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Capítulo 18

El día era de lo más extraño. Aquella mañana aparento, que el resto de la tarde seria calurosa; pero de lo más extraño y sin saber por qué, había nubes cubriendo por completo a la aldea. Su extraña aparición no fue lo único que alerto a todas las personas, si no que aparentaban ser unas nubes de tormenta; el color grisesco debido al agua que contenían, la facilidad con la que eran movidas por el frio aire que azotaba las ramas de los arboles, fue lo que comenzó a dar la alerta de una posible tormenta. En cambio, sin que nadie pudiera explicarlo; de la misma manera en la que aparecieron, habían desaparecido. Las nubes comenzaron a esparcirse en el cielo, los rallos del sol pasaban con facilidad las nubes, que nuevamente tomaban su color natural.

Era de lo que todos hablaban, no podían evitar pensar en eso. Causando que más de uno se preparara para una posible tormenta.
Por otro lado, Garu no había puesto atención al cielo. Desde que había vuelto del bosque, ni siquiera se había fijado de quien caminaba a su alrededor. Continuo en ese estado hasta tener que llegar a su casa, lo más probable era que sus hermanos y padres ya estuvieran esperándolo.

Garu: ¡¡Ya regrese!! [Grito con la espera de recibir respuesta]

Era extraño que su madre no le respondiera, usualmente era ella quien respondía primero que todos. Camino con la intención de encontrársela de camino a la cocina, tal vez se entretuvo con algo.

Garu: ¿Mamá?

Nada.

No había nadie en la cocina, las ventanas estaban cerradas, al igual que no había señal de que alguien estuviese ahí. Era extraño, a esa hora ya deberían estar en casa. Lo primero que pensó fue que debían tener trabajo de más.
Cuando estuvo por regresar a la sala, escucho pasos en la planta de arriba. Era como si estuviesen prisa en bajar por las escaleras. Lo más probable era que fuesen ellos, quienes se encontraban descansando en sus habitaciones y recién que lo escucharon, bajarían a recibirlo.

La primera en bajar fue Aika, que en cuanto lo miro no pudo resistir a soltar lagrimas. Por un momento creyó ver en su rostro miedo y pánico. Más no le tomo importancia, lo más probable era que se preocuparan por tuvo que viajar cerca del palacio, y más al saber que los buscaban. Sin hacerla esperar la recibió en un abrazo para calmarla, mientras esperaban a que bajaran los demás. Que no demoraron en aparecer. Gura fue el siguiente en bajar, que en compañía de Hanan, lo miraban de la misma manera.

Podía esperárselo de Gura, pero Hanan. Ni siquiera la había visto desde que llego y ahora estaba aquí, le sorprendía que sus hermanos le tuvieran tanta confianza. ¿Qué había pasado en su ausencia?
Sus miradas eran fijas, no podía evitar sentirse incomodo; sus padres habían demorado en bajar las escaleras, y el llanto de su hermana no paraba, había comenzado a temblar.

Garu: ¿Qué ocurre? [Cuestiono con miedo]

Los tres comenzaban a inquietarlo, no podía evitar sentir una presión en su pecho que no le dejaba respirar. Todo empeoro, cuando se resignaron a bajar la mirada.
Debido a eso, con algo de brusquedad había separado a su hermana de él para que lo mirara a la cara.

Garu: ¿Qué te paso? [Dijo, tomando con cuidado su rostro] Aika.

Seguía sin responder, y lo peor era que su llanto empeoraba.

Garu: ¿Te hicieron algo? [Negó] ¿Entonces por que lloras?

Detrás de ella, ambos jóvenes se le acercaron con cuidado. Como si tuviesen miedo de su reacción. Él, de lo contrario esperaba impaciente a que dijeran algo, cualquier cosa que le diera alguna señal de lo que les pasaba.

/Minutos más tarde/

Ya era de noche, el sol ya se había escondido, las calles comenzaron a ser iluminadas por las lámparas. Y con la poca visión que tenia, se encontraba corriendo con la intención de encontrarse a Soo aún en su despacho para pedirle una explicación de lo que estaba pasando en la aldea.

Una vez llego, las personas que servían en la casa del patriarca, lo miraban con miedo. No era común verlo de esa manera, y lo mejor que podían hacer era no meterse en su camino. En cuanto llego a la puerta, no lo pensó ni dos veces; entro con la intención de encontrarse a su maestro.

Él por otro lado, ya se esperaba la reacción de su alumno, pero de igual manera, no le dio importancia. No se detendría a darle toda respuesta o explicación que él necesitara para calmarse, después de todo estaba en su derecho.

Garu: ¿Es cierto?

Trataba de no explotar en ese momento, más no podía evitarlo. Sentía la necesidad de hacerlo; su pecho no dejaba de punzar, su garganta no le permitía hablar como quería y su cuerpo comenzaba a temblar. Debía controlarse.

Garu: ¿Tu los enviaste?

No quería hacerle creer que desconfiaba de él. Pero todo lo apuntaba; era el líder de la aldea, todo lo que se hacía aquí, era bajo su autorización. Y si en verdad fueron enviados a esa misión, no sabia como reaccionaria. Tal vez tendría una justificación para hacerlo. Sin embargo, sus palabras no dejaron de pesar, su garganta comenzaba a sufrir las consecuencias. Podía jurar que en cualquier momento perdería la voz.

Soo: no, [Dijo como si nada] fueron ellos.

El solo hecho de enterarse de lo que habían hecho Isao y Osamu, lo había dejado de la misma manera. Habían trabajado y planeado a sus espaldas, en los interiores de sus muros. Sin duda lo había considerado como una traición, más ya no podía hacer nada.

Soo: ellos lo planearon todo. [Se pone de pie] Ellos enviaron a tus padres, a pelear contra los samuráis.

Estaba en shock, lo único que hacia era pensar una y otra vez la misma escena desde que salió de Ashida. El ruido, las peleas, el hombre que trato de matarlo a él y a Ryo. No pudo soportar la simple idea de tener que pasar por lo mismo que esta pasando su amigo; el solo imaginar a sus hermanos llorando por su muerte fue lo que lo impulso a salir del despacho, y salir a la calle en busca de los lideres.

De la misma forma en la que entro, había dejado a Soo con la palabra en la boca; por más que intentaba hacerlo entrar en razón de no causar una locura, no lograba que le hiciera caso, todos en la residencia miraban con cuidado desde sus lugares el escandalo que se había armado.

/Por otro lado/

En una de las oficinas en las que se encontraban trabajando, Isao y Osamu se encontraban descansando en una de las sillas de aquel lugar. Ninguno se dignaba a decir alguna palabra, con aquella acción que habían hecho, se habían ganado el odio de la mayoría de la aldea al trabajar en algo bastante delicado a sus espaldas, sin contar el odio que tenían que soportar por parte de sus esposas, tras enterarse de lo que habían hecho con sus hijos, tras meterlos en algo tan delicado.

Debian aceptarlo, lo que habían hecho fue un acto de orgullo, que a pesar de estar en un acto de guerra, no fueron capaces de pensar primero.

Ambos fueron sacados de sus pensamientos, tras escuchar que por los pasillos todo estaba hecho un completo escandalo. Tenían la intención de salir y averiguar lo que estaba pasando, pero antes de siquiera llegar a la puerta; esta misma fue abierta por Garu. En cuanto sus miradas se cruzaron, supieron las intenciones a las que venia aquel joven.

Fue en ese entonces en que ambos lo reconocieron. A pesar de tener los ojos de un Takeda, tenia la misma mirada fría y afilada que un Sanada, el aura que desprendía daba miedo, autoridad y poder. Por primera vez, ambos hombres lo miraban de frente.

Detrás de él, se adentro un ninja de Sanada que pedía disculpas, por no haber interferido.

Sanada(1: lo lamento señor. No pudimos alcanzarlo. [Hablo justificando su error]

Osamu: salga de aquí.

Aquel hombre cumplió con la orden y dejo a los tres hombres en aquella sala, cerrando muy bien las puertas para que no les interrumpieran.

Por parte de Osamu, la forma en la que había entrado, lo había dejado sin habla, por un momento pudo reflejarse en aquel joven, la manera en la que los miraba, le había recordado a sus años juveniles. Pero, en cuanto reacciono, recordó la situación en la que se encontraban y disimulando su impresión, trato de mantener un semblante serio.

Osamu: nos enteramos que recién llegaste de tu misión. [Hablo con seriedad] ¿Cuáles fueron los resultados?

Garu: ¿Y de qué servirá contarles?, después de todo ya enviaron un ataque. [Respondió de la misma manera]

Había dejado sin habla a uno de los más temibles hombres del imperio, sin duda este chico les mostraba su verdadera cara. Podía intimidar a cualquiera con solo mirarlo, pero de igual manera, tenia poder en sus palabras para dominar a cualquiera, típico de un Takeda.

Isao: fue una decisión que consideramos la más adecuada. [Dijo para aligerar la tención] Enviamos un grupo de reconocimiento, así cuando llegaran los clanes estaríamos listos para un ataque. [Justifico]

Garu: claro, ¿Y para eso necesitaban a un general, y ninjas expertos en combate? [Cuestiono molesto]

Isao: era en caso de un ataque. [Respondió con pesar]

Osamu: era mejor estar precavidos.

Se estaba desesperando, su forma tan, tranquila, con la que hablaban lo estaba molestando. No sabia si podrían estar vivos, o al menos en una pieza. Quería respuestas, y lo único que hacían era justificar su error.

Garu: ¿Por qué los enviaron? [Dijo conteniéndose de no hacer un escandalo] Sabían que planeábamos una alianza, y solo se les ocurrió enviar a sus únicos hombres ¡¡A pelear contra un enemigo que no sabemos nada!!

Por su parte, sabían perfectamente lo que habían hecho, pero tampoco se dejarían influenciar con alguien que ante sus ojos, es un marcado.

Osamu: ¡¡No te permito que hables así!! [Grito con autoridad] Recuerda muy bien tu lugar.

Garu: ¡¡No quiera justificarse!! [Dijo retándolo] Saben bien lo que hicieron, enviaron a su hijos, a la boca del lobo.

Isao: ¡¡Ellos fueron enviados para conseguir información!!

Garu: ¡¡Y los samuráis los atacaron!! [Confeso]

Los había dejado atónitos. La forma en la que lo dijo y su mirada dolida y preocupada, fue lo que les termino de confirmar sus sospechas. Habían trabajado para que todo saliera bien, y que su día de llegada fuera antes que Garu. Pero, tras no saber de ellos, era lo que les traía tan preocupados.

Querían saber cada detalle, si en verdad había visto alguna otra cosa. Si al menos, pudieron hacerle frente al enemigo, si al menos fueron capaces para escapar.

Todo se vio interrumpido por uno de los ninjas que cuidaban la entrada de aquel edificio. Al juzgar por su estado, aparentaba haber corrido sin parar para dar el reporte.

Takeda(1: están aquí, volvieron.

De la misma manera de la que entro, volvió a salir a la espera de que lo siguieran. Tras recibir la noticia, ninguno pudo evitar sentir alivio. Más sin en cambio la tensión aún continuaba.

Garu: si algo les paso, caerá en ustedes. [Amenazo]

Sin decir nada más, Garu salió de aquel lugar. Dejando a ambos hombres con la impresión. Después de esto, las cosas serian diferentes entre ellos.

/En las calles/

A pesar de ser de noche la gente iba y venia. El grupo que fue enviado a recolectar información para la alianza, había vuelto, pero había un problema, el numero de hombres había reducido. La mayoría estaba herida, algunos inconscientes, otros muertos, y al resto, simplemente no los encontraron.

Todos fueron llevados al hospital de la aldea. Al juzgar por su estado, habían peleado a muerte.

Sin dudarlo, Garu corrió al hospital en el que todos fueron trasladados. El lugar estaba repleto personas; había gente por dentro y por fuera del edificio, pero no había encontrado alguna señal de que ellos estuvieran ahí. En cuanto entro se había encontrado con sus hermanos que al juzgar por su estado, estaban igual que él.

Hanan y Aika seguían igual de alteradas, el único tranquilo parecía ser Gura.

Aika: ¿A dónde fuiste? [Pregunto alterada]

Garu: hablamos de eso después, [Dijo tratando de olvidar lo de hace unos momentos] centrémonos en encontrarlos.

Con eso podía quitárselos al menos por unos momentos, por ahora solo quería saber que era de ellos.

Garu: Aika, Hanan. Necesito que ustedes busquen en la planta de arriba. Gura y yo nos quedaremos aquí.

Quería mantenerlos ocupados, no podía permitir que sufrieran otro ataque de pánico. Para eso les dio la orden de buscar por su cuenta, así tendrían una posibilidad de encontrarlos más rápido.

Como habían acordado, todos se fueron por su parte, buscaron y buscaron en todos lados. Por doquier podían encontrarse con gente llorando y suplicando por la vida de los heridos, los médicos corrían de un lado a otro, las habitaciones estaban llenas de pacientes.

Por parte de los chicos; no habían encontrado nada, los recepcionistas les habían informado que no tenían ningún registro las personas que buscaban, pero era probable que hayan entrado, sin ser registrados aún. Tenían la intención de ir a buscar a las chicas, tal vez ellas hayan tenido más suerte.
De camino a las escaleras, se habían encontrado con Hanan, que estaba a punto de ir a buscarlos, por su estado podían decir que los habían encontrado; sus ojos mostraban alivio, pero también miedo.

Hanan: los encontramos, Aika esta con ellos. [Dijo aliviada]

Gura: ¿Cómo están ellos?

Hanan: no lo sabemos, los médicos aún no dan noticias. [Hablo nerviosa]

Sin esperar más, ambos le pidieron a Hanan que los guiara hasta donde estaban sus padres. Pasaron por los pasillos, hasta tener que toparse en que se encontraba Aika. En cuanto llegaron, pudieron ver como se encontraba esperando en uno de los sillones del pasillo, a la espera de recibir alguna noticia. Cuando al fin se reunieron, no pudieron evitar el sentir que la presión era cada vez más pesada, no había necesidad de decir alguna palabra, con todo lo que sucedía a su alrededor era suficiente.

Las lagrimas no se hicieron esperar. Hanan no podía evitar temer por el bienestar de su madre, ya había pasado por lo mismo con su padre, no quería pasar por lo mismo una vez más, y menos ahora que no tenia de quien apoyarse. Con todo esto, había tenido una fuerte discusión con sus abuelos y desde entonces ah estado viviendo con sus primos. Garu, al ver su estado, no pudo evitar el consolarla; estaba enterado de su situación, por ello quería demostrarle que no estaba sola.

Por otro lado, Gura y Aika se encontraban apoyándose el uno al otro, Aika tampoco pudo evitar el sentir que sus ojos se llenaban de lagrimas, en cambio Gura, trataba de mantenerse fuerte para que su hermana pudiera apoyarse en él.

/Horas después/

Ya era de mañana, la noche sin duda había sido la peor de todas. Después de una larga espera, los médicos les habían dado un informe del estado de sus padres. Por el momento se encontraban inconscientes, los habían tratado y curado sus heridas más delicadas. Solo era cuestión de esperar el momento para que despertaran y analizaran su situación.

Todos estaban agotados. Gura y Aika permanecían sentados en el mismo sofa, ambos recargándose el uno con el otro, para tener una posición más cómoda al descansar. Por otro lado, y para suerte de Hanan, Kumiko se encontraba a solo dos camas de diferencia de sus tíos, una vez le autorizaron entrar, no se había alejado de ella en ningún momento. Según el medico, Kumiko había sufrido cortes por todo su cuerpo, las más criticas eran las de su abdomen, que por suerte no había rasgado ningún órgano, pero no pudo evitar perder sangre en el transcurso; el viaje y el dolor que tuvo que pasar, fueron lo suficiente para que perdiera el conocimiento.

Por ultimo, Garu se encontraba recargado del lado izquierdo de la camilla de su padre, mientras descansaba sus brazos sobre el colchón, mientras que sobre de ellos apoyaba su cabeza simulando ser una almohada. Lo ultimo que recordaba era que se encontraba cuidando de los dos, más no tenía ningún recuerdo de haber cerrado los ojos. Estaba tan cansado por su misión que ni se fijo cuando se quedo dormido, solo permaneció a su lado de ellos después de recibir el informe del medico.

Por el lado izquierdo permanecía Takeshi, que a simple vista, solo tenia raspones, cortadas y algunos hematomas, el medico le aseguro que no tenían porque preocuparse, solo debían esperar a que despertara. En cambio, estaba Sara, que se encontraba del lado derecho. Su estado era el más critico; había llegado con múltiples heridas en su cuerpo, dependía de una maquina para respirar, pero, lo más preocupante eran sus brazos, los médicos no tenían como explicarlo, pero por suerte habían logrado reacomodar los huesos.

-"Tuvo suerte, otro poco y tendríamos que amputar ambos brazos"- Esas fueron las ultimas palabras que había escuchado de aquel hombre que atendió a su madre.

Cerca de ellos, por los pasillos venían acercándose dos señoras. Su caminar era rápido y preciso, sabían bien a donde dirigirse. En cuanto se enteraron que el grupo había vuelto, no dudaron en venir al hospital para saber personalmente de su estado.

Sin duda su presencia de aquellos chicos las dejo conmovidas, la manera en la que estaban descansando, las hizo pensar que ellos aguardaban en el hospital desde hace horas. Sin hacerse esperar, Tsusune fue en busca de Hanan, tenia días que no sabia de ella desde que se fue de la posada. En cambio Akira busco a su hijo con la mirada, a como le habían informado, su hijo solo padecía de algunos golpes, más no dejo de preocuparle. Una vez se acerco a su camilla, pudo fijarse que su lado se encontraba su hijo mayor, su nieto. Tardo mirándolo un momento, más no pudo evitar pensar lo agotado que debe estar aquel joven. Con cuidado de no despertarlo, dejo sobre su espalda la chalina que traía puesta, así podría darle algo de calor.

/Tiempo más tarde/

No sabia cuanto tiempo había pasado, a su alrededor todo permanecía tranquilo, la falta de ruido fue lo que lo obligo abrir los ojos. No soportaba tanta tranquilidad, cuando debía ser lo contrario.

Su vista era borrosa, apenas y podía definir a su padre dormir en aquella camilla, su cuerpo comenzaba a reaccionar y con ellos, comenzaba a sentir como le fallaba. Todo le dolía, desde su cuello, hasta sus piernas. Comenzó a lamentarse por haber entrenado el día anterior.

Para cuando al fin pudo enderezarse por completo, pudo darse cuenta que no era el único estando ahí. Akira, la actual matriarca del clan Sanada, permanecía frente a él.

Akira: al fin despiertas.

Como era de esperarse, su voz era autoritaria, su aura desprendía poder. Pero muy en el fondo tenia un toque tierno y preocupante.

Garu: ¿No a despertado?

No quería faltarle al respeto, lo mejor seria ser respetuoso y cortes.

Akira: no, [Dijo decaída] desde que llegue no ha despertado.

El silencio era incomodo, era la primera vez que ambos coincidían. Para ambos era una extraña forma de socializar por primera vez.

Sin poder evitarlo, Garu fijo su vista en sus hermanos que yacían recostados en el sofá, tal y como los había dejado. Aquello no paso desapercibido por Akira, que sin evitarlo le aconsejo que de fueran a descansar.

Akira: deberías llevártelos. [Llama su atención] Debe ser incomodo dormir de esa forma.

No estaba muy convencido, no quería dejar a sus padres en esos momentos. Tuvo la vaga idea de enviarlos a casa, pero conociendo lo tercos que eran, no le harían caso, a menos que él fuera con ellos.

Akira: ve, si algo sucede, enviare a alguien a buscarte. Además, Tsusume esta conmigo. [Dijo tratando de convencerlo]

Garu: [Suspira] esta bien.

La forma gentil y amable con la que había hablado, fue lo suficiente como para confiar en ella. Salió de aquella habitación hasta estar frente a sus hermanos, que con cuidado de no alarmarlos, lo despertó para que comenzaran a reaccionar. Espero por unos momentos para que reaccionaran y les explico que los llevaría a casa para que descansaran, mientras Akira y Tsusume se quedarían con sus padres.

Todo era presenciado por Akira, que no podía parar de mirar aquel trio de jóvenes. Para cuando volvió en si, regreso a mirar a su hijo que continuaba durmiendo en aquella cama de hospital.

Se vio interrumpida, tras sentir sobre sus hombros y espalda, una caricia suave y cálida. Detrás de ella se encontraba Garu, que de la misma forma en la que ella lo arropo, estaba haciendo lo mismo con ella.

Garu: gracias. [Hablo en susurro]

Fue lo único que escucho salir de su boca, y sin más le dio la espalda para caminar junto a sus hermanos, y de paso llevarse a Hanan.

Akira: has hecho muy bien. [Observa a Takeshi] Estoy impresionada.

Dijo con orgullo, tras tener que observar aquel trio de jóvenes, sus nietos.

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Hola!!!💖

Perdón por mi ausencia, no me sentía bien de salud. No soportaba la cabeza y los ojos no paraban de dolerme, ni los lentes me ayudaban.

Espero que les guste el capítulo, trate de hacerlo largo y con muchos detalles. Debo decir que a partir de ahora comenzara lo que es el golpe de estado. Y aún tengo mucho que revelar.

En fin, nos vemos luego.

Chao~💖

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