Cami no tuvo una buena infancia. Era amable, ayudaba a todos, pero aún así, nadie quería ser su amigo por los pocos defectos que tenía.

Ella siempre se forzaba a ser más perfecta que el día anterior, estando al borde de la intoxicación.

Terminó en el hospital con sólo trece años de edad debido al esfuerzo mental de tanto estudio para ser más inteligente, y debido a la anorexia, causada por sentirse gorda.

Sólo después de dos semanas en el hospital aprendió que todos tenemos defectos, y que no debemos avergonzarnos de ellos.

《No sé si irán al viento estas palabras, pero yo he escuchado al viento hablar》