Capitulo 4
Esa misma noche...
Dormida, él yacía durmiendo junto a mí. Me tenía abrazada y yo feliz de sentirme así en sus brazos, comencé de pronto con dolores y solté un gemido.
Él despertando al escucharme, me miró y se aferró más a mí.
_ ¿Qué ocurre pequeña? ¿Te sientes mal de nuevo? – me ladeé un poco para mirarlo –
_... Si, otra vez me están dando cólicos...
Hice otra mueca de dolor y él me miró y a mí se me llenaron los ojos de lágrimas.
_ ¿Puedo acariciarte el estómago?...
Lo miré con mis mejillas ruborizadas y ansiando que lo hiciera, me vibró el alma y el corazón.
_ ¿Tienes las manos heladas?
_ No
_...Ok...
Casi exhausta, acomodé la cabeza en la almohada y él aferrado a mi espalda me miró. Yo me levanté el camisón y él colocó su mano en mi estómago y comenzó a acariciarlo lentamente. Me sentí tan maravillosa y a la vez llena de nervios, el corazón me latía fuerte y Joey mirándome, me vino de pronto otro cólico y solté otro gemido...
_ Tú estómago está muy inflamado pequeña
_... Me duele mucho
_ No prefieres mejor que te lleve al hospital
_ No, esto es parte de mi colón. Debo ser fuerte y pagar por haberme salido de mi dieta...
Sentí de repente un tierno y cálido beso en mi descubierto hombro.
_ Tranquila, ya verás que para mañana estarás mejor – lo amé aún más –
_... Joey
_ Shuuu, no digas nada y trata de descansar. Yo me quedaré aquí a tu lado
_... Eso haré... Eres el mejor...
Sonrió y me hizo un suave masaje en el estómago, lo que a mí me provocó mucho sueño.
Mirándome, yo me quedé profundamente dormida y él me susurró sin yo jamás oírlo:
_ Te amo Constanza...
Al otro día...
Ambos contentos, Joey acarició mi mejilla y sonrió con destellos.
_ ¿Cómo te sientes? Yo ahora te veo mucho mejor
_ Si y todo gracias a tus mimos y cuidados. Muchas gracias
_ Jejeje, de nada mi pequeña. Lo haría mil veces – ambos nos sonreímos –
_ Bien, como te portaste tan bien conmigo, yo ahora te prepararé el desayuno – sonrió tierno –
_ Bueno, está bien...
Al cabo de desayunar, nos pusimos a ver una película y los dos más que contentos, nos abrazamos en su sofá y así disfrutamos aquella tarde.
Joey bebiéndose una cerveza, yo estaba acompañándolo solo con una agua sin gas. Jugábamos entretenidos a las cartas y sonó el timbre.
Él, así descalzo, fue abrir y yo sonriéndole, él quedó anonadado al ver a una antigua amiga suya, del pasado, allí en su puerta. Ella le sonrió...
_ Perla... ¿Qué tal?...
_ ¡Y sorpresa! Hola mi querido Joey ¡Tanto tiempo Jejeje!
_ Si, harto diría yo...
_ Luces igual, no has cambiado para nada
_ Jejeje, tú tampoco – ella lo miró de pie a cabeza –
_ ¡Pero, ¿Por qué andas así en esa facha?! ¡Por dios Jajaja!
_ ¡Jajaja! Estaba descansando
_ ¿Y no me vas a invitar a pasar a caso?
_...
Yo viendo toda aquella escena, me sentí incomoda y confusa, ya que Joeynunca me había hablado de esa "supuesta amiga suya" y él nervioso, volteó a mirarme y Perla vio que él no estaba solo.
Ella me miró y yo la miré...
_ ¡Vaya! ¡Así que no estás solo, tienes compañía! ¡Y qué compañía!
_ ¿Perdón?... - dije molesta –
_ Si, no estoy solo. Te presento a Constanza, mi amiga. Cony ella es Perla, una amiga de hace años
_ Si, muchos. Nos conocemos desde que Joey se volvió a unir con los muchachos de su banda ¿Y tú con él hace cuanto?
_Dos años y medio...
_ ¡Vaya! Pues conmigo son más años ¿Cierto? – Joey la miró serio y yo fruncí el ceño –
_ ¿Y qué estás haciendo aquí en la ciudad?
_ ¿Cómo qué estoy haciendo? Vine a vivirme aquí. Así podremos recordar viejos tiempos y recuperar este largo tiempo perdido ¿No crees?
_... Jejeje...
Todo incomodo, no sabía cómo reaccionar frente a aquella mujer, casi de su misma edad. Al parecer no se esperaba, que volvería a verla y Perla insinuante, le acarició su mejilla y yo reventé de celos y no lo toleré más.
_ ¿Podría pasar aquí la noche? Si no tienes inconvenientes con tu nueva amiguita claro...
Él la miró sin saber qué hacer y yo enfurecida, me puse de pie y fui a buscar mis cosas.
_ ¡Cony!...
_ Pero ¿Qué te pasa Joey? - preguntó ella con ironía -
Salí con mis cosas en el bolso y Joey mirándome, Perla me sonrió con burla...
_ Será mejor que me vaya
_ No Cony ¿A dónde crees que vas? Tú no puedes irte así, aún estás enferma
_ Pero ¿Qué le pasa a esta niñita Joey? – más me enfurecí –
_ Estaré bien. Ahora solo preocúpate de "tu amiga" ¿Si?
Joey tomó mi mano, lo que a Perla le asombró y se indignó...
_ No, espera Cony. Al menos, déjame llevarte a tu casa...
_ Pero Joey ¿Qué hay de mi? Vengo llegando de un vuelo de más de 15 horas
(Esto no podía ser verdad. tuve unos enormes deseos de estrangular a esa insoportable mujer, pero me contuve)
_ No Joey, tranquilo. Dedícate a atender a tu amiguita, que hace tiempo parece que no se ven. Gracias por todo. Adiós...
_ ¡No! ¡Cony! ¡Cony no te vayas!
Salí de su departamento sin despedirme de esa odiosa "amiga suya" y Joey fue tras de mí. Perla lo vio correr tras de mí; me miró a mí y sonrió con malicia y burla.
_ ¡Cony! ¡Cony detente por favor! – tomó mi brazo –
_ ¡Qué es lo que quieres a ver!
_ Solo que me escuches
_ ¡¿Y qué tengo que escucharte a ver?! ¡¿De tu gran amistad con esa mujer?!
_ Perla y yo somos amigos sí, pero hacía muchos años que no la veía. Perdimos contacto cuando yo decidí viajar y vivir aquí. Nunca más supe algo de ella
_ ¿Y qué es lo que hace aquí?
_ No lo sé...
_ Claro...
Estaba muy celosa, pero no podía hacer que Joey lo notara y se me cubrieron los ojos de lágrimas. Él me miró fijamente.
_ ¿Qué pasa pequeña? ¿Por qué actúas así? Perla es solo una amiga
_... Quizás, también fue una amiga especial tuya, con la que te acostabas al igual que lo haces conmigo ¿no? – se tornó serio –
_ No, la verdad que no y, si lo hubiera hecho, que es mi vida, no tengo porque darte explicaciones a ti de lo que hago o no hago – lo miré con desilusión y me contuve las ganas de llorar –
_ Ok... tienes razón... ¡Igual, gracias por considerarme tu amiga y no haberme tenido la confianza de contarme de esa estúpida mujer!
Me alejé de su lado, sin nunca voltearme y Joey serio y desecho no lo entendió. No me detuvo y solo me vio alejarme.
<< Si supieras que solo tengo ojos para ti pequeña, pero tú eres tan necia >>
De vuelta en su departamento, vio a Perla sentada en su sofá y ella le guiñó el ojo.
_ Pero que niñita más vulgar
_ ¿Qué haces aquí sentada?
_ Esperándote obvio ¿Y qué tienes para que tomemos?
_ Nada. No estoy de humor
_ ¡Ay vamos cariño! no te puedes amargar por una tonta discusión y menos por una mocosa como esa
_ Esa mocosa como tú le dices es mi amiga, así que te voy a pedir que no vuelvas a hablar mal de ella en mi presencia ¿Te queda claro?
_ ¡Ay! Está bien. Ahora dime, ¿Dónde voy a dormir?
_ En ningún lado. Perla es un gusto que estés aquí, pero ahora yo necesito estar solo
_ ¡Pero Joey!
_ ¡Dije solo! No quiero a nadie aquí
_... Está bien, me iré... No eres nada a ese sujeto risueño y divertido a quien yo conocí años atrás
_ Tú lo has dicho
_...
Hinchada y triste, oía a los niños jugar en el patio y comía sin ánimos, ni hambre, unos tallarines blancos con un poco de ensalada.
Me sentía horrible, con una hinchazón terrible del estómago, por mi colón, el que aún no se me deshinchaba y pensando en Joey una y otra vez, solo quería llorar. No dejaba de pensar en lo que había pasado con ambos y me sentía culpable.
<< Creo que ahora sí no querrás saber nada de mi Joey... >>
<< ¿Y cómo no? si ahora llegó esa mujer, tú gran amiga, para apartarte de mi... >>
<< Si supieras cuanto te quiero y te amo, pero tú nunca te diste cuenta de mis verdaderos sentimientos por ti >>
<< ¿Qué haré ahora sin ti, sin tus mimos, cuidados y sin tu grata compañía? >>
<< Debes estar muy enojado conmigo Joey, pero es que me puse tan celosa y aún lo estoy. No me gusta que esa odiosa mujer esté a tu lado >>
<< Quizá deba aceptarlo y resignarme. También es tu amiga... >>
A punto de llorar, se me oprimió el aliento y sonó el timbre de regreso a las salas. Con el corazón apretado, me levanté a lavar la loza y haciéndolo, tenía los ojos rojos, a punto de derramar lágrimas.
Miraba a mis alumnos jugar y hacer sus tardes. Los encontraba tan adorables y me daban más ganas de llorar.
Solo anhelaba una, una llamada suya, pero sabía que eso no pasaría y lo comprendía.
<< Joey ya no quiere nada conmigo... >>
Los niños salieron; yo caminé como pude hasta la salida y Gustavo me vio a lo lejos...
_ ¡Constanza!
Me volteé y mi pesadilla se hizo presente...
<< Oh no, lo único que me faltaba >>
_... Hola Gustavo
_ ¿Qué tal? No te vi hoy en el recreo
_ Estaba ocupada
_ Me imaginé... ¿Te gustaría ir a comer sushi conmigo? – pensé en Joey –
_ No Gustavo. No estoy muy bien de mi estomago y...
_ ¿Qué es lo que tienes? Mira, en mi casa tengo muchas hierbas medicinales. Podrías acompañarme y yo te podría recomendar una – más pensé en Joey –
_ No Gustavo. No iré contigo
_ ¿Mañana? ¿U otro día?
_... Mira Gustavo. Quiero dejarte las cosas en claro. No quiero salir contigo y no habrá otra vez ¿Ok? Solo salimos a cenar esa vez y ya. Siento ser así de franca contigo, pero no me interesas
_... Pero ¿Por qué? si tú a mi me simpatizas y fascinas mucho
_ Lo siento, pero tú no a mí – frunció el ceño –
_ Eso lo dices porque estás interesada en otro ¿Verdad?
_ No tengo porque darte explicaciones de eso a ti
_ Pues deberías, porque jugaste con mis sentimientos
_ ¡¿Qué?! ¡¿De qué estás hablando?! Solo salimos una vez a cenar y ya
_ Para mí fue más que necesario...
Sentí de pronto una fuerte punzada al costado derecho de mi estomago y me sentí mal.
_... Sabes, mejor me voy...
_ Eso huye, huye como lo que eres, una cobarde y una arpía sin sentimientos
_ No tengo porque estar tolerando tus insultos. Ahora demostraste ser lo que eres, un pobre perdedor y vulgar
Se indignó aún más y yo mal, caminé con dificultad a la salida y lo ignoré. Me sentí al fin libre de habérmelo sacado de encima.
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