20
Afortunadamente, no había ningún motivo de gravedad por el que los selkies habían salido del reino, y para explicarlo, vamos a regresar al momento cuando Einar le entregó a Aren la piel que antiguamente Daven usaba para cambiar de forma.
Como recordarán, el rey debía salir a atender otros asuntos, así que dejó a su nieto robarse algunos panes y se marchó.
Aren, después de desayunar, regresó a la habitación con sus primos, quienes apenas empezaban a salir de la dimensión de los sueños. Los que ya estaban bien despiertos, al ver llegar al muchacho, lo saludaron.
El príncipe les respondió tranquilamente, y se acercó a Ossian, (quien era el que había despertado primero), para preguntarle qué debían hacer este día, pues si no recordaba mal, había mencionado que comenzarían a prepararse para el torneo.
El mayor, al notar que Aren ya tenía la piel de foca que le permitiría cambiar su aspecto, se sintió más tranquilo para responder: -Hoy iremos de caza. Pero supongo que ya sabes que es bastante diferente al método que usan los humanos.
Notando la mirada del selkie en dirección a la piel, Aren entendió que cazarían peces en su forma zoológica, así que se sentía tanto emocionado como preocupado por lograrlo.
Ossian se levantó de la cama y recomendó: -Sería buena idea que te cambies de ropa, así te será más fácil quitártela y ponértela al transformarte -, y buscó en una mochila que había guardado bajo su lecho algunas indumentarias que entregó a su primo. Una túnica y un pantalón holgado, muy parecidos a los de los demás selkies, y que sólo variaba en los bordados con que estaban decoradas las orillas.
Cuando Aren se las puso, le quedaron un poco largas, pero como eran suaves, casi le dan ganas de dormirse otra vez."
Muchas personas se rieron, contagiando al narrador, así que tardó unos minutos en encender un nuevo fósforo para seguir contando la historia:
"Como ya no era hora de dormir, pues no lo hizo, pero lo que sí hizo fue seguir a los demás jóvenes fuera de la habitación.
Aren creyó que se dirigirían a desayunar en el comedor, aunque por la hora, no había nadie cocinando, así que le entró la duda de si ellos serían quienes preparasen la comida, pues en tal caso, él no sería de mucha ayuda, ya que apenas sabía cómo se hervía el agua.
Sin embargo, aunque ya había algunas personas en la cocina y empezaban a trabajar, los príncipes no se detuvieron más que para saludar, y enseguida se dirigieron a la puerta grande del salón principal. Ésta fue abierta por dos de los muchachos, y todos salieron, llegando a una pequeña playa, de dimensiones apropiadas para que cupieran todos cómodamente, pero sin espacio para más gente.
Aren quedó asombrado por el paisaje, en el que la arena y las piedritas de la orilla bailaban suavemente con el agua azul claro. Pero sobre todo, cuando vió que a lo lejos, una barranca se alzaba, y sobre ella se podía ver parte del bosque, y poniendo mucha atención, se escuchaba el correr del río que desembocaba cerca de la muralla de piedra. Esto le causó mucha curiosidad, pero no podía ir a investigar allí, pues debía seguir a sus primos, al menos hasta que conociera un poco mejor el territorio selkie.
Suspirando de desilusión, Aren buscó a Ossian con la mirada, pero se sorprendió al ver que la mayoría de los chicos se habían convertido en focas, tan rápido que no se había dado cuenta.
Uno de los pocos que faltaba por transformarse era Gunnar, y al ver que Aren estaba tan desconcertado, se acercó a él y le preguntó: -¿Qué sucede?
-Es que no vi cómo cambiaron, y no sé qué debo hacer - respondió, un poco apenado.
-Oh, ya veo. No te preocupes, es retefácil. Obsérvame... Bueno, si quieres para lo primero no, que es desvestirse. Pero luego te fijas bien en lo que voy a hacer - indicó Gunnar.
Aren asintió y cerró sus ojos mientras el otro se retiraba la vestimenta. Apenas pasaron unos segundos, y después Gunnar le mandó: -Observa con atención: Depende de cómo te acomodes mejor, pero en mi caso, primero cubro mi cabeza con la de la foca.
Aren miró atentamente mientras Gunnar explicaba y hacía: -Después, la piel de la espalda se va a pegar a la mía. Tomaré la parte más baja y cubriré mis piernas, luego junto la parte del estómago, entonces meto los brazos y a lo último cierro la parte del pecho. ¿Viste?
Había sido tan sencillo, que Aren no podía creer que ante sus ojos el príncipe había cambiado por completo su aspecto, pues el gran ejemplar pinnípedo que se hallaba ante él no se parecía en nada a una persona: -Eso fue muy rápido, pero creo que entendí cómo funciona - contestó.
Gunnar sonrió, o algo así, y dijo: -Entonces, inténtalo, antes de que los demás se alejen mucho.
Los demás príncipes ya se habían transformado, y nadaban en dirección a la salida del reino. Por lo tanto, Aren se puso un poco nervioso, y como pudo, se desvistió y se colocó la piel de la misma manera que su primo acababa de hacer. Sin embargo, al terminar, parecía que algo había fallado, pues aunque desde sus piernas y hasta su pecho sí había cambiado, aún tenía los brazos, cuello y cabeza casi normales, a excepción del color gris y las manos palmeadas.
El joven se miró con atención y volteó hacia su primo.
Gunnar estaba luchando por no reirse, pero cuando Aren preguntó: -Esto es... ¿Me veo igual de mal de lo que creo? - el selkie no pudo evitar soltar una carcajada: -La verdad, estás horrible, pero ya ni modo.
Aren resopló, enojado, pero no pudo protestar porque Gunnar controló su risa y lo empujó hacia el agua: -Bueno, nos ocuparemos de estos detalles más tarde, ahorita tenemos que ir con los demás.
Sin otra opción, Aren le hizo caso y los dos entraron al agua. Buscaron con la vista a los demás chicos, quienes estaban ya un poco lejos, así que nadaron de prisa para alcanzarlos.
El joven híbrido se sorprendió al notar que ahora podía avanzar mucho más velozmente que antes, pero aun así, no era tan rápido como sus primos, quienes tenían una forma más aerodinámica que él.
Cuando lo vieron aparecer con este aspecto tan extraño, casi todos se quedaron turbados, excepto por dos, que al igual que Gunnar, les provocó algo de risa, pero pudieron controlarse y se la guardaron para no molestar más a Aren.
Después de recuperarse del asombro, Ossian se dirigió a Aren: -Dejando de lado trivialidades como tu aspecto actual, y ya que estamos todos juntos, cazaremos algunos peces aquí, entre las ruinas del castillo hundido. Y después, saldremos del reino para capturar otros tipos de peces.
Aren sólo asintió con la cabeza, pues no estaba seguro de poder hablar, ya que no sabía cómo controlar el aire en sus pulmones de la misma forma que hacían los demás selkies. De todos modos, siguió la indicación de Ossian, y observó cómo sus primos perseguían ágilmente a los peces que nadaban entre las piedras del castillo.
Como todas las focas, capturaban a sus presas con los dientes, las desgarraban y luego se las comían. Era algo impactante de ver, pero no por eso debía detenerse.
Por lo tanto, después de observar con atención, Aren intentó hacer lo mismo. Sus dientes, aunque naturalmente eran más afilados que los de los humanos, no llegaban a ser lo bastante eficientes para cazar igual que las focas, por lo que aprovechó que aún podía usar sus manos, y capturó algunos peces de esta manera.
A pesar de este éxito relativo, el príncipe notó que era mucho más lento que los demás, y con el paso del tiempo, también se percató de que necesitaba salir a respirar más frecuentemente que el resto de los selkies.
Ya era casi el mediodía, cuando todos salieron del agua para descansar un rato, antes de dirigirse a la salida del reino para probar suerte en cazar otras clases de peces. Aren se sentía un poco cansado, pero no tanto como imaginó en un inicio.
Ossian y Gunnar se acercaron a él, y luego de observarlo, el mayor preguntó: -¿Te sientes listo para las aguas abiertas? La corriente es más fuerte que aquí, pero podemos ayudarte si quieres.
Aren se sintió indeciso, pero no porque no se creyera capaz de nadar en el mar abierto, sino porque pronto Delph iría a buscarlo para informarle de lo que Helge y Nilsa hubieran descubierto, y por lo tanto, temía que si salía del reino, no se encontrarían.
Después de pensarlo por unos segundos, decidió: -Creo que practicaré aquí por un tiempo más. Pueden ir sin mí.
Ossian asintió y se alejó, pero Gunnar dijo: -Trataré de volver temprano por si necesitas ayuda para volver a cambiar de forma.
Aren le sonrió y asintió, agradecido por la intención del muchacho.
No pasó mucho más para que los príncipes volvieran al agua y nadaran velozmente hacia la cueva por la que saldrían al mar abierto. Esto fue lo que Delph y Anémona vieron al final del capítulo anterior, y por lo cual el joven tritón nadó apresuradamente adentro de la cueva.
Bueno, tengo algunas cositas qué decir.
La primera y más importante: no pude dibujar a Aren como se ve en este capítulo, pero todo se reduce a una imagen que me robé de la sección de las bestias de ensueño del perfil de WattpadFantasiaES, y que ellos tomaron de Pinterest, así que ladrón que roba a ladrón...
En fin, la imagen en cuestión es la culpable de que estemos aquí, porque no hubiera creado a nuestro príncipe híbrido si no la hubiera visto:
Como ven, la última imagen da una idea parecida a cómo se ve Aren en este capítulo. No es un selkie, ni un humano. Es él y ya. Y Delph tiene mucho qué decir al respecto para subirle el ánimo. 💖
La segunda cosa es que probablemente lo dibuje después y lo coloque en un capítulo más adelantado o en Fanarts y otros dibujitos.
Una vez dicho esto, les doy las gracias por leer, y espero que estén disfrutando la historia. No se pierdan el próximo capítulo ✌️❤️✨.
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