4 Diciembre 2021.

★★ Habitación ★★

Narra Gulf:
Soy Gulf Kanawut y tengo 15 años, soy hijo único a raíz de la muerte de mi hermano Kao de 15 años cuando yo tenía 8 años. Nada volvió a ser igual en mi familia amorosa. Los padres que un día creí ser unos héroes hoy para mí son unos monstruos, verdaderamente unos monstruos. Los gritos en la cocina y los platos quebrarse nuevamente me asustan. Mis padres nuevamente pelean, mi padre otra vez está borracho y no me enorgullece decir que agrede a mi madre, ¿por qué siguen juntos después de años de un matrimonio tormentoso? Los platos se escuchan quebrarse y siempre es lo mismo, ya me cansé de decirle a mi madre que nos vayamos. Ella no entiende, solo lo justifica. La mejor solución es subir el volumen a la música e ignorar lo que sigue ocurriendo en el primer piso, específicamente en la cocina. De mi bolso saco un pequeño relajante que me regalaron mis amigos. La cocaína es mi único aliado que me ayuda a olvidar todo a mi alrededor desde hace 2 años. Ya me cansé de rezar y pedir a Dios que me ayude con mis padres. Como ya dije; Los padres que un día creí ser unos héroes, hoy para mí son unos monstruos.

Los pasos por el segundo piso se escuchan fuertemente, ahora están peleando en su habitación, la música la subo y empiezo a preparar mi dosis para inhalarla. Solo quiero borrar todo lo horrible que se dicen y como se culpan siempre por la muerte de Kao, Kao fue el estúpido que se mató por andar borracho y en carreras clandestinas. Ya se murió.

¿Será que se revive si se siguen culpando?

¿Será que la sangre que mi mamá derrama por los golpes lo traerá devuelta?

¿Será que si mi padre sigue bebiendo lo saca de su tumba?

¿Será que si dejan de pelear Kao estará otra vez aquí y seremos una familia unida otra vez?

¡Ja! Esta droga que entró por mi puente nasal ya está haciendo efecto. Ya estoy hablando idioteces. Solo apagó la música y tomo mi chaqueta. Solo quiero salir huyendo de ese maldito lugar.

Abro la puerta de mi habitación, camino hacia la escalera y antes de bajar veo a mi madre tirada en el piso suplicando a mi padre que ya no la golpeé más, él está con el cinturón en la mano, se lo dije muchas veces que nos vayamos y la vez que le pedí detenerse a mi padre ella me golpeó. Si ella, mi madre me abofeteó y me dijo que me fuera, que no me metiera en la pelea de los adultos. Tenía 9 años, fue la primera y única vez que lo hizo. Desde ese entonces juré no intervenir más.

Muchas veces pienso y me enojo con ella que simplemente es una estúpida por no reaccionar. Y ya estoy resignado a que un día la deberé dejar ir, que la perderé en manos de mi padre. ¿Y la policía? Ese fue uno de mis errores a los 10 años, después que mi padre salió de la detención, me enseñó a que no debo ser un entrometido, estuve adolorido 3 días. Y fue cuando más me convencí de que mis padres solo eran unos monstruos y que se merecen el uno al otro. Qué iluso creer que eran como héroes, que eran personas maravillosas, la muerte de Kao solo me enseñó a entender que mis padres solo tenían doble cara.

Cierro la puerta y bajo con una amplia sonrisa y mi cuerpo lo siento ya relajado. Unas lágrimas me traicionan, miro la cocina destruida. Ya no doy más y solo sé que mi vida es una mierda. ¡Solo quiero morir!

Salgo de casa corriendo, tomo mi bicicleta y me voy a toda velocidad, no me importa ser atropellado o golpear a alguien. Solo quiero terminar con mi vida, solo quiero terminar con toda esta pesadilla y en lo posible ir al lado de Kao y tirar su oreja y regañarlo. Regañarlo y culparlo por destruir nuestra familia.

Mis rodillas arden y mi cabeza también, he caído de mi bicicleta, trató de levantarme, pero no tengo fuerzas. Miro al cielo y creo que va a llover. Empiezo a llorar fuertemente tirado en el piso, no por el dolor de mis heridas internas, son mis heridas externas las que me quemas. Siempre he dicho que es como de película encontrar un puente y arrojarse para morir. ¿Adivine que hay frente de mí? Ja, un puente, ¿será que si tengo que morir? Ni sé cómo llegué aquí. Pero si llegué aquí, sé que fue por algo y no voy a perder mi oportunidad. Ya nada me importa y sé que a nadie le importaré tampoco.

Derrotado y vencido, me levanto del piso, las primeras gotas empiezan a aparecer, esto es realmente de película, la muerte perfecta, ¿será que llegue alguien y me salve? Será que llevará alguien y me diga ¡No! ¡No lo hagas! Solo pensarlo me hace reír. Lentamente, llevo mi pie izquierdo al otro lado de los fierros de contención del puente y lo mismo hago con el derecho. Ya estoy completamente del otro lado y solo quedó jugando sosteniéndome con fuerzas mirando el precipicio. ¿Me doleré mucho morir?

—¡No te muevas! —grita un chico de unos 19 años bajando de su deportivo rojo abriendo su paraguas y acercarse—. No hagas esto.

Y yo que decía que solo pasaban en las películas.

—Solo siga su camino, no tiene idea de lo que estoy viviendo, no tiene idea del infierno que es vivir con ellos —dice Gulf llorando—. La muerte es mi única salvación.

—No sé lo que está viviendo o porque toma esta decisión, pero no creo que Dios quiera devuelta aún a su hermoso ángel. Soy Mew Suppasit, déjame ayudarte, seguro alguna solución podemos encontrar —dice Mew acercándose lentamente—. ¿Cuál es tu nombre hermoso?

—Yo... Yo soy G-Gulf, Gulf Kanawut —responde Gulf mirando nuevamente el precipicio—. Esta decisión es por mis padres, mi hermano mayor Kao murió hace 7 años y desde ese entonces ellos no paran de gritar y pelear, mi madre es agredida casi siempre, pero si yo intervengo ella me agrede a mí, lo mismo que mi padre. A ninguno le importó.

—No diga eso, seguro, ahora te están buscando. Dime algo pequeño, ¿te drogas? —pregunta Mew mirando fijamente a Gulf a los ojos.

—Hace dos años mis amigos me dieron un polvo blanco cuando lloraba en el colegio, mi madre había sido ingresada de urgencia y yo estaba muy mal, cocaína me dieron y cada vez que tengo problemas lo uso —responde Gulf—. Trate de utilizar otras drogas, pero no eran mejor que la que inhaló.

—Pequeño, ninguna droga es buena para la salud a no ser que alguna pueda utilizarse con fines médicos, soy estudiante de 2.º año en la universidad y no me gustaría verte sumergido en las drogas, eres demasiado lindo para arruinar tu vida —responde Mew acercándose y dejar caer su paraguas y jalar a Gulf lejos del precipicio y caer ambos al piso.

—¡Suéltame! ¡Suéltame! —grita una y otra vez Gulf que estaba siendo sujetado fuertemente por Mew.

—¡Ya basta! ¡Basta por favor! —grita Mew sujetando fuertemente a Gulf a su pecho—. Shh... Tranquilo.

Los brazos fuertes de Mew me sujetaban y de pronto una paz invadió mi corazón, solamente me dejé de gritar y de patalear y me aferré a abrazarlo, hace mucho que nadie me abrazaba como él lo hacía y solo me dejé abrazar y seguir llorando mientras él acariciaba mi cabello húmedo y me decía lindas palabras.

—Tranquilo pequeño, todo estará bien, te soltaré, pero no cometas semejante estupidez —pide Mew con sus lágrimas mojando sus mejillas, aferrando más fuerte a Gulf a su cuerpo.

—¿Qué voy a hacer ahora? No quiero volver a esta casa, no quiero volver a esa vida, no quiero seguir viendo, peleas, golpes y humillaciones —se pregunta Gulf sollozando.

—¿No tienes más familia? —pregunta Mew sin dejar de abrazarlo—. ¿No tienes otros parientes que te acojan?

—Si fuera así ya no estaría aquí —responde Gulf mirando a Mew—. Estás todo mojado por mi culpa, perdón. Emprende tu viaje, me iré a casa, ya no tiene sentido que me maté, mejor sigo tolerando a mis padres.

—La verdad es que quedaré muy preocupado y pensado en ti pequeño, realmente debe ser un infierno el que vives, si tomaste esta decisión tan drástica y usar drogas. Algo que espero que no lo sigas haciendo —dice Mew poniéndose de pies ayudando a Gulf.

—Ya no quiero seguir hablando de este tema, mejor me voy —dice Gulf haciendo una corta reverencia.

—¡Espera! —grita Mew al ver las piernas dañadas de Gulf—. Tus piernas están dañadas.

—Sí, fue a raíz de la caída de hace un rato, pero ya pasará, nada me duele, esa es buena señal de que no tengo nada roto —responde Gulf para tomar su bicicleta y emprender su viaje de vuelta a casa.

—Es mejor que lo diga —dice Mew para subir a su auto y seguir lentamente a Gulf por detrás.

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