41-CAMBIO DE PLANES
Otro capítulo. Y lo de siempre. Comentarios, votos, teorías... Os lo digo siempre, pero lo repito. Me encanta leer vuestros comentarios. Largos, cortos, no importa. Y vuestras teorías.Así que a por ello.
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"Pero la cama se ensuciará"
KARA
6 de Junio de 2020
Me desperté con un fuerte calambre en la pierna y mucha hambre. Miré el despertador. Las dos y cuarto de la mañana. Miré a Lena, pero dormía tan tranquila que no quise despertarla. Me levanté con cuidado y, al hacerlo, vi sobre la mesilla el papel que Lena me había dado ayer con su lista de nombres. Le prometí que los miraría y se me olvidó por completo. Así que cogí la lista y fui hacia la cocina. Rebusqué en la nevera algo para comer.
-Kara: ¿Qué te apetece? – pregunté, acariciando mi vientre. - ¿Un poco de helado de chocolate y tarta? – volví a preguntar, notando una patada – Pues no se hable más.
Saqué un bote de helado del congelador y un trozo de tarta de la nevera. La cocinera hacía una tarta cada semana y Lena sólo me dejaba comer un trozo pequeño cada dos días. Pero ahora me apetecía muchísimo.
Cogí una cuchara y un poco de leche y me senté, empezando a comer y mirando la lista de nombres. Había uno que me llamó la atención. Kieran. Recordé que era el segundo nombre de Lena y, de pronto, me pareció una idea maravillosa que nuestro hijo tuviera el segundo nombre de Lena.
Estaba terminando de comer el helado cuando escuché pasos.
-Lena: ¿Mi cielo? – preguntó - ¿Qué haces levantada?
-Kara: Hola amor... Me dio un calambre... Y el bebé tenía hambre – dije sonriéndole y guardándome el papel rápidamente.
-Lena: ¿Y por qué no me despertaste? Te habría llevado algo de comer y te habría dado un masaje.
-Kara: Gracias... Pero estabas cansada, quería que durmieras. ¿Qué haces despierta?
-Lena: Me giré para abrazarte y no estabas. Me asusté y fui a ver si estabas con Lexie. Y como no estabas, te busqué. – dijo, mirando lo que tenía sobre la mesa – Eso es mucho dulce...
-Kara: Bueno, estoy bebiendo leche si eso te sirve de algo.
-Lena: No. Tanto dulce no es bueno – dijo, cogiendo la tarta y metiéndola en la nevera de nuevo.
-Kara: ¡Eh! ¡Mi tarta!
-Lena: Estás comiendo helado.
-Kara: Porque a mí me apetecía helado, pero al bebé le apetece tarta. ¿Vas a dejarle sin probarla?- dije, haciendo un puchero. Lena me miró.
-Lena: Un trocito pequeño... - dijo sacándola de nuevo y cortándome un pedazo que no era ni la mitad de lo que yo había cogido.
-Kara: Es muy poco.
-Lena: Suficiente para el bebé. – dijo sentándose a mi lado - ¿Miraste los nombres?
-Kara: Sí.
-Lena: ¿Y te gustó alguno?
-Kara: Sí. ¿Quieres saber cuál?
-Lena: Sí.
-Kara: Me gusta Kieran.
-Lena: ¿Kieran? ¿De verdad? Ese es mi segundo nombre – dijo sonriendo.
-Kara: Lo sé. Y quiero que se llame igual que su mamá.
-Lena: ¿Has oído, bebé? Ya tienes nombre. Te llamarás Kieran... - dijo acariciando mi vientre. - ¿Has terminado de comer? Deberías seguir durmiendo. Descansar es muy importante.
-Kara: Sí. Deja que recoja esto y...
-Lena: No, yo lo recojo... - dijo levantándose y recogiendo las cosas de la mesa- Ahora a dormir.
Me levanté con ayuda de Lena y nos fuimos a la cama. Una vez dentro, Lena me abrazó y nos quedamos dormidas enseguida.
7 de Junio de 2020
Abrí los ojos al notar que alguien me quitaba las sábanas y vi a Sarah sentándose en la cama.
-Sarah: Vale, cuéntame.
-Kara: ¿Qué...? Miré el despertador – Sarah: Son las siete menos cuarto de la mañana.
-Sarah: Justo la hora en la que Lena empieza a ducharse, así que tenemos exactamente veintidós minutos y treinta y cinco segundos antes de que salga.
-Kara: ¿Cómo sabes tú eso?
-Sarah: Te recuerdo que llevo años viviendo con Lena, soy su mejor amiga y conozco todas sus rutinas y costumbres. Así que guárdate esos celos para otra ocasión, rubia. Y no perdamos tiempo. Sam me llamó anoche. Me dijo que Alex le contó tu pequeño encuentro con Slade Wilson.
-Kara: ¿Tenemos que hablar de eso ahora?
-Sarah: Eres tú la que no quiere que Lena se entere. Así que sí, tenemos que hablar de eso ahora.
-Kara: ¿Hoy también está Nia en pijama en mi sofá?
-Sarah: ¿Quieres centrarte? Vamos, cuéntame.
-Kara: Bueno... Apareció en el parque y me dijo que si Lena no renunciaba en dos semanas...
-Sarah: ¿Te mataría?
-Kara: Sí, algo así. Dijo que Lena nunca conocería a su hijo.
-Sarah: Vale, este es el plan. Anoche hablé con Lex. Él y Lionel nos van devolver a Barry y Oliver. A partir de hoy, serán tus sombras siempre que Lena, Sam, Alex y yo no estemos cerca. Eso quiere decir, que cuando nosotras vayamos con Lena a sus discursos, Oliver y Barry se te pegarán como las moscas a la mierda.
-Kara: ¿Acabas de llamarme mierda?
-Sarah: Justo cuando Lena abandone la casa, ellos entrarán y dos minutos antes de que lleguemos, ellos se irán. Es la única forma de que Lena no los vea y no se entere. ¿De acuerdo? Las cámaras estarán encendidas veinticuatro horas y yo estaré muy pendiente por si tenemos que volver cagando leches.
-Kara: Pero...
-Sarah: Nada de peros. Lena no se enterará. Pero sabes que cuando llegue el momento, deberás contárselo y ella se enfadará. En ese momento, estarás completamente sola.
-Kara: ¿Qué?
-Sarah: Que nadie querrá estar presente cuando Lena se enfade contigo. Estarás sola ante el peligro.
-Kara: Vaya... ¿gracias?
-Sarah: Bien, Lena no tiene que volver a marcharse hasta el jueves, así que... hasta entonces no verás a Barry ni a Oliver. Pero estarán cerca... Ah, y por cierto, la entrevista de Lena es el miércoles. Me voy antes de que salga de la ducha y me vea aquí. – dijo marchándose enseguida.
-Lena: ¿Hablabas con alguien? – preguntó, entrando en la habitación completamente desnuda y mojada.
-Kara: Eh... No. Yo... - dije mirándola – Hablaba con... El bebé.
-Lena: Oh, ¿te ha despertado?
-Kara: Sí, algo así... ¿Puedes vestirte?
-Lena: ¿Por qué?
-Kara: Porque si sigues paseándote así delante de mí, no respondo, Lena. Además, tu amiguito está... Demasiado listo para la acción.
-Lena: ¿Qué? – preguntó mirándose – Ah, esto. Me pasa a veces. Cada vez que me despierto y te veo.
-Kara: Amor... - dije, sonriéndola - Bueno, vístete y... Yo mientras iré levantando a Lexie para desayunar.
-Lena: Pero aún es pronto. Van a ser las siete y diez.
-Kara: Lo sé, pero se me ha quitado el sueño. ¿Qué te parece si vamos a dar un paseo las tres con Krypto, eh?
-Lena: Bueno, pero... habrá que esperar a que abran las tiendas.
-Kara: ¿Por qué?
-Lena: Es el cumpleaños de Sarah y quiero comprarle un regalo.
-Kara: ¿Hoy es el cumpleaños de Sarah? – pregunté. No me había dicho nada.- La muy....
-Lena: ¿Pasa algo?
-Kara: No, nada amor... Supongo que iremos a casa de Nia esta tarde.
-Lena: No. Vendrán aquí. La casa de Nia es muy pequeña para todos.
-Kara: Oh, claro. Pero hoy la cocinera tiene el día libre.
-Lena: Pediremos comida ya hecha. También quiero comprarle una tarta.
-Kara: Mejor compra dos, "porque una se la voy a estampar en la cara por despertarme a las siete menos cuarto de la mañana cuando iba a venir a casa por la tarde" – pensé.
-Lena: ¿Dos? No hace falta, puedo comprar una grande. Quiero que le hagan una tarta con forma de moto. A Sarah le gustan mucho las motos.
-Kara: Moto... La que usaré yo para pasarle por encima – murmuré mientras me levantaba.
-Lena: ¿Qué?
-Kara: Nada, que voy a tomarme un vaso de leche a la cocina. Vístete o te resfriarás. – dije besándola.
Después de desayunar, bañar y vestir a Lexie, y ducharme y vestirme yo, fuimos a dar un paseo por el centro de la ciudad, buscando una pastelería donde hacían tartas artesanales. Lena encargó una tarta enorme con forma de moto de color rojo y exigió que pusieran "feliz cumpleaños Sarah" como si las palabras estuvieran formadas por el humo del tubo de escape. Cuando íbamos a salir, le pedí a Lena que esperase un momento con Krypto y Lexie fuera, porque me apetecía un batido de fresa. Entré a comprar el batido y de paso, pedí una pequeña tarta "Especial" para Sarah. Quedamos en que las llevarían a las cinco.
Después de eso, fuimos a buscar el regalo. Lena decidió que le regalaríamos una chaqueta de cuero y un casco nuevo para su moto. De vuelta a casa, Lena me miraba de reojo de vez en cuando, sin perder de vista la carretera.
-Lexie: Mamá... Titos.
-Lena: Creo que quiere ver los patitos.
-Kara: Aún hay tiempo, podemos ir.
Fuimos al parque y soltamos a Krypto, que empezó a correr como loco persiguiendo a las palomas. Yo me senté en un banco mientras Lena y Lexie daban de comer a los patos. Estaba escribiendo a mi hermana cuando Lena y Lexie aparecieron.
-Lena: Mira lo que tiene Lexie, mi cielo... - dijo con ella en brazos.
-Lexie: ¡Tito! – gritó, enseñándome el pequeño patito que tenía entre los brazos.
-Kara: Un patito... - dije levantándome.
-Lena: ¿Nos lo podemos quedar?
-Kara: Amor, no sé si...
-Lena: Lexie le ha cogido cariño.
-Kara: Lo sé, pero el patito tendrá una mamá que lo estará buscando. ¿Cómo te sentirías tú si alguien se llevase a Lexie sólo porque le parece adorable?
-Lena: Es verdad... No podemos llevárnoslo mi sol. Su mamá lo estará buscando.
-Lexie: Tito... mamá tito.
-Lena: Sí, la mamá del patito. Vamos a dejarlo junto al lago, ¿vale?
-Lexie: No... ¡Tito! – gritó, apretándolo contra ella.
-Kara: Lexie, cariño, no... Le vas a ahogar. No podemos llevarnos al patito.
-Lexie: Sí... y mamá tito.
-Kara: ¿Y a sus hermanitos también?
-Lexie: sí.
-Kara: ¿Y dónde los metemos?
-Lena: Pueden quedarse en la piscina.
-Kara: Amor, eso no me ayuda... Además, la piscina tiene cloro.
-Lena: La vaciamos, la limpiamos y pueden quedarse.
-Kara: ¿Y cuando queramos usarla? No podemos cambiarla de agua cada día, amor...
-Lena: Lo siento mi sol... - dijo acariciando su mejilla- Mañana volvemos a verle, ¿vale?
-Lexie: Tito... - dijo volviendo a apretarle contra ella.
Y yo estaba sufriendo de verdad. Lexie tenía poco más de un año, pero ya tenía fuerza suficiente para estrangular al pobre animal, que empezó a gritar.
-Kara: Lexie, cielo... Le haces daño – dije, intentando cogerle – más flojito.
Lexie miró al patito y luego a Lena.
-Lena: Vamos a dejarle con su mamá y sus hermanitos para que juegue, ¿vale?
-Kara: Dale un besito y ve con mamá a soltarlo.
-Lexie: Y Kryto...
-Kara: Y con Krypto.
-Lexi: Tú.
-Kara: Y yo también – dije.
Caminamos hasta la orilla del lago y Lena dejó a Lexie en el suelo, sujetándola para que no se cayera.
-Lexie: Aiós tito... - dijo besándole en la cabeza y soltándolo.
En ese momento, el patito salió corriendo buscando a su madre.
-Lena: ¿Ves que contento está con su mamá?
-Kara: Yo creo que el pobre está más bien aterrado. A Lexie ya no le basta con ahogar los patitos de plástico en la bañera. Ahora también quiere estrangular a los de verdad.
-Lena: No ha sido a propósito, ¿verdad mi sol? Lexie quiere al patito, ¿a que sí?
-Lexie: Ero tito...
-Kara: Será mejor volver a casa.
-Lena: Sí, hay que preparar una fiesta para Sarah. Alex y Sam vendrán a las tres para empezar a decorar todo.
-Kara: ¿Y Sarah?
-Lena: A las seis.
-Kara: Bien....
LENA
Llegamos a casa y Kara soltó la correa de Krypto, que se fue corriendo a su sitio. Guardé los regalos de Sarah y empecé a asegurarme de que no faltaba nada para la fiesta. Quería que todo fuera perfecto para Sarah. Sabía que este sería un cumpleaños muy especial para ella, porque ahora tenía a Nia. O eso esperaba. Porque, para mí, todo era más especial desde que Kara y Lexie estaban en mi vida.
Ellas me habían enseñado a ver las cosas de forma diferente. Por ejemplo, cuando Kara me preparaba un sándwich. Había días que estaba más cansada y se equivocaba el poner el orden del jamón y el queso. Pero ya no me molestaba, porque sabía que Kara estaba cansada, y aun así, había hecho el sándwich con cariño. Así que me lo comía igual.
Tampoco me importaba cuando Lexie metía la mano en la papilla y luego se limpiaba en mi ropa. Al principio, iba corriendo a cambiarme, porque no me gustaba tener la ropa manchada. Pero Kara me dijo que para Lexie, eso era como un juego. Y a mí me gustaba jugar con Lexie, así que cuando me manchaba la ropa, yo le manchaba la nariz y ella se reía.
Tras comprobar que tenía todo listo para la fiesta de Sarah, fuimos a comer. Primero Kara dio de comer a Lexie, mientras esperábamos a que Eliza y Cat vinieran a comer con nosotras.
Después de la comida, a las tres en punto, Sam y Alex entraron cargadas con varias bolsas. La idea era que Nia tuviera entretenida a Sarah hasta la seis. Empezamos a decorar la casa con globos y guirnaldas de colores. Las madres de Kara prepararon algunas cosas para comer en la cocina.
Como Kara no podía hacer nada por su embarazo, se quedó en el jardín con Lexie y Krypto.
A las cinco, tal y como había pedido trajeron la tarta para Sarah. Y también la que encargó Kara.
-Lena: Mi cielo... Creo que hay un problema con la tarta especial que pediste para Sarah. Tiene una forma extraña – dije, saliendo al jardín y enseñándosela. Kara la miró.
-Kara: No, es así. En realidad ni siquiera es una tarta. Es un montón de nata y una fresa encima.
-Lena: ¿Sólo nata?
-Kara: Sí.
-Lena: Entonces la guardaré en la nevera.
A las seis, Nia entró con Sarah en la casa y Sam fue la primera en felicitarla.
-Sam: ¡Felicidades! – gritó, abrazándola.
-Sarah: ¿Qué es todo esto?
-Lena: Es tu cumpleaños.
-Sarah: Sí, pero...
-Lena: Tú siempre dices que hay que celebrar los cumpleaños
-Sarah: Sí, pero.... No lo esperaba.
-Lena: Felicidades... - dije abrazándola.
-Sarah: Gracias lagartija.
-Kara: Felicidades... - dijo, acercándose a Sarah con Lexie en brazos.
-Sarah: Gracias.
Después de Kara le felicitaron la señora Danvers y la señora Grant.
Estuvimos dos horas comiendo y bebiendo hasta que Kara apareció con la tarta.
-Sarah: ¡Vaya, me encanta! Seguro que esto fue idea de Lena – dijo mirándome.
-Lena: Sí. Te gustan las motos, así que.
-Sarah: Me va a dar pena comérmela, es una maravilla.
Después de eso, llegó el momento de los regalos.
La señora Danvers y la señora Grant le regalaron unos guantes para la moto.
-Sarah: Gracias, me vendrán bien. Los míos ya están un poco gastados.
-Lena: Ahora el de Kara y el mío. – dije, tendiéndole la caja. Sarah la abrió y nos miró.
-Sarah: Un casco y una chaqueta nuevas... Me encantan.
-Lena: El casco cambia de color dependiendo de cómo le dé la luz.
-Kara: Y la chaqueta lleva calefacción para los días más fríos.
-Sarah: Es genial... Gracias... - dijo abrazándonos.
-Kara: ¿Qué te ha regalado Nia?
-Sarah: Pues... Me ha regalado un fin de semana romántico. Nos iremos el jueves por la tarde y volveremos el lunes por la mañana.
-Kara: Eso suena muy bien.
-Lena: Mi padre y mi hermano también quisieron hacerte un regalo. Está en el garaje.
-Sarah: ¿En el garaje? – dijo, corriendo hacia allí. Las demás la seguimos. Al llegar, le abrí la puerta y Sarah miró alrededor hasta que vio una moto negra nuevecita casi al fondo, con un lazo rojo. – No... ¿Ese es mi regalo?
-Lena: Sabes que mi padre te quiere como a una hija. Y Lex te quiere como a una hermana. Y tu moto ya está vieja. Una moto nueva es más segura.
-Sarah: Vaya, esto es maravilloso... Nia, esta noche nos vamos a casa en moto.
-Nia: No tengo casco.
-Kara: Mira por allí, creo que había alguno mío de cuando tenía la moto. Lo guardé de recuerdo, pero no creo que vuelva a necesitarlo.
-Nia: Gracias... - dijo mirando donde Kara le indicó.
Seguimos bebiendo y comiendo tarta durante una hora más, hasta que todo el mundo se fue a casa.
-Lena: Mi cielo... - dije, al abrir la nevera para guardar lo que había sobrado de la tarta – Al final no le diste a Sarah su tarta especial.
-Kara: Lo sé.
-Lena: ¿Por qué?
-Kara: Porque... En realidad, esa tarta era para vengarme de ella. Pensaba estampársela en la cara por haberme despertado a las siete menos cuarto de la mañana.
-Lena: ¿Sarah hizo eso? ¿Por qué?
-Kara: En realidad no importa, es una tontería.
-Lena: ¿Y qué te hizo cambiar de idea?
-Kara: Nos lo estábamos pasando bien, y no quería estropearlo. Además, Sarah me cae bien. Y hace muy feliz a Nia. Pesan más las cosas buenas, así que decidí que Sarah no merecía ese tartazo después de todo.
-Lena: oh, bien... ¿Y qué hago con ella?
-Kara: Pues... Se me ocurre algo que... - dijo acercándose y metiendo su mano por debajo de mi camisa, acariciando mis pechos.
-Lena: ¿Qué...?
-Kara: Bueno, estaba pensando que... Podía tenerte a ti en la cama, completamente desnuda y cubierta de nata...
-Lena: Pero la cama se ensuciará.
-Kara: Pues cambiaremos las sábanas cuando acabemos... - dijo, besando mi cuello.
-Lena: Pero... Yo me quedaré pringosa de la nata.
-Kara: Nos ducharemos juntas y te ayudaré a quitarte ese pringue.
-Lena: No puedes comerte todo eso. Es mucho dulce, estás embarazada...
-Kara: Amor...
-Lena: No es bueno.
-Kara: ¿Y si lo hacemos al revés...?
-Lena: ¿Al revés?
-Kara: Sí. Yo seré la que esté desnuda y cubierta de nata para ti.
-Lena: Pues... Eso me gusta más, yo si puedo comérmelo todo. Y la nata me gusta.
-Kara: Entonces deja que acueste a Lexie, lleva ese plato al cuarto y espérame allí.
-Lena: Vale... - dije, mientras Kara iba a coger a Lexie, que se había quedado dormida en el sofá, con Krypto cuidándola. La levantó con cuidado y la llevó a su cuarto, seguida de Krypto. Yo me acerqué a Birdy y a Rainbow para taparlos con un trapo para que no les molestase el sol por la mañana y me fui al cuarto con el plato de nata.
LENA
10 de Junio de 2020
Me desperté temprano, como cada mañana y, tras asegurarme de que Kara y Lexie dormían tranquilas, me fui al salón. Me senté en el sofá y encendí mi ordenador.
Hoy era el día de la entrevista que dijo Sarah. Habían conseguido que fuera en casa y Sam pidió las preguntas que me harían antes, para poder prepararlas y estudiármelas. Y eso fue lo que hice. Me puse a repasarlas hasta que Kara se levantó, casi a las ocho de la mañana.
-Kara: Hola amor... - dijo acercándose y besándome.
-Lena: Hola mi cielo. ¿Dormiste bien?
-Kara: Sí – dijo sentándose a mi lado - ¿Estás repasando las preguntas?
-Lena: Sí.
-Kara: Tranquila, yo estaré cerca.
-Lena: Lo sé.
En ese momento escuchamos que llamaban a la puerta y Sarah aparecía en el salón poco después.
-Sarah: Lena, lo siento, pero hay cambio de planes.
-Lena: ¿Qué?
-Sarah: Lo siento, pero el equipo que iba a venir a hacer la entrevista ha tenido un problema y tenemos que ir nosotras a Los Ángeles.
-Lena: ¿Ir a Los ángeles? Pero... Kara no podrá venir. Ella...
-Kara: Lena, amor... - dijo cogiendo mi mano – Tranquila. Iréis en el avión de tu padre, el viaje será corto.
-Lena: Pero... No quiero dejarte sola.
-Kara: No va a pasar nada, amor.
-Lena: Pero la entrevista iba a ser aquí. Dijimos que sería aquí.
-Sarah: Escúchame, lagartija – dijo acercándose – Sé que odias los cambios repentinos. Pero si no vas, Lillian ganará, ¿es lo que quieres? Estarás dándole la razón cuando dijo que tendrías una crisis ante el menor inconveniente. Y tienes que demostrarle que no es así. Que puedes adaptarte a todo.
-Lena: Pero...
-Kara: Amor... - dijo cogiendo mi rostro entre sus manos – Estaré en el móvil, como las otras veces, ¿vale?
-Lena: ¿Lo prometes?
-Kara: Claro...
-Sarah: ¿Tienes todo listo?
-Lena: Sí, pero...
-Sarah: Mete la ropa en una maleta y todo lo que necesites, yo iré apagando el portátil, vamos.
Me levanté y fui a por mis cosas al cuarto. Metí todo lo necesario en una maleta y fui a ver a Lexie, que aún dormía. Luego volví al salón y me acerqué a Kara.
-Lena: Si pasa algo...
-Kara: Te avisaré, pero no pasará nada, tranquila.
-Sarah: Espérame en el coche, tengo que ir al baño.
-Lena: Vale... - dije besando a Kara.
-Kara: Te quiero.
-Lena: Y yo... - dije saliendo hacia el coche.
SARAH
Cuando vi a Lena salir, me acerqué a Kara.
-Sarah: Barry y Oliver estarán aquí cinco minutos después de que nos hayamos ido. Te avisaré cuando estemos en el aeropuerto a la vuelta. Ellos se irán cinco minutos antes de que lleguemos.
-Kara: Sí, tranquila. Asegúrate de que Lena está bien, por favor.
-Sarah: Claro.
-Kara: Dile que la llamaré como siempre, dos minutos antes de salir.
-Sarah: No creo que le dejen tener el móvil, Kara. La entrevista es en directo.
-Kara: ¿Qué? Entonces tenemos un problema, Sarah.
-Sarah: Tranquila, todo está controlado. Esta tarde todo volverá a ser normal.
-Kara: Eso espero... A Lena no le ha sentado bien este cambio.
-Sarah: Lo sé. La conozco bien, no lo olvides.
-Kara: No lo hago. Por eso te pido que la cuides, Sarah, por favor.
-Sarah: Siempre... - dije sonriéndola y saliendo. Subí en el coche y Lena fue callada todo el camino.
Posiblemente, estaría dando vueltas al cambio de planes, y lo que eso suponía. Lo tenía todo preparado para la entrevista en casa y ahora teníamos que volar hasta Los Ángeles y grabarla en un estudio de televisión con un montón de gente, focos, ruidos y demás.
Al llegar al avión, quince minutos después, Sam y Alex ya nos estaban esperando, así que subimos directamente.
-Sarah: Lena... - dije cuando llevábamos diez minutos de vuelo.
-Lena: ¿Sí?
-Sarah: ¿Estás bien?
-Lena: No.
-Sarah: Eh... - dije cogiendo su mano- Todo irá bien. ¿Vale? Es como cuando has ido a dar los discursos. En unas horas estarás en casa con Kara.
-Lena: Esto tenía que ser en casa. Tenía todo preparado allí.
-Sarah: Lo sé, cielo, pero a veces estas cosas pasan.
-Lena: No me gusta.
-Sarah: Imagina que es una misión y el plan A ha fallado. Nos ha pasado alguna vez, ¿verdad? Y siempre había un plan B por si eso pasaba. Pues este es el plan B.
-Lena: No es una misión.
-Sarah: Lo sé, pero intenta pensar que sí. ¿Vale? Por cierto, Kara me ha dicho que la llames antes de salir. ¿Lo harás?
-Lena: Sí.
-Sarah: Bien.
Cuando llegamos al estudio, una hora y cuarto después, una chica joven se acercó corriendo hacia nosotras.
-Chica: ¿Señora Luthor?
-Lena: Sí... - dijo confusa.
-Chica: Perfecto, tiene que acompañarme a peluquería, vamos... - dijo cogiendo la mano de Lena, lo que hizo que Lena la soltase rápidamente - ¿Qué hace? Tenemos que peinarla y maquillarla en menos de una hora.
-Sarah: No le gusta que la toquen- dije, poniéndome delante de Lena.
-Chica: Ya... Pues ya me dirá cómo van a peinarla y maquillarla.
-Sam: Yo lo haré... - dijo.
-Chica: ¿Es usted peluquera o maquilladora?
-Sam: No, pero ella confía en mí. Así que... ¿Dónde tenemos que ir?
-Chica: Síganme... - dijo empezando a caminar.
-Lena: Quiero ir a casa... - dijo, cuando vio a todo el mundo correr de un lado para otro, gritando, cogiendo o soltando cosas...
-Sarah: Tranquila, ahora iremos a un camerino y allí nadie te molestará.
-Chica: Es aquí – dijo abriendo una puerta y mirando su reloj – Tiene cuarenta minutos para prepararse.
-Sarah: No se preocupe, estará lista. – dije mientras entraba con Sam y con Lena en el camerino. Alex se había quedado dando una vuelta para asegurarse de que todo estaba en orden. Además, durante el vuelo, Lena le pidió que consiguiera un listado con las preguntas para asegurarse de que no habían cambiado ninguna
-Lena: No me gusta este sitio. Quiero a Kara.
-Sam: Tranquila, en cuanto acabes la entrevista, volveremos a casa.
-Lena: Pero yo la quiero ahora.
-Sarah: Está bien, escucha, mientras te peino, puedes llamar a Kara. ¿de acuerdo?
-Lena: Llevaré el pelo suelto.
-Sarah: Vale, entonces no necesitas que te haga nada en el pelo. Sam te maquillará entonces.
-Lena: Pero no mucho. No me gusta.
-Sam: Lo sé, sólo lo justo, ¿vale?
-Lena: ¿Puedo hablar mientras con Kara?
-Sam: Cuando acabemos.
Lena se sentó en una silla y empezó a jugar con sus manos mientras Sam la maquillaba. Cinco minutos después, Alex entró con un papel en la mano.
-Alex: Aquí están las preguntas.
-Sarah: Déjame verlas... - dije leyéndolas – Puedes estar tranquila, Lena, son las mismas, eso no lo han cambiado.
-Lena: Vale... - dijo, sin parar de moverse en la silla.
-Sam: Lena, cielo, si no te estás quieta, no podré maquillarte.
Después del maquillaje, Lena fue a vestirse.
-Sarah: Esa ropa te queda perfecta... - dije, justo cuando llamaban a la puerta.
-Chica: Señora Luthor, sale en un minuto. – dijo volviendo a cerrar.
-Lena: ¿Un minuto? No puedo llamar a Kara en un minuto...
-Sarah: Tranquila...
-Lena: No. Necesito hablar con Kara...
-Sam: No hay tiempo, Lena.
-Lena: Pero...
-Alex: Lena, tranquila. Cuando hagan una pausa para la publicidad llamaremos a Kara, ¿de acuerdo?
-Sarah: Tranquila, Lena, lo harás bien. Sabes las respuestas a las preguntas.
-Lena: Sí...
-Sarah: Tú respira hondo, responde a las preguntas y acabaremos enseguida. ¿vale?
-Lena: Sí.
-Sarah: Vamos... - dije acompañándola hasta el plató. Lena me miró y se sentó donde le indicaron, empezando a jugar con sus manos. Le hice un gesto para que se tranquilizara y ella asintió.
La presentadora hizo la presentación y la primera pregunta y Lena empezó a responder. A medida que iban haciendo preguntas, Lena parecía algo más relajada, aunque a veces me miraba para asegurarse de que Sam, Alex y yo seguíamos allí. Aunque las preguntas eran las que nos pasaron por escrito, la presentadora cambió un poco la forma de formular un par de ellas, algo que hizo que Lena se pusiera un poco más nerviosa. Ya habían pasado cuarenta minutos y, por suerte, la entrevista estaba a punto de terminar. En ese momento, la presentadora volvió a mirar su carpeta.
-Presentadora: Bien, una última pregunta. Lillian Merlyn antes de ser la esposa de Malcolm Merlyn estuvo casada con su padre, Lionel Luthor. Por lo que hemos podido saber, Lillian la dejó en un internado cuando usted era sólo una niña. Y lo que la gente quiere saber es... ¿Se presenta a la presidencia sólo como venganza contra su madrastra o realmente le importa este país?
-Lena: ¿Qué? – preguntó, mirándome, totalmente bloqueada.
-Sarah: Esa pregunta no estaba entre las que nos dieron... - dije a la mujer que estaba a mi lado.
-Chica: Mmmm... Cierto, se incluyeron un par de preguntas más en el último momento.
-Sarah: Les dije que debían centrarse sólo en las preguntas que nos enviaron. – dije, mirando cómo Lena empezaba a ponerse nerviosa y a jugar con sus manos.
-Presentadora: ¿Señora Luthor?
-Lena: Yo... Esa pregunta no estaba en la hoja que me enviaron.
-Presentadora: Bueno, a la gente le gusta conocer un poco de la vida personal de los candidatos. Y aparte de que usted es hija de Lionel Luthor y que está casada, tiene una hija y un bebé en camino, no se sabe nada más de usted. Así que... Díganos, ¿es cierto que su madrastra la envió a un internado? ¿Cómo fue la época que pasó allí?
-Lena: No quiero contestar a eso... - dijo, empezando a removerse en la silla.
-Sarah: Tienen que cortar... - le dije a la chica.
-Chica: Faltan diez minutos para publicidad.
-Presentadora: ¿Señora Luthor? ¿Va a responder?
-Lena: No... Yo...
-Presentadora: ¿No le gustó el lugar? ¿Es cierto que su madrastra nunca fue a visitarla?
-Lena: No quiero contestar...
-Sarah: La está presionando demasiado. Va a tener una crisis. ¿Acaso quieren que todo el país la vea?
-Chica: Bueno, la entrevista es para conocerla mejor y conocer a la verdadera Lena Luthor. Así que...
-Sarah: ¡Corten ahora mismo! – grité, mientras Lena empezaba a mirarme cada vez más nerviosa. Miré a la presentadora y le hice un gesto para que cortase, pero ella me ignoró. Después de intentarlo un par de veces más, finalmente decidieron dar paso a la publicidad.
-Presentadora: Tienen cinco minutos.
-Sarah: ¿La está viendo? – dije mientras Lena empezaba a mecerse en la silla – Esto no se arregla en cinco minutos... Lena, cielo – dije arrodillándome frente a ella- Mírame...
-Lena: Esa pregunta no me gusta... No estaba en la hoja...
-Sarah: Lo sé, tranquila.
-Lena: No quiero responder a eso...
-Sarah: No tendrás que hacerlo.
-Presentadora: Sí tiene que...
-Sam: ¡Cierre la boca! La señora Luthor no va a responder ni una sola pregunta más, y mucho menos una pregunta tan personal y que le trae malos recuerdos, ¿entendido? – dijo, mientras cogía su teléfono, que estaba sonando - ¿Sí?
-Presentadora: El contrato...
-Alex: El contrato dice que Lena sólo responderá a las preguntas que se han pactado previamente. Esta no lo estaba, así que no debe responderla si no quiere.
-Lena: Kara... Necesito a Kara...
-Sarah: ¿Quieres llamarla?
-Lena: Sí...
-Sam: No será necesario – dijo, tendiéndole su teléfono a Lena – Es Kara... Está puesto el altavoz.
Lena cogió rápidamente el teléfono y miró la pantalla.
-Lena: Mi cielo...
-Kara: Amor, tranquila...
-Lena: No me gusta esa pregunta...
-Kara: Lo sé, tranquila... Mírame amor... - Lena miró la pantalla. – No tienes que responder si no quieres, ¿vale? Pero, si lo haces... Será bueno para ti.
-Lena: ¿Bueno para mí?
-Kara: Sí, amor. Sé que es difícil, que no te gusta recordar nada de ese lugar. Pero, si les cuentas lo que te pasó allí, verán la clase de monstruo que es Lillian realmente. Pondrás a la gente de tu parte, mi vida.
-Lena: ¿Se enfadarán con Lillian?
-Kara: Posiblemente, sí.
-Lena: Pero... Sabrán que los demás niños se metían conmigo y...
-Kara: Y que aun así te convertiste en una gran mujer. Guapa, inteligente y muy fuerte.
-Lena: Mi cielo...
-Kara: ¿Sí?
-Lena: ¿Estás bien?
-Kara: ¿Yo?
-Lena: El bebé...
-Kara: Sí, estoy bien... Sufriendo un poquito por ti, pero sé que podrás acabar esa entrevista y dejar a todos con la boca abierta. Demuéstrales quién es Lena Luthor de verdad.
-Lena: No puedo...
-Kara: Sí que puedes... ¿verdad que mamá puede, Lexie?
-Lexie: Síiii – gritó.
-Kara: ¿Ves? Lexie y yo confiamos en ti. Y estoy segura de que Sarah, Sam y Alex también. ¿verdad chicas? – silencio – Vamos, sé que estáis escuchando esta conversación como tres viejas cotillas. ¿Verdad que confiáis en Lena?
-Alex, Sarah y Sam: Sí, sí, confiamos en ella, totalmente.
-Kara: ¿Ves?
-Lena: Yo puedo...
-Kara: Tú puedes.
-Lena: Vale.
-Chica: Treinta segundos.
-Kara: Tienes que colgar, amor... Aguanta un poquito más, ¿vale? Lexie y yo te estamos viendo por la tele. Estamos contigo...
-Lena: Vale.
-Kara: Te quiero.
-Lena: Te quiero... - dijo colgando y devolviéndole el teléfono a Sam, mientras se sentaba con seguridad en la silla.
-Sarah: ¿Seguro que quieres hacerlo?
-Lena: Sí... Kara y Lexie confían en mí. No quiero decepcionarlas.
-Sarah: Bien... Estaremos ahí enfrente, ¿vale?
-Lena: Sí.
LENA
La llamada de Kara me había tranquilizado, aunque seguía sin gustarme la pregunta que esa mujer me había hecho. Pero Kara y Lexie confiaban en mí y tenía que acabar esa entrevista para poder volver a casa con ellas. No podía fallarlas.
La presentadora volvió a sentarse frente a mí y me miró.
-Presentadora: Bien, señora Luthor, le repetiré la última pregunta. ¿Es cierto que su madrastra la envió a un internado? ¿Cómo fue la época que pasó allí?
Miré a Sarah, Sam y Alex que me sonreían. Alex me enseñó la pantalla de su teléfono, donde podía ver una foto de Kara y Lexie. Entonces miré a la presentadora.
-Lena: Sí. Es cierto – dije – Mi madrastra me envió allí porque yo le estorbaba. A ella no le gustaba que la gente la viera con una niña que tenía Asperger y pene. Para ella, yo era como un monstruo. Y encerrarme en aquél internado fue su manera de olvidarse de mí. Nunca fue a visitarme, nunca me llamó, ni me escribió. En cuanto a la época que pasé allí... - dije, volviendo a mirar la foto que Alex sostenía aún en la mano – Fue horrible. Los demás niños y niñas se burlaban de mí, me insultaban, me pegaban... El director y los profesores no hacían nada por evitarlo. Incluso ellos mismos a veces me amenazaban. El director me obligaba a hacer cosas que no quería, como entrar a sitios que no debía con el ordenador para quedarse con dinero que no era suyo.
Cuando mi padre iba a visitarme, todo el mundo actuaba como si se llevasen bien conmigo, como si me apreciaran, como si fueran mis amigos. Pero cuando él se iba, todo volvía a ser como antes.
Yo sólo quería morirme para poder salir de allí. Pero entonces apareció Sarah Lance, la única que no me veía como un bicho raro. La única que me protegió, que se preocupó por mí, que me cuidó... Fue ella la que le dijo a mi padre lo que pasaba.
No, no me presento a presidenta para vengarme de Lillian. Me presento, porque si Lillian gana, convertirá este país en un auténtico caos. No se fíen, ella no es buena. No le importa nada, ni nadie, que no sea ella misma. Y ya va siendo hora de que alguien la pare. No quiero que nadie más sufra por su culpa. Quiero salvar a todo el mundo de ella, como Sarah me salvó a mí. Le tuve miedo durante muchos años, pero gracias a mi esposa Kara, ya no se lo tengo. Por ella me enfrenté a Lillian una vez y lo haría todas las veces que hicieran falta. Es mala, muy mala, y mi trabajo consiste en proteger a la gente de gente mala como ella. Así que, presentándome como candidata contra ella, estoy protegiendo a toda la gente de este país. – dije, mirando a Sarah, que me sonrió y asintió.
-Presentadora: Vaya, eso es... ¿Podría contarnos algo más de...?
-Lena: No. No responderé más preguntas. No hoy. Si quieren otra entrevista, la daré. Ahora, sólo quiero irme a casa con mi mujer y mi hija. Mi mujer está embarazada y me necesita.
-Presentadora: ¿Es consciente de que si gana, tendrá que pasar mucho tiempo alejada de su mujer?
-Lena: Si gano, ya veremos qué pasa. Para entonces, nuestro hijo ya habrá nacido, y las cosas serán diferentes.
-Presentadora: Entonces....
-Lena: Lo siento, no más preguntas.
-Presentadora: Está bien. Muchas gracias por la entrevista. Señoras y señores, Lena Luthor....
-Lena: ¿Puedo irme ya? – pregunté cuando vi que la presentadora se levantaba.
-Presentadora: Sí, claro... ¿Nos concedería otra entrevista con preguntas más personales? Quizás hablar un poco más sobre su madrastra....
-Lena: Ustedes manden las preguntas a Sarah. Si acepto, ella se lo dirá. – dije caminando hacia Sarah, Sam y Alex. Cuando llegué a ellas, Sarah me abrazó.
-Sarah: Muy bien, lagartija, así se habla.
-Lena: Vamos a casa, quiero estar con Kara.
-Sarah: Claro...
-Lena: Gracias por enseñarme la foto, Alex.
-Alex: Bueno, no es lo mismo que tenerlas aquí, pero sabía que te ayudaría verlas aunque fuera en foto.
-Sam: Es que mi chica es muy lista – dijo besándola.
-Lena: ¿Podemos irnos?
-Sarah: Claro, vamos.
Ni siquiera me cambié de ropa, tenía tantas ganas de volver con Kara, que me fui vestida como estaba. Aunque el trayecto en avión no duraba demasiado, a mí se me hizo muy largo. Además, la entrevista sólo debería haber durado cuarenta y cinco minutos y duró una hora y cuarto.
Cuando llegamos, casi a la una de la tarde, fui directa al salón, donde esperaba ver a Kara jugando con Lexie. Pero no estaban allí. Las busqué y las encontré dormidas en nuestro cuarto. Me acerqué y me senté en la cama con cuidado, acariciando el rostro de Kara muy despacio.
-Lena: Mi cielo... - susurré.
-Kara: Amor... - dijo abriendo los ojos.
-Lena: ¿Estás bien?
-Kara: Sí... Sólo tenía un poco de sueño.
-Lena: Entonces duerme. Sólo quería avisarte de que ya he llegado.
-Kara: ¿Te tumbas con nosotras?
-Lena: Voy a darme una ducha primero. – dije levantándome. Pero Kara cogió mi mano.
-Kara: Amor... Lo hiciste muy bien en la entrevista. Estoy muy orgullosa de ti.
-Lena: ¿De verdad?
-Kara: De verdad... - dijo sonriéndome – No tardes con esa ducha.
-Lena: No lo haré – dije besándola y caminando hacia el baño tras coger algo de ropa limpia.
Cuando salí, veintidós minutos después, vi que Kara y Lexie no estaban en la cama. Escuché la voz de Kara en el cuarto de Lexie y fui hacia allí. Cuando entré, vi a Kara vestida y terminando de vestir a Lexie.
-Kara: Hola amor... ¿Qué tal la ducha?
-Lena: Bien. ¿Por qué estáis Lexie y tú vestidas?
-Kara: Porque vamos a salir a comer para celebrar lo bien que lo has hecho en la entrevista.
-Lena: ¿A comer...? Pero no tenemos mesa reservada en ningún sitio y...
-Kara: Bueno, hay sitios en los que no es necesario reservar mesa.
-Lena: ¿De verdad crees que lo hice bien?
-Kara: Pues claro que sí amor. ¿Y tú Lexie, crees que mamá lo hizo bien?
-Lexie: Ben... - dijo riéndose con un peluche de dinosaurio en la mano.
-Lena: ¿De verdad, mi sol?
-Lexie: Ben...
-Kara: Estamos muy orgullosas de ti, amor... - dijo sonriéndome.
En ese momento me sentí más feliz que nunca. Durante la vuelta a casa no hacía más que pensar que lo habría estropeado y que Kara se enfadaría conmigo. Me había bloqueado, casi tuve una crisis y aunque Kara me tranquilizó por teléfono, pensé que luego estaría enfadada. Pero no estaba enfadada, estaba orgullosa de mí. Y escucharle decir eso hizo que sonriera y la besara.
-Lena: Gracias, mi cielo.
-Kara: No, gracias a ti. Seguro que serás una gran presidenta. – dijo besándome - ¿nos vamos?
-Lena: Sí.
-Kara: Tú eliges qué te apetece comer – dijo, mientras bajábamos y sentaba a Lexie en su carrito. Krypto, que estaba durmiendo en el sofá, vino corriendo al vernos – Lo siento Krypto, ahora no puedes venir con nosotras, pero luego te daremos un buen paseo por el parque.
Krypto pareció contento con la promesa de Kara y volvió al sofá, tumbándose de nuevo. Después, fuimos hasta el coche y Kara subió a Lexie a su sillita, sujetándola. Guardamos el carrito en el maletero y nos fuimos a comer.
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