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Capítulo 2

"Capítulo 2"
Perder a mi esposa me dolió mucho, pero lo recompensaba que me halla dejado estos dos pequeños.

-Lo lamento, Norte- dice Hada, tocándome el hombro.

Limpié mis lágrimas que resbalaban por mis mejillas y la mire con una pequeña sonrisa, tenía que ser fuerte, mis hijos me necesitaban y todos los niños del mundo también.

-Gracias, Hada. Tenemos que ser fuertes ante esto. Es algo duro que afrontar pero tengo a estos dos pequeños conmigo, un pedacito de ella.

Hada me miró con una sonrisa mientras asentía por mis palabras. Bajó su vista hacia los pequeños quien los miraba con ternura. Mantener una sonrisa ante público me costaría como ahora pero tenía que dar el ejemplo aunque por dentro mi alma se lamentaba y lloraba.

-Haber, cambien esas lágrimas y caras tristes por sonrisas y risas, tus hijos necesitan de nosotros- alentó Conejo.

Conejo se acercó a nosotros y los tres miramos a los gemelos quienes yacían dormidos en mis brazos con una pequeña sonrisa, y de repente me llegaron una serie de preguntas a mi cabeza. ¿Cómo los cuidaría? ¿Cómo saber porque lloran? ¿Cómo cambiar un mendigo pañal?

Amo a los niños pero tratar y cuidar a recién nacidos es complicado, las mujeres son las que se encaran de cuidar a los niños, ¿cómo se supone que lo haría yo?

-Me pregunto, ¿cómo los cuidaré?- mire a Hada y a Conejo- No se ni siquiera cambiar un pañal.

Conejo una mueca de desagrado mientras a Hada se le iluminaba el rostro.

- ¡Yo podría cuidarlos!- dijo emocionada- Claro si estás de acuerdo.

Dude un poco en la forma en la que me pidió permiso, pero no tenía a alguien más para hacerse cargo de ellos.

-Esta bien, gracias Hada.

Dejé a los niños en sus cunas que había construido para ellos y me dirigí a mi habitación. Necesitaba descansar, el trabajo y la noticia me había dejado bastante cansado. Les di un beso en la frente a cada uno y los dejé al cuidado de Hada, quien ahora sería su niñera.
Jackson comenzó a llorar, me asomé para ver lo que pasaba y encontré a Hada cargando en brazos a Jackson, mesiéndolo de un lado a otro mientras cantaba una hermosa melodía hasta que de países de unos segundos se quedó completamente dormido.

(...)

Habían pasado dos años y me alegraba verlos jugar juntos. Eran tan unidos, o al menos eso pensaba era muy raro verlos peleados aunque de ves en cuando sucedía.

-¿Papá puedes venir a jugar con nosotros?- preguntó Jack con una voz adorable, sosteniendo una pelota roja entre sus manos.

Se acercaba Navidad y no podía darme el lujo de distraerme, tenía que avanzar y terminar con mis obligaciones.

-No puedo Jack, ve a jugar con tu hermano.

Jack me miró decepcionado para luego irse corriendo derramando algunas lágrimas. Lo miré irse con tristeza, sabía que tenía que estar más tiempo con ellos pero mi trabajo no me lo permitía.

-Jackson, ¿jugamos?- escuché a Jack preguntarle a su hermano, mostrándole la pelota.

Jackson, por el contrario, se encontraba dibujando levantó la vista de su dibujo hacia Jack, miró la pelota, la tomó con su mano izquierda y la arrojó lejos.

-No- dijo para volver su vista a su dibujo.

Jack al ver como volaba lejos la pelota roja comenzó a llorar, Jackson ni se inmutó a ver a su hermano.

-¡Hada! Ve a ver porque llora el niño- grité desde mi oficina, observando la lista de los niños que estaban todas revueltas.

Hada soltó un suspiro y fue con los niños.

-¿Qué tienes, cariño?- pregunta amablemente.

Jack la miró con ojos llorosos y apuntó con su dedo índice a Jackson quien tranquilamente seguía dibujando.

-T-tiró m-mi pelota- respondió entre sollozos mientras se secaba las lágrimas.

Hada rodó los ojos y abrazó a Jack, y luego se acercó a Jackson para hablar con él.

-Jackson no pelees con tu hermano.

Jackson hizo caso omiso a lo que Hada le había pedido y continuó con lo que estaba haciendo.

(...)

Pasaron ocho años y mis pequeños ya habían cumplido los diez años. Sus pequeñas peleas se estaban haciendo muy a menudo, era costumbre verlos peleados entre ellos. Jack siempre regresaba pidiendo disculpas pero Jackson ni se molestaba en hacerlo.

-Perdón, no fue mi intención- dice Jack con la cabeza gacha.

-Aja te perdono- contestó Jackson con indiferencia.

Jack solamente intento sonreír.

Como me gustaría pasar más tiempo con ellos pero es imposible.

-¡Jack!- grité molesto. Jack vino corriendo hacia la habitación y al mirarme lo hizo con nerviosismo.

-¡Jackson!- volví a gritar. Él, por el contrario, vino con mucha tranquilidad y cuando llegó se recargó sobre la pared mirándome aburrido.

-¿Me pueden explicar este desorden?- la habitación de ellos era un caos totalmente; zapatos tirados, cobijas sin ordenar, ropa sucia por doquier... ¡Ropa limpia mezclada con la sucia! Un completo mugrero.

Jack y Jackson intercambiaron miradas.

-Fue Jack- Jackson señaló.

Jack lo miró confundido, tratando de contener las lágrimas que rápidamente se acumularon en sus ojos. Definitivamente mis hijos serán muy distintos. Jack es muy sentimental, mientras que Jackson es más solitario.

-Eso no es cierto- dijo con un hilo de voz.

-Claro que lo es- Jackson le brindó una mirada furiosa a Jack.

Jack comenzó a sollozar, creo que debería empezar a corregirlo no quiero que se convierta en un niño mimado.

-Jack, deja de llorar- hablé con voz firme.

Jack me miró asustado mientras Jackson sonreía. Caminé alrededor de ellos hasta que me detuve observando el gran desorden.

-Higiene, y limpieza sobre todo- hable detrás de ellos.

Los pequeños me miraron confundidos y totalmente callados.

-Les tocó un padre estricto, a mí no me gustan las peleas- miré a Jackson con el ceño fruncido. Iba a protestar pero lo interrumpí- ni las mentiras y mucho menos que interrumpan, ¿está claro?

Jackson me miró furioso pero lo ignoré.

-Papá, fue Jack el que hizo esto- habló Jackson desesperado, volviendo a señalar a Jack, quien permanecía con la cabeza gacha.

-No me interesa quien empezó- dije, enojado.

Mi pequeño se quedó callado, tienen que aprender a respetarme.

-Tienes cinco minutos para recoger y ordenar todo esto- alcé la voz.

Ambos se apresuraron. ¿Ósea que para que me hagan caso tengo que hablar casi gritando?

-Y Jackson- me detuve en la puerta antes de salir- pídele disculpas a tu hermano.

Dicho esto me fui a hacer mi trabajo, aunque podía escuchar sus voces, salí de mi oficina para ver lo que sucedía, ya que quedaba enfrente de su habitación.

-Jack, perdón. Sé que me he portado mal contigo, te quiero hermano- habló Jackson, estaba casi seguro que Jackson había sonreído, aunque sea poco.

Su confesión se me hizo muy sincera.

-Esta bien Jackson, yo también te quiero- Jack lo abrazó sorpresivamente.

Sonreí al escuchar y ver aquella escena, mientras sonreía la aguda voz Hada interrumpió mis pensamientos.

-Jack se parece mucho a ti- se coloca a mi lado para que ella también pueda ver dicha escena.

Volteé a verla confundido.

-Cierto son muy parecidos- Conejo opinó lo mismo.

-¿Tú le crees?- ahora dirijo mi vista a su habitación para verlos jugar entre ellos.

-Lo creo- ambos respondieron al mismo tiempo.

(...)

-¡Jack!

Un chico de cabello blanco y ojos azules con un brillo realmente hermoso se levantó de la cama con pereza.

-Ay que sueño- dijo entre bostezos.

El padre de ellos los quería a las cinco de la mañana despiertos, esa era su regla.

-¡Los quiero abajo en diez minutos!- volvió a gritar.

Jack rodó los ojos y caminó unos pasos para dirigirse a la cama de su hermano quien dormía tranquilamente.

-Jackson- susurró.

Lo movía con movimientos suaves hasta que se comenzó a desesperar.

-¡Despierta!- gritó el peliblanco empujando a su hermano hacia el suelo.

Jackson cayó con todo y sábanas.

-Bonita manera de despertarme hermano- Jackson habló entre dientes mientras miraba mal a su gemelo.

-Ja ja ja que gracioso- habló sarcásticamente- Papá nos quiere abajo.

Jackson rodó los ojos y se acurrucó en la cama otra vez.

-¡Hey!- gritó Jack jalando las sábanas.

Este se levantó molesto y miró a su hermano con ira.

-Tengo sueño hermanito- habló nuevamente Jackson, más enojado que la vez anterior.

-Más vale que ya te despiertes- y dicho esto salió de la habitación.

Jackson suspiró enfadado, se vistió, se arregló el cabello y salió por la puerta.

-Buenos días querida familia- anunció Jackson- adoro despertarme en la madrugada- dijo sarcásticamente mientras tomaba su lugar en la mesa.

Norte volteó a verlo y luego soltó una carcajada.

-Te guste o no esas son mis reglas- habló entre risas.

Jackson volteó los ojos con enfado. Los "niños" se habían convertido en dos muchachos apuestos y "educados" podría decirse; chicos de igual rostro

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