Ella se odia a sí misma,

se da asco

y lo emocional quedó defecado en el peor de los rincones;

en uno de esos espacios en los que nadie quiere habitar

y de los que nadie se quiere acordar.

Creo que moriré sonámbulo a sus esperanzas,

tal vez hago todo lo que se espera de un animal.

Ella me odia profundamente,

le doy asco

y lo emocional fue sepultado por una necesidad por mantenerme callado;

una angustia que se vuelve una pesadez irrumpiendo cuando deseo ser más activo.

Hay un aletargamiento impidiendo el desarrollo de mis ideas,

tal vez esta no sea la idea de lo ideal.

Ella está vacía,

siente que no tiene nada

y lo emocional es un cuadro en el que no se aprecia ningún detalle;

aun así, es imposible separarnos.