La muñeca me preguntó si en algún momento le iba a dar un abrazo. No recuerdo porqué ya no tengo brazos y piernas; creo que en algún momento fui soldado. Nos sentamos al borde de la pileta y vemos como llueve de cabeza. Arroja los papeles fuera del tacho. Borra y vuelve a empezar.

Enciérrate en mi oído, tal vez así tus susurros sólo los oiga mi inconsciente. ¿Entonces? ¿Tengo que hacerlo o puedo creer que vivo dentro de una democracia? Amo el desayuno que tuvimos, pero mi amor no va más allá.

Necesito una llamada; por favor, que no sea del nosocomio. Tengo que calmar el hambre o si no voy a terminar consumiendo su belleza.

Es momento de buscar, aunque ya me encontré divagando. ¿Sí? No, mejor lo dejamos ahí. ¿No? Sí, sígueme por ahí y, tal vez, mañana me quieras un poco.

La humedad me seca, pero mis lágrimas lo hacen aún más. Tengo que cosechar lo que nunca cultivé. Es un invierno que debemos pasar escondidos debajo de alguna maceta. Lávate los pies antes de hacer el amor. Pinta el rostro que siempre deseas tener y luego grábalo en el espejo.

Canibalismo en la administración pública. Mañana nos sacan a todos en procesión con la comparsa del mundo entero. El cansancio nos vence, pero somos los campeones.

¿Señor? Su orden está lista; perdón, pero yo creí que había ordenado una salida y tú todo lo que me traes son recuerdos.