Eleonor salió muy temprano en la mañana hacia el Instituto,  garra de tigre la citó nuevamente a su Oficina; para aprovecharse de ella nuevamente,  sentía sus pies pesados,  y caminaba lentamente por las calles. Garra de tigre la esperaba ansioso,  saboreandose los labios mientras sonreía con la mirada.

Al verla caminar hacia el,  su sonrisa se hizo mucho más grande; eleonor paso a su lado,  entrando sin dirigirle una palabra ni mirada. Garra de tigre la siguió cerrando la reja con llave,  eleonor entró con confianza a la Oficina; garra de tigre estaba sorprendido de la actitud de su "juguete sexual".

-acuestate en mi escritorio- habló seriamente sacándose el sacó de su traje- y vete quitando la ropa, o no,  mejor desabrochate la camisa quiero ver que brasier llevas puesto hoy

Eleonor no le quedó de otra,  que hacerle caso.  Se acostó de espaldas,  y se fue Desabrochando botón por botón la camisa; garra de tigre al voltear la a ver,  este ya se había sacado completamente la ropa,  quedando solo en boxer.

Miró relamiendose los labios,  se acercó hacia la joven peli-negra,  quien no había dicho ninguna palabra en todo ese rato; garra de tigre se acostó sobre ella,  mirándola como pervertido.

-veo que has aprendido la lección- sonrió viendo los pechos de la joven- no hablar,  ni suplicar me que me detenga

Garra de tigre,  comenzó besando el cuello de la peli-negra,  quien Sin poder evitarlo soltó un gemido sacándole una sonrisa a su captor.

-vaya,  primera vez que te escucho gemir princesa- sonrió coqueto- espero oírte más seguido cariño.

Eleonor quedo en completo silencio,  solo dejó que su cuerpo fuera recorrido por ese hombre; las manos de garra de tigre,  bajaron hasta llegar hacia su falda,  la metió por debajo y llegó hasta su ropa íntima. Comenzó a acariciar esa parte,  eleonor gimio más seguido; besaba el cuello de la joven con necesidad,  tomó uno de sus senos sacándolo rápidamente de su prisión; Eleonor de vez en cuando gemia al sentir la lengua del director en sus pezones,  así estuvieron hasta que la hora de ingreso al Instituto llegó.
Garra de tigre al llegar al clímax y haber terminado el ella,  se bajó de ella y comenzo a vestirse rápidamente. Eleonor también se levantó del escritorio arreglando su ropa,  y su cabello

-este momento fue mágico,  querida señorita hamato- sonrió lanzándole un beso

Eleonor,  salió sin decir ninguna palabra.  En el pasillo,  llegando,  se encontró con sus hermanas quienes se acercaron a ella llamando la; las chicas vieron que su hermana lloraba,  preocupadas se acercaron.
Eleonor no quería que sus hermanas la vieran así,  así que salió corriendo fuera del Instituto; sus hermanas la siguieron,  hasta llegar a la esquina,  Eleonor cruzó para que sus hermanas no continuarán siguiendo la,  pero no se dio cuenta que un auto a toda velocidad venía hacia ella.

-¡LEO! ¡NOOOOOOOO!

CONTINUARÁ