Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

44-UN FINAL FELIZ

Bueno, os dejo con el último capítulo de esta historia, a falta del epílogo. Como siempre, espero vuestros votos, comentarios y opiniones. y seguimos viéndonos en "quédate conmigo"

Espero que hayais disfrutado de la historia y veros en las próximas

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

KARA.

"La madre del patito me ha dado un picotazo"

15 de Diciembre de 2020

El tiempo siguió pasando. Desde que Lena dejó la presidencia, se había dedicado por completo a mí y a nuestras hijas. Sobre todo, estaba muy pendiente de Kieran. Cuando la llevamos a su primera revisión, Lena estuvo algo tensa durante la consulta. Durante el camino al médico, no dejaba de pensar en qué diría la doctora de Kieran cuando la viera. Pero por suerte, la doctora de Kieran era muy agradable y cuando Lena vio cómo trataba a nuestra hija, salió de la consulta más tranquila. Sobre todo al ver que no hacía ningún comentario sobre la condición de Kieran.

En casa, no dejaba de repetir a Lexie que, como hermana mayor, si alguien se metía con Kieran, ella debía defenderla. Aunque Lexie aún era muy pequeña para entender esas cosas, pero me enternecía el ver cómo Lena se esforzaba por hacérselo entender.

En cuanto a mí, las dos últimas semanas había estado teniendo algunas pesadillas. Me despertaba sobresaltada en mitad de la noche, sudando, y muy asustada. Además, durante el día, evitaba salir a la calle más de lo necesario. Sólo iba para hacer el curso de fotografía que Lena me había regalado. Todo empezó cuando hacía un par de semanas, un par de niños hicieron explotar un petardo cerca de mí. Se acercaban las navidades, y eso era algo normal. Pero ese sonido, me recordaba al día que Slade Wilson me disparó. Cuando escuché el petardo estallar me pegué rápidamente a una pared y me cubrí con los brazos. Cuando noté que la gente empezaba a mirarme raro, conseguí calmarme. Pero desde entonces, era incapaz de dormir bien. No le quise decir nada a Lena para no preocuparla. Pero la falta de sueño empezaba a hacerse evidente en mi rostro. Y Lena empezaba a sospechar de que nunca quisiera salir de casa.

Hoy tenía día libre en el curso de fotografía y estaba en el salón, revisando unas fotos en mi ordenador, cuando Lena se acercó.

-Lena: Mi cielo, aún nos faltan algunos regalos por comprar. Podíamos ir ahora.

-Kara: ¿Ahora?

-Lena: Sí. – dijo sentándose a mi lado - ¿Pasa algo, estás bien?

-Kara: Sí, sólo... Estaba revisando unas fotos. ¿Me das cinco minutos que me prepare?

-Lena: Claro. Iré a vestir a Kieran. Lexie está con Krypto en el cuarto.

Fui a cambiarme. Lena estaba muy emocionada por las primeras navidades de Kieran. Hace unos días salió con Sarah a comprar pañales y volvieron con dos disfraces de renos. Uno para Kieran y otro para Lexie. Así que me di una ducha rápida, me puse algo cómodo y cuando bajé al salón, Lena ya tenía a Lexie y a Kieran listas y con sus carritos listos para meterlos en el coche.

-Kara: Ya estoy.

-Lena: Vale, vamos.

-Kara: ¿conduces tú?

-Lena: ¿Yo? A ti te gusta conducir.

-Kara: Sí, pero estoy algo cansada y no quiero despistarme y tener un accidente con las niñas en el coche.

-Lena: Vale...

Avisé a Susan de que íbamos a salir por si llamaba alguien y luego metimos los carritos en el maletero del coche. Colocamos a Lexie y Kieran en el asiento trasero y Lena se aseguró cuatro veces de que iban bien sujetas. Después subimos nosotras en la parte delantera y fuimos al centro comercial.

Era temprano, y a Lena le gustaba venir a esta hora porque no había casi gente. Aparcamos, colocamos a las niñas en sus carritos y entramos en el centro comercial.

-Lena: Faltan los regalos de tus madres, de Alex y de Nia – dijo, con una lista en la mano.

-Kara: Vale, vayamos a la librería. Sé que Cat quería un par de libros.

-Lena: Bien.

Pasamos casi toda la mañana en el centro comercial. Compramos tres libros para Cat, un abrigo para Eliza, una agenda para Nia y una chaqueta de cuero para Alex. Aparte de algunos regalos extra, decoración y comida.

-Kara: Creo que no falta nada. ¿Tienes los regalos de Sam, Sarah, tu padre y tu hermano?

-Lena: Sí. Y el tuyo, y los de Lexie y Kieran.

-Kara: Bien, yo también tengo todos ya. Creo que no se nos olvida nadie. Vamos a casa, tengo hambre. – dije mirando el reloj – es casi la hora de comer.

-Lena: Podemos comer aquí.

-Kara: Prefiero ir a casa, sé que te gusta más comer allí.

-Lena: Vale.

Salimos del centro comercial y nos dirigimos hacia el coche. Ya había mucha gente comprando y, aunque Lena se había acostumbrado a las multitudes, sabía que seguía sintiéndose algo incómoda. Estábamos guardando los regalos cuando escuché un fuerte ruido. En ese momento di un salto y me agaché, cubriéndome con los brazos.

-Lena: ¿Mi cielo? – preguntó, agachándose frente a mí - ¿Estás bien?

-Kara: Están disparando.

-Lena: ¿Disparando? Sólo ha sido un petardo.

-Kara: ¿Un... Un petardo?

-Lena: Sí... - dijo acariciando mi mejilla – Estás temblando.

-Kara: Yo... Me asusté, nada más, lo siento – dije levantándome con ayuda de Lena.

-Lena: Te has asustado mucho... - dijo preocupada.

-Kara: Ya está, lo siento. Es que... Ha sonado muy fuerte.

-Lena: Ha sido cerca, allí – dijo señalando a unos niños.

-Kara: ¿Podemos irnos a casa?

-Lena: Sí...

Terminamos de guardar las cosas y sentamos de nuevo a Lexie y Kieran en sus sillitas y guardamos los carritos.

Durante el camino a casa, intenté convencer a Lena de que estaba bien. Aunque sabía que no lo estaba consiguiendo.

Cuando llegamos, Lena sacó los carritos y sentó a Lexie y Kieran en ellos. Después cogimos las bolsas que habíamos dejado en la parte trasera del coche, entre los asientos, ya que de otra forma no habríamos podido guardar los carritos, las colgamos en las asas de los carritos y entramos en casa.

-Lena: Mañana tenemos que ir al aeropuerto a recoger a tus madres.

-Kara: Sí... Por fin vuelven de su viaje. Sólo se han ido dos semanas y me han parecido dos años.

-Lena: Iré a guardar todo esto.

-Kara: Vale... - dije, quitándome el abrigo y dejando que Lexie se bajara del carrito y saliera corriendo a jugar con Krypto. Después cogí a Kieran y me senté con ella en el sofá, mirándola fijamente.

Cada día se parecía más a Lena. El pelo, los ojos... Incluso en los gestos. Y eso me encantaba. Sólo esperaba que también tuviera la fortaleza de Lena y que nadie le hiciera sufrir por su condición. Kieran me miró y empezó a revolverse. Miré la hora y supe que era su hora de comer, así que empecé a darle el pecho.

-Lena: Me gusta mucho ver eso... - dijo sentándose a mi lado.

-Kara: ¿Ya has guardado todo?

-Lena: Sí.

-Lexie: ¡Mamá! – gritó, acercándose – Paque... Titos.

-Kara: Luego cielo. Ahora vamos a comer. Esta tarde vamos a ver los patitos, ¿vale?

-Lexie: Mmmm... -dijo, pensando – sí. – y corrió a jugar de nuevo con Krypto.

-Lena: Mi cielo... - dijo mirándome.

-Kara: ¿Sí?

-Lena: ¿Qué te pasó antes, en el aparcamiento?

-Kara: Ya te lo he dicho, amor... Me asusté.

-Lena: Pero tú nunca te has asustado así.

-Kara: Estoy bien Lena, de verdad.

-Lena: ¿Entonces si quieres ir al parque esta tarde?

-Kara: Claro.

-Lena: Creo que Kieran ya ha terminado. Dámela, la llevaré a su cuna – dijo cogiéndola con cuidado.

-Kara: Gracias – dije sonriéndole.

Después de la comida, Lena pasó un rato revisando un par de contratos y luego fuimos al parque. Pasamos allí gran parte de la tarde. Lena y Lexie jugaron durante un buen rato con Krypto y luego fueron con Kieran a dar de comer a los patos. Yo las observaba desde lejos. Me gustaba ver a Lena con nuestras hijas, disfrutando como una niña más. Cuando Lexie empezó a llorar porque no les quedaba comida para los patos, compré una bolsa a un vendedor que había enfrente y me acerqué a ellas.

-Kara: La última... - dije agachándome junto a Lexie, que estaba agarrada de la mano de Lena.

-Lena: Gracias mi cielo... Dale las gracias a mamá, Lexie.

-Lexie: Asias mamá...

-Kara: De nada, cariño... - dije, poniendo un poco en su mano.

-Lena: Ya no queda... - dijo poco después.

-Kara: Deberíamos volver a casa ya – dije mirando a mi alrededor - ¿Y Lexie?

-Lena: ¿Qué?

-Kara: ¿Dónde está Lexie? – dije preocupada, empezando a ponerme nerviosa.

-Lena: Tranquila mi cielo, está allí, en el carrito de Kieran – dijo señalándola.

-Kara: Creí que se había perdido. Vamos.

Llegamos junto a Lexie, que hurgaba en la bolsa de los pañales de su hermana.

-Lena: Mi sol, has asustado a mamá. No te vayas así. ¿Qué haces?

-Lexie: Aba... - dijo.

-Lena: ¿Agua? ¿Se la das tú, mi cielo? Voy a dejar a Kieran en el carrito.

-Kara: Sí... - dije sacando una botella de agua del carrito de Lexie, que se mojó los labios y se apartó - ¿Ya? ¿Esa era toda la sed que tenías?

-Lexie: Titos...

-Kara: No, ya es tarde. Mañana venimos otro ratito. Ahora hay que bañarse.

-Lexie: Kryto...

-Lena: ¿Quieres llevarle tú?

-Lexie: Si.

Lena ató la correa de Krypto al carrito de Lexie dejando un trocito para que Lexie pudiera agarrarla y nos dirigimos a la salida del parque.

-Kara: Espera... ¿Has oído eso?

-Lena: ¿El qué...?

-Kara: Espera... - dije, al escuchar un sonido que salía de la bolsa de pañales de Kieran. Cuando la abrí, vi a un pequeño pato allí metido - ¿Pero qué...? ¡Lexie!

-Lexie: ¡Titooo! – gritó riéndose.

-Kara: No podemos llevarnos al patito. Voy a dejarlo en el lago.

-Lexie: ¡No! ¡Tito! – gritó, empezando a llorar.

-Kara: Lexie, cariño, no podemos llevarle a casa. Mañana venimos a verle, ¿Vale? Dale un besito y lo llevaré con su mamá. – dije, acercándoselo. Lexie le dio un besito y le acarició.

-Lexie: Aiós tito... - dijo, llorando aún.

Me acerqué al lago a dejar al pequeño pato y, como recompensa, me llevé un picotazo de su madre.

-Kara: Pata desagradecida... - dije, volviendo junto a Lena.

-Lena: ¿Qué te pasa?

-Kara: La madre del patito me ha dado un picotazo.

-Lena: ¿Te ha hecho daño?

-Kara: Un poco...

-Lena: ¿Dónde? – preguntó, mirando mi mano.

-Kara: Aquí... - dije señalándolo. Entonces Lena se acercó y me besó en la mano, donde le había señalado.

-Lena: ¿Mejor?

-Kara: Mucho mejor... - dije besándola.

Volvimos a casa sin más problemas y, después de bañar a Lexie y a Kieran, les dimos de cenar y las acostamos. Después cenamos nosotras y nos fuimos también a dormir.

LENA

15 de Diciembre de 2020

Estábamos en la cama después de un día de compras y de parque con Lexie y Kieran.

Miré a Kara, preocupada. Hoy se había asustado mucho y eso me extrañó, porque Kara no es de las que se asustan fácilmente. Lo ha demostrado muchas veces.

Pero Kara ya llevaba rara unos días, dos semanas más o menos. Se lo comenté a su hermana y me dijo que posiblemente fuera porque se acercaban las navidades y Kara echaba de menos a su padre, porque a pesar de todo, Kara quería a su padre y estas serían sus primeras navidades sin él. También pensé que echaba de menos a sus madres, que se habían ido a un viaje por Irlanda. Pero hablaba con ellas cada dos días, y se pasaban más de una hora al teléfono, así que lo de su padre era más probable.

Kara ya estaba dormida y aparté un mechón de pelo de su rostro. Luego seguí observándola hasta que me quedé dormida.

Me desperté de madrugada, al notar un movimiento brusco de Kara. Miré el despertador. Las cuatro de la mañana. Miré a Kara y vi que se revolvía y murmuraba algo en sueños.

-Lena: Mi cielo... - susurré.

Kara siguió revolviéndose y diciendo cosas extrañas.

-Lena: Despierta...

-Kara: ¡NO!- Gritó, despertándose de pronto, sudando y muy asustada.

-Lena: Mi cielo... - dije cogiendo su mano, pero ella la apartó enseguida.

-Kara: ¡No me toques!

-Lena: Soy yo... Tu amor... - dije- Tranquila...

-Kara: ¿Lena?

-Lena: Sí... Creo que has tenido una pesadilla.- dije, acariciando su mejilla - ¿Estás bien?

-Kara: Yo... No lo sé... - dijo, empezando a llorar.

-Lena: Mi cielo... - dije abrazándola – Tranquila, no pasa nada. Estás conmigo...

-Kara: Siento haberte despertado.

-Lena: No importa... - dije acariciando su pelo - ¿Qué soñabas?

-Kara: No me acuerdo...

-Lena: No me mientas.

-Kara: Yo... Soñaba que... soñaba...

-Lena: Tranquila...

-Kara: Soñaba que Slade Wilson me disparaba otra vez y... que perdía a Kieran y...

-Lena: Kieran está bien – dije, mirando su cuna, junto a mi lado de la cama – Está dormida.

-Kara: ¿No la he despertado?

-Lena: No.

Seguí acariciando el pelo de Kara hasta que se quedó de nuevo dormida entre mis brazos. Pasé el resto de la noche vigilándola, pero por suerte no tuvo más pesadillas.

16 de Diciembre de 2020

Como Kara había pasado mala noche, decidí dejarla dormir un poco más. Aunque la tuve que despertar para que fuera a su curso de fotografía. Estaba en el salón, viendo los dibujos con Lexie, cuando Kara apareció.

-Kara: Buenos días amor... Hola mi vida – dijo sentándose y sentando a Lexie sobre sus piernas.

-Lena: Buenos días... ¿Estás mejor?

-Kara: Sí.

-Lena: ¿Por qué tienes pesadillas ahora?

-Kara: No lo sé.

-Lena: Tal vez... Deberías hablar con Nia.

-Kara: Amor...

-Lena: No quiero que tengas pesadillas.

-Kara: Sólo ha sido una noche.

-Lena: Pero llevas rara varios días. No he querido decirte nada por si echabas de menos a tu padre, pero...

-Kara: No es eso.

-Lena: ¿Entonces?

-Kara: Bueno... - dijo, suspirando – Supongo que... los ruidos de los petardos me han traído malos recuerdos y...

-Lena: El disparo de Wilson te afectó más de lo que pensabas. Y como el ruido de los petardos se parece, te has asustado y ese trauma ha salido fuera – dije mientras Kara me miraba. – He leído mucho sobre traumas. Y sobre cómo superarlos. A mí me ayudó Sarah. A lo mejor a ti puede ayudarte Nia.

-Kara: ¿Tú crees?

-Lena: Deberías intentarlo.

-Kara: Hablaré con ella. – dijo sonriéndome.

-Lena: ¿Quieres que te acompañe a tu curso hoy?

-Kara: ¿Lo harías?

-Lena: Sí.

-Kara: Entonces sí.

-Lena: Iré a vestir a Kieran y a Lexie. Mientras tú estás en clase, las llevaré al parque.

En cuanto dije la palabra parque, Krypto estaba a mi lado, moviendo su rabo.

-Kara: Parece que también quiere ir.

-Lena: Está bien, también vendrás al parque...

-Kara: Lena... ¿Podrías no decirles nada a Sarah y a Sam? Sé que estás preocupada, y que contándole las cosas a ellas te sientes mejor. Y me parece bien. Pero... No quiero que sin querer digan algo delante de Alex. No quiero que se preocupe. Hoy no.

-Lena: Claro.

Cuando Kara y las niñas estuvieron listas, subimos al coche. Dejé a Kara en su curso de fotografía y fui al parque con Lexie, Kieran y Krypto. Dimos un paseo y jugamos un rato. Luego, volví a recoger a Kara y fuimos a casa para comer, dar de comer a Lexie y a Kieran y esperar a que Sam y Alex llegasen para quedarse con ellas, mientras nosotras íbamos al aeropuerto a recoger a las madres de Kara, que volvían de su viaje.

A las cinco y media escuchamos el timbre y que Susan abría la puerta.

-Alex: Ya está aquí la tía Alex – dijo, entrando directa a donde estaban Lexie y Kieran - ¿Cómo están mis niñas?

-Lena: Están bien, han comido hace poco – dije.

-Sam: Cuidado con lo que dices, cariño...

-Alex: Lena ya sabe que no lo digo porque se las quiera quitar, ¿verdad Lena?

-Lena: Sí. No pasa nada, Sam.

La primera vez que escuché a Alex llamarlas "mis niñas" me enfadé mucho con ella. Porque no eran suyas. Eran de Kara y mías. Pero Kara me explicó que era una expresión, una forma de hablar. Que Alex no se refería a que fueran de su posesión. Que sólo era una forma cariñosa de llamarlas. Ahora que lo sabía, no me importaba que las llamase así.

-Sarah: Pues menos mal – dijo apareciendo con Nia.

-Lena: Llegáis pronto.

-Sarah: Sí, bueno, queríamos estar aquí cuando las madres de Kara lleguen. Y sabíamos que si nos quedábamos en casa, llegaríamos tarde, o no llegaríamos nunca. Así que mejor decidimos venirnos antes y evitar tentaciones.

-Nia: Sarah... - protestó.

-Kara: Bueno, mejor que estéis aquí ya. Lena, amor, ¿podemos esperar cinco minutos antes de irnos? Me gustaría hablar con Nia un momento.

-Lena: Sí. No llegarán hasta dentro de una hora y media. Tenemos tiempo de sobra. Pero no tardes mucho, es mejor estar antes por si se adelantan.

-Kara: No tardaré. Nia, ¿puedes venir conmigo un momento?

-Nia: Claro... - dijo alejándose con Kara.

-Alex: ¿Pasa algo?

-Lena: ¿Qué?

-Alex: Con Kara... ¿Pasa algo?

-Lena: Necesita hablar con Nia – dije. Kara me había pedido que no dijera nada para que su hermana no se preocupara y yo lo respetaba. Y estaba segura de que Kara ahora estaba contándole a Nia lo de sus pesadillas.

Cuando Kara y Nia volvieron, nos dirigimos al coche. Arranqué y salimos hacia el aeropuerto.

-Lena: ¿Qué te ha dicho Nia? – pregunté.

-Kara: Pues... Cree que he estado reprimiendo el dolor que me provocó toda la situación del disparo y sus posibles consecuencias y, que el sonido de los petardos, ha podido hacer salir todo eso de nuevo. Me ha dicho que ella no puede ayudarme, pero me ha dado el teléfono de una psicóloga que ella conoce.

-Lena: ¿Ella no puede ayudarte?

-Kara: No pueden tratar a familiares y amigos. Aunque ya lo hizo antes, pero dice que esto es más serio y que necesito la ayuda de alguien que ya lleve tiempo ejerciendo y pueda ayudarme mejor que ella. Creo que en el fondo, Nia siente que no puede ayudarme, porque no pudo ir al hospital cuando yo estaba en coma. Creo que piensa que me ha fallado o algo así.

-Lena: Pero tú le has dicho que no te ha fallado, ¿verdad?

-Kara: Sí. Pero no quiero forzarla. Así que llamaré a esa mujer y hablaré con ella antes de que la cosa empeore.

-Lena: Me parece bien. Y yo te acompañaré – dije.

-Kara: Gracias, amor.

KARA

16 de Diciembre de 2020

Cuando llegamos al aeropuerto, Lena aparcó y entramos a esperar. Aún faltaba media hora para que el avión en el que venían mis madres aterrizase, así que fuimos a la cafetería para hacer tiempo.

Mientras nos tomábamos el café, miré a Lena, que estaba concentrada en su teléfono. Posiblemente para distraerse de toda la gente que nos rodeaba.

Cuando el avión aterrizó, fuimos a esperarlas. Cuando nos vieron, se acercaron rápidamente a nosotras.

-Eliza: Kara, cariño... - dijo abrazándome - ¿cómo estás?

-Kara: Bien. ¿Y vosotras, qué tal el viaje de vuelta?

-Cat: Tranquilo – dijo abrazándome. - ¿Y mis nietas, dónde están?

-Kara: En casa. No quisimos traerlas, hay demasiada gente.

-Lena: A Lexie le gusta correr por todos lados y podría perderse.

-Eliza: Lo entendemos. Hola Lena.

-Lena: Hola Eliza...

-Kara: Dejad que os ayudemos con las maletas.- dije, cogiendo una, mientras Lena cogía otra y mis madres llevaban una más cada una.

Durante el camino de vuelta, fuimos hablando de cosas sin importancia. No quisieron contarnos nada del viaje hasta que llegásemos y estuviéramos todas reunidas. Supongo que para no tener que contarlo dos veces.

Al llegar, sobre las ocho y cuarto de la tarde, Lena y Sarah subieron las maletas al cuarto de invitados. Mis madres se quedarían esta noche con nosotras y mañana Alex las acercaría a su casa.

Después de saludar a todo el mundo y besuquear y achuchar un poco a Lexie y a Kieran, mis madres subieron a ducharse y a cambiarse de ropa, mientras Susan terminaba de preparar la cena. Cuando bajaron, Alex y yo estábamos poniendo la mesa mientras Lena cambiaba a Kieran y Nia, Sam y Sarah entretenían un rato a Lexie.

Cuando la mesa estuvo puesta, y la cena lista, nos sentamos.

-Kara: Bueno, ¿y cómo ha ido el viaje? No habéis soltado ni una sola palabra al respecto en el coche.

-Eliza: Pues muy bien. Irlanda es un lugar precioso. Tenía ganas de conocer el lugar donde naciste tú, Kara. Y donde nació Lexie. Cat me enseñó un montón de sitios muy bonitos.

-Cat: Y no pudo evitar comprar algo de recuerdo en cada uno de ellos. De haber sido por tu madre, nos habríamos quedado a vivir allí.

-Eliza: No tanto. Quiero estar cerca de mis hijas y mis nietas. Pero no me importaría pasar allí una temporada este verano y conocer más sitios.

-Kara: Sí, Irlanda es un lugar maravilloso.

-Eliza: Cuando estábamos allí, no pude evitar pensar cómo habría sido tu vida si tu padre no te hubiera traído con nosotros. Estoy segura de que habrías sido muy feliz allí.

-Kara: Tal vez. Pero no habría tenido esta familia – dije, sonriéndola. Vi que Ella y Cat se miraban y se cogían las manos. Y fue cuando lo vi – Esperad un momento... ¿Qué es eso?

-Alex: ¿El qué?

-Kara: ¡Eso! ¡Esos anillos! No los traían cuando bajaron del avión.

-Lena: Son como los nuestros.

-Kara: ¡¿Os habéis casado?!

-Cat: Bueno... - dijo sonrojándose.

-Eliza: Pues sí. Tu madre me lo pidió en Dublín. Al día siguiente pasamos junto a una joyería y, al ver los anillos, nos dio el arrebato, los compramos y nos casamos esa misma tarde.

-Alex: ¡¿Sin nosotras presentes?! ¡Mamá!

-Cat: Tranquilas... Pensamos celebrar una nueva boda con todas vosotras dentro de tres meses.

-Alex: ¿Por qué tres meses, porqué tanta prisa? ¿No iréis a darnos un hermano a estas alturas, verdad? Ni siquiera creo que eso sea posible, ninguna de las dos tenéis edad para...

-Sam: Alex, cariño... - dijo cogiendo su mano.

-Cat: No es nada de eso. Pero no necesitamos más tiempo para prepararlo todo. Queremos algo sencillo, sólo con la gente que nos importa. Y toda esa gente está aquí ahora mismo, así que...

-Kara: Me alegro mucho por vosotras... - dije levantándome para abrazarlas.

-Sarah: Hablando de hermanos... ¿Qué le has dicho a Lena, Kara?

-Kara: ¿Cómo? – pregunté, mientras vi cómo Lena miraba a Sarah y negaba con la cabeza.

-Sarah: ¿Aún no se lo has dicho, lagartija?

-Kara: ¿Decirme qué?

-Sarah: Oh, vaya, creo que he metido la pata.

-Kara: ¿Qué tienes que decirme Lena?

-Lena: Yo... - dijo, algo nerviosa.

-Kara: Amor, ¿Qué pasa?

-Lena: Pues....

-Sarah: Lena quiere que tengáis otro bebé. Pero como con Lexie lo pasaste tan mal y con Kieran casi no lo cuentas, Lena tiene miedo de que en el próximo embarazo también te pase algo.

-Nia: ¡Sarah! Pero mira que eres bruta.

-Kara: ¿Otro...?

-Lena: Bueno, yo... Lexie tiene el nombre de tu hermana y Kieran el mío. Así que... quería otra niña que se pareciese a ti y ponerle tu nombre.

-Kara: Amor... - dije acariciando su mejilla.

-Lena: Pero no quiero que te pase nada. Y yo no sé si podría...

-Kara: Creo que sería demasiado para ti, amor. Podrías, pero todos los cambios que sufriría tu cuerpo... No sé cómo te afectarían emocionalmente. A ti te gusta tener todo controlado, y con un embarazo... pierdes el control de todo. No querría que tuvieras una crisis. ¿Tantas ganas tienes de otro?

-Lena: Sí, pero...

-Kara: ¿Y si fuera un niño? No podríamos llamarlo Kara.

-Lena: Kieran vale para los dos. Se lo ponemos a él, y a Kieran se lo cambiamos por Kara.

-Kara: Amor, eso no es tan sencillo... - dije riéndome, enternecida.- Bueno, ya veremos. Pero es pronto para otro. Deja que Kieran y Lexie crezcan un poco, ¿vale?

-Lena: ¿Dos meses?

-Kara: Un poco más. Esperemos un par de años al menos.

-Lena: ¿Dos años? Eso es mucho tiempo.

-Kara: Amor, apenas podemos con ellas. ¿crees que un bebé ahora sería buena idea? Creo que acabaríamos volviéndonos locas – bromeé. – Esperemos un poco, ¿vale?

-Lena: Está bien. Dos años. Dentro de dos años, tenemos otra.

-Sarah: ¿Ves como no iba a enfadarse?

-Kara: ¿Pensabas que me enfadaría?

-Lena: Sí, bueno...

-Kara: Amor, sabes que me resulta imposible enfadarme contigo. Y menos por algo así.- dije besándola.

El resto de la tarde lo pasamos viendo algunas fotos del viaje y la boda de mis madres, y abriendo algunos regalos que trajeron para nosotras. Después, nos fuimos temprano a dormir, ya que mis madres querían ir a su casa por la mañana temprano y Lena se ofreció a llevarlas.

LENA

24 de Diciembre de 2020

Me levanté al escuchar llorar a Kieran y la cogí antes de que despertase a Kara. Había tenido otra pesadilla y se había quedado dormida hacía apenas veinte minutos. Así que quise dejarla descansar.

-Lena: Ven mi luna, hoy tomarás biberón, mamá está dormida y tiene que descansar – dije mientras iba con ella a la cocina. Me detuve un segundo en el cuarto de Lexie para asegurarme de que seguía durmiendo y seguí mi camino. Cuando llegué, Susan ya estaba allí, preparando el desayuno- Hola Susan...

-Susan: Hola señora Luthor, ¿Quiere que le ponga ya el desayuno?

-Lena: Aún no. Voy a darle un biberón a Kieran... - dije, cogiendo uno de los que teníamos en la nevera con leche de Kara. Lo puse a calentar y luego me senté en una silla para dárselo. Kieran empezó a comer con ganas. Miré a Susan un par de segundos – Creía que hoy irías con tu familia.

-Susan: Sí, pero quería dejarles el desayuno listo. Sé que de la comida y la cena se encargan ustedes – dijo sonriendo.

-Lena: Puedes irte ya si quieres. Yo le daré el desayuno a Kara cuando despierte.

-Susan: ¿Otra mala noche? – preguntó – Lo siento, yo... La escuché gritar y...

-Lena: Sí. Otra pesadilla. Pero por suerte, tiene cita con la psicóloga que le recomendó Nia para pasado mañana. Kara la llamó el otro día y, en cuanto le dijo que Nia le había dado su teléfono, le dio prioridad. Al parecer Nia le puso al día sobre lo que le pasa a Kara y ella aceptó ayudarla lo antes posible. La doctora está fuera con su familia y no vuelve hasta mañana por la noche.

-Susan: Espero que pueda ayudarla.

-Lena: Y yo... - dije mientras miraba a Kieran tomarse su biberón con ganas.

Yo estaba muy emocionada, eran las primeras navidades de Kieran y quería que lo viera todo. Kara y yo las llevamos a ella y a Lexie de paseo, para que vieran la decoración navideña, los renos y el santa Claus que estaban en el parque para que los niños le pidieran sus regalos, y muchas cosas más. Aunque Kara se sobresaltaba cada vez que escuchaba un petardo demasiado cerca. Se ponía muy tensa y se agarraba a mí con fuerza. Yo la entendía. A mí de pequeña tampoco me gustaban los petardos. Eran demasiado ruidosos. Pero gracias a Sarah, logré acostumbrarme a ellos. Tras salir del internado, esas navidades, me hizo acompañarla a comprar petardos y tirarlos con ella para que viera que no pasaba nada. Y también me hizo ver los fuegos artificiales. Aunque el caso de Kara era distinto. A ella le recordaban el sonido del disparo de Slade Wilson. Y eso era más difícil de olvidar. Pero yo hacía con ella lo mismo que ella hacía conmigo cuando estaba a punto de tener una crisis y trataba de calmarme. Hacía que me mirase, la acariciaba la mejilla y la besaba. Y parecía que funcionaba, porque Kara dejaba de estar tensa y de temblar. Y luego sus ojos eran diferentes, brillaban. Y me gustaba cuando brillaban.

Cuando Kieran se terminó su biberón, le saqué los gases y volví a la habitación. Susan ya no estaba en la cocina, así que supuse que se había ido mientras yo estaba pensando en Kara y concentrada en Kieran.

Kara seguía durmiendo, así que volví a llevarme a Kieran para que no la despertara. Volví a pasar por el cuarto de Lexie y vi que ya estaba despierta.

-Lena: Hola mi sol... - dije acercándome - ¿Tienes hambre?

Mientras estaba en la cocina, dando de desayunar a Lexie, Kara apareció.

-Kara: Hola...

-Lena: Hola, mi cielo. Kieran ya se tomó su biberón y Lexie está terminando su desayuno. ¿Tú estás bien?

-Kara: Un poco cansada, pero sí... - dijo acercándose a besarme, como hacía cada mañana.

-Lena: Date una ducha mientras te preparo el desayuno.

-Kara: Gracias amor – dijo caminando hacia el baño.

Después de que Kara se duchara y desayunara, dejamos a Lexie jugando en el salón con Krypto y a Kieran en una sillita mientras empezábamos a decorar la casa. Íbamos a celebrar la fiesta de nochebuena en casa y Kara y yo habíamos decidido esperar al día de hoy para decorarlo todo para la cena. No queríamos que Lexie, se tropezase o se hiciese daño con alguna decoración, ya que sus pasos todavía no eran del todo seguros y teníamos miedo de que al intentar agarrarse a algo pudiera lastimarse.

Lo único que habíamos puesto hacía un par de semanas, era el árbol de navidad.

-Lena: ¿Ya está todo? – pregunté después de un par de horas.

-Kara: Sí, creo que no falta nada – dijo abrazándome por detrás y besándome en la mejilla – Ha quedado bien, ¿no crees?

-Lena: Sí... - dije acariciando sus manos y mirando a nuestro alrededor – Espera, falta una cosa...

-Kara: ¿El qué? – preguntó, mientras yo iba a buscar una bolsa que había guardado en uno de los muebles del salón.

-Lena: Los compré el otro día, mientras estabas en clase. – Saqué cuatro calcetines de color rojo con los nombres de Kara, Lexie, Kieran y el mío - ¿Te gustan?

-Kara: Mucho.

-Lena: Y también estas orejitas de renos para que se las pongan todas esta noche. A Kieran y a Lexie les hicieron mucha gracia. Lexie se reía mucho al ver a las dependientas de la tienda con ella.

-Kara: Será divertido vernos a todas con eso esta noche. ¿Te apetece comer fuera hoy?

-Lena: Sí.

Como ya estábamos vestidas, bañamos a Lexie y a Kieran, las vestimos y las sentamos en el coche. Fuimos a un restaurante cerca de la playa que a Kara le gustaba mucho y comimos allí. Luego fuimos a dar un paseo por el parque y volvimos a casa. Nos cambiamos para empezar a preparar la cena, por si nos manchábamos. Kara dejó a Lexie y a Kieran durmiendo un rato, mientras nosotras empezábamos a preparar los ingredientes que íbamos a necesitar. Sabíamos que posiblemente, nuestras invitadas empezarían a llegar pronto, porque insistieron en venir a ayudarnos y además traer también ellas algo de comer o de beber.

Y así fue, cerca de las seis de la tarde, escuchamos el timbre y fui a abrir.

-Eliza: Hola Lena, ¿Ya estáis cocinando?

-Lena: Sí, Kara está haciendo el postre.

-Cat: ¿Habéis empezado por el postre?

-Eliza: Típico de Kara.... – dijo mientras entraban riéndose.

-Cat: ¿Y las niñas?

-Kara: Durmiendo – dijo acercándose y abrazándolas – pero podéis ir a verlas si queréis.

-Lena: Sin hacer ruido, por favor.

-Eliza: Claro...

Poco después, empezaron a llegar las demás y, de pronto, la cocina parecía la de un hotel con tanta gente allí. Por suerte, la cocina era grande y no se molestaban unas a otras. Y ver a Kara disfrutar y reírse con Alex y Nia me gustaba mucho. Verla feliz era lo único que quería y podía pasarme horas mirando su sonrisa o escuchando su risa. Cuando escuché a Kieran llorar, fui a buscarla. Lexie también estaba despierta, así que llevé a las dos al salón. Dejé a Lexie viendo los dibujos y me acerqué a la cocina, con Kieran en brazos.

-Lena: Mi sol... Kieran tiene hambre.

-Kara: Trae dámela... Alex, ¿te quedas pendiente del horno?

-Alex: Claro.

Fuimos al salón y Kara empezó a darle el pecho a Kieran. Yo la miré, como siempre hacía. Me gustaba la sonrisa de Kara mientras miraba comer a nuestra hija. El brillo en sus ojos...

-Kara: ¿Qué? – preguntó, mirándome.

-Lena: Nada. Me gusta mirarte. Y me gusta verte contenta. – En ese momento sonó el timbre - ¿Quién falta? Ya estamos todas.

-Kara: Supongo que será mi sorpresa para ti. Alex, ¿puedes abrir?

-Alex: Claro – dijo caminando hacia la puerta. Cuando volvió, no lo hizo sola.

-Lena: ¡Lex, papá! – dije acercándome a abrazarles- No os esperaba.

-Lionel: Kara insistió en que debíamos venir. Y me moría de ganas de ver a mi hija y a mis nietas.

-Lex: ¿Vamos a ser los únicos hombres entre tanta mujer? ¿No corremos peligro?

-Sarah: Tranquilo, estás con el mejor equipo de seguridad, no corres ningún peligro – dijo, bromeando.

Cuando la cena estuvo lista, les di a todas sus orejitas de Reno, nos sentamos a la mesa y empezamos a comer.

-Lena: Esto está muy bueno, Eliza – dije.

-Eliza: Gracias, es uno de los platos navideños favoritos de Kara.

-Lionel: Lena tiene razón, señora Danvers, está delicioso.

-Eliza: Señora Grant ahora... - dijo enseñándole su anillo.

-Lionel: Oh, vaya, perdón.

-Eliza: No importa.- dijo sonriendo.

-Cat: Bueno, Kara, ¿qué tal te va en el curso que te regaló Lena?

-Kara: Genial. La verdad es que es muy interesante, y estoy aprendiendo muchas cosas. Con suerte, cuando lo acabe, podré abrir mi propio estudio. Incluso ya le tenía echado el ojo a un local en el centro de la ciudad. Pero lo vendieron hace unos días.

-Eliza: Bueno, seguro que encontrarás otro que te guste.

-Kara: Sí... Aunque ese estaba bien situado, era muy luminoso y tenía un escaparate estupendo para colocar algunas fotos.

KARA

Pasamos todo el rato de la cena hablando y riéndonos. Tuve que levantarme un momento para cambiar a Kieran y Lena vino conmigo. No quería perderse nada de Kieran. Ni una comida, ni un cambio de pañal, ni un baño...

Cuando volvimos, Alex, Nia y las demás, estaban recogiendo los platos. Lexie intentaba sin éxito que Krypto se comiera una zanahoria.

Cuando estuvo todo recogido, nos sentamos en el sofá.

-Alex: Hora de los regalos... ¿quién empieza?

-Sam: Yo misma – dijo levantándose para ir a sacar algo de una bolsa. Volvió con un pequeño paquete que le entregó a mi hermana.

-Alex: ¿Tan poco me quieres? Es muy pequeño – bromeó.

-Sam: Bueno, si no lo quieres, dámelo. Se lo daré a... Lena, por ejemplo.

-Alex: Ni hablar... - dijo abriéndolo y sacando una cajita negra de terciopelo – Sam, ¿esto no será...?

-Sam: Si no lo abres, no lo sabrás – dijo sonriendo.

Alex abrió la caja y sus ojos se abrieron como platos.

-Alex: Sam... ¿Esto...?

-Sam: Alex Danvers... - dijo cogiendo el anillo que había dentro de la caja - ¿Te casas conmigo?

-Alex: Yo... Eh... No sé qué decir...

-Kara: Si se te ocurre decir que no, te pateo el culo, Alex.

-Sarah: Y yo te lo lleno de plomo.

-Alex: Sólo bromeaba, par de psicópatas... ¡Sí, claro que sí, Sam! – dijo besándola después de que Sam le pusiera el anillo – A ver quién supera esto....

-Sarah: Joder Sam, ¿no podías esperar a ser la última? Ahora cualquiera de los demás regalos será una ridiculez comparado con eso.

-Sam: Es que no podía esperar más...

Felicitamos a Sam y a Alex y seguimos con los regalos. Después de que Alex le diera el suyo a Sam, y luego Nia y Sarah, y mis madres, se dieran los suyos, nos tocó el turno a Lena y a mí. Aunque todas teníamos regalos para todas, habíamos decidido que primero se los daría cada una a su pareja y luego ya nos daríamos los demás.

-Kara: Dadme un segundo- dije levantándome para ir a buscarlo – Alex, ¿me ayudas?

-Alex: Claro.

Fuimos un momento al garaje, y allí busqué una enorme caja.

-Kara: Ayúdame.

-Alex: ¿Qué vas a regalarle, un elefante? Porque pesa igual– preguntó - ¿Y encima va a tener que montarlo?

-Kara: Claro, has cogido tantos elefantes en brazos, que sabes perfectamente lo que pesan. No exageres. Y ten cuidado, es muy delicado.

-Alex: Vale...

Cuando volvimos al salón, dejamos el paquete con cuidado en el suelo.

-Kara: Aquí tienes amor...

-Lena: ¿Eso es para mí? Es muy grande.

-Kara: Bueno, sí... Pero te lo mereces.

Lena se acercó para abrirlo y, cuando lo hizo, su cara lo dijo todo. Le encantaba.

-Lena: ¡Un ajedrez! – Dijo, mientras sacaba con cuidado el tablero.

-Kara: Sí, así ampliarás tu colección, aunque tendremos que ampliar el cuarto.- dije, mientras empezaba a sacar unas patas.

-Lena: ¿Qué es esto?

-Kara: Bueno, viene con una mesa donde puedes encajarlo y si alguna vez quieres traerlo al salón, lo puedes sacar. La mesa es madera negra africana. El tablero es de mármol y las piezas son de materiales diferentes. Madera de ébano para las negras y marfil para las blancas.

-Sarah: Joder, eso ha debido costarte una millonada.

-Kara: Y aun así, me parece poco para lo que Lena se merece – dije mirándola.

-Lena: Me gusta mucho... ¿Podemos montarla mañana?

-Kara: Claro, amor. Y tu otro regalo es que aprenderé a jugar contigo. Con todo lo que nos pasó estos meses atrás, nunca encontramos tiempo para que me enseñaras. Pero espero que eso ya no sea un problema.

-Lena: ¿De verdad quieres aprender?

-Kara: Claro que sí.

-Lex: Vaya, ese ajedrez es mejor que el último que te regalé yo.

-Lena: Y mi favorito desde hoy... Gracias mi cielo... - dijo besándome.

-Sarah: Kara lleva meses preparando ese regalo. Ella eligió los materiales, el diseño de la mesa...

-Kara: La mesa tiene un cajón para que guardes ahí las piezas si quieres.

-Lena: No. Las piezas tienen que verse – dijo mientras las miraba con cuidado- No queda bonito si no se ven.

-Lionel: Totalmente de acuerdo...

-Sam: Bueno Lena, ahora te toca a ti darle a Kara su regalo.

-Lena: Sí... - dijo levantándose y volviendo poco después con un paquete pequeño y un sobre grande. Primero me dio el paquete – Toma.

-Kara: ¿También vas a pedirme que me case contigo? – bromeé.

-Lena: No. Ya estamos casadas. Eso no tendría sentido.

-Sarah: Kara está bromeando, lagartija... - dijo abrazando a Nia que estaba recostada sobre ella.

-Lena: Oh...

-Kara: ¿Una llave? – pregunté cuando abrí la pequeña cajita de cartón que había bajo el papel. - ¿Qué abre?

-Sarah: Tendrás que averiguarlo.

-Kara: ¿En serio? Parece la llave de una puerta y no pienso ir probando en todas las puertas de National City para ver si alguna se abre. Lexie y Kieran me harían abuela antes de que encontrase la puerta correcta.

-Lena: No tienes que abrir todas las puertas. Sólo una – dijo tendiéndome el sobre.

Al abrirlo, vi una foto del local del que había estado hablando durante la cena, el que me había gustado para montar mi estudio. En el sobre también estaban las escrituras. Empecé a leerlo.

-Kara: Espera... ¿pagado? ¿Lo has comprado, Lena?

-Lena: El dueño sólo quería alquilarlo, pero le convencí de que me lo vendiera, así nadie podría alquilarlo o comprarlo más tarde. Sé que te gustaba mucho.

-Kara: Me encanta, pero... Aún queda mucho para que pueda abrir el estudio y...

-Lena: Pero se puede ir preparando. Necesita algunos arreglos, pintar las paredes... Hay mucho que hacer antes de que puedas usarlo, así que se puede ir haciendo poco a poco.

-Kara: Gracias amor, es... - dije besándola.

-Lena: No es tan especial como el tuyo, pero...

-Kara: Sí, sí es especial. No imaginas cuánto.

-Lena: ¿De verdad?

-Kara: Ya te demostraré luego lo especial que es... - susurré en su oído.

-Lena: ¿Luego...?

-Kara: Cuando nos vayamos a la cama...

-Lena: ¿Quieres irte ya a dormir, estás cansada? Todos fuera, Kara está...

-Kara: No, no amor, ahora no... Espera que acabemos con los regalos.

-Lena: Pero has dicho que...

-Kara: Que luego te demostraré cuánto te lo agradezco, de esa forma que tanto te gusta... - dije de nuevo en su oído.

-Lena: Oh, era eso.

-Kara: Sí, era eso.

-Lena: Bien.

Los siguientes en darse sus regalos fueron Lionel y Lex. Y después empezamos a repartir todos los demás.

También hubo regalos para Lexie y Kieran, que se habían quedado dormidas, pero se acabaron despertando con todo el jaleo.

Lexie recibió un pijama con patitos por parte de Alex y Sam. Algunos juguetes por parte de mis madres, un coche para que se montara, con un mando para que nosotras pudiéramos dirigirlo por parte de Lex y Lionel y un ordenador para que fuese aprendiendo los colores, los números y varias cosas más de parte de Nia y Sarah.

A Kieran le regalaron un montón de ropita, ya que aún era muy pequeña para otro tipo de regalos.

Lena recibió unos billetes de avión con destino y fecha abiertos para ella y para mí, de parte de su padre y su hermano. Así que el regalo era más bien para las dos. Quisieron regalarnos unas vacaciones a solas para que pudiéramos despejarnos un poco después de todo lo que habíamos pasado. Y la verdad es que seguramente, nos vendría muy bien. Aunque a Lena no le hizo mucha gracia la idea de que Lexie y Kieran no pudieran acompañarnos y tuvieran que quedarse con mis madres, o con mi hermana y Sam, o peor aún, con Nia y Sarah. Y no era que Lena dudase de Nia, pero desconfiaba un poco de las capacidades de Sarah para cuidar a dos niñas pequeñas.

Sarah y Nia le regalaron un babero.

-Lena: Creo que este era para Kieran.

-Sarah: No, es para ti. Se te cae tanto la baba cada vez que miras a Kara o a vuestras hijas, que casi me resbalo al entrar. Tienes todo el suelo empapado.

-Lena: ¿Es una broma?

-Nia: Sí, lo es.

-Lena: Oh. Me gusta, tiene una lagartija cantando dibujada. Lo dejaré para que Kieran lo use.

-Sarah: Este es tu regalo de verdad- dijo, tendiéndoselo.

Lena lo abrió y sacó un bonito reloj, ya que el que tenía estaba bastante desgastado.

Sam y Alex le regalaron unos libros sobre ajedrez.

A mí me tocó, por parte de mi hermana y de Sam una cámara antigua para seguir ampliando mi colección.

Sarah y Nia me regalaron una bolsa para poder transportar mis cámaras sin que sufrieran daños, ya que siempre las había llevado en mi mochila y, aunque iban bien protegidas, no era lo mismo.

Y mis madres también nos hicieron un regalo para las dos. Unas maletas a juego para el viaje que nos habían regalado Lionel y Lex.

Al parecer, todos se habían puesto de acuerdo entre ellos para los regalos.

Cerca de una hora después, todas empezaron a marcharse. Los último en irse fueron Lionel y Lex, que quisieron aprovechar para estar un rato más con Lena. Además, Lena no pudo aguantar y le pidió a su hermano que le ayudase a montar la mesa del ajedrez en la habitación.

Cuando se marcharon, acosté a Lexie y a Kieran y fui a buscar a Lena, que estaba colocando las piezas del ajedrez sobre el tablero.

-Kara: Vamos a la cama, amor... - dije abrazándola por detrás y besando su cuello.

-Lena: Un momento, tengo que terminar de colocar las piezas...

La solté, dejando que colocase las piezas tranquilamente. Cuando acabó, me miró y sonrió.

-Kara: Ha quedado perfecto.

-Lena: Sí... Es muy bonito. Me gustan mucho los colores que tiene.

-Kara: Anda ven, vamos a la cama. Quiero darte las gracias por tu regalo.

-Lena: Ya me las has dado.

-Kara: No como te mereces... - dije besándola. Lena se pegó a mí, devolviéndome el beso.

-Lena: Ya sé a qué te refieres.

-Kara: Chica lista... - sonreí, cogiendo su mano y llevándola hasta nuestro cuarto- Ven aquí...

Lena se acercó y yo empecé a desabrochar su blusa. Lena me miró y mis piernas empezaron a temblar.

Cada vez que estábamos a punto de hacer el amor y Lena me miraba, mi cuerpo reaccionaba y yo me volvía torpe. Mis piernas parecían de mantequilla, mis manos eran incapaces de desabrochar los botones de su blusa y era incapaz de articular una sola palabra. Esos ojos verdes me dejaban totalmente idiotizada. Podía sentir el deseo de Lena en su mirada y las ganas que tenía de que la hiciera mía y de hacerme suya.

-Lena: Mi cielo... - dijo acariciando mi mejilla y haciendo que volviese a la realidad.

-Kara: ¿Qué...?

-Lena: Lo siento, sé que te pones nerviosa cuando te miro así, pero es que estás muy guapa esta noche.

-Kara: También tú, amor... pero me gustas más sin ropa... ¡Joder! – dije, arrancándole la camisa al ver que no Conseguía atinar con el maldito botón.

-Lena: La has roto...

-Kara: Lo siento, te compraré otra. Pero es que no podía más... - dije quitándole el sujetador y acariciando sus pechos.

Lena jadeó y yo la besé, empezando a desabrochar su pantalón. Noté que ella también intentaba quitarme la ropa, así que me aparté un poco para darle mejor acceso y en cuestión de segundos, mi camisa estaba en el suelo.

Cuando finalmente las dos estábamos desnudas, empujé a Lena sobre la cama con suavidad y volví a besarla. Fui bajando hasta sus pechos y empecé a mordisquear sus pezones con cuidado. La escuché jadear de nuevo y eso hizo que mi excitación aumentara, así que empecé a apretarlos también con mis manos.

Noté que Lena también movió sus manos hacia mis pechos y los acarició con mucho cuidado.

Me senté sobre ella para dejar que disfrutase de ellos unos minutos. Después volví a tumbarme sobre ella y seguí besando su cuerpo hasta llegar a su entrepierna. Separé sus piernas con cuidado y me acomodé entre ellas, disfrutando de las vistas que Lena me ofrecía.

Su miembro ya estaba completamente erecto y preparado para mí, pero antes decidí empezar a mover mi mano por toda su extensión, arriba y abajo, mientras notaba cómo Lena apretaba las sábanas, tensándose.

-Lena: Kara... Mi cielo.... – dijo poco después.

-Kara: Sssshhh... No seas impaciente, amor.... – dije sonriendo. Sabía perfectamente lo que Lena quería, y cómo lo quería, así que me tumbé sobre la cama y dejé que Lena se pusiera sobre mí para tener mejor acceso.

Sentí el miembro de Lena en mi interior en cuestión de segundos y ella empezó a moverse, mirándome de nuevo y haciendo que volviera a perderme en esos ojos verdes. Empezó con embestidas suaves y fue subiendo el ritmo poco a poco, a la vez que sujetaba mis manos por encima de mi cabeza.

A Lena le gustaba mandar en la cama, y a mí me gustaba dejarla mandar. Parecía una Lena totalmente diferente en los momentos de intimidad. Sin miedos, sin vergüenzas... Sólo nosotras, sintiéndonos la una a la otra. Empecé a arquearme y a gemir con fuerza con cada una de las embestidas de Lena y recé porque ni Lexie ni Kieran se despertaran en ese momento. Necesitaba que Lena llegase hasta el final. Quería que ella lo disfrutara tanto como yo, o más.

Sentí que estaba a punto de llegar al orgasmo, pero intenté contenerme un poco más por Lena. Quería que llegásemos juntas y sabía que a Lena no le faltaba mucho, porque soltó mis manos y apoyó las suyas sobre la cama, dando una última embestida que nos hizo gritar de placer a las dos mientras se derramaba en mi interior.

Lena se tumbó a mi lado y se acurrucó entre mis brazos, haciendo pequeños círculos con su dedo en mi vientre.

-Kara: ¿Estás bien? – pregunté.

-Lena: Sí... -dijo.

-Kara: ¿Qué pasa?

-Lena: Pues que... No hemos usado protección y dijiste que nada de bebés hasta dentro de dos años.

-Kara: No te preocupes amor... No creo que me haya quedado embarazada a la primera.

-Lena: ¿No?

-Kara: No.

-Lena: Vale... Mi cielo...

-Kara: ¿Sí?

-Lena: ¿Dónde te gustaría ir de viaje?

-Kara: Elige tú.

-Lena: Me gustaría ir a Egipto, y montar en camello. – dijo sonriendo – O a nadar con los delfines.

-Kara: Bueno, iremos donde tú quieras. Sólo organízalo a tu gusto.

-Lena: ¿A mi gusto?

-Kara: Sí, estoy segura de que será perfecto. Además, te lo mereces. Quiero que por una vez pienses en lo que te gusta a ti, amor. Porque es mi forma de agradecerte todo lo que has hecho por mí, por Lexie, por Kieran... De no ser por ti, posiblemente yo no estaría aquí. Así que organiza el viaje de tus sueños y yo me adaptaré a lo que tú decidas.

-Lena: Vale. – dijo, volviendo a dibujar círculos en mi vientre.- Mi cielo...

-Kara: Dime.

-Lena: Bueno, yo... He estado pensando en algo. Ahora que tenemos a Lexie, a Kieran... Y dentro de dos años otro bebé... Creo que debería dejar de ser guardaespaldas.

-Kara: ¿Qué? Pero amor, te encanta tu trabajo.

-Lena: Sí, pero mi familia es más importante. Renuncié a la presidencia para estar con vosotras, pero si me pasa algo en alguna misión, os dejaría solas. Y no quiero que pase eso. Esperaré un tiempo. Tendré que preparar a Sarah o a Sam para dirigir el equipo. Y luego lo dejaré.

-Kara: ¿Estás segura?

-Lena: Sí.

-Kara: ¿Y qué harás después?

-Lena: Seguiré dedicándome a la seguridad, pero de manera diferente, supongo.

-Kara: Entonces, si es lo que quieres, adelante. Yo te apoyaré en cualquier decisión que tomes, amor. Ahora y siempre.

-Lena: Lo sé... - dijo bostezando.

-Kara: Ahora vamos a dormir...- dije acomodándome y abrazándola de nuevo. Buenas noches, amor.

-Lena: Buenas noches, mi cielo.


FIN


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro