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8-UN SECRETO REVELADO


"No me llamabas a mí... Era a ella. Pensabas en ella."

ALEX

Estaba durmiendo. El día en el hospital había sido largo, como todos. Me despertó el sonido del teléfono. Miré la hora. Eran casi las doce de la noche.

Contesté rápidamente al ver que era un número desconocido quien me llamaba.

-Alex: ¿Sí...?

-Lena: ¿Señorita Danvers? Soy Lena Luthor.

-Alex: ¿Lena? ¿Le ha pasado algo a Kara?

-Lena: No, no se preocupe, su hermana se encuentra bien. Pero necesita que se reúna con ella en un sitio.

-Alex: ¿Reunirme con ella? ¿Ahora? ¿Dónde?

-Lena: Le mandaré la dirección cuando le cuelgue el teléfono. Por favor, venga usted sola y no diga nada a nadie.

-Alex: Claro, estaré allí lo antes posible.

-Lena: Bien. La estará esperando.

Segundos después recibí la dirección. Me levanté rápidamente, me lavé y me vestí. Por mucho que Lena hubiera dicho que Kara estaba bien, no lo creería hasta que lo viera. Si estaba bien, ¿por qué me había llamado Lena?

Cuando llegué al coche, revisé que tenía allí una bolsa con material médico para emergencias que solía llevar. No sé por qué, pero se me cruzó por la mente que podría necesitarla.

Subí al coche y arranqué, conduciendo hasta la dirección que Lena me había enviado. Tardé un poco más de lo previsto, ya que me perdí un par de veces debido a los nervios que tenía.

Llegué casi a la una de la mañana. Miré el edificio y cogí la bolsa del maletero. Cerré el coche y entré. Llamé al ascensor y esperé. Luego marqué el sexto piso. Salí del ascensor y me acerqué a la puerta. Estaba temblando y no sabía por qué. Seguía pensando que Lena me había mentido. Si Kara estuviera bien, me habría llamado ella misma. Dejé salir un poco del aire que me oprimía el pecho y llamé a la puerta con fuerza. Fue Kara quien abrió.

-Kara: Hola Alex.

-Alex: ¡Kara! – dije tirando la bolsa que llevaba en la mano y abrazándola con – Lena me dijo que estabas bien, pero me extrañó que me llamara desde tu teléfono. Necesitaba verte para creérmelo.

-Kara: Pasa. – dijo, haciéndome un gesto para que entrara. Cogí la bolsa y entré – Estoy bien, tranquila.

-Alex: ¡¿Entonces por qué me ha llamado Lena? – grité.

-Kara: Alex, por favor... No grites.

-Alex: ¡¿Qué no gri...? – dije, callándome cuando Kara puso una mano sobre mi boca.

-Kara: Por favor. –dijo mirándome. Entonces me fijé en su rostro. Había estado llorando y parecía cansada.

-Alex: Por favor Kara, cuéntame qué pasa – dije abrazándola de nuevo.

-Kara: Lo haré. Ven – dijo, cogiendo mi mano y llevándome con ella hasta el salón. Allí vi a Nia, Lena y una mujer a la que no conocía. –A Nia y a Lena ya las conoces. Ella es Cat Grant, una amiga.

-Alex: Hola... – dije – Kara, ¿qué pasa? ¿Por qué me has hecho venir aquí, de quién es esta casa?

-Kara: Mía. Y yo no te he hecho venir. Ha sido Lena. Pero necesito tu ayuda.

-Alex: ¿Tuya? ¡¿Y cómo la estás pagando, co...?! – dije, callándome de nuevo al notar otra vez la mano de Kara sobre mi boca.

-Kara: Por favor Alex, vas a despertarla.

-Alex: ¿Despertar a quién? ¿Y para qué necesitas mi ayuda? ¿Qué tipo de ayuda?

-Nia: Alex... Kara está muy nerviosa. Esto no está siendo fácil para ella. Lena te llamó a pesar de que Kara estaba absolutamente en contra. Deja que te lo explique, pero no la presiones. – dijo, mirándome.

Conocía a Nia. Era amiga de Kara de toda la vida. Y tenía la suficiente confianza conmigo o cualquier miembro de mi familia como para hablarnos de ese modo.

-Kara: Siéntate, por favor...

Me senté en uno de los sofás que había en el salón, al lado de Nia. Miré alrededor. No había demasiado. Un par de sofás grandes, una mesa entre ellos, un mueble enorme casi vacío, a excepción de una televisión y unos cuantos marcos de fotos que, por alguna razón, estaban vacíos. Las únicas fotos visibles eran algunas colgadas en las paredes, y enseguida supe que las había hecho Kara. También había una mesa grande con cuatro sillas. Al menos, eso era todo lo que podía ver en esa parte de la casa.

-Alex: ¿Qué pasa...? Kara, no tienes buen aspecto.

-Kara: Alex... - dijo sentándose frente a mí, sobre la mesa y cogiendo mi mano entre las suyas, moviéndolas nerviosa. –Necesito tu ayuda como médico.

-Alex: ¿Qué te pasa? – dije, intentando no llorar.

-Kara: Antes de nada, necesito que me prometas una cosa. Nada de lo que te cuente hoy. Nada de lo que veas hoy, puede salir de aquí. ¿entendido? No puedes contar nada a nadie. Ni siquiera a papá y mamá.

-Alex: Pero...

-Kara: Prométemelo, Alex. Esto es muy importante.

-Alex: Claro... Lo prometo - dije.

-Kara: Vale... - dijo agachando la cabeza unos instantes y soltando un fuerte suspiro. Luego me miró y se levantó – Quiero que conozcas a alguien. Ven...

Kara empezó a caminar y la seguí. Recorrimos un pequeño pasillo en el que había un par de fotografías más. De camino, no pude ver nada, ya que las luces estaban apagadas. Nos detuvimos frente a una habitación, cuya puerta estaba medio cerrada.

-Kara: Me lo has prometido, Alex...

-Alex: No diré nada.-Dije mirándola. Kara parecía asustada, preocupada.

-Kara: Bien... - susurró, abriendo la puerta del todo y entrando al cuarto. Encendió la luz y vi un cuarto preparado para un bebé. Vi que Kara se acercaba a una cuna en el otro extremo de la habitación – Te presento a tu sobrina. Alexandra Danvers. Lexie.

-Alex: Espera... ¿Qué...? ¿Cómo que mi...?

-Kara: Mi hija.

Me quedé mirando a Kara y a la niña. ¿Su hija? ¿Mi hermana tenía una hija? ¿Mi hermanita pequeña... Era madre de una niña?

-Alex: ¿Cuánto tiempo tiene?

-Kara: Va a hacer ocho meses... - dijo, agachando la cabeza. No podía mirarme.

-Alex: ¿Ocho...? El viaje.... ¿Por eso te fuiste, ya lo sabías?

-Kara: Sí.

-Alex: ¡¿Y no dijiste nada?! – medio grité. Volví a mirar a la niña. No sabía si alegrarme o... - Espera... No, no, no.... Mierda... Kara...

-Kara: ¿Qué?

-Alex: Dime que no te violaron. Que nadie te hizo daño. Por favor.... – pregunté nerviosa. ¿Por eso mi hermana estaba así?

-Kara: No, no me quedé embarazada por eso.

-Alex: ¿Entonces...?

-Kara: ¿Estás enfadada? – preguntó.

-Alex: ¿Enfadada...? Sí... No... No lo sé... - dije mirando de nuevo a la niña y fijándome en la pequeña mascarilla que tenía puesta - ¿Qué le pasa?

-Kara: Por esto es por lo que te necesito, Alex... - dijo- Lexie tiene problemas respiratorios. Nació antes de tiempo. Tuve... Algunas complicaciones durante el embarazo y... El parto – Se levantó la camiseta, dejándome ver la cicatriz de su vientre – Por esto no quería que me vieras desnuda.

-Alex: Kara.... – dije, abrazándola. – Tranquila...

-Kara: Lo siento...- sollozó, agarrándose a mí.

-Alex: Debiste decírmelo. Te habría ayudado – dije, medio enfadada.

-Kara: No quería que nadie se enterase. Alex, no quiero que papá pierda las elecciones por esto. Si la prensa se entera... Bastante les costó aceptar que a ti te gustasen las mujeres. Sabes que bajó mucho en las encuestas por eso.

-Alex: Pero volvió a subir.

-Kara: Sí... Pero... ¿El futuro presidente no sólo tiene una hija lesbiana, sino que su hija pequeña abandona la universidad porque se quedó embarazada de su....? – dijo callándose.

-Alex: ¿De quién...? Kara, ¿quién es el padre?

-Kara: No importa...

-Alex: Kara.

-Kara: De verdad Alex, no importa. Él ni siquiera sabe que existe y prefiero que siga así, ¿vale? Es... muy complicado.

Miré a mi hermana y de nuevo a la niña. Era igual que Kara. Había sacado los ojos azules de mi hermana, y su pelo era rubio, aunque algo más oscuro, tirando a castaño.

-Alex: Es preciosa, Kara... - dije, acariciando su manita y mirando a mi hermana, que sonreía, mirando a su hija con amor - ¿Has dicho que se llama Alexandra?

-Kara: Lexie... Como su tía – dijo sonriéndome – Como la persona favorita de su madre.

-Alex: ¿Por qué hoy, Kara? ¿Por qué me lo estás contando?

Kara se sentó en un sillón que había junto a la cuna.

-Kara: Porque... Soy una madre horrible, Alex.

-Alex: No lo creo...

-Kara: Apenas paso tiempo con ella, no estoy viéndola crecer. Tengo a una persona que se ocupa de ella por mí. Hoy no dejaba de llorar y ni siquiera sabía cómo calmarla Alex. Después de ocho meses no sé hacer que mi hija deje de llorar. Pensaba que le pasaba algo malo y ... Sólo era... Un dolor de estómago. Si no llega a ser por Lena...

-Alex: ¿Lena?

-Kara: Ella... Se presentó aquí y... consiguió calmarla. Yo...

-Alex: Ven aquí... - dije, abrazándola de nuevo. –Ahora entiendo muchas cosas. Esos cambios de humor...

-Kara: Lo siento. Sé que me he portado como una idiota contigo, pero es que... No poder estar con ella, poder verla sólo unos minutos cada cierto tiempo... No tienes ni idea de lo que eso duele, Alex. Cada vez que estoy con Lexie es... No existe nada más, sólo ella. Sus sonrisas, sus ojos, sus balbuceos... Pero cuando tengo que dejarla... Es como si me arrancasen el corazón de cuajo y no pudiera recuperarlo hasta estar con ella de nuevo. Sin ella, me siento vacía, Alex.

Acaricié el rostro de Kara, secando sus lágrimas. Verla así me estaba destrozando, pero no quería llorar delante de ella. Kara ahora me necesitaba. Más que nunca. Y mi sobrina también. En ese momento, Lexie empezó a llorar. Kara se levantó rápidamente y la cogió tras quitarle la mascarilla, moviéndola con cuidado. Me senté en el sillón y las miré, sonriendo.

-Kara: ¿Quieres cogerla? – preguntó cuando Lexie se calmó un poco.

-Alex: Claro... - dije levantándome.

-Kara: Mira Lexie... - dijo mientras la dejaba en mis brazos – Esta es tu tía Alex. Te llamas así por ella.

-Alex: Hola... - dije, sin poder contener las lágrimas de la emoción cuando Lexie me miró y me sonrió. En ese momento, caí en algo. Miré a Kara. – No me llamabas a mí... Era a ella. Pensabas en ella.

-Kara: ¿Qué?

-Alex: Cuando tuvimos el accidente con el coche... Llamabas a Lexie. Y cuando te dispararon, al confundirte con papá. Llamabas a Lexie, no dejabas de decir ese nombre. Pensaba que... Me llamabas a mí. Que por algún motivo, algo estaba haciendo que volvieras a llamarme así. Que me estabas pidiendo ayuda de alguna forma que no lograba entender. Pero estabas pensando en tu hija.

-Kara: Sí... Lo siento.

-Alex: No, no lo sientas. Yo también lo habría hecho. – dije, mirando de nuevo Lexie que jugaba con el cuello de mi camisa. - ¿Quieres que la examine?

-Kara: ¿No te importa? No puedo llevarla a un hospital sin que todo el mundo se entere. Sabes que hay medios por todos lados. Hasta ahora, mi vida no les ha importado mucho. Una chica que deja sus estudios y se va por ahí a hacer fotos o a tomar batidos con una amiga. Eso no vende. Pero que la hija pequeña del futuro presidente tenga una hija sin que su familia lo sepa...

-Alex: Lo entiendo. Y voy a estar aquí para vosotras. Para las dos.

-Kara: Gracias...

-Alex: He dejado una bolsa en el salón. ¿Puedes traerla? Traigo material médico en ella – dije, mientras dejaba a Lexie encima del cambiador de pañales, ya que estaba a una altura mejor para poder examinarla.

-Kara: Sí... - dijo saliendo y volviendo poco después. La examiné, bajo la atenta mirada de Kara.

-Alex: Ya está.

-Kara: ¿Está bien?

-Alex: Sí... Dentro de su problema, está bastante bien. Tranquila.

-Kara: Gracias. – dijo cogiéndola – Vamos con las demás al salón.

Seguí a Kara hasta el salón. Nia y Cat hablaban mientras Lena sólo se limitaba a escuchar. Kara se sentó en el sofá, al lado de Lena. Yo me senté a su lado, después de que Nia se levantara para sentarse junto a Cat.

En ese momento, vi que Kara miraba a Lena.

-Kara: Lo siento, Lena... - dijo.

-Lena: No importa – respondió.

-Alex: ¿Qué sientes? – pregunté. Entonces vi la mejilla enrojecida de Lena. – Kara, ¿qué hiciste?

-Kara: Le di una bofetada.

-Alex: ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!

-Kara: Porque te llamó incluso después de que yo le dijera que no lo hiciera... - dijo - ¡Estaba preocupada por Lexie, y nerviosa, y... perdí el control!

-Alex: Pues menuda bofetada debiste darle cuando todavía tiene la cara enrojecida.

-Kara: Ya le he dicho que lo siento...

-Lena: Como le dije a su hermana – dijo mirándome- Ni ella, ni la señora Cat, ni Nia, ni yo, sabríamos qué hacer si la niña enferma. Era necesario que alguien que supiera del tema estuviera aquí para aconsejarla y ayudarla. ¿Y quién mejor que usted, su hermana?

-Alex: En eso te doy la razón, Lena.

-Kara: Tienes que prometerme que no dirás nada, Alex, por favor.

-Alex: Está bien... Para empezar, llamaré a mamá y le diré que te vas a quedar unos días conmigo. Así podrás pasar un poco más de tiempo con tu hija. Esta niña te necesita, Kara. Y tú la necesitas a ella.

-Kara: Gracias... - dije mientras yo sacaba mi móvil – Pero no ahora, Alex. Es tarde, la asustarás... - dijo señalando el reloj.

-Alex: Es cierto... - dije guardando de nuevo el móvil.

KARA

Pasamos algunos minutos en silencio. Miré a Alex, que miraba a Lexie y sonreía.

-Alex: Aún no puedo creerlo...

-Kara: Si a ti te está costando aceptarlo, imagina a papá y mamá.

-Alex: ¡¿Qué...? ¡No, no me está acostando aceptarlo, es que...! ¿Cómo no me di cuenta de lo que te pasaba? Soy médico, y soy tu hermana, te conozco mejor que nadie. ¿cómo pude no notarlo?

-Kara: Soy buena ocultando cosas... - sonreí. Alex cogió mi mano, mirándome.

-Alex: ¿Qué pasó, Kara? ¿Qué hiciste durante estos meses, dónde fuiste?

-Kara: Es una larga historia.

-Alex: Tenemos toda la noche...

Miré a Cat y a Nia, que asintieron. Lena estaba callada, mirando de vez en cuando a Lexie.

-Kara: Está bien.

****FLASHBACK****

VARIOS MESES ATRÁS.

15 de Agosto del 2018

Esa mañana se me estaba haciendo larguísima. Estaba nerviosa, temblando. Esperé a que todo el mundo saliera del despacho de Tommy y entré.

-Kara: ¿Podemos hablar? – susurré.

-Tommy: ¿Aquí?

-Kara: Es importante.

-Tommy: Kara... Sabes que no me gusta que nos vean juntos aquí. ¿Quedamos esta tarde, dónde siempre?

-Kara: Sí, claro...

-Tommy: Eh... - dijo acercándose y haciendo que levantase el rostro para mirarle - ¿Estás bien?

-Kara: ¿A la hora de siempre? – pregunté.

-Tommy: Sí, claro, pero no has respondido a mi... - dije, saliendo antes de que terminase de hablar.

Ese día había quedado con Nia para comer. Pero mi cabeza estaba en otro sitio.

-Nia: Kara... ¡Kara! – gritó.

-Kara: ¿Qué..?

-Nia: Oye, ¿qué te pasa? No has probado la comida. Y eso es raro. Muy raro.

-Kara: No tengo hambre – dije, alejando el plato de mí. – Tengo el estómago revuelto.

-Nia: ¿Estás enferma?

-Kara: No.

-Nia: ¿Entonces?

-Kara: Necesito ir al baño... - dije levantándome y corriendo hacia allí. Me arrodillé en uno de los váteres, vomitando.

-Nia: Kara... - dijo acariciando mi espalda – Eh...

-Kara: ¿Qué haces a....? – dije, vomitando de nuevo.

-Nia: ¿Quieres que llame a tu hermana?

-Kara: ¡No! – dije – Nia, no, por favor...

-Nia: Pero no estás bien...

-Kara: Dame un... momento y.... buuuaaarrggg.

-Nia: Claro... - dijo, quedándose conmigo y sujetando mi pelo. - ¿Mejor? – preguntó cuando dejé de sacar las tripas por la boca.

-Kara: Sí... - dije levantándome, tirando de la cadena y acercándome al lavabo. Me enjuagué un poco la boca y me lavé la cara. Después, apoyé los codos en el lavabo y me eché a llorar.

-Nia: ¿Kara...? – preguntó, preocupada. - ¿Qué pasa? No me lo digas. ¿Ese chico misterioso tuyo te ha dejado?

-Kara: No.

-Nia: ¿Entonces?

Me giré, apoyándome en el lavabo y la miré, con los ojos enrojecidos.

-Kara: Estoy embarazada.

-Nia: ¿Qué estás qué...? ¿Estás segura?

-Kara: Sí. Me hice la prueba hace dos días y... - dije, llorando de nuevo.

-Nia: Tranquila.... – dijo abrazándome - ¿él lo sabe?

-Kara: Aún no. He intentado decírselo en su trabajo y...

-Nia: ¿En su trabajo? ¿Quién es, Kara?

Suspiré, mirando a Nia. Merecía saberlo. Ella era mi mejor amiga y siempre estaba a mi lado, en lo bueno y en lo malo. Sobre todo en lo malo.

-Kara: Es Tommy... - dije, mirando la cara de confusión de Nia – El profesor Merlyn.

-Nia: ¡¿Qué?! ¡Kara!

-Kara: Lo sé, lo sé... Ha sido una estupidez. No necesito que me regañes ahora, por favor...

-Nia: No lo haré... ¿Qué vas a hacer?

-Kara: No lo sé...

-Nia: Vamos, volvamos a la mesa. Debes comer algo.

-Kara: Nia...

-Nia: Por favor, Kara... - dijo secando mis lágrimas.

-Kara: Está bien... - dije mientras volvíamos a nuestra mesa y Nia me acercaba mi plato.

-Nia: Come.

-Kara: ¿Puedo pedir otra cosa?

-Nia: Claro... Entonces yo me comeré eso, no vamos a desperdiciarlo. Aunque estoy llena.

Pedí una ensalada. No me entraba nada. Y al menos, Nia quedaría contenta con eso.

-Kara: He quedado con él a las cinco.

-Nia: ¿Dónde?

-Kara: En su casa.

-Nia: ¿Quieres que vaya contigo? Me quedaré cerca por si me necesitas.

-Kara: Gracias... - dije medio sonriéndola.

Cuando terminamos de comer, fuimos en el coche de Nia y aparcó cerca de la casa de Tommy. Ese día, había dejado mi moto en casa. No me sentía capaz de conducir.

-Nia: Estaré abajo. Y cuando le vea subir, me quedaré aquí fuera, ¿vale?

-Kara: Sí, vale... - dije mientras Nia se alejaba.

Me apoyé en la pared y me quedé mirando al suelo, en silencio. Esperando a que él llegara.

-Tommy: ¿Kara?

-Kara: Hola... – dije mirándole, sin moverme.

-Tommy: ¿Pasa algo?

-Kara: ¿Podemos entrar?

-Tommy: Claro... - dijo abriendo – Pasa. ¿Quieres sentarte?

-Kara: No.... – dije, empezando a moverme de un lado a otro, nerviosa.

-Tommy: De acuerdo, tú dirás – dijo quitándose la chaqueta y tirándola sobre el sofá.

Cogí aire y le miré, intentando sacar el valor suficiente para decir esas palabras.

-Kara: Estoy embarazada.

-Tommy: ¡¿Qué?! – gritó, mirándome - ¿Es una broma?

-Kara: No, no lo es...

-Tommy: Pero... ¡No puede ser! ¡No puedes...! – dijo, nervioso - ¡No puedes hacerme esto!

-Kara: ¿Hacerte esto? – pregunté, confusa.

-Tommy: ¿Estás segura?

-Kara: Sí... Me hice la prueba hace dos días y salió positivo.

-Tommy: ¿De cuánto?

-Kara: No lo sé...

Tommy se sentó en el sofá, escondiendo la cara entre sus manos. Me acerqué y puse mi mano sobre su hombro. Él me apartó de un manotazo.

-Tommy: No vas a tenerlo.

-Kara: ¿Qué?

-Tommy: No vas a tenerlo. No puedes tenerlo.

-Kara: ¿Por qué? – pregunté. De pronto, el rostro de Tommy era totalmente diferente al que solía ver. Estaba furioso, mucho.

-Tommy: ¡Porque no, Kara! ¡Ese bebé me arruinaría la vida!

-Kara: ¡¿A ti?! ¡¿Y qué hay de mí?!

-Tommy: Tú me importas una mierda.... Sólo eres alguien con quien pasar un buen rato en la cama.

-Kara: ¿Cómo?

-Tommy: Escúchame... - dijo levantándose y sacando algo de un cajón. Una chequera. Empezó a escribir algo en ella – Vas a coger este dinero y te vas a deshacer de ese bebé, ¿me has entendido? Lo antes posible.

-Kara: ¿Qué...? Tommy...

-Tommy: No, Kara. No. No puedo permitirme algo así. ¿Entiendes? Estoy casado, Kara.

-Kara: ¿Estás... casado...? – dije. No lo sabía. – Pero... ¿Ella nunca... está aquí?

-Tommy: Ella ni siquiera sabe que conservo este sitio. Si se entera de que me he estado acostando con otra y que encima la he dejado embarazada... Eso no sería bueno, ni para mí, ni para nadie, ¿me oyes?

-Kara: ¡¿Estás casado?! – grité - ¡Maldito cerdo, hijo de...! – Empecé a golpearle en el pecho y él me sujetó de las muñecas con fuerza, empujándome sobre el sofá. Luego se puso sobre mí, haciendo que no pudiera moverme.

-Tommy: Vas a deshacerte de ese bebé. Mañana mismo. No me importa cómo ni dónde lo hagas.

-Kara: ¿Y si no? – dije, intentando apartarle.

-Tommy: Y si no, yo mismo me encargaré de que nunca llegue a nacer.

-Kara: ¡Aparta! – grité, empujándole y haciéndola caer al suelo. Me levanté rápidamente, pero él también se levantó y me sujetó de la muñeca. Me metió el cheque en el bolsillo del pantalón.

-Tommy: Si dices algo a alguien...

-Kara: Que te jodan, Tommy...

-Tommy: Hablo en serio.

-Kara: Yo también – dije, dándole un rodillazo en sus partes y saliendo de allí, llorando. Vi que Nia estaba cerca de la puerta. Pasé por su lado, sin detenerme.

-Nia: ¿Kara?

-Kara: Vámonos, por favor...

-Nia: ¿Qué ha pasado, te ha hecho algo?

-Kara: Necesito salir de aquí...- dije, saliendo rápidamente del edificio y corriendo hasta llegar al otro lado de la calle.

-Nia: ¡Eh, Kara, para!

Me detuve, mirando a Nia y tratando de controlar mi respiración. Sentía que me faltaba el aire y que me dolía el estómago.

-Kara: Nia...

-Nia: Estoy aquí... - dijo sujetándome – Eh... Ven, siéntate... - Dijo, acompañándome hasta un banco de un parque que había al lado. Se quedó en silencio, cogiendo mis manos y acariciando mi pelo hasta que me tranquilicé. - ¿Qué ha pasado?

-Kara: Me ha pedido... que me deshaga de él.

-Nia: ¿Qué..? ¡Maldito hijo de...! ¡Voy a partirle los huevos!

-Kara: Tranquila, eso ya lo hice yo... - dije – Está casado...

-Nia: ¿Casado? ¡Vale, voy a asegurarme de que se los has partido bien y si no...! – se levantó del banco.

-Kara: Nia... No, por favor. Quédate conmigo, te necesito.

-Nia: Claro... - dijo sentándose a mi lado de nuevo - ¿Qué vas a hacer?

-Kara: No lo sé... - dije.

-Nia: No puedes ir así a tu casa. Llama a tu madre y dile que te quedas conmigo unos días.

-Kara: No quiero molestarte, Nia.

-Nia: Y no lo harás... - dijo apretando mi mano - ¿Sabes de cuánto estás...?

-Kara: No.

-Nia: Vale, haremos una cosa. Voy a pedirte una cita con mi ginecóloga para mañana. Le diré que es una urgencia. Ella te dirá el tiempo aproximado y...

-Kara: ¿Mañana...? – dije temblando.

-Nia: Tranquila, estaré contigo.

-Kara: Pero... No tengo ropa para...

-Nia: Pues eso lo arreglamos ahora mismo. Vamos de compras.

-Kara: ¿Ahora?

-Nia: Necesitas un pijama y ropa para unos días. Venga... - dijo levantándose y tirando de mí.

-Kara: Pero...

-Nia: Vamos... Por una vez, sácale algo de provecho a la tarjeta que te dio tu padre.

-Kara: Está bien....

De camino al centro comercial, llamé a mi madre. No puso demasiadas pegas, algo que en parte me alegró.

Una vez en el centro comercial, Nia me llevó a varias de nuestras tiendas favoritas. Me compré un par de pijamas, tres vaqueros, y seis camisetas, además de algo de ropa interior. Tampoco pensaba quedarme mucho.

-Nia: ¿No vas a comprar nada más?

-Kara: No, con esto es suficiente. Total, dentro de unas semanas ni me valdrá. – dije, sin ser consciente de ello.

-Nia: ¿Entonces vas a tenerlo?

-Kara: ¿Qué?

-Nia: Acabas de decir que esa ropa no te valdrá en unas semanas. ¿vas a tener el bebé?

-Kara: ¿Eso he dicho...? No lo sé... Estoy hecha un lío, Nia. Tommy me... - dije, buscando en mi bolsillo y sacando el cheque arrugado que me dio. – Me dio esto para que...

Nia cogió el cheque y lo miró.

-Nia: Es mucho dinero. Como para que te pagues un aborto catorce veces. Creo que busca tu silencio también.

-Kara: Supongo...

-Nia: Vale, espera a mañana, ya te he pedido hora mientras te probabas las camisetas. A las ocho y media de la mañana.

-Kara: ¿Tan pronto?

-Nia: Eh, le dije que era una urgencia... Y lo es, ¿o no?

-Kara: Sí, pero...

-Nia: Pero nada. Piensa bien lo que quieres hacer tú, Kara. Es tu bebé, es tu vida... Y a ese gilipollas que le den...

-Kara: De acuerdo...

Después de eso, fuimos a casa de Nia. Cené algo, aunque no demasiado y pasé toda la noche dando vueltas en la cama sin dormir.

16 de agosto de 2018

Si ayer estaba nerviosa, hoy estaba histérica. Estaba esperando en la sala de espera de la ginecóloga de Nia y no podía dejar de moverme. Me sentaba en la silla, me ponía en mil posiciones diferentes y me volvía a levantar. Daba tres vueltas a la sala de espera y me volvía a sentar, sin poder dejar de mover las piernas. De nuevo me volví a levantar, me alejaba dos pasos de la silla y volvía a sentarme.

-Nia: Kara, para...

-Kara: Tarda mucho....

-Nia: Sólo se está retrasando un poco.

-Kara: ¡¿Un poco?! Llevamos aquí dos horas y...

-Nia: Kara, Son las nueve menos diez. Sólo han pasado veinte minutos. Por favor, siéntate y estate quieta. A esta hora suele atender urgencias. Así que puede tardar un rato.

-Kara: No puedo hacer esto. A lo mejor Tommy tiene razón y tengo que...

-Nia: Eh, No. Mírame. No dejes que él te diga lo que debes o no hacer, Kara.

De pronto, la puerta se abrió y una mujer salió. Después, salió otra mujer con una bata blanca.

-Doctora: ¿Kara Danvers?

-Nia: Vamos... - dijo levantándose y tirando de mí.

Entramos en la consulta y la doctora nos hizo sentarnos. Nia cogió mi mano para tranquilizarme, mientras la doctora se sentaba en su silla.

-Doctora: Bien Kara, cuéntame.

-Kara: Yo.... – dije, sin saber muy bien qué decir.

-Nia: Hace dos días se enteró de que estaba embarazada y querría saber de cuánto tiempo exactamente.

-Doctora: ¿Es eso lo que quieres, Kara? – preguntó, mirándome – No era algo que tuvieras planeado aún, ¿eh?

-Kara: No...

-Doctora: Tranquila. Primero vamos a confirmarlo. Quítate la camiseta, desabróchate el pantalón y túmbate ahí.

-Kara: ¿Qué...? – pregunté. Estaba aterrada.

-Nia: Que te quites la camiseta... - dijo ayudándome – Eso es... Ahora desabróchate el pantalón y túmbate ahí. Tranquila, estoy contigo... - dijo cogiendo mi mano cuando me tumbé sobre la camilla.

-Doctora: Esto estará un poco frío – dijo, echando un gel sobre mi vientre y encendiendo el ecógrafo- Bien, veamos.... – dijo, pasando el aparato que enviaba las imágenes al monitor por mi vientre. –Ahí está...

-Kara: ¿Es eso...? – pregunté

-Doctora: Sí, eso de ahí es tu bebé. Déjame ver...

-Nia: Vaya...- dijo acariciando mi pelo - ¿Estás bien?

-Kara: Sí... - dije mirando de nuevo el monitor - ¿Y él... o... ella...? ¿Qué es?

-Doctora: Es pronto para saberlo – dijo sonriéndome – Por el tamaño, calculo que estás de unas... Siete semanas, más o menos.

-Kara: Siete semanas...

-Doctora: ¿Sabes ya lo que quieres hacer o quieres pensártelo?

Miré a Nia, asustada.

-Nia: Debes decidirlo tú. Yo te apoyaré decidas lo que decidas.

-Kara: Está aquí... - dije, poniendo la mano sobre mi vientre – Aquí dentro y... Sí, voy a tenerlo. Si Tommy no lo quiere, que se joda.

-Nia: Bien...

-Doctora: Perfecto... - dijo limpiándome – puedes levantarte y vestirte.

-Kara: Sí... - dije haciéndolo.

-Doctora: Ahora te haré algunas preguntas – dijo, sacando una carpeta y apuntando mi nombre. Tras un largo rato de preguntas, indicaciones, y recetarme algunas cosas, Nia y yo salimos.

-Nia: ¿Qué les dirás a tus padres?

-Kara: No se lo diré. Esto hundiría la carrera de mi padre. – suspiré – Dijiste que me apoyarías, ¿verdad?

-Nia: Claro.

-Kara: ¿En todo?

-Nia: en todo.

-Kara: Bien, porque voy a necesitar tu ayuda....

****FIN FLASHBACK****

-Alex: ¿Uno de tus profesores...?

-Kara: sí, yo.... Fui una maldita estúpida. - En ese momento, Lexie volvió a llorar de nuevo. Empecé a moverla con suavidad, intentando calmarla, pero de nuevo, no funcionaba. Me levanté y caminé con ella y nada. - ¿Otra vez la tripa, cariño? Me quité de nuevo la camisa, quedándome sólo con el sujetador y la pegué a mí, pero nada, no funcionaba.

-Lena: Déjeme a mí, señorita Kara – dijo, cogiéndola. –Está temblando. Ya le he dicho que si su hija la nota nerviosa, es imposible que ella se calme. Debe observar más para aprender. Sobre todo con ella. – Empezó a moverla con suavidad – Tranquila... Tu mamá sólo está un poco nerviosa, no pasa nada.

Alex y yo nos quedamos mirándola.

-Alex: Esto es....

-Kara: ¿Qué pasa?

-Alex: Lena... Las personas como ella, con su... condición... Odian que las toquen, pero también tocar a otros. Lena no tolera ser tocada por adultos. Sólo por uno o dos de total confianza para ella. Pero con Lexie es... -me miró y cogió mi muñeca, tomando mi pulso – Estás muy nerviosa, Kara...

-Kara: Sí, es que... No sabes lo que está siendo para mí contarte esto después de haberlo mantenido oculto tanto tiempo.

-Alex: No voy a regañarte. No voy a juzgarte. No ha sido tu mejor decisión, ni de lejos, pero entiendo tus razones. – acarició mi mejilla – Voy a ayudarte a.... – dijo, callándose de golpe- ¿Eso ha sido...? – preguntó, mirando a Lena.

-Lena: Yo no... Ha sido ella. – miró a Lexie - Creo que ya... No le duele la tripa – dijo, algo colorada y entregándomela de nuevo – Ve con mamá... Eso es...

La cogí de nuevo, mirándola.

-Kara: Mamá ya no va a dejarte tanto tiempo sola... Te lo prometo. – dije mientras ella me sonreía. Luego miré de nuevo a Alex y a Lena. – Nadie debe saberlo, ¿de acuerdo?

-Alex: No creo que esto hunda la carrera de papá, Kara.

-Kara: No voy a arriesgarme a averiguarlo. Está muy cerca. Sólo faltan unos meses para saber si alcanzará o no la presidencia. Después de eso se lo diré. Pero Alex, no busques a Tommy, no digas nada, si él se entera de que Lexie existe...

-Alex: ¿Qué, qué pasará si lo sabe?

-Kara: Nada bueno... - dije besando la cabecita de Lexie.



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Bien, voy a daros el capítulo. Pero aviso. NO TENGO ESCRITO NINGUNO MÁS. Así que hasta dentro de 2 semanas no creo que pueda actualizar esta historia (o quizás antes, no lo sé, según se dé la semana) Pero ya que os lo doy, quiero que comenteis. Por ejemplo, me sorprende que nadie comentase nada en el anterior sobre las cicatrices de Lena, o sobre el "regalito" que recibió Kara. ¿Quizás no os parecieron datos importantes para la historia y sobran?

Eso me hace pensar que a lo mejor la historia os aburre y pasais directamente a ciertas partes. No sé.

Tengo muchas historias en mente, estoy trabajando en ellas. Todas diferentes. Peor empiezo a plantearme si realmente merece la pena el esfuerzo para que luego la gente ni siquiera preste atención a los detalles.

Esta historia es complicada de escribir y cuento con gente que sabe del tema, que me está ayudando con el personaje de Lena.

Intento que mis historias tengan la mayor parte de realidad posible en ciertos temas.

Aun así, por favor, no olvidar que esto es FICCIÓN y puede pasar cualquier cosa, puedo tomarme ciertas "licencias" con algunas cosas.

Lo he dicho muchas veces. Leer los comentarios a primera hora de la mañana, me anima a seguir escribiendo.

No me importa que comenteis las fotos, ni el tipo de comentarios que hagais. Lo he dicho, podeis llamar de todo a los personajes, siempre y cuando se quede ahí, en los personajes. Nunca toleraré que se digan cosas o se falte al respeto hacia otra lectora. Así que teneis libertad total de decir lo que querais, en serio, ¡no muerdo!

Espero que esto no os haya molestado, ya que no lo digo de malas. Os agradezco mucho que esteis leyendo y comentando.


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