36- SORPRESAS AGRADABLES
Vale, lo sé, sé que siempre digo que intentaré actualizar antes y a l final... Al final, en vez de amenazaros yo con no subir nuevo capítulo hasta tener cierta cantidad de comentarios, vais a tener que ser vosotr@s quienes me amenaceis a mí como tarde en subir capítulo nuevo jajajaja.
Bueno, al menos espero que la espera haya merecido la pena y os guste. Y ya sabeis. COmentarios, teorías.. y esas cositas
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
"Lexie... ¿A qué sabe la leche de mamá?"
KARA
10 de Enero de 2020
Terminé de ducharme mientras Lena acostaba a Lexie. Salí con el albornoz y fui a la habitación. Lena estaba allí, sentada en la cama.
-Kara: ¿Qué haces?
-Lena: Te espero. ¿Necesitas ayuda?
-Kara: Lo que necesito es otra cosa – dije acercándome y besándola.
-Lena: ¿Y esto?
-Kara: Porque estoy muy contenta hoy, amor...
-Lena: ¿Por Lexie?
-Kara: Sí.
-Lena: Yo también.
-Kara: ¿A qué hora has quedado en que venga la gente?
-Lena: A las ocho y media.
-Kara: Bien, aún tenemos tiempo de sobra para nosotras... - Dije, metiendo la mano bajo su camisa.
-Lena: Kara... - Jadeó – Tengo que bañar a Krypto.
-Kara: Puedes hacerlo después de comer. Además, le prometí a Lexie que ella y yo miraríamos cómo le bañabas. ¿Quieres que no cumpla mi promesa?
-Lena: No... A Lexie le gusta ver cómo bañamos a Krypto.
-Kara: Sí, le gusta... - dije besando su cuello.
Noté cómo Lena rodeaba mi cintura con sus manos y sonreí. Me gustaba ver que cada vez le costaba menos reaccionar a mis insinuaciones. Me alejé un momento para cerrar la puerta del cuarto por dentro.
Me quité el albornoz y me senté sobre sus piernas, mirándola a los ojos. Lena volvió a rodearme con sus manos.
-Lena: Lexie está durmiendo.
-Kara: Sí.
-Lena: Y aún falta una hora para comer.
-Kara: Eso es – dije, mientras acariciaba su pecho con un dedo. Enseguida noté su erección y sonreí.
-Lena: No quiero esperar más...
-Kara: No lo harás... - dije, quitándole la camisa y empujándola sobre la cama. Me puse sobre ella y empecé a besarla mientras intentaba quitarle el pantalón. Lena se arqueó un poco para ponérmelo más fácil. Luego le quité la ropa interior y me senté sobre ella, mirándola.
Lena acarició mi vientre y sonrió. Con cuidado, pero con un movimiento rápido, cambió nuestras posiciones. Ahora, yo estaba tumbada sobre la cama y Lena estaba sobre mí, mordisqueando mi cuello.
-Lena: Dime si te hago daño... - dijo, mientras apretaba mis pechos entre sus manos.
Jadeé, mirándola de nuevo. Me gustaba ver el deseo en sus ojos. Me gustaba verla disfrutar, a pesar de que aún se ponía algo nerviosa cada vez que teníamos algo de intimidad. Y me gustaba ver cómo se esforzaba por complacerme a cada segundo.
-Kara: Tú nunca me harías daño... - dije.
-Lena: No.
-Kara: Hazlo ya, amor...
Lena asintió y me penetró, empezando a moverse. Se inclinó un poco más sobre mí, con cuidado de no cargar su peso sobre mi vientre y empezó a susurrarme cosas al oído. Tenerla así hizo que se me pusiera la piel de gallina. Nunca pensé que tener a Lena susurrándome, me pondría a cien. Pero lo hizo. Puse mis manos en su cadera para profundizar la penetración y ella empezó a moverse cada vez más rápido.
LENA
10 de Enero de 2020
Miré a Kara mientras me movía cada vez más rápido sobre ella, penetrándola con fuerza.
-Lena: ¿Estás bien? – pregunté.
-Kara: Sí, amor... ¿Se puede saber qué te pasa hoy? ¿A qué viene todo esto?
-Lena: Quería probar algo nuevo. Pero ahora calla. Sarah me ha dicho que es mejor si no hablamos ahora.
-Kara: Claro...
Seguí embistiendo mientras recordaba la conversación que tuve con Sarah y Nia un par de días antes.
****FLASHBACK****
8 de Enero de 2020
Habíamos quedado para merendar con Sarah y Nia. Llamaron a la puerta y poco después entraron en el salón.
-Nia: No sé si podré acostumbrarme a que tengáis alguien que nos abra la puerta... Es raro.
-Lena: Kara dice lo mismo.
-Nia: Sí, a Kara nunca le han gustado esas cosas. Por cierto, ¿dónde está?
-Lena: Está acostada. Le dolía la cabeza. Pero quiero dejarla dormir un poco más, si no os importa.
-Nia: No hay problema.
-Sarah: Felicity me ha dicho que te entregase esto... - dijo tendiéndome una carpeta.
-Lena: Luego lo miraré – dije, dejándola sobre la mesa.
-Sarah: ¿Qué es?
-Lena: Algo que le pedí hace tiempo. – dije mientras se sentaban.
-Sarah: ¿Y Lexie?
-Lena: Con Kara.
-Sarah: Mejor, así podremos hablar sin problemas. Dime, ¿has probado algo nuevo con Kara en la cama?
-Nia: ¡Sarah!
-Sarah: ¿Qué? Lena tiene que aprender cosas nuevas y a improvisar si quiere tener contenta a Kara. No me gustaría que su matrimonio se rompiera porque se aburren con el sexo.
-Nia: Sarah....
-Lena: No, no sé qué hacer.
-Sarah: ¿Y si pruebas a decirle cosas guarras al oído? A mí me encanta cuando Nia hace eso.
-Nia: ¡Sarah, por favor!
-Lena: ¿Cosas guarras? ¿Cómo... Que Lexie se ha hecho caca en el pañal?
-Sarah: He dicho guarras, no asquerosas. Y no, algo como... No sé, que... Te gustaría probar que su leche está en condiciones para alimentar a vuestro bebé cuando nazca.
-Lena: ¿Su leche?
-Sarah: Sí, la de sus pechos. Ya me entiendes...
-Nia: Sarah, por favor. Kara no es así, no le gustan esas cosas.
-Sarah: ¿Y tú cómo lo sabes? ¿Acaso te has acostado con ella alguna vez para saber lo que le gusta y lo que no?
Miré a Nia, esperando su respuesta.
-Nia: ¡¿Qué?! ¡No, claro que no! Pero conozco a Kara desde hace mucho tiempo y sé que ella prefiere que le digan cosas bonitas.
-Lena: Cosas bonitas...
-Nia: Sí. Dile lo que te gusta de ella, por ejemplo.
-Lena: Me gusta cuando me clava las uñas en la espalda. Duele un rato, pero sé que es porque a Kara le gusta mucho lo que hacemos. Ella siempre dice que me clava las uñas porque está tan excitada que siente que si no se agarra a mí, puede salir volando de placer. Aunque no iría muy lejos. Siempre cerramos la puerta y la ventana. Como mucho, se golpearía con el techo y no quiero que se golpee, por eso dejo que me clave las uñas.
-Nia: Demasiada información...
Estuvimos hablando un rato más y merendando, hasta que se fueron.
****FIN FLASHBACK****
Volví a acercarme al oído de Kara.
-Lena: Me gustan mucho tus ojos... Son como el cielo – susurré, mientras acariciaba su cuello. La noté tensarse – Y me gusta cuando me dices amor... - Kara jadeó – Y cuando haces ese ruido...
-Kara: Lena...
-Lena: Y cuando dices mi nombre así... - dije besándola.
-Kara: Lena... - repitió.
Hasta ese momento, decidí hacer lo que me aconsejó Nia. Pero los consejos de Sarah solían ser buenos, así que decidí cambiar un poco.
-Lena: Lexie se ha hecho caca... - susurré en su oído.
-Kara: ¿Qué...? ¿Cómo lo sabes? No la oigo llorar.
-Lena: Espera no, no era eso... - dije, deteniéndome y mirándola. Volví a acercarme a su oído – Quiero leche...
-Kara: ¿Tienes hambre, amor? ¿Es que no tienes suficiente conmigo? Primero termina lo que has empezado y luego vamos a comer... Pero no me dejes así, estoy a punto...
-Lena: Tampoco era eso... - dije, mientras volvía a embestir y me derramaba en su interior poco después. Me tumbé a su lado, en silencio, mirando al techo.
-Kara: ¿Amor? ¿Qué pasa?
-Lena: Lo he estropeado.
-Kara: ¿Qué has estropeado?
-Lena: Todo... Quería hacer algo nuevo. Sarah me dijo que susurrarte cosas guarras al oído sería una buena opción. Y Nia dijo que preferías las cosas bonitas. Lo de Nia funcionó, pero lo otro no...
-Kara: Espera... ¿Entonces, lo de Lexie, y la leche... Era un intento de decirme guarradas?
-Lena: Sí, algo así.
-Kara: Amor... - dijo besándome - ¿Qué te pidió Sarah que me dijeras... Exactamente?
-Lena: Exactamente... - dije pensando.- Algo como que... Me gustaría probar que tu leche está en condiciones para alimentar a nuestro bebé cuando nazca.
-Kara: ¿Mi...? ¿Se refiere a la leche de mis pechos?
-Lena: Sí, supongo...
-Kara: Bueno, pues hazlo. Pero con cuidado.
-Lena: ¿Quieres que lo haga?
-Kara: ¿Tú quieres hacerlo?
-Lena: No sé... ¿Y si no me gusta?
-Kara: Bueno, lo sabremos en otro momento. Por hoy ya han sido suficientes cosas nuevas. Vamos a ducharnos y a comer. Luego hay que bañar a Krypto.
-Lena: Sí... - dije levantándome y ayudándola. Fuimos hasta la ducha y ayudé a Kara a lavarse por detrás. Ella hizo lo mismo después, besando mi cuello. –Kara...
-Kara: Lo sé. Sólo quería besarte, amor... - dijo girándome y besándome en los labios – Nunca me canso de hacerlo.
Salimos de la ducha y yo terminé primero de vestirme. Fui a buscar a Lexie mientras Kara terminaba y la llevé al salón, sentándome y poniéndola sobre mis rodillas. Lexie empezó a jugar con mi nariz, tocándola con su dedito.
-Lena: Lexie... ¿A qué sabe la leche de mamá?
-Lexie: ¡Ma!
-Lena: ¿A mamá? Bueno, el sabor de tu mamá si me gusta...
-Lexie: ¡Tooo!
-Lena: ¿A patito? Eso no lo he probado. ¿Tú lo has probado en tus papillas? ¿Cómo sabe, es como el pollo?
-Lexie: ¡Tooo! – gritó de nuevo, señalando el patito que había sobre la mesa.
-Lena: Ah, quieres el patito... Toma – dije dándoselo.
-Kara: Me encanta veros así... - dijo entrando en el salón.
-Lexie: ¡Ma!
-Lena: Creo que quiere ir contigo...
-Kara: Dámela... - dijo sentándose a mi lado.
-Lena: Voy a ver si ya está la comida.
Salí del cuarto y fui a la cocina, donde vi que la comida ya estaba lista.
Después de la comida, volvimos al baño para bañar a Krypto. Le metí en la bañera mientras Kara se sentaba con Lexie sobre sus piernas. Empecé a ducharle y Lexie se rió, mirándole. Lexie se giró hacia Kara.
-Lexie: ¿To? – preguntó señalándole.
-Kara: No, Krypto no tiene patitos.
Seguía bañándole cuando algo me golpeó en la cabeza. Me giré y vi el patito de Lexie en el suelo y a Kara riéndose.
-Lena: Mi sol... ¿Me has tirado el patito?
-Kara: Lo siento, mi vida, creo que quería dárselo a Krypto para que jugara.
-Lena: Pero lo romperá...
-Lexie: ¡To!
-Lena: No, mi sol. Este es tuyo. Mañana iremos y compraremos uno para él, ¿si? – dije, tocándole la nariz a Lexie, que empezó a reírse - ¿Eso es un sí?
-Kara: Sí, creo que sí...
En ese momento, Krypto aprovechó que no mirábamos y empezó a sacudirse, llenándonos de agua.
-Lena: ¡Krypto! ¡Perro malo! ¡Eso no se hace! ¡Y tú no te rías!- dije, mirando a Lexie, que había soltado una enorme carcajada.
-Kara: No la regañes, amor. Tendrías que verte la cara.
-Lena: ¿Tú también te ríes?
-Kara: Estás monísima llena de agua y babas de perro.
-Lena: ¿Babas de perro? Tendré que ducharme de nuevo.
-Kara: Lo de las babas era broma...
-Lena: ¿No tengo babas?
-Kara: No. Sólo agua – dijo besándome y levantándose – Voy a ver si Lexie quiere dormirse un rato.
-Lena: Vale... Yo terminaré de bañar a Krypto. Si me deja...
Después de bañar a Krypto, nos vestimos. Kara tenía cita en la consulta con Diana. Habíamos tenido que cambiarla a la tarde para poder ir con Lexie por la mañana al médico.
Cuando llegamos, no había nadie en la sala de espera, así que pasamos directamente.
-Diana: Kara... ¿Cómo estás?
-Kara: Bien, algo cansada. – dijo mientras nos sentábamos y yo dejaba el carrito de Lexie a mi lado.
-Diana: Eso es normal. ¿Lena te ayuda?
-Kara: Muchísimo – dijo cogiendo mi mano – Casi no me deja hacer nada. Si fuese por ella, no me dejaría ni respirar.
-Lena: Eso no es verdad. Si no te dejase respirar te morirías, y yo no quiero eso.
-Kara: Lo sé amor, lo sé... - dijo besándome – Sólo estaba exagerando.
-Lena: Oh, una forma de hablar...
-Kara: Eso.
-Diana: Bien, entonces voy a revisar que todo esté bien, Túmbate Kara.
Tras la revisión, en la que Diana nos confirmó que todo estaba bien, volvimos a casa y pasamos el resto de la tarde jugando con Lexie y Krypto.
KARA
10 de Enero de 2020
Eran las ocho y media y el timbre sonó. Poco después aparecieron Alex, Sam, Nia y Sarah.
-Sarah: Hemos traído vino – dijo
-Lena: Kara no puede beber vino.
-Alex: Lo sabemos. Para ella hemos traído zumo de naranja y tiene toda el agua que quiera en el grifo.
-Kara: Muy graciosa, Alex. Ya tendré la oportunidad de vengarme algún día.
-Alex: Aún falta para eso... - dijo abrazándome - ¿Cómo está mi sobrina?
-Nia: O sobrino...
-Alex: Es Danvers, será una niña, seguro. Parece que los Danvers no saben hacer otra cosa.
-Sam: Te recuerdo que tu padre también es Danvers...
-Alex: Será una niña, estoy segura. Y no me nombres a mi padre.
-Sam: Vale... ¿Se puede saber a qué se debe esta cena?
-Kara: Esperemos a que lleguen mis madres y lo sabréis.
-Nia: ¿Dónde dejamos los regalos?
-Kara: ¿Regalos?
-Nia: Lena dijo que había que traer regalos para Lexie.
-Kara: Lena, amor...
-Lena: Es una fiesta para Lexie. Y en las fiestas hay regalos.
-Kara: Está bien... - dije sonriéndola.
-Alex: Mierda, olvidamos el nuestro en casa.
En ese momento volvieron a llamar, y mis madres aparecieron, cogidas de la mano.
-Eliza: Hola cielo... - dijo abrazándome.
-Alex: Genial, ya están aquí, ¿vais a decirnos a qué se debe esta fiesta?
-Kara: ¿Te importa que termine de saludar a mis madres? Gracias... - dije, mientras abrazaba a Cat.
-Susan: La cena está lista, ya pueden sentarse.
-Kara: Gracias Susan.
-Alex: Sigo sin creer que aceptaras tener servicio en la casa. – susurró mientras caminábamos hacia la mesa.
-Kara: Lena pensó que era lo mejor mientras estoy embarazada, no quería disgustarla.
-Alex: Te tiene totalmente controlada, no sabes decirle que no a nada.
-Kara: Eso no es cierto.
-Lena: Kara... ¿Puede Lexie sentarse conmigo?
-Kara: Claro amor...
-Lena: ¿Y Krypto puede estar también en la cena? Le pondré un plato con su comida cerca.
-Kara: Sí.
-Alex: ¿Qué decías?
Lena puso un plato de comida para Krypto en el suelo y fue a buscar a Lexie, que jugaba en su parque. Se sentó, poniendo a Lexie sobre ella mientras las demás nos sentábamos también.
-Eliza: Kara, cielo, antes de que a tu hermana le dé un ataque... ¿A qué se debe esta cena?
-Kara: Pues...
-Lena: ¿Puedo decirlo yo? – preguntó, emocionada.
-Kara: Claro amor... - dije cogiendo su mano.
-Lena: Lexie está curada, ya no necesita su máquina para dormir.
-Cat: ¡Eso es una gran noticia!
-Kara: Sí, sí que lo es. Estábamos pensando donar la máquina a tu hospital, Alex, por si algún otro niño la necesita.
-Alex: Eso estaría bien. Hay muchas familias que no pueden permitirse comprarlas. Nosotros se la daremos a alguien que realmente la necesite.
-Kara: Lo sé.
-Sarah: Esto se merece un brindis... - dijo, llenando las copas de vino. Las de todas, menos la mía, la cual Lena se encargó de llenar rápidamente con agua.
-Lena: Tú no puedes... -Me recordó.
-Kara: Lo sé...
Después de brindar, empezamos a cenar. Todo el mundo empezó a hablar con todo el mundo y las conversaciones eran un auténtico caos. Entonces Lena miró a Eliza.
-Lena: Señora Danvers, ¿Puedo preguntarle algo?
-Eliza: Claro cielo, dime.
-Lena: ¿El señor Danvers también probó su leche para asegurarse de que estaba bien cuando estaba embarazada?
En ese momento, Alex, Nia, Cat y Sarah, que estaban bebiendo, escupieron su vino en sus copas. Algo que a Lexie le pareció muy gracioso por la carcajada que soltó.
-Eliza: ¿Perdón?
-Lena: Sarah me dijo que le dijese a Kara que quería probar su leche para asegurarnos de que estaba bien para cuando naciera el bebé.
-Sarah: Eso no fue exactamente lo que te dije.
-Lena: Bueno, me dijiste que le dijera cosas guarras a Kara, como que Lexie se había hecho caca.
-Sarah: ¡No! ¡Te dije que no le dijeras eso! Y que podrías insinuarle que querías probar su leche.
-Nia: Sarah, cielo, creo que esta no es una buena conversación para la cena.
-Lena: Pero tú dijiste...
-Sarah: Sí, que le dijeras cosas guarras al oído a Kara, no asquerosas, como lo de la caca. No me entendiste bien, Lena.
-Lena: Por eso a Kara no le gustó.
-Sarah: ¿Cómo va a gustarle que le digas que Lexie se ha hecho caca mientras estáis haciendo el amor?
-Kara: Bueno, Lena no tenía mala intención cuando lo dijo – dije, cogiendo la mano de Lena y sonriéndola, al notar que se estaba poniendo nerviosa – Pero todo lo que me dijo antes de eso, me encantó.
Lena volvió a mirar a Eliza.
-Lena: Yo sólo quería saber si el señor Danvers la había probado para que me dijera a qué sabía. Es que si sabe a piña no me va a gustar. Lexie me dijo que sabía a mamá y a patito. O eso creo.
-Kara: Amor, dudo que Lexie entendiera lo que le estabas preguntando – dije besándola.
-Eliza: No, Lena, nunca la probó – dijo sonriéndola – Tranquila, no pasa nada. Es normal que preguntes cosas. Aunque a veces sean cosas algo raras.
-Lena: ¿Le ha molestado?
-Eliza: No. Lo que me molesta es que me sigas llamando señora Danvers, Lena. Por favor, llámame Eliza. Me haces sentir como si tuviera ciento cincuenta años.
-Lena: Si tuviera esa edad ya estaría muerta.
-Kara: Lena, es una forma de hablar, cariño – dije en su oído.
-Lena: Ah, perdón, Eliza.
-Eliza: No pasa nada.
-Kara: Bueno, ¿y cómo os va viviendo juntas, todo bien?
-Eliza: De maravilla. Tu madre es un encanto, Kara. Has salido totalmente a ella.
-Cat: Bueno, tú has tenido más que ver en eso que yo. Eliza es la mujer más cariñosa que he conocido nunca – dijo mirándome.
-Kara: Bueno, en eso os parecéis mucho las dos, sí...
-Nia: Entonces estaba claro. Con dos madres encantadoras, Kara también tenía que serlo, sí o sí.
-Alex: A pesar de tener un padre gilipollas.
-Eliza: Alex...
-Alex: ¡¿Qué?! Lo es, ¿no? Hay que ser idiota para buscarse a otra mujer teniéndote a ti. Y más idiota aún cuando la otra mujer también es encantadora y te va a dar una hija.
-Cat: Tu hija tiene razón, cariño. Jeremiah es un gilipollas – dijo bebiendo de su copa de vino.
-Eliza: ¡Cat!
-Cat: ¿No me digas que aún le quieres?
-Eliza: No, no es eso.
-Cat: ¿Entonces?
-Eliza: ¿Sabes qué? Teneis razón, es un gilipollas.
-Kara: Brindemos por eso. Ya es oficial, ¡Jeremiah Danvers, es un gilipollas! – dije, levantando mi vaso de agua mientras las demás hacían lo mismo con sus copas.
-Todas: ¡Jeremiah es gilipollas!
-Lena: ¿Y por qué intenta acercarse de nuevo a ti?
-Kara: No, amor, él intenta comprar mi cariño haciendo cosas por Lexie.
-Cat: ¿comprar tu cariño?
-Kara: Envió una cuna para Lexie. Iba a devolvérsela, pero Lena quiso quedársela y no pude decirle que no. Y también fue él quien pidió la cita para hoy para Lexie. Que haya hecho un par de cosas bien por mi hija no es suficiente para que vuelva a confiar en él
-Sam: Haces bien en no fiarte.
-Alex: Bueno, hablemos de algo más alegre... - dijo.
-Kara: Por ejemplo...
-Sam: Alex me ha pedido que me vaya a vivir con ella.
-Kara: ¿En serio? Vaya, Sam, has conseguido algo que ya dábamos por imposible.
-Sam: ¿A qué te refieres?
-Eliza: Hace año y medio le pregunté a Alex cuando pensaba sentar la cabeza y buscar una chica con la que casarse.
-Alex: Mamá...
-Kara: Y Alex respondió que tendría que pensárselo mucho antes de volver a vivir con alguien, porque estaba muy bien sola sin tener que dar explicaciones de nada a nadie. Ni de cuando entraba, cuando salía, lo que hacía o dejaba de hacer...
-Alex: ¡Kara! – Sam la miró – Eso fue antes de conocerte. De verdad quiero que vengas a vivir conmigo. Si ya prácticamente lo hacemos. Pasas más tiempo en mi casa que en ninguna otra parte.
-Sam: Eso es cierto.
-Alex: Y no nos va tan mal. Me he acostumbrado a tenerte ahí. Además, ese apartamento es demasiado grande para mí sola.
-Kara: La tienes loquita, Sam... ¿Y tú Nia, no vas a hacer lo mismo con Sarah?
-Nia: ¿Yo? No hace falta. Sarah ya se vino a vivir conmigo por decisión propia. Hasta me ha cambiado los muebles del salón de sitio.
-Sarah: Bueno, tener el sofá frente a la ventana, no es buena idea. Serías un blanco muy fácil si alguien quisiera dispararte. En cambio, con el sofá de espaldas a la ventana, es más difícil que te vean.
-Nia: ¿Y quién iba a querer dispararme a mí? Sólo soy una estudiante de psicología.
-Sarah: A ti, puede que nadie. A mí... mucha gente. Y paso muchas horas contigo en ese sofá... -Dijo, besando el cuello de Nia.
-Nia: Sarah... Ahora no, cielo.
-Kara: Vale... Nia, cuando vaya a tu casa, por favor, recuérdame que no me siente en el sofá.
-Nia: Entonces tampoco podrás sentarte en los sillones.
-Sarah: Puedes sentarte en la alfombra. Espera, no... En el suelo. Espera, tampoco... Lo siento Kara, creo que tendrías que sentarte en la lámpara del techo si no quieres plantar tu bonito trasero en ninguno de los sitios donde Nia y yo nos hayamos divertido.
-Kara: No me das envidia, Sarah.
-Sarah: ¿Dónde lo habéis hecho Lena y tú, aparte de la cama?
-Lena: En la ducha.
-Sarah: Ah, mira, vas a prendiendo, lagartija. Te recomiendo que le deis uso a esa enorme piscina que tenéis. Seguro que os gusta.
-Eliza: Por favor chicas, estamos cenando.
-Alex: ¿Dónde lo habéis hecho Cat y tú, mamá? Porque lo habréis hecho, ¿no?
-Eliza: Pues...
-Cat: Lo cierto es... Que si Kara tendría que sentarse en la lámpara de Sarah y Nia para no sentarse en ningún sitio donde se hayan acostado, Kara no podría volver a poner un pie en esa casa. Lo siento, cielo, es que tu madre es muy fogosa. La última vez recuerdo que casi lo hacemos en la escalera porque no me dio tiempo ni a entrar a casa antes de que me estampase contra la pared y me empezara a besar y meter mano.
-Alex: ¡Joder, mamá! Nunca te vi hacer algo así con papá.
-Kara: Demasiada información. Lena, tápale los oídos a Lexie. No debería escuchar estas cosas.
-Lena: Sí... - dijo poniendo sus manos sobre las orejas de Lexie – Lo siento, mi sol. Están diciendo cosas que no puedes oír.
En ese momento, mi madre se empezó a reír con fuerza.
-Cat: Por dios Kara, si te vieras la cara ahora mismo, cielo...
-Kara: ¿Qué?
-Eliza: Tu madre sólo está bromeando. El único sitio donde hacemos ese tipo de cosas es nuestro cuarto.
-Cat: Sí, y muchas veces casi se lo tengo que suplicar... Puedes estar tranquila, puedes ir a vernos a casa cuando quieras.
-Kara: Sois lo peor...
-Cat: ¿En serio crees que podríamos hacer algo así?
-Kara: Pues...
-Sarah: ¿Y qué si lo hacen? Kara, son humanas.
-Kara: Son mis madres.
-Sarah: Bueno, eso pensará Lexie de ti y de Lena dentro de unos años y seguro que tú no lo verás tan grave.
-Kara: Yo no le diré a Lexie lo que su madre y yo hacemos en la cama o fuera de ella.
-Alex: Claro que no. Para eso tendrá a su tía Alex...
-Kara: Ni se te ocurra. O te juro que te mato.
-Eliza: Bueno, ya está bien... Kara, ¿qué tal la revisión con tu doctora?
-Kara: ¿Con Diana? Bien, todo bien. Tengo cita para dentro de un mes.
-Eliza: Bien, me alegro. Ya tengo ganas de saber si tendré otra nieta o un nieto.
-Kara: Aún es pronto para eso, mamá...
-Lena: Yo también tengo muchas ganas de saberlo...
LENA
La cena siguió durante un buen rato. Era cerca de la media noche, cuando noté que Kara estaba cansada.
-Lena: Deberíais iros ya.
-Kara: Lena, amor...
-Alex: ¿Nos estás echando?
-Lena: Kara está cansada y Lexie se ha dormido – dije, señalando a Lexie que dormía entre mis brazos – Tienen que descansar.
-Eliza: Lena tiene razón. Ha sido un día muy largo para ellas. Deberíamos irnos.
-Alex: Bueno, pero Sam y yo pensamos continuar con la fiesta en casa, ¿¿verdad, mi vida?
-Sam: Creo que has bebido demasiado vino. No sé si llegaras a casa, o tendremos que dormir en el jardín de Kara y Lena.
-Alex: No voy tan mal... - dijo, mientras intentaba ponerse la chaqueta.- ¿Qué le pasa a esta chaqueta? Ha encogido.
-Lena: Es la de Lexie, a ti no te cabe.
-Alex: ¿De Lexie? – dijo mirándola, confusa.
-Sam: Deja de intentar meter el brazo por ahí, no te va a caber ni un dedo y la vas a romper.
-Alex: Bueno, pues si la rompo, su tía Alex ya le regalará una chaquetita de cuero y no esta... cursilada.
-Nia: A Kara esa cursilada le costó mucho esfuerzo, Alex. No creo que quiera que la rompas.
-Alex: Vale... - dijo colgándola de nuevo.
-Sam: Esta es tu chaqueta. Hasta mañana.
-Kara: Hasta mañana – dijo bostezando.
Cuando todas se fueron, Kara se levantó y cogió uno de los vasos.
-Lena: No, deja eso. Ve a acostar a Lexie y espérame en la cama. Yo lo recojo.
-Kara: Sólo iba a echarme un poco más de agua – dijo – Ven conmigo, mañana lo recogerá Mary.
-Lena: No, lo haré yo ahora. No me gusta que se queden las cosas sin recoger. Y menos si es comida. Puede atraer a bichos.
-Kara: Está bien, dame a Lexie – dijo cogiéndola y besándome – No tardes.
-Lena: No.
Terminé de recoger y fui a ver a Lexie, que dormía tranquilamente. Después fui al cuarto, y vi a Kara en la cama, y dormida. Me metí con cuidado y se me pegó a mí, abrazándome y poniendo su cabeza en mi pecho.
-Kara: Has tardado... - dijo dormida.
-Lena: Lo siento... - dije acariciando su pelo – Duerme, mi cielo.
-Kara: Sí... Buenas noches, amor...
-Lena: Buenas noches- dije. Poco después, yo también me quedé dormida.
SAM
10 de Enero de 2020
Después de la cena en casa de Lena y Kara, Alex y yo nos fuimos a su casa. Alex fue todo el camino cantando, con la radio a tope, mientras yo conducía.
Cuando llegamos, Alex abrió la puerta y, al entrar, la cerró, estampándome contra ella y besándome.
-Alex: Vamos a la cama...
-Sam: Estás muy borracha.
-Alex: No tanto...
-Sam: ¿No?
-Alex: No.
-Sam: Has estado cantando en el coche una canción para niños durante quince minutos seguidos.
-Alex: Es que es una canción muy pegadiza...
-Sam: ¿Baby Shark?
-Alex: Sí... - dijo besándome de nuevo mientras me quitaba la chaqueta y la tiraba al suelo.- Vamos a la cama...
-Sam: Pero si ni siquiera era la canción que estaba sonando....
-Alex: ¿Quieres dejar de hablar de una vez? – dijo, empujándome contra la cama y poniéndose sobre mí.
-Sam: ¿Sabes que aún seguimos vestidas, verdad?
-Alex: ¿Y a qué esperas para desnudarte? – preguntó, levantándose y ayudándome a levantarme.
Alex empezó a desnudarse rápidamente, y yo hice lo mismo.
-Sam: Ya estoy. Alex... Alex... - dije, al ver que estaba de espaldas a mí. Me acerqué a ver qué hacía y no pude evitar reírme - ¿Qué haces?
-Alex: Te abrazo y te beso.
-Sam: ¿A mí? Alex, es el oso de peluche gigante que compraste para regalarle a Lexie y que nos hemos olvidado aquí, por cierto.
-Alex: Ya decía yo que tenías demasiado pelo. Tú, que siempre vas tan depilada.
-Sam: Venga, vamos a la cama...
-Alex: Sí...
Cogí la mano de Alex y la llevé hasta la cama, empujándola sobre ella y poniéndome encima.
-Sam: Ahora mando yo. Tú eres capaz de meterme los dedos en el ojo, cielo...
-Alex: Vale...
Empecé a besarla por el cuello, pues sabía que eso la volvía loca. Después, acaricié el interior de sus muslos y con cuidado introduje un par de dedos.
-Sam: ¿Así, cielo...? – pregunté, pero sólo escuché un ruido extraño - ¿Alex? – pregunté mirándola – No me lo puedo creer... - dije, al ver que se había quedado dormida. Saqué los dedos de su interior y fui a darme una ducha fría.
CAT
10 de Enero de 2020
Llegamos a casa y dejamos los bolsos sobre el sofá.
-Eliza: Me gusta quedar con las chicas...
-Cat: Sí. Mientras te duchas, iré preparando la cama.
-Eliza: ¿No vienes? Vaya, pensaba que íbamos a hacer que Kara no pudiera volver a poner un pie en esta casa.
-Cat: Eso sólo fue una broma... - dije riéndome – Pero la verdad es que no tendrías problemas en que eso pasara... - dije acercándome a ella, rodeando su cintura con mis manos y acercándola a mí para besarla.
-Eliza: ¿Viste la cara que pusieron todas?
-Cat: Sí... Se piensan que por ser mayores que ellas ya no podemos hacer esas cosas. Y se equivocan...
-Eliza: ¿Entonces vienes a la ducha?
-Cat: Antes de eso... - dije cogiendo sus manos y mirándola a los ojos – Gracias...
-Eliza: ¿Qué? ¿Por qué?
-Cat: Por todo. Pero sobre todo, por cuidar de Kara. Cuando Jeremiah se la llevó, pensé que mi hija no podría estar en peores manos. Sinceramente, pensé que acabaría siendo una delincuente, o una drogadicta, o ambas cosas... Pero me equivocaba. Porque, sin yo saberlo, Kara estaba en las mejores manos en las que podía estar, las tuyas. Es una chica maravillosa. Cariñosa, fuerte, agradable... Gracias por no dejarla sola todos estos años, por haber sido una madre atenta y cariñosa para ella.
-Eliza: Kara no tenía la culpa de lo que el imbécil de su padre hacía. Y que él apenas la hiciera caso, bueno... Hizo que yo quisiera darle más cariño, igual que con Alex. Kara para mí también era mi hija.
-Cat: Lo sé... – dije acariciando su mejilla. – Y gracias, por estar ahora aquí, conmigo, haciéndome tan feliz. Jamás pensé que podría encontrar el amor en una mujer, y mira... Aquí estás... ¿Sabes? Sé que es pronto, que apenas llevamos unos meses juntas, y... quería esperar un poco más para hacer esto, pero es que... No puedo aguantarme más – dije, soltando sus manos y buscando algo en un cajón. Después volví al lado de Eliza y abrí una pequeña cajita que tenía entre las manos, dejando ver un anillo – Eliza... ¿Te casarías conmigo?
-Eliza: Cat... - dijo mirándome.
-Cat: Por favor, di que sí.... Sé que aún te estás divorciando de Jeremiah, pero...
-Eliza: Por supuesto que sí, Cat. Gracias a ti decidí dejarle, tú me salvaste de seguir en un matrimonio que no llevaba a ninguna parte. ¿Cómo voy a decirte que no, si eres lo mejor que me ha pasado en la vida, después de mis hijas?
-Cat: No sabes lo feliz que acabas de hacerme... - dije, poniendo el anillo en su dedo. – Y ahora, vamos a darnos esa ducha para celebrarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro