para llenar su corazón, que ahora sentía que estaba apunto de morir.
¿de verdad podría alejarse de él?
cerró los ojos e intentó tranquilizar su respiración, tomándose el pecho con una mano encima de la otra. tardó dos minutos en poder calmarse, donde solo pudo presionar con un poco de fuerza su pecho.
lentamente fue abriendo sus ojos lagrimosos, sorbiendo un poco su nariz y sintiendo escozor en sus lagrimales.
odiaba que esa sensación le dominara, lo hacía sentir tan débil y vulnerable, que años atrás le sería difícil de reconocer en lo que se había convertido ahora.
dejó salir un ligero sollozo y sus labios temblaron, cuando sintió con su diestra su sortija de matrimonio, no pudiendo evitar que en su pecho se hundiera un dolor mientras dejaba salir un sonido lastimero.
esa circunstancia de plata, hace 7 años representó su unión; ahora solo era un adorno en su dedo anular. porque, si se ponían a recordar, yoongi hacía tiempo que no la utilizaba. una clara señal de que ya no le tenía una mínima importancia, que hasta ahora, jeongguk se pudo dar cuenta.
eso le hizo sentir tan tonto, que lloró de nuevo; porque hasta ahora se estaba dando cuenta de cosas muy obvias.
—¿por qué, yoongi? —sollozó las palabras, sintiendo un nudo en su garganta— ¿por qué me haces esto? lo único que he hecho es amarte.
sintió un peso sobre sus hombros cuando dejó salir esas pobres palabras.
¿qué había hecho mal? siempre se esforzó de darle lo mejor de él, pero ahora parecía que no le era suficiente.
se mordió su labio inferior tratando de callar sus sollozos, lográndolo solo cuando sintió un poco de sangre. y se detuvo cuando cerró los ojos, dándose por vencido, una vez más esa noche.
su amor, su aliento, su vida... ¿qué más estaba esperando yoongi de él? era todo lo que le pudo dar todos estos años.
¿qué más necesitaba de él?
llegó a ese punto, donde su garganta estaba seca, sus ojos dolorosos por tanto llanto y un vacío en su pecho, cada vez más profundo.
abrió los ojos, miró hacia la venta y como si algo le estuviera llamando, fue hacia ella, apreciando en todo momento el cielo nocturno mientras el viento acariciaba sus mejillas.
cuando llegó al marco, miró hacia la luna; sus ojos brillaron con la luz de aquel cuerpo, gracias a sus lágrimas y al dolor. algo tan hermoso, que te dejaría sin aliento al mirarlos.
una ráfaga de viento revolvió su descuidado cabello y la cortinas volaron más. su cuerpo tembló a causa del frío; la manta había quedado tirada en el suelo cuando se levantó del sofá. pero, aunque lo hubiera llevado consigo, jeongguk aún se sentiría siendo abrazado por el viento helado.
un sollozo escapó de sus labios, pero ya no le tomó importancia, mejor prefirió quitar esa sangre de su barbilla que pronto se iba a secar. utilizó su palma izquierda para tratar de quitarse aquello, pero solo logró embarrarse el rostro.
sonrió sin gracia, aún sin bajar su mano, que al verla de nuevo, sus ojos no notaron la poca sangre sobre su palma, mas bien, esa pieza sobre su dedo anular. y su sonrisa cayó.
giró su mano lentamente, sintiendo cómo su respiración se hacía pesada; pensando que aquella cosa de plata ya no significaba absolutamente nada.
sus pensamientos le dolieron en lo más profundo, pero era la verdad. ya no había una unión qué representar.
por lo que, con dolor y tristeza, se la quitó.
cerró su puño y respiró profundamente, conteniendo por un momento el aire. para después dejarlo ir lentamente.
soltar esa sortija significaría dejar ir a yoongi.
significaría renunciar a su amor.
significaría terminar con todo.
dolor, tristeza, lágrimas, recuerdos y todas esas promesas que fueron dichas años atrás.
solo tenía que abrir su mano y soltarla para que cayera.
solo tenía que ya no pensar.
solo tenía que darse valor.
solo tenía...
el sonido de una puerta abriéndose, lo detuvo a último momento.
no...
no podría hacerlo, por más que se obligara, no podría soltar esa sortija.
—¿jeongguk? —esa voz, solo necesitaba esa voz para siempre en su vida— ¿qué haces ahí?
jeongguk en ningún momento volteó, no quería que lo viera en ese estado tan deplorable. por lo que sólo atinó a negar con su cabeza, al momento que su cuerpo temblaba.
—bienvenido a casa, cariño —fue un susurro lo que dijo, pero aún así el mayor logró escucharlo.
yoongi miró a su esposo, deteniendo sus pasos, sintiendo una corriente fluir por su espalda. el departamento estaba tan frío, pero aún así, esa no era la razón por la que sus manos empezaron a temblar.
min no podía apartar la mirada de la espalda de jeongguk, que solo era cubierta por una camiseta delgada. frunció el ceño, tomó un poco de aire y miró a su alrededor; las luces estaban apagadas, por lo que la luna era la que alumbraba, aunque la sombra de guk se lo impedía un poco. pero aún así, pudo encontrar una manta en el suelo.
caminó hacia ella y la tomó, quedándose por un momento en ese lugar, preguntándose si debería acercarse. pero lo hizo al final, cuando notó el cuerpo tembloroso de guk.
jeongguk se puso tenso cuando sintió como yoongi se acercaba a él, aunque su cuerpo se relajó cuando sintió la manta sobre sus hombros.
—tomarás un resfriado sino te abrigas —susurró el mayor, acomodando mejor la manta.
jeongguk asintió, ya no teniendo fuerzas para hablar, porque sentiría que en cualquier momento se derrumbaría.
yoongi ya no supo qué decir, decidido a irse, pero el puño de su esposo, le llamo la atención.
tomó a jeongguk de los hombros y lo giró lentamente, aun no pudiendo ver su rostro, pues guk bajó la cabeza.
mentiría si dijera que no le dolía ver al menor en esa condición, aunque, ¿qué podría hacer o decir? él sabía de antemano que ya no tenía valor.
tragó un poco de saliva y tomó entre sus dos mano la diestra del menor; estaba tan frío, que si estuviera durmiendo, pareciera que hubiera muerto. pero eso no fue lo que le hizo un nudo en la garganta a yoongi, sino, ver su anillo de matrimonio en su palma.
aun no comprendiendo la situación, gi levantó la mirada e intentó conectarla con el menor, buscando una respuesta. sin embargo, las ojos de jeongguk estaban cerrados con fuerza, como si tuviera miedo.
yoongi soltó lentamente la mano de su esposo y retrocedió dos pasos, ahora apreciando un poco mejor la imagen de su menor; piel pálida, ojos rojos e hinchados, demacrado, labios resecos y partidos, además de que lo único que expresaba era dolor, cansancio y tristeza.
¿de verdad había lastimado tanto al amor de su vida?
puede que ya no sienta nada por él, pero aún así, no era justo el que lo estuviera lastimando de esa forma. solo porque era un maldito cobarde.
ya no quería lastimarlo, ya no tenía las fuerzas suficientes para seguir aguantando esa culpa ni tampoco quería llegar a un punto donde decir mentiras fuera una opción. así no era él.
sintiéndose una total basura, con ganas de llorar y solo decir perdón por ya no amarlo, comprendió que ese era el momento.
—jeongguk —nombró con dolor, sintiendo cómo sus ojos empezaban a cristalizarse, pero aún así firme en su decisión— yo-...
un sollozo le cortó, el menor comenzó a llorar mientras se abrazaba así mismo.
—p-por fa-vor —su voz salió rota, pero fue su mirada que congeló a yoongi por completo— no lo digas.
14.02.20
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