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37-SITUACIÓN LÍMITE

Holaaaaa. Lo cierto es que tenía este capítulo escrito desde la semana pasada, pero decidí subirlo hoy, para celebrar la vuelta de los últimos capítulos de Supergirl y haceros la espera más cortita jejejejejee.

Espero que os guste y como siempre, vuestros votos, comentarios y teorías, que sabeis que me encantan.

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"Tenías razón, las ratas de este lugar son como elefantes"

KARA

16 de Marzo de 2020

Las semanas fueron pasando. Todo estaba muy tranquilo y últimamente sólo pasaban cosas buenas. Aunque Lena tenía a su equipo muy activo investigando algo. Sabía que no me diría nada, así que no le preguntaba.

La noticia de la boda de mis madres nos pilló por sorpresa, nadie lo esperaba, y eso nos alegró mucho.

****FLASHBACK****

14 de Febrero de 2020

Habíamos organizado una cena de san Valentín en casa para todas las parejas.

Estábamos a mitad de la cena, cuando mi madre me miró.

-Cat: Hay algo que queremos deciros – dijo, cogiendo la mano de Eliza.

-Alex: ¿Has dejado embarazada a mi madre? Porque si es así, estás en un lío, jovencita.

-Eliza: ¡Alex! Por favor Sam, no le dejes beber más vino. Está claro que no le sienta nada bien.

-Alex: ¡¿Qué?! Vamos, sólo era una broma... - dio, cruzándose de brazos y poniendo cara de enfado.- Bueno, suéltalo...

-Eliza: Cat y yo vamos a casarnos... - dijo, enseñándonos el anillo de su dedo.

-Kara: ¡¿Qué, en serio?!

-Alex: ¡Lo sabía, te ha dejado embarazada! ¡Por eso tanta prisa en casaros!

-Todas: ¡Alex!

-Kara: Pero... ¿Cuándo os...?

-Eliza: Hace un mes. Pero no queríamos decir nada hasta que todo el tema del divorcio con vuestro padre estuviera solucionado. Firmamos el divorcio hace tres días, así que... Cat y yo ya podemos casarnos.

-Kara: ¡Eso es genial! ¿Verdad Alex?

-Alex: Pues claro que sí... - dijo sonriendo - Me habría preocupado la posibilidad de tener un hermano a estas alturas. O hermana.

****FIN FLASHBACK****

Después de ese día, empezaron a prepararlo todo para la boda. Buscar fecha, sitio, los vestidos... Hacía mucho que no veía a Eliza tan feliz y eso me gustaba. AL menos, mi padre había cumplido con su parte de dejarlas vivir su vida tranquilas.

Lena se preocupaba de que yo estuviera bien en todo momento. Ya estaba de diecinueve semanas y el embarazo ya se notaba. Eso hacía que Lena estuviera más pendiente de mí que al principio.

Lexie ya se soltaba más con las palabras y había aprendido algunas nuevas. Lena se alegraba tanto cada vez que Lexie aprendía una nueva palabra, que sólo le faltaba hacerle una fiesta por ello. Y eso me encantaba.

Lena estaba jugando con Lexie, mientras yo leía un libro tranquilamente.

-Lexie: Disaurio Ena...

-Lena: ¿Mi dinosaurio? Pero ya tienes el tuyo y el de mamá... ¿También quieres este?

-Lexie: Disaurio mamá Ena...

-Lena: Sólo si lo pides bien. Di-no-sau-rio

-Lexie: Di...

-Lena: ..Nosaurio.

-Lexie: ¿Disaurio?

-Lena: Noooo.

-Kara: Lena, amor, tranquila. Lexie aún tiene la lengua de trapo. Y dinosaurio es una palabra muy difícil. Le costó un mes entero aprender a decir mamá de una sola vez.

-Lena: Lo sé... Pero es que quiero poder hablar con ella... Así no puedo, no la entiendo.

-Kara: Cuando se le suelte la lengua veremos si dices lo mismo. Seguramente rezarás por que se calle.

-Lena: No lo creo. Me gusta mucho oírla hablar.

Miré a Lena y sonreí. Últimamente se estaba esforzando mucho en aprender los dobles sentidos de las cosas. La ironía, el sarcasmo... Decía que quería que todo el mundo la viera como una persona "normal". Y aunque traté de explicarle mil veces que ella era normal, ella me pidió que por favor le enseñara. Así que todos los días, durante dos horas, me hacía sentarme con ella y enseñarle expresiones con doble sentido y otras cosas. Y al parecer, lo estaba entendiendo bien, ya que me sorprendió que no me dijera que Lexie no era una muñeca para tener la lengua de trapo, como le dijo a Nia cuando dijo una vez que le hacía gracia la lengua de trapo de Lexie. También había entendido lo de soltar la lengua. Algo que también comentó cuando escuchó a Sam decir que cuando quería que Alex le contase algo, sólo tenía que servirle un par de copas de vino y se le soltaba la lengua de una manera que no había quien la parase. Lena preguntó que cómo podía soltarse la lengua de la boca y porqué le hacía eso a Alex. Luego le preguntó a Alex si eso dolía.

Pero hoy no, hoy Lena lo había entendido a la primera y eso me alegró. No me di cuenta de que estaba metida en mis propios pensamientos hasta que vi a Lena delante de mí, moviendo su mano.

-Lena: ¿Mi cielo?

-Kara: ¿Qué? Perdona, estaba distraída.

-Lena: En las nubes...

-Kara: Sí, en las nubes – dije besándola.

-Lena: Voy a ducharme. ¿Cuidas a Lexie?

-Kara: Claro.

-Lena: Bien... - dijo agachándose a besar mi vientre – No molestes a mamá... Va a cuidar de tu hermanita.- dijo. Y luego se fue.

Observé a Lexie jugando con sus dinosaurios durante un par de minutos. Escuché el agua de la ducha y sabía que Lena tardaría Veintisiete minutos exactos en salir, ya que le gustaba dedicar tiempo a lavarse. Me levanté para dejar el libro en la estantería tras marcar la página por la que iba y, cuando fui a colocarlo, una de las carpetas de Lena se cayó al suelo.

-Kara: Mierda... - dije agachándome a recoger los papeles que se habían salido.

-Lexie: ¡Mieda!

-Kara: No, eso no se dice.

-Lexie: ¿Mamá? – preguntó, señalándome como si dijera "pues tú acabas de decirlo y si tú puedes, yo también"

-Kara: Mamá a veces dice cosas que no se deben decir. – dije, mientras recogía una fotografía. Me quedé mirándola, pues vi algo que me llamó la atención. Cogí mi móvil para sacar una foto de la fotografía y luego me puse a leer los informes. Sabía que no debía, que era parte del trabajo de Lena, pero la curiosidad me pudo. Sobre todo con este caso. - ¿Pero qué cojones...?

-Lexie: ¿Cones?

-Kara: ¡Lexie, esa boca!

Recogí todo rápidamente, colocándolo como pude y dejé la carpeta en su sitio. Después me senté en el sofá, pensando. Ni siquiera me di cuenta cuando Lena volvió al salón.

-Lena: ¿Kara? – preguntó, poniendo una mano en mi frente, lo que me hizo reaccionar.

-Kara: ¿Ya has terminado? Pero si acabas de entrar...

-Lena: No. He salido hace cinco minutos del baño. No reaccionabas. ¿Estás bien? Estás pálida, ¿llamo al médico?

-Kara: No, no hace falta. Sólo... Me duele muchísimo la cabeza. ¿Podrías llevarte a Lexie con mis madres un par de horas? Voy a tumbarme a ver si se me pasa, y con sus gritos no podré descansar.

-Lena: Claro. Pero... ¿seguro que estás bien?

-Kara: Sí, amor...

-Lexie: ¡Mamá! ¡Mieda!

-Lena: ¡Eh, otra palabra! – dijo sonriendo- Pero no lo entiendo ¿miedo? ¿De qué tiene miedo?

-Kara: No ha dicho miedo. Ha dicho... Mierda.

-Lena: ¿Mierda?

-Kara: Sí, antes... Se me escapó y Lexie es como una esponja, lo absorbe todo. Y lo ha soltado sin más.

-Lena: ¿Por qué le enseñas a decir eso?

-Kara: No se lo enseñé, se me escapó.

-Lena: Eso no se dice... - dijo cogiéndola – Tu abuela siempre le dice a tu tía Alex que le va a lavar la boca con jabón por decir cosas que no debe. Tendré que preguntarle que jabón usa para lavártela a ti.

-Kara: Gracias, amor...

-Lena: ¿Te acompaño a la cama?

-Kara: No hace falta.

-Lena: ¿Te duele mucho? Puedo dejar a Lexie y volver contigo y...

-Kara: No... Sólo... Necesito dormir un poco.

-Lena: Vale. Te traeré helado para luego.

-Kara: Gracias amor, eres un encanto – dije besándola.

Fui a la habitación y escuché a Lena decirle algo a la asistenta y la puerta cerrarse poco después. Después vi el coche de Lena alejarse. Esperé unos minutos, pues a veces Lena olvidaba algo y volvía.

Como Lena no volvió, me cambié rápidamente y volví al salón. Busqué la carpeta que había tirado antes y la puse sobre la mesa, volviendo a mirar los papeles que había dentro, hasta que encontré lo que buscaba. Una dirección. La apunté en un papel, cogí mi bolso, mi cámara y me dirigí a la puerta. Iba a abrir, cuando escuché una voz detrás de mí.

-Susan: ¿Va a salir? La señora Lena dijo que no se encontraba bien.

-Kara: Me duele la cabeza. Voy a la farmacia un momento.

-Susan: Si quiere, puedo ir yo.

-Kara: No, gracias. A lo mejor salir un rato me va bien, gracias Susan. Volveré enseguida.

-Susan: De acuerdo. Tenga cuidado.

-Kara: Sí, gracias... - dije cerrando y entrando en mi nuevo coche.

Y digo nuevo, porque a Lena no le convencía el que mi padre me compró. Me dijo que no era lo bastante seguro para mí y para nuestras hijas. Así que me compró otro, nuevo, algo más grande y más cómodo.

Metí la dirección en el GPS del coche y conduje hasta ella. Era un local en las afueras de la ciudad. Miré mi reloj, calculando. Lena tardaría media hora en llegar a casa de mis madres. Después, estaría allí dos horas justas, porque ese era el tiempo que yo le había dicho que se llevase a Lexie, un par de horas. Luego otra media hora en volver... Eso hacía un total de tres horas. Yo había tardado exactamente dieciocho minutos en salir de casa, mientras me aseguraba de que Lena no volvía, me vestía y cogía la dirección. Y otros cuarenta minutos en llegar a mi destino. Eso hacia cincuenta y ocho minutos, casi una hora. Así que tenía una hora y veintidós minutos antes de volver a casa. Al parecer, se me estaban pegando algunas de las rutinas y manías de Lena. Pero en este caso, parecía serme útil.

Saqué mi cámara esperando ver algún movimiento. Vi entrar a un par de personas, entre ellas, Slade Wilson y el antiguo jefe de campaña de mi padre, Hank Henshaw. También vi entrar a su nuevo jefe, Damian Darkh. Hice fotos de todos ellos y miré mi reloj. Habían pasado veintitrés minutos.

Pasaron diez minutos sin que nadie más entrara o saliera del local. De pronto, vi un coche que me resultó familiar. Justo la persona que estaba esperando. Entró en el local y esperé, deseando que se tratase de un error. Pero quince minutos después, nadie más había salido ni entrado al lugar. Y el tiempo se me acababa. Debía hacer algo enseguida.

Guardé la cámara y bajé del coche. Me dirigí hacia el local. Había un guardia en la puerta que me miró de arriba abajo.

-Guardia: Vaya... Un bomboncito relleno. Esto atraerá a clientes nuevos. Parece que el señor Danvers está ampliando su catálogo. Pasa...

-Kara: ¿Qué?

-Guardia: Que pases. Todo recto, última puerta a la derecha, baja al sótano.

-Kara: ¿Al sótano?

-Guardia: ¿Eres nueva, no? Las nuevas tienen que ir primero abajo. Vamos, te están esperando.

El hombre me abrió la puerta y entré. Lo que vi me dejó sin palabras. El local era una especie de prostíbulo en el que varios hombres de distintas edades bebían y metían mano a chicas jóvenes. Algunas, diría que demasiado jóvenes. Muchas de ellas no tendrían más de dieciséis o diecisiete años. Sentí un escalofrío por todo el cuerpo y ganas de vomitar. Quise salir de allí, pero quería saber qué estaba pasando. Así que seguí caminando. Cuando llegué a la puerta que me dijo el guardia, la abrí despacio y empecé a bajar lentamente, sin hacer ruido. Pude reconocer algunas voces. La de Henshaw, la del señor Matthews, la de Slade Wilson... Parecían estar pujando por algo. Pero me detuve en seco cuando escuché la voz de mi padre.

No supe cuánto tiempo estuve allí, parada, sin poder moverme. Pero de pronto alguien me cogió del brazo. Cuando miré pude reconocer al hombre de la puerta.

-Guardia: ¿Qué haces aquí parada? Vamos, entra. Al señor Danvers no le gusta hacer esperar a sus clientes.

El hombre me dio un pequeño empujón y entonces vi un montón de caras conocidas. Gente rica y famosa de la ciudad. Una chica casi desnuda sobre un pequeño escenario y varias más esperando de pie a un lado. Y mi padre, al lado de esa chica, entregándola al hombre que acababa de pagar una enorme cantidad de dinero por pasar "un buen rato" con ella.

En ese momento, varias miradas se posaron sobre mí.

-Slade Wilson: Vaya... - dijo levantándose - ¿Esta era la sorpresa que nos tenías preparada, Danvers? – Se acercó a mí – Demasiada ropa. Pero eso podremos solucionarlo enseguida... - dijo, acariciando mi mejilla. Yo estaba paralizada, apenas podía moverme – Bonitos ojos... y menudos labios... Y embarazada... - dijo, tocando mi vientre. En ese momento me eché hacia atrás – Tranquila, no voy a hacerte daño.... ¿Cuánto pides por esta, Jeremiah? Pagaré lo que sea. Pero la quiero toda la noche.

Miré a mi padre, que me miraba horrorizado.

-Kara: ¿Papá...? – susurré.

-Slade Wilson: ¿Papá...? Espera... ¿Esta es tu hija, Jeremiah? ¿Tu hija pequeña?

-Jeremiah: Sí. Kara... ¿qué estás haciendo aquí?

-Kara: Yo... ¿Qué es todo esto, papá... Qué estás haciendo?

-Jeremiah: Kara, no deberías estar aquí...

-Kara: ¡Son niñas, papá! ¡¿Qué edad tienen, quince, dieciséis?!

-Jeremiah: Kara, vete a casa.

-Slade Wilson: ¿A casa...? No. Se viene conmigo, ¿verdad? Vamos Jeremiah, dime un precio... - dijo intentando abrazarme.

-Kara: ¡No me toques!

-Slade Wilson: Vaya, y encima tiene genio...

-Jeremiah: Es mi hija, Slade.

-Slade Wilson: ¿Y qué...? Está aquí, ¿no? Es una prostituta más... Venga, no te hagas de rogar, dime un precio... - dijo, moviéndose y pegándome a él.

-Kara: ¡He dicho que no me toques, cerdo asqueroso! – grité, empujándole.

-Jeremiah: ¡Aparta tus manos de ella, Slade! ¡Es mi hija, maldita sea!

En ese momento, Slade Wilson sacó una pistola y apuntó a mi padre.

-Slade Wilson: Me importa una mierda que sea tu hija. Pienso divertirme con ella toda la noche. Si no quieres darme un precio, mejor, me la llevaré gratis.

-Jeremiah: No la toques...

-Slade Wilson: Cogedla y llevadla arriba – dijo. Vi un par de hombre acercarse a mí. Uno de ellos me sujetó de los brazos con fuerza.

-Kara: ¡Suéltame! ¡Papá!

Entonces escuché un ruido muy fuerte, como un disparo, y el hombre que me tenía sujeta cayó al suelo. Vi a Damian Darkh, con un arma en la mano, apuntando hacia mi dirección.

-Damian: Sáquela de aquí, señor Danvers. Avisaré al señor Luthor.

-Slade Wilson: De eso nada... - dijo, disparando a Darkh en la cabeza y matándolo. Luego me apuntó a mí, mientras miraba a mi padre – Muévete y la mato...

-Jeremiah: Slade... Por favor, está embarazada. Deja que se vaya...

-Slade Wilson: ¿Para qué...? ¿Para que lo cuente todo? Tengo una idea mejor. Primero te mato, y luego me llevo a tu hija y me divierto con ella hasta que me canse.

-Jeremiah: Por favor... Kara no dirá nada, ¿verdad cielo?

-Kara: No... -dije, asustada.

-Slade Wilson: ¿Acaso os pensáis que soy imbécil? En cuanto salga de aquí, llamará a la policía.

Otro hombre se levantó y apuntó a Wilson.

-Hombre: ¿Y por qué va a ser para ti? ¿Y si yo también la quiero?

-Slade Wilson: Vamos Phil, tú ya tienes tres para esta noche, deja algo para los demás.

-Phil: Todavía no había visto a esta. Y la quiero...

-Hombre: Yo también la quiero...- dijo otro hombre, agarrándome por detrás y retrocediendo conmigo mientras apuntaba a los otros con su pistola.

-Slade Wilson: No te metas, Matthews.

-Matthews: Tranquila... - susurró en mi oído y luego volvió a mirar a Slade Wilson. – Ella es para mí. Se la llevaré a mi hijo, está loco por ella.

-Salde Wilson: ¿Y tu hijo va a quererla así? ¿Embarazada por una... mujer con pene, según tengo entendido?

-Matthews: A mi hijo eso no le importa.

-Jeremiah: ¡Slade! Oye, escucha... - dijo acercándose a él – Puedo conseguirte a tres chicas para esta noche. Seis si quieres, con ojos azules, con pelo rubio... Pero deja a mi hija.

-Slade Wilson: No quiero a otras... ¡La quiero a ella!

-Matthews: Voy a sacarte de aquí... Confía en mí, ¿vale? – dijo de nuevo en mi oído, retrocediendo un par de pasos y llevándome con él. Vi que se dirigía hacia las escaleras.

-Slade Wilson: ¡¿Dónde crees que vas, Matthews?! – dijo, disparando y matándole.

-Jeremiah: ¡No!

-Slade Wilson: Ahora... Dime una cosa, Kara... ¿Será niño o niña? – dijo, apuntando hacia mi vientre.

-Kara: Aún... Aún no lo sé... - dije, apoyándome en la pared para no caerme al suelo y aguantando las ganas de vomitar por el olor de la sangre.

-Slade Wilson: Bueno, no importa... Creo que tu padre nunca lo sabrá. Porque, si no eres mía, no serás para nadie... - dijo disparando.

-Jeremiah: ¡No! ¡Kara! – gritó.

Me quedé paralizada y cerré los ojos, esperando que la bala impactara en mi cuerpo, pensando en Lexie, en Lena... En cómo iba a enfadarse conmigo por haber sido tan estúpida como para meterme en este lío.

-Kara: Lo siento... - dije, dejando escapar un par de lágrimas.

-Slade Wilson: ¡Mierda! – gritó - ¡Vamos, salgamos de aquí! – dijo mirándome – Volveremos a vernos.... – dijo mientras salía por una puerta trasera, seguido de todos los demás hombres que estaban allí y las chicas, que aprovecharon para huir también. Me quedé unos segundos mirando hacia la puerta, hasta que reaccioné y busqué la herida de bala en mi cuerpo. Pero no tenía ninguna. Y eso me extrañó, pues Wilson había demostrado tener buena puntería y no podía creer que hubiera fallado al dispararme.

-Jeremiah: Kara...

En ese momento miré hacia abajo y vi a mi padre con una enorme mancha de sangre en su pecho. Me agaché a su lado.

-Kara: Papá... - dije, intentando tapar la herida - ¿Por qué...?

-Jeremiah: Ya no importa... - dijo mirándome con lágrimas en los ojos – Toma... - dijo cogiendo mi mano.

Miré y vi que me estaba dando una llave.

-Kara: ¿Qué es esto?

-Jeremiah: La puerta...

-Kara: ¿Qué puerta?

-Jeremiah: La... Puerta...

-Kara: ¿Qué puer...? Espera, ¿esa maldita puerta que siempre tenías cerrada con llave en casa, esa puerta?

-Jeremiah: Sí...

-Kara: ¿Quieres que la abra?

-Jeremiah: Sí. Lo siento, Kara... Yo... Estaba intentando cambiar por...

-Kara: Si sigues hablando será peor, cállate.... – dije llorando – Sé que lo estabas intentando.

Acarició mi vientre y sonrió.

-Jeremiah: Si es un niño... Ponle mi nombre.

-Kara: ¿Qué? Ni loca. No pienso castigar así a tu nieto... - dije, intentando bromear. La verdad era que no sabía muy bien lo que estaba diciendo.

-Jeremiah: Cuida de Eliza... Y de Alex...

-Kara: Papá... ¿Papá? – en ese momento me di cuenta de que había muerto – Tenías que ser un gilipollas hasta el final, ¿verdad? – dije, quedándome allí sentada, sin saber qué hacer.

LENA

16 de Marzo de 2020

Volví a casa antes de tiempo. Lexie llevaba más de treinta minutos llorando porque quería estar con su mamá. Abrí la puerta, dejé mis cosas en el sofá del salón, y me dirigí a la habitación, abriendo con cuidado.

-Lena: ¿Mi cielo? Lo siento, Lexie no para de llorar porque quiere estar contigo y... - dije, mirando hacia la cama, que estaba vacía - ¿Kara? – pregunté, dirigiéndome hacia el baño - ¿Estás en el baño, estás mejor? – Abrí la puerta y tampoco estaba. La busqué por toda la casa, mientras Lexie seguía llorando. Fui a la cocina, donde Susan estaba preparando la comida. – Susan, ¿has visto a Kara? – pregunté, dándole el helado que había traído para que lo guardara.

-Susan: Sí. Dijo que iba a la farmacia a por unos medicamentos.

-Lena: ¿Cuánto hace de eso?

-Susan: Pues... - miró el reloj de la cocina – Hace un par de horas, más o menos.

-Lena: ¿Un par de horas? ¿Y no ha vuelto?

-Susan: No. Dijo que no tardaría.

-Lena: Voy a llamarla- dije, caminando de vuelta al salón. Al entrar allí, vi que una de las carpetas en las que guardaba la información de las investigaciones que tenía en esos momentos, estaba abierta sobre la mesa. Me acerqué y vi que era la del padre de Kara. Entonces vi que había un bolígrafo y unos papeles al lado y la primera página que había era la dirección del prostíbulo que dirigía el señor Danvers. Fui a por mi móvil y llamé a Sarah. No tardó mucho en cogerlo. – Sarah... ¿Dónde estás?

-Sarah: En el puerto, con Sam. Estamos vigilando el barco que nos dijiste. Al parecer el padre de Kara tiene que venir a la hora de comer a recoger algo. Y por lo que veo, son varios paquetes y grandes.

-Lena: Dejad eso y dirigiros al prostíbulo.

-Sarah: ¿Ocurre algo?

-Lena: Creo que Kara se ha enterado del negocio de su padre y ha ido allí. Daros prisa, yo iré enseguida. Y Sarah, tened cuidado.

-Sarah: Sí...

Colgué el teléfono e hice una nueva llamada.

-Lena: ¿Alex? – pregunté cuando lo cogió.

-Alex: Lena... ¿Va todo bien?

-Lena: Prepárate para tu primera misión como miembro del equipo. Voy a enviarte una dirección y quiero que vayas allí enseguida. Kara puede estar en peligro, ¿me oyes?

-Alex: ¿Kara? ¿Qué ha pasado?

-Lena: Luego te lo cuento. Tú sólo ve allí enseguida.

-Alex: Sí.

Colgué y le mandé la dirección a Alex. La había incorporado al equipo de forma oficial hacía un mes. Mandé a Oliver y a Barry con mi padre y mi hermano. Serían más útiles trabajando con ellos, ya que últimamente nosotras sólo nos dedicábamos a vigilar a Jeremiah y sus contactos. Pero como necesitaba a alguien más, decidí incorporar a Alex. Sam le ayudaba con su entrenamiento para aprender a pelear y usar armas. Pero la labor principal de Alex, era ser el médico del equipo.

Después de eso, llamé a Nia y le pedí que viniera para quedarse con Lexie. No me gustaba dejarla con las asistentas. A pesar de que las había investigado a fondo y parecían buenas personas, no dejaban de ser unas desconocidas. Y sabía que Nia adoraba a Lexie y que cuidaría bien de ella. Lo había hecho otras veces.

Mientras Nia venía, traté de calmar un poco a Lexie, pero era imposible. Sólo quería estar con Kara y no entendía por qué.

Cuando Nia llegó, quince minutos después, cogí un par de armas que tenía guardadas en la caja fuerte y salí, dirigiéndome al lugar en el que sabía que estaría Kara.

ALEX

16 de Marzo de 2020

Pocos segundos después de que Lena me colgase, me llegó un mensaje con la dirección. Cogí mi bolsa con el material médico y fui a por el coche, saliendo rápidamente.

Cuando llegué, me quedé unos segundos en el coche, intentando tranquilizarme. Estaba nerviosa, era la primera misión que hacía con el equipo como miembro oficial del mismo. Y al parecer, estaba sola, aún no había llegado nadie. O había conducido muy deprisa, o yo era la que estaba más cerca. Salí del coche y abrí el maletero, cogiendo mi bolsa y mi pistola, asegurándome de que estaba cargada. Luego llamé a Sam.

-Sam: ¿Alex?

-Alex: He llegado al lugar donde está Kara, voy a entrar.

-Sam: No, espéranos, estamos cerca.

-Alex: No puedo esperar, Sam. Kara puede estar en peligro, o herida, o...

-Sam: Puede ser peligroso, Alex.

-Alex: Es mi hermana, Sam... No puedo dejarla sola.

-Sam: Está bien, pero ten cuidado, y mantén la línea abierta del comunicador para que podamos oírte.

-Alex: Sí... - dije conectando el comunicador y colgando el móvil - ¿Me oís?

-Sarah: No hace falta que grites tanto. Te oímos perfectamente.

-Alex: Lo siento, no me acostumbro a estas cosas.

-Sarah: Estaremos allí en diez minutos como mucho. Ten mucho cuidado, Alex.

-Alex: Sí... - dije sacando mi pistola y abriendo la puerta. - ¿Hola...? ¿Hay alguien...?

-Sarah: Alex, ¿qué haces? Se supone que no deben saber que estás ahí.

-Alex: Es verdad, perdón.

-Sarah: ¿Acaso crees que estás en una película de terror o algo así?

-Sam: No hables así a mi chica...

-Sarah: Tu chica la va a cagar.

-Alex: No la voy a cagar, ya me callo... - dije, caminando lentamente intentando no hacer ruido. El sitio parecía vacío – Creo que no hay nadie.

-Sam: No te confíes, Alex...

-Alex: Lo sé... Voy con mucho cuida... ¡¡AAAAHHH!! ¡¡Joder, joder, joder!!

-Sam: ¡¿Alex?! ¡¿Qué ha pasado?! ¡¿Estás bien?! ¡Alex!

-Alex: Sí, es sólo... Una rata. Una rata enorme... Me ha... asustado.

-Sarah: Espero que ese sitio esté de verdad vacío, o te vas a quedar sin novia, Sam. Tu chica, será una chica muerta.

-Alex: ¡Eso no era una rata, era un camión de diez toneladas!

-Sarah: Deja de gritar y sigue buscando a tu hermana. Y por lo que más quieras, no se te ocurra ponerte a llamarla a voces.

-Alex: No pensaba hacerlo.

Seguí caminando y mirando las habitaciones. Al final, encontré una puerta con unas escaleras que llevaban hacia una especie de sótano. Bajé muy despacio, con la pistola preparada.

-Alex: ¿Ka...? Mierda... - susurré – No preguntes Alex, no preguntes...

-Sarah: Jajajaja.

-Sam: Está nerviosa, no te rías. Alex, cielo, ya estamos llegando. Nos quedan un par de minutos.

-Alex: Vale... Terminé de bajar las escaleras y, al ir a girar, tropecé con algo – Que no sea otra rata, que no sea otra rata... - dije, mirando hacia abajo. - ¿Kara? – pregunté, al verla apoyada contra la escalera, mirando hacia el frente. La miré mejor y vi que tenía las manos y la ropa llenas de sangre – Kara, ¿estás herida? –cuando me fijé mejor, vi que mi padre estaba a su lado, sangrando por el pecho. Le tomé el pulso y comprobé que estaba muerto. Luego miré alrededor y vi que había al menos otras tres personas más en el suelo, todos muertos. Me moví para confirmarlo y volví junto a Kara, que parecía ausente – Kara, mírame... ¿Estás herida? Dime algo... - dije examinándola – Sam, Sarah, la he encontrado. Pedid una ambulancia. Creo que está en Shock. Mi padre también está aquí, está... Muerto. Y hay otros tres hombres más, también muertos. ¡Esto es una puta masacre, joder!

-Sarah: Llamando.

-Sam: Estamos entrando, Alex, ya estamos aquí.

-Alex: En el sótano.

En cuanto llegaron, pocos segundos después, volví a centrarme en Kara.

-Sarah: Joder... ¿Qué cojones ha pasado? ¿Están todos muertos?

-Alex: Sí, lo he comprobado... – dije.

-Sarah: Tenías razón, las ratas de este lugar son como elefantes – dijo mirando a los hombres del suelo - Parece que alguien salió por esa puerta, voy a ver.

-Sam: Me quedo con ellas.

-Alex: Kara, por favor... Eh...

-Kara: Alex... - dijo, mirándome – Papá...

-Alex: Lo sé...

-Sam: ¿Qué ha pasado, Kara?

-Kara: Él... Me salvó. Él.... – dijo, empezando a llorar.

-Alex: Tranquila... - dije abrazándola - ¿Algo de toda esta sangre es tuya?

-Kara: No... Es... Intenté tapar la herida. Intenté...

-Alex: Está bien... Hemos pedido una ambulancia. Quiero que vayas al hospital y se aseguren de que tú y el bebé estáis bien, ¿de acuerdo? Kara...

-Kara: ¿Y Lena...?

-Sam: Llegará enseguida, está de camino.

-Kara: Lo siento, yo... Vi la carpeta y... Sólo quería saber por qué...

-Alex: Tranquila, ya está...

LENA

16 de Marzo de 2020

Cuando llegué al prostíbulo, vi que Sam, Sarah y Alex ya estaban allí. Al menos sus motos y su coche, estaban. Vi a Sarah acercarse a mí.

-Sarah: Lena...

-Lena: ¿Kara está bien?

-Sarah: Sí, creo que sí. Al parecer sólo está en shock, pero...

-Lena: ¿Muertos?

-Sarah: Cuatro. Uno de los nuestros, el padre de Kara, el señor Matthews y otro hombre que no conocemos, posiblemente el guardaespaldas de alguien. Al parecer, había alguien más pero escaparon por detrás.

-Lena: Regístralo todo. ¿Dónde está Kara?

-Sarah: Abajo, en el sótano.

-Lena: ¿Has dicho que el señor Danvers está muerto?

-Sarah: Sí.

-Lena: ¿Habéis pedido ambulancias?

-Sarah: Están de camino.

-Lena: Bien – dije entrando en la casa y dirigiéndome al sótano. Al bajar vi que Sam estaba revisando los cuerpos y que Alex intentaba tranquilizar a Kara, que estaba llorando. - ¿Está bien? – pregunté.

-Kara: Lena... - dijo mirándome.

-Alex: Asustada, y en shock, pero no está herida. O eso parece. Pediré que la lleven al hospital para que la revisen.

-Lena: Bien. – dije mirando a mi alrededor.

-Kara: Lena, amor... Lo siento, yo... La carpeta se cayó y vi lo que había dentro y... Sólo quería que mi padre me... Me diera una explicación y...

-Lena: Sam, ayuda a Sarah a registrarlo todo.

-Sam: Hemos perdido a Damian Darkh.

-Lena: Era uno de los mejores hombres de mi padre. Avisadle.

-Kara: Lena, amor... - dijo alargando su mano para coger la mía. Me quedé mirándola, en silencio. – Dime algo...

-Lena: Me has mentido. Te has puesto en peligro. Has puesto en peligro al bebé....

-Kara: Sé que estás enfadada, pero...

-Lena: No estoy enfadada. Estoy Muy enfadada. Y decepcionada.

-Kara: Lena...

-Lena: ¿Estás herida?

-Alex: Te he dicho que no.

-Lena: Le he preguntado a ella.

-Kara: No... Sólo... Asustada y... Lena, puedo deciros quienes estaban aquí. Había un montón de gente poderosa que...

-Lena: Sabemos quienes vienen aquí, Kara, los teníamos vigilados y controlados. No debiste venir. No sola.

-Kara: Sólo quería...

-Lena: Hablar con tu padre. Pero si me lo hubieras dicho, te habría acompañado a su casa. ¿Y si te hubieran matado? ¿Has pensado en Lexie, en nuestro bebé?

-Kara: Lena... - dijo llorando cada vez más.

-Alex: Lena, sé que estás enfadada, pero Kara te necesita. Está muy nerviosa y eso no es bueno para ella ni para el bebé. Ha visto morir a nuestro padre.

Suspiré y me agaché junto a Kara, acariciando su mejilla.

-Lena: No llores – dije.

-Kara: No puedo evitarlo. Lo siento, amor, lo siento mucho... - dijo abrazándome. Al principio me costó reaccionar, pero acabé abrazándola.

-Lena: Lo que importa ahora es que tú y el bebé estéis bien... Ven, vamos arriba. Estarás más cómoda en uno de los sofás, y no aquí en el suelo.

-Kara: Mi padre...

-Lena: Tu hermana se quedará con él.

-Alex: Ve con Lena...

Ayudé a Kara a levantarse y subimos a la planta de arriba. Ayudé a Kara a sentarse en uno de los sofás y me senté a su lado, abrazándola hasta que llegaron las ambulancias.

-Kara: Amor...

-Lena: Sigo enfadada.

-Kara: Sé que no te gusta que mire tus cosas, pero te juro que fue sin querer. Yo... Fui a guardar el libro y...

-Lena: Pero luego cogiste la dirección y viniste aquí, sola.

-Kara: Necesitaba... Me lo ocultaste. No me dijiste... Que investigabais a mi padre y...

-Lena: No quería decirte nada hasta saber cómo de implicado estaba. Sarah dijo que ahora debías estar tranquila y sin disgustos. Estás temblando. Voy a ver si encuentro una manta. – dije levantándome.

-Kara: ¡No! Lena, por favor, no te vayas... Por favor. – dijo sujetando mi mano.

-Lena: No quiero que enfermes – dije alejándome. Cogí una manta que había en una silla y me acerqué de nuevo, poniéndosela a Kara por encima.

-Kara: Gracias... ¿Me das un beso?

-Lena: No. Estoy enfadada, no hay besos.

-Kara: ¿Puedes mirarme al menos?

-Sarah: Lena, las ambulancias están fuera.

-Lena: Bien. Vamos, tienes que ir al hospital.

-Kara: ¿No vienes conmigo...?

-Lena: No. Tengo trabajo que hacer. Tu hermana irá contigo.

-Kara: Pero...

-Lena: Damian Darkh, el nuevo jefe de campaña de tu padre, era uno de los nuestros. Mi padre lo dejó en la casa para seguir protegiendo a tu padre, a pesar de todo, sin que él lo supiera. Y ahora está muerto. Debo encargarme de esto.

-Kara: Lena... Amor... – Lloró de nuevo.

-Lena: Alex – dije cuando la vi aparecer. – Acompaña a tu hermana.

-Alex: ¿Y el coche?

-Lena: Mandaré a alguien a buscarlo, no te preocupes. Ve.

-Alex: ¿Tú no vas?

-Lena: No. Tengo cosas que hacer. – dije caminando de nuevo hacia el sótano.

Cuando había bajado cuatro escalones, me senté en la escalera, escondiendo la cara entre mis manos y empezando a balancearme.

SARAH

16 de Marzo de 2020

Había terminado de registrar el sótano con Sam y decidí subir a buscar a Lena. Entonces la vi sentada en las escaleras, a punto de tener una de sus crisis. Corrí hacia ella, agachándome y cogiendo sus manos con cuidado.

-Sarah: Lena... Eh, mírame... Lena...

-Lena: Estúpida... Es una estúpida...

-Sarah: Lena, mírame...

-Lena: No... Kara es una estúpida... Si le hubiera pasado algo... O al bebé...

-Sarah: Pero están bien.... Lena... Por favor, tranquilízate... ¡Sam, ven ayúdame!

-Lena: Debí buscar otro sitio para la carpeta, debí...

-Sarah: No ha sido culpa tuya, lagartija.

-Sam: ¿Qué pasa?

-Sarah: Ayúdame a llevarla fuera. Lena, levanta, vamos.

-Lena: ¡No! – gritó – Kara ha estado en peligro porque no escondí bien la carpeta... Ha sido culpa mía.

-Sam: No ha sido culpa tuya, cielo... Ven, vamos fuera, te vendrá bien tomar el aire. Venga...

Levanté a Lena con ayuda de Sam y salimos fuera. Una de las ambulancias ya se había ido, con Kara y Alex. Las demás lo harían en cuanto subieran los cuerpos del sótano. Llevamos a Lena hasta su coche y abrí la puerta de atrás para que se sentase. Luego volví a agacharme frente a ella, acariciando su mejilla.

-Sarah: Tranquila...

-Lena: Quiero ir con Kara...

-Sarah: En este estado no. Cálmate y te llevaré con ella.

-Lena: La he dejado sola... Pero es que...

-Sam: Cielo, estás enfadada. Y preocupada, no pasa nada. A veces no podemos pensar con claridad y es lo que te ha pasado a ti. Haz lo que te dice Sarah, cálmate y te llevará con Kara. ¿vale?

-Lena: Yo...

-Sarah: Escúchame Lena, y mírame – dije, haciendo que me mirase a los ojos. ¿Quieres ir con Kara? Bien, tienes dos opciones. O te calmas por tu cuenta y podremos irnos a verla en cuanto lo hagas, o pediré a uno de esos chicos de la ambulancia que te ponga un calmante, lo que hará que no puedas ir a ver a Kara hasta que despiertes dentro de unas horas. ¿Qué eliges...?

-Lena: Ahora... - dijo mirándome y llorando.

-Sarah: Bien, tranquila... Vamos, no llores.

-Sam: Llamaré para que vengan a por el coche de Alex y tu moto. Supongo que llevarás a Lena en el coche.

-Sarah: Sí.

-Sam: Me reuniré con vosotras cuando todo esto esté despejado. Aún quedan algunas pruebas por recoger.

-Sarah: Vale. Gracias.

-Sam: Cuida de ella – dijo alejándose.

Seguí abrazando a Lena durante al menos quince minutos, hasta que se calmó.

-Sarah: ¿Ya...? ¿Estás mejor? – Lena asintió - ¿Sí? Entonces voy a llevarte con Kara, ¿vale?

-Lena: Yo... Sarah... Sé que Kara está asustada... Pero lo que ha hecho me ha enfadado mucho y... No sé si debo seguir enfadada, o... abrazarla...

-Sarah: Tú también estás asustada. Y tienes derecho a estar enfadada. Pero sé cuánto quieres a Kara y que odias verla sufrir. Así que haz lo que quieras hacer o lo que sientas en ese momento, ¿vale?

-Lena: Sí...

-Sarah: Bien, vamos – dije cerrando la puerta y sentándome delante, arrancando.

KARA

16 de Marzo de 2020

El camino hasta el hospital se me hizo eterno. Aunque Alex intentaba calmarme, no podía dejar de pensar en Lena, en lo enfadada que estaba. En cómo eso podría afectarle. En lo estúpida que había sido yo al hacer una locura así. Lena tenía razón. Debí decírselo y dejar que me acompañara. Acaricié mi vientre y me eché a llorar mientras me llevaban hacia el interior del hospital.

Una vez allí me revisaron para confirmar que no tuviera ninguna herida y me dijeron que habían avisado a la doctora Prince y que aún tardaría un rato en llegar y que aprovechase para descansar. Me dieron algún tipo de calmante que, me aseguraron, no haría daño al bebé. Además, Alex había entrado conmigo y sabía que ella no permitiría que me dieran algo que le hiciera daño.

Lo último que recuerdo fue que me dejaron en una habitación y que Alex se sentó a mi lado, cogiendo mi mano y acariciando mi pelo.

Cuando volví a abrir los ojos, vi que Alex no estaba y en su lugar, estaba Lena, sentada en la silla, cogiendo mi mano.

-Kara: Amor... Estás aquí – dije sin poder contener las lágrimas.

-Lena: Hola – dijo sin mirarme.

-Kara: Amor... Mírame.

-Lena: No.

-Kara: ¿Estás enfadada?

-Lena: Sí.

-Kara: Pero estás aquí, cogiendo mi mano.

-Lena: Sé que estás asustada... Y que no querrás estar sola. Pero Sarah me dijo que tenía derecho a estar enfadada y estoy enfadada, no quiero mirarte.

-Kara: Está bien... ¿Pero no puedes mirarme sólo un segundo? Déjame ver esos ojos que tanto me gustan y que me ayudan a tranquilizarme.

-Lena: ¿Te ayudan?

-Kara: Mucho... Por favor, sólo una vez.

Lena dudó durante unos segundos y me dio una mirada rápida, apenas un segundo, como le pedí. Pude notar que había llorado porque tenía los ojos rojos.

-Lena: ¿Estás bien? - preguntó mirando al suelo de nuevo.

-Kara: Sí. ¿Has llorado?

-Lena: ¿El bebé está bien?

-Kara: Aún no lo sé. Dijeron que la doctora Prince vendría a comprobarlo, pero que tardaría un poco. Pero estoy segura de que está bien, amor. Mi padre evitó que nos hicieran daño.

Iba a decir algo más cuando la doctora Prince entró en la habitación.

-Diana: Hola Kara, me dijeron que estabas aquí, ¿ha pasado algo?

-Lena: Casi la matan.

-Diana: ¿Cómo?

-Kara: Me metí en un pequeño lío. Pero no me ha pasado nada, estoy bien.

-Diana: Bueno, eso tendré que decirlo yo. Voy a examinarte, ¿Vale?

Vi que Lena se apartó para dejar sitio a la doctora y que la miraba de vez en cuando, atenta a sus movimientos.

-Lena: ¿Está bien?

-Diana: Sí, está bien.

-Lena: ¿Y el bebé?

-Diana: Pues vamos a verlo. Pedí que trajeran un ecógrafo a la habitación, pero no lo veo... - dijo – Ah, ya lo veo, está detrás de ti, Lena – dijo acercándose. Lena se apartó y luego volvió a su sitio. La doctora echó el gel sobre mi vientre y empezó a mover el pequeño aparatito. Lena seguía alejada, y eso me estaba matando. Necesitaba que cogiera mi mano, saber que me apoyaba.

-Kara: Lena, amor... ¿puedes cogerme la mano? – La miré – Estoy asustada...

Lena se acercó y cogió mi mano, pero seguía mirando al suelo.

-Diana: Bueno, el bebé está perfectamente – dijo sonriendo.- Vaya...

-Kara: ¿Qué, qué pasa?

-Diana: Parece que podremos ver el sexo del bebé antes de lo que pensábamos. ¿os gustaría saberlo?

Miré a Lena, que seguía con la mirada baja.

-Kara: Lena, amor... ¿Quieres saber lo que será el bebé?

-Lena: No.

-Kara: ¿No? – pregunté, sorprendida. ¿Tan enfadada estaba?

-Lena: No. Eso... Eso estaba programado para la siguiente semana. El día veinticinco.

-Kara: Bueno amor, pero si podemos saberlo ahora, mejor, no tendremos que esperar tanto, ¿no crees? – pregunté, acariciando su mano.

-Lena: No. El veinticinco. Si lo dice ahora, puede equivocarse, puede...

-Diana: No creo que me equivoque, señora Luthor. Yo lo veo muy claro.

-Kara: Venga amor... Yo tengo muchas ganas de saber lo que será. ¿Tú no?

-Lena: Sí, pero...

-Kara: Por favor... - dije, haciendo un puchero aprovechando que Lena me había mirado. Sabía que Lena no podía decir que no cuando le hacía eso.

-Lena: Es el veinticinco...

-Kara: Por favor... No creo que a Diana le importe que volvamos el veinticinco para la revisión, ¿verdad?

-Diana: No, ya tienes la cita para ese día, así que... Además, me gustará verte.

-Lena: ¿Por qué le gustará verla? – preguntó de pronto, poniéndose aún más seria. ¿Eso eran celos?

-Diana: Bueno, para comprobar que todo sigue bien.

-Kara: Venga amor... ¿Dejamos que nos lo diga?

-Lena: Está bien... - dijo.

-Diana: Perfecto. Mirad ahí, ¿veis eso?

-Kara: ¿Eso es un...?

-Lena: ¿Es un dedo?

-Diana: No, no es un dedo. Es su... Va a ser un niño.

-Lena: Es su pene. Si va a ser un niño, es su pene.

-Diana: Sí, eso es...

-Kara: Vaya, Lexie tendrá un hermanito. ¿No estás contenta, amor?

-Lena: Yo quería una niña... - dijo, con un tono algo triste.

-Kara: Amor...

-Lena: Pero voy a quererlo igual – dijo – Y cuidará de Lexie cuando sea mayor.

-Kara: Claro que sí...

La Doctora Prince me limpió y dejó el ecógrafo donde estaba.

-Diana: Bueno, os dejo solas. Y os veo la próxima semana.

-Lena: El veinticinco.

-Diana: Eso es... - dijo saliendo.

-Kara: Amor... - Dije acariciando su mejilla- ¿Qué pasa?

-Lena: Sé que... No puedes elegir si es niño o niña, y... Yo voy a querer mucho al bebé. Pero... Me gustan más las niñas. Los niños son... más malos.

-Kara: ¿Más malos? Bueno, eso depende de cómo se les eduque. Y teniéndote a ti como madre, no puede tener ni un gramo de maldad.

-Lena: ¿Será bueno?

-Kara: Claro...

Lena se agachó sobre mi vientre, besándolo.

-Lena: Ahora hay que buscarte un nombre... - dijo – Uno bonito.

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