¿Tendremos que pelear o me darás el golpe fatal que tanto has estado esperando? Di mi nombre y tal vez no me olvide de tu cara. Mi dedo está adolorido de tanto presionar mi consciencia. Recupera esa pequeña sonrisa, esa, la que ponías al amanecer cuando el sol te lamía el rostro. Imagina todos los cuentos que te voy a poder susurrar cada mañana cuando despertemos entre barrotes de bronce. Silencio por todos los abrazos que nos dimos cuando nadie más se atrevía a hacerlo.

¿Tendremos que sentarnos a esperar o podremos abandonar esta jaula hecha de sueños? Encontremos una manera de salir de la espiral y ahogarnos juntos en el mar. Son las ediciones completas de nuestros corazones. Sumérgete para poder respirar. Silencio por las caricias que nos dimos para engañarnos creyendo que no estábamos solos.

¿Tendremos que salir a descubrirnos o buscaremos las respuestas en todo lo que no hemos llegado a hacer? El calor es insoportable. ¿Por qué siempre mis palabras sonaron agridulces a tus oídos? Suenan las trompetas que anuncian la llegada de tu melancolía. Las notas ya no suenan como las solías recordar. La noche marcha hacia nosotros. Silencio por todas las mentiras que dijimos para no terminar de arruinar lo que no terminamos nunca de construir.