Yoongi tenia una extraña sensación en su interior, cuando aquella vez Jungkook le dijo que no dudará de sus sentimientos y que nadie más le dijera lo contrario.

No sabía a que se refería.

Pero ahora podía darse cuenta, pues al parecer, los días siguientes cuando iban a la escuela y se encontraba con Jungkook antes de entrar a clases o en la hora de salida, la mayoría de los estudiantes parecían estar atentos a ellos.

Cuando decía la mayoría, se refería más que nada a los de la facultad del mayor, pues los de su carrera parecían no tomarle tanta importancia.

Esos días habían sido tranquilos en realidad, todo estaba normal hasta que por casualidad, un grupo de chicas se les acercó para preguntar si era cierto que el estaba saliendo con Jungkook, y aunque ellas no le dijeron nada para incomodarlo, presentía que ellas querían decirle mucho más.

Después de eso, unos dos tipos de la misma facultad que Jungkook también se le acercaron, pero ellos habían dicho algo como "¿Y es oficial? Hay rumores de que solo son amigos con derechos", de ahí en fuera, Yoongi había escuchado por casualidad ciertos rumores que se estaban corriendo.

Algunos venían de mujeres diciendo que Jungkook ya había vuelto a la cacería, y otras diciendo que era bueno ver al mayor sentar cabeza. Pero en cambio, estaban las personas que decían que Yoongi era una presa fácil para cualquiera, y que en cuanto Jungkook quisiera lo podía dejar.

Y el realmente quiso ignorar todo eso, pero no podía dejar de pensar tanto en sus palabras.

Lo que Jungkook le había dicho y que le había confesado aun seguía en su mente, no dejaría que otras personas lo hicieran dudar, pero, no podía evitar pensar que el era muy poca cosa para su mayor.

Jungkook siempre fue reconocido por ser atractivo y tener a su lado a chicas y chicos demasiado encantadores, carismáticos y sobresalientes, pero Yoongi no sentía que encajaba en ese papel.

Fue un martes por la tarde cuando Yoongi fue a visitar al mayor a su casa, ya que la madre de Jungkook quería conocerlo.

No se sentia nervioso de conocer a aquella mujer, solo estaba intrigado porque no sabía que cosas le habrá contado Jungkook sobre el, sobre todo porque ni siquiera eran pareja oficialmente.

Toco la puerta de la casa, maldiciendo entre dientes al darse cuenta de que al lado de la puerta estaba el timbre, quiso burlarse de sí mismo. Bueno, tal vez si estaba un poquito nervioso.

Cuando abrieron la puerta de la casa, sonrio un poco tímido al ver la que parecía ser la madre de Jungkook.

—Bue..—

—¿Tu eres Yoongi? Vaya, cuando Jungkook dijo que el niño que le gustaba era muy hermoso no creí que lo fuera tanto. —la señora dijo amablemente, con un tono burlon pero tratando de parecer calmada.

—A-ah.. b-bueno.. yo.. —sus mejillas rojas y su voz temblorosa delataban lo timido que se había puesto.

—¡Pasa! ¡Pasa!—la señora lo tomo del brazo con cuidado y le indico el camino. —Jungkook estaba esperándote y yo también, terminábamos de cocinar.

Mientras caminaban hasta la cocina, Yoongi pudo observar lo espaciosa que era la casa, además de que la decoración era muy bonita pero simple. Cuando llegaron a la cocina, pudo observar al mayor, quien atentamente estaba sirviendo un poco de comida para los tres.

—Oye tu, tu novio llego. —la mujer le dio una pequeña palmada a Jungkook en la cabeza y luego le guiño un ojo a Yoongi, provocado que el menor riera.

Jungkook se sobo la parte que fue golpeada mientras que miraba acusadoramente a su madre. El pálido dejó de prestarle atención para después mirar a YoonGi, quien le dedico una suave sonrisa algo sonrojado.

—Mamá, no es mi novio —le regaño Jungkook, el peli plateado se sintió algo extraño al escuchar sus palabras, sobre todo porque era verdad. —Aun no lo es.

—Pues ya te estas tardando.

—Pues era un sorpresa, pero al parecer ya la arruinaste. —Jungkook rodo los ojos al escuchar la ligera carcajada que dejo salir aquella mujer.

Yoongi no pudo evitar sentirse aún más avergonzado, sobre todo porque ellos hablaban como si el no estuviera ahí, a punto de sufrir un mini infarto por las palabras de Jungkook.

—Como sea, igual se lo ibas a pedir. —la madre de Jungkook se alzó de hombros y se acercó al refrigerador, ignorando un momento a los dos chicos.

Jungkook como buen anfitrión, se acercó a el menor y lo saludo dándole un corto besito en su mejilla, haciendo que Yoongi cerrará por instinto sus ojitos ante el tacto. Jungkook tomó de su mano, haciéndole señas para que tomara asiento a su lado.

Durante las siguientes horas, Yoongi se sintió tan cómodo y feliz, que cualquier rastro de timidez o preocupación se fue, pues haber conocido a la madre de Jungkook habia sido lo mejor. Esa mujer era tan divertida, sentía que era una versión aún más adulta de Jungkook, tendia a hacer comentarios un poco subidos de tono de siempre en forma de broma, más que nada para avergonzar a su hijo, pues en todo el rato estuvo halajando a Yoongi y avergonzando a Jungkook.

Yoongi también descubrió que Jungkook solo tenia a su madre, vivía con ella y cuidaba de ella, pues a pesar de que la mujer tenía un trabajo pesado en una fabrica de dulces, Jungkook siempre se encargaba de hacerle su desayuno antes de que se fuera a trabajar y el se fuera a la escuela, le preparaba su lonche para que ella comiera en sus descansos y por las noches, Jungkook dejaba que descansará.

Por lo regular el mayor se ocupaba de la casa, dejando que su madre solo se concentre en su trabajo, en comer a sus horas y en descansar correctamente después de llegar tan cansada.

Yoongi mentiría si dijese que no estaba sorprendido, porque no le parecía irreal, pero escuchar a la madre de Jungkook hablar tan cómodamente de su hijo, le hacía sentir maravillado.

Jungkook también tenía un padre, pero este se la pasaba viajando constantemente, a veces por negocios y a veces por diversión. El les mandaba dinero suficiente, tanto para gastos normales como para la universidad del mayor, a pesar de que fuese un padre ausente, Jungkook no le tenía rencores o lo odiaba, porque realmente no había nada que odiar de su padre.

Yoongi amo descubrir tantas cosas de Jungkook, pequeñeces que le hicieron sentir que su hyung, no era un hijo de puta como todos decían.

Jungkook tenia un buen corazoncito.

Después de que la madre de Jungkook se despidiera de ellos, y se fuera para comenzar su segundo turno de trabajo, Yoongi acompaño a el mayor a su habitación, en donde más que nunca se sintió tan cómodo y especial.

La habitación de Jungkook era grande, en serio, grande, tenía dos roperos y dos escritorios, uno más grande que el otro, además de que tenia una pequeña sala con sillones y colchas. Las paredes estaban adornadas con luces leds y pequeñas imágenes de ciertas agrupaciones que seguía, además de que todo estaba ordenado y su habitación estaba limpia.

—Hyung, tu madre es muy linda, me gusta como es.

Jungkook sonrio al escucharlo hablar, se quito los calcetines que tenía y los hecho en la ropa sucia, se quito la playera e hizo lo mismo. Yoongi se quedo observando atentamente las pequeñas fotos que tenía Jungkook en su escritorio, algunas eran de su madre y el, y otras de su padre y el, pero no encontró ninguna en donde estuvieran los tres.

Quiso preguntarle respecto a eso, pero sintió las manos de Jungkook abrazar su cintura y su pecho pegarse a su espalda, con su rostro hundirse entre sus cabellos.

El menor se sintió nervioso en segundos.

—Mi madre es una buena persona, le agrado mucho cuando le dije que vendrías — soltó una ligera risita. — supongo que queria conocer al chico que me trae todo idiota.

—No me culpes de tus idioteces, hyung.

Jungkook soltó una gran carcajada al escuchar su respuesta, si bueno, ya se lo esperaba, después de todo Yoongi y Taehyung eran hermanos, algo debían compartir, y en cierta parte, eso que compartían era su humor.

Yoongi se giro sobre sus talones y se engancho al cuello del mayor, con sus brazos rodeándolo casi por completo. Se alzó ligeramente de puntitas y dejo un beso sobre su nariz, para después bajar lentamente y depositar uno sobre sus labios, haciendo que Jungkook muriera momentáneamente de ternura.

—Kook, ¿Puedo preguntar algo? —dijo Yoongi, con cierto temor ante lo que vendría, cuando Jungkook asintió el menor lo miro directamente a los ojos.

—¿Tu me quieres de verdad? ¿Estas enamorado de mi?

Jungkook sonrio suave, dejando un beso sobre sus labios. —Si, te quiero y estoy enamorado de ti.

—B-bueno...

—¿Ya empezaron con los rumores cierto? —Yoongi asintió cuando escucho sus palabras, no podía ocultarle nada. —Te lo dije, que ninguno de ellos te haga dudar de lo que siento por ti, yo.. es mi culpa, Yoonie.

Yoongi negó. —No, no, si dices que estás enamorado de mi, te creo.

—Lo se. —suspiro con pesadez, escondió su rostro entre el cuello del menor, importandole muy poco si tenía que encorvarse. —He sido muy tonto en cuanto a ciertas cosas, pero cuando digo que realmente me gustas y quiero estar contigo, no hay duda de eso.

—Yo también quiero estar contigo, hyun.

Yoongi se atrevió a abrazarlo con más fuerza, acariciando su espalda con lentitud, sintiendo los suaves besos que dejo Jungkook sobre su cuello después de escuchar su respuesta.

Y Yoongi no pudo soportarlo más, se fue contra sus labios una vez que Jungkook se separó de su cuello, convirtiendo aquel lindo y precioso beso en algo apasionado por parte de ambos.

Yoongi no necesitaba de la aprobación de otras personas, no necesitaba tener rumores detrás de él. Sólo quería darle una oportunidad a Jungkook.

Porque le gustaba, estaba profundamente enamorado de su hyung.