
Capítulo 1| Un más o menos comienzo
1
El timbre sonó.
Todos tomaron sus cosas y salieron con pasos rápidos y otros con pasos de tortuga.
Pensé que la vida universitaria iba a ser más fácil que la de secundaria, pero resultó ser peor.
Me imaginaba que todo era como en las películas adolescentes que me fascinan ver. Los chicos malos; los populares; los nerds; las fiestas; experiencias hormonales, pero lastimosamente en la realidad nada es así. Aquí todos se llevan bien, claro que hay más de alguna chica que te queda viendo feo pero de ahí no hay más problemas, imaginaba que cuando llegara hasta este lugar nadie iba a nota mi presencia, pero claro que aquí no pasas desapercibido, todos te conocen y todos andan detrás de ti, porque el chisme es lo que abunda, al igual que los hipócritas.
En conclusión, mi vida se resume en tres simples cosas.
Asistir a clases.
Estar en el piso, en total soledad.
Ver la televisión.
¡Oh!, y casi lo olvido, en realidad son cuatro simples cosas y la última es: pasar algunas tardes en la cafetería cercana al campus, no por el café que sirven sino por la persona que lo sirve.
Su nombre: Rayan Collins.
Edad: 23.
Carrera que cursa: Derecho y legislación.
Hermanos: no hay.
Novia: Si hay.
Estatus social: Rico en todos los aspectos posibles.
Probabilidad de que yo le guste: No hay probabilidad.
Okay, no me juzguen, la verdad es que desde que lo ví por primera vez comencé a tener una pequeña obsesión con él, por consiguiente comencé a investigarlo profundame, talvez pueda sonar como una loca acosadora—cosa que si soy—, pero la verdad es que no me lo puedo sacar ni un segundo de mi cabeza.
Pero siempre hay un obstáculo o un pelo en la comida como suelen decir y eso pelo fastidioso en mi comida tiene nombre y apellido.
Luz Watson.
Alías la novia de Rayan, hija de la dueña de la cafetería en la que el trabaja. Chica de cabellera negra hasta los hombros; ojos tan oscuros como la noche y sobre todo un cuerpo envidiable. De hecho, comparto una clase con ella y les puedo decir que es horriblemente amable y trágicamente mi amiga, la misma con la que comparto piso.
Sí, como escuchan, Luz es mi amiga y ambas somos compañeras de piso.
¿Saben lo horrible qué es, que tu crush se este cogiendo a tu mejor amiga al otro lado de tu habitación?.
Eso es doloroso.
Triste.
Asfixiante.
E incómodo.
Todo eso es Saber que la persona que te roba cada suspiro está con otra y no contigo; que quiere a otra y no a ti; que ama a otra y no a tí; que su memoria la tiene saturada con pensamientos de otra y no de ti, eso es sumamente doloroso.
No obstante, lo peor de todo es que ni siquiera me dirige la palabra, es como si yo no existiera en su universo, como si fuese un mueble más en aquellas cuatro paredes. Pero que le puedo hacer.
Ser ignorada por la persona que te gusta es doloroso y te forma nudos en la garganta, pero saber que es el novio de tú mejor amiga es traúmante.
Esta historia, mí historia, no es todo lo que parece, pero aún así se la dedico a todas esas chicas que desafortunadamente se fijaron en el chico equivocado; el chico de otra, el chico de sus mejores amigas. Porqué sí, yo me enamoré de un chico que jamás me va a pertenecer y que nunca pero nunca me miraría más qué como la chica que comparte piso con su novia y la que siempre pide un café helado para tomar.
Pero que sabremos las cosas dan un giro. La vida es una canción en aleatorio.
—Ya tengo su regalo—Luz dice emocionada sacándome de mis pensamientos.
—¿Regalo?—pregunto confundida.
—Han, estas muy distraída últimamente—ella se cruza de brazos y da un gran suspiro—Te estaba diciendo que ya tengo el regalo para mi osito.
—¿Le das obsequios a tus peluches?— pregunto un tanto divertida.
—Deja tus payasadas, te estoy hablando de Rayan—Luz pone los ojos en blanco y deja salir una pequeña risita.
—¿Es su cumpleaños?—vuelvo a preguntar, pero sé que no lo es. Solo la quiero molestar.
—¿E enserio?—Luz se cruza de brazos y juro que si sus ojos fuesen una ametralladora ya me hubiese matado.
—¡Oh!—exclamo en un pequeño chillido—Están de aniversario.
Sé que tampoco es su aniversario, pero tampoco sé que día es hoy. No nos vayamos a engañar.
—¡NO Y NO!—ella grita algo molesta.
—Entonces no sé.
—Hanna, ¿en serio has olvidado ese día?—ella me mira con cierta impresión. Yo me encojo de hombros.
—No sé de que día me estás hablando— hablo con sinceridad—Pero si se trata del amigo secreto te juro que yo no me he apuntado, es más, yo no existo.
—Es increíble— habla con una pequeña sonrisa, mientras niega con la cabeza— olvidaste el catorce de febrero.
¡Oh!, eso sí tiene un poco más de sentido. Pero la verdad no me emociona mucho, no tengo pareja y nadie con quien pasar ese día.
—Pensé que era algo más importante.—le digo.
—Hanna.
—Es que no le encuentro sentido en celebrar ese día, la amistad se tiene que vivir todos los días y el amor se demuestra todos los días, así de simple. San Valentín es solo una farsa, un negocio, no me interesa celebrarlo.
—¿Porqué dices eso?—Luz me miró con algo de confusión—, deseguro es porque aún no encuentras al indicado, yo puedo presentarte a uno...
—¡Basta!— corto sus palabras con un pequeño grito.—Solo no me gusta ese día, no me interesa nadie y ya mejor no hablemos de esto.
—Okay, no quise incomodarte—Luz me ve por una última y comienza a caminar hacia la puerta.
Si algo tiene esa chica es que no le gusta rogar o se ofende rápido, es una tonta. Puede decirse que tiene orgullo.
—Escucha, no quise que te sintieras mal, Solo que el romance y todo ese rollo de la pasión no me va—hablo antes de que saliera.
—Si te la pasas viendo dramas todas las noches—habla con cierta obviedad—Hasta lees y escribes sobre eso.
—Tienes razón, solo que me gusta verlo pero no vivirlo.
Y lo decía con toda la sinceridad del mundo.
—Como tú digas, te veo en la noche hoy iré a Watson para ayudarle a Rayan, necesitamos hacer la decoración antes del catorce y solo nos quedan dos días.
—Está bien—le respondí con una pequeña sonrisa—Quizas vaya en la tarde.
—Okis.
Ella sale del salón dejándome sola.
Luz tiene razón, de seguro aún no ha llegado el indicado. Sin embargo, he tratado de salir con algún otro chico pero simplemente nada es igual, siempre tiene que estar el maldito rostro de Rayan en mi cabeza.
Hay días en los que pienso que quedare como la tía Lidia, soltera, virgen y cuidando sobrinos, con la diferencia de qué no tengo hermanos y que no me gustaría quedar virgen toda la vida, aún necesito tener mi romance adolescente con un europeo o coreano.
¿Cuál romance adolescente?, ya vamos para los 21. Ilusa.
Antes de salir le hecho un vistazo a mí celular y en mí rostro se forma una sonrisa enorme al ver el mensaje de una personita a la que quiero con todo mí corazón: mi prima.
[Priscila]
Te veo en dos horas en Watson. Espero llegues puntual.♡
Una enorme oleada de felicidad me inundó, después de tres meses volvería a ver a Priscila.
Así que no lo dudé y respondí.
[Hanna]
Okis dokis :)
Antes de guardar el celular conecto mis auriculares y comencé a escuchar un poco de música, la primera en sonar es: You Rock my world de Michael Jackson.
Tarareo la canción mientras recojo todos mis bolígrafos y libros de la mesa y los acomodo en mi mochila, siempre me he considerado una fan de Michael, en la habitación de mi casa tengo decenas de pósteres de él pegados a la pared.
— you rocked my world, you know you did. And everything i own i give. —canto en voz baja mientras salgo con pasos lentos del salón.
Los pasillos se vuelven parte de la cancion incluyéndome, cada estrofa me llega hasta el corazón. Sigo mi camino mientras qué con mi cabeza voy haciendo una pequeña danza al ritmo de la música, no obstante cuando la canción cedió, escuché el grito de alguien a mis espaldas.
—¡HEY!.
Me detuve en seco al ver a la persona que caminaba hacia mi dirección. Sabía que lo había visto en alguna parte, pero no sé dónde.
—¿Hola?.—mi ceño se frunce.
—Caminas rápido—dijo este con la voz agitada.—Dame un segundo para tomar aire.
—¿Pasa algo?—hablo mientras me quito los auriculares de los oídos—¿Nos conocemos?.
En alguna parte me he topado con ese rostro, pero, ¿dónde?.
—Tú no a mí, pero yo si a ti— respondió con una sonrisa—Bueno, quiero ir directo al punto.
—Me parece bien, pero antes me gustaría saber tú nombre—hablo con una nota de desconfianza, es que siento haberlo topado en algún sitio.
—¡Oh, sí!—dijo este como si lo hubiese recordado—Soy Neyzer, estoy en segundo año de filosofía, de hecho mi tía es la directora.
Neyzer, ¿Neyzer qué?. No me sonaba, a lo mejor no era.
—Te pedí tu nombre no tus datos personales—puse los ojos en blanco— ¿Qué es lo que quieres decir?, No tengo mucho tiempo.
El chico me miró y parpadeó muchas veces, hasta que por fin reaccionó nuevamente, de hecho se ve demasiado torpe. Así que deduzco que no puede ser.
—Quiero...
—¿Quieres?—lo incito para que termine lo que va a decir—¿Una foto?, ¿Un poco de agua?.
—Hoy hay una fiesta, me gustaría que vinieras.
Mis ojos se abren de par en par y una pequeña risita burlona quiso salir de mi boca pero la contuve. No es momento de reír.
—¿Fiesta? Se supone que están prohibidas.
Neyzer sonrió ampliamente como si está vez tuviera la respuesta bien clara.
—Es en las afueras del campus, osea que nadie nos puede decir nada, además todos iran, no creo que quieras quedarte sola.
Buen punto, solo que a mí mi me vale estar sola. Tengo cosas más importantes que hacer.
—¿Sabes?, sé qué es de mala educación rechazar una invitación, pero no me gusta mezclárme con mucha gente, me da pena pero no—dije con una pequeña sonrisa—, tal vez para la próxima.
Me dí media vuelta para empezar a caminar, pero antes de que diera un paso más habló.
—Desde hace tiempo te he estado observando, pero jamás tuve el valor para hablarte.—el chico dijo a mis espaldas—Siempre sueles hacer cosas raras y eso es lindo, tú eres linda. Con todo y los lentes, creo que te ves hermosa.
—¿Qué?.
Fue lo único que pronuncié con el ceño fruncido, no me creía lo que pasaba. No soy tan estúpida.
—Lo que escuchaste, pensé que invitarte sería una muy buena forma de acercarme a ti.
Me giré nuevamente para encararlo. La verdad no tenía palabras, nadie había hecho algo parecido por mí, de hecho no me parecía tan feo el tal Neyzer, sus ojos eran del mismo color que los míos, aunque el azul de ellos estaba más encendido y los míos eran más opacos que casi nadie los notaba por los lentes. Un azul magnético, que atrae profundamente.
—La verdad eso no me lo esperaba—dije con total sinceridad—Estaré pensando en tu invitación, si me animo te veo más tarde.
—Te estaré esperando, Hanna.—Neyzer habla acompañado con una sonrisa.
—Está bien Nerling—hablo un poco divertida.
—Es Neyzer—aclara sin despagar su sonrisa.
—Adiós Neylin.
Volví a decir mal su nombre porque si algo me caracteriza son mis payasadas y mi sentido del humor, cosa que no me es de mucha ayuda en momentos de total seriedad.
—Neyzer—aclaró nuevamente.
—Nos vemos Norling.
Le hice un gesto con mi mano en forma de despedida. Él negó con la cabeza divertido y yo caminé rápido hasta llegar a la salida. Avancé hasta el aparcamiento y busque mi pequeño auto rojo, mi estómago rugía de hambre, por lo que así que conducí directo a Watson, las hamburguesas que sirven son la gloria, de paso esperaría a Priscila.
Muero de ganas por verla y ponerme al día con todo lo que pasa en casa, quiero saber cómo está papá, la tía Lidia y los pequeños demonios de mis primos. Bueno, y de Hellen, su mamá.
Veinte minutos más tarde me encontraba sentada en Watson disfrutando de una rica y sensual hamburguesa. Aparte de eso estaba escribiendo una encuesta para el periódico oficial de la universidad, titulado: LO QUE LA GENTE PROMETE CUANDO ESTÁ ENAMORADA.
Apenas tenía el título, y necesitaba terminarlo antes del catorce, lo que quería decir que tengo hasta mañana. Necesitaba un buen blog para llamar la atención de los receptores.
Hoy en día no le estamos dando la verdadera importancia a decir un "te amo" o un "te quiero".
San Valentín es una día especial, ¿pero solo por ser esa fecha significa regalos significativos y muestras de cariño?, no, nada de eso. Suelo creer que el amor no es lo material, sino el afecto que mostramos a esa persona.
Cuando una persona está enamorada suele bajar el cielo y las estrellas, pero cuando ese amor se va, ¿Que sucede?, solo incomodas.
Pero cabe mencionar que el amor no es lo que duele, claro que no. El amor jamás dolerá, lo que duele es el apego emocional. Para describir mejor este tema, me he tomado la libertad de hacer una playlist, con canciones que sanan y destrozan el alma, cada una para una promesa no cumplida.
Si alguna vez te prometieron no irse jamás de tú vida, la canción perfecta es: All I Want de Kodaline.
Si alguna vez te prometieron que por siempre serías él/la única/o, pero había una tercera persona, la canción para ti es: ____________
—Pensé que te irías al apartamento— la voz de Luz se roba mi atención, apago mi portátil y le doy un mordisco a mi hamburguesa.
—Mi prima vendrá, además recordé que el WiFi del piso no sirve, así que te estoy robando internet ahora mismo para terminar mi blog.—hablo con la boca llena, a lo que Luz reacciona con una mueca de desagrado.—¿Qué?.
—Tendré que llamar para que lo arreglen.—dijo ladeando la cabeza— ¿Ahora de que tratará tú nota para el periódico?, el mes pasado fue sobre "Como iniciar el año con el pie izquierdo y plano" lo que fue un enorme éxito.
Casi escupo la comida por la risa, ese blog fue la increíble, todos amaron eso.
—Claro, a las personas les gusta leer mi mala suerte, algunos se identificaron y otros les causo cierta gracia. Sin embargo, está vez será un tema sobre el desamor y todas las promesas rotas.
Luz me sonrió.
—Me gusta tu idea, a veces quisiera tener tú cerebro.
—Inteligente desde la cuna.
—Si que eres tonta, pero tienes razón. Tienes mucha cabeza para hacer lo que haces, pero mejor cuenta como vas con el blog.
—Como es una encuesta, mañana necesito entrevistar aproximadamente a más de algún chico o chica con el corazón roto, necesito con urgencia una voz de la experiencia.
Le dí un último mordisco a lo que queda de la hamburguesa, Luz me observa y achica sus ojos como si pensara en algo. Frunzo mi ceño, cuando trato de hablar pero ella me interrumpe.
—Creo que Rayan puede ayudarte.
Al escuchar el nombre del chico que me pone los pelos de punta casi me pego con un pedazo de pan.
—¿Ray-an?— dije tosiendo.
Tuve que tomar un sorbo de soda para que se me pasara. Caramba, que no diga su nombre así por así, hay corazones débiles por aquí.
—¡Sí!—exclama con una sonrisa.
—¿Y que tanto sabe él del tema?—le digo con la voz agitada ya recuperando el aliento.
—Su mamá es psicóloga y creo que te puede llevar con ella.
—Pero ni siquera le caigo bien, dudo que quiera ayudarme—dije con obviedad recordando todas las veces que ni siquiera me ve por error o qué me pasa por un lado y no me saluda ni con un pedo.—Hasta creo que me quiere matar, Rayan es intimidante.
Pero sexy.
—Pues es hora de que hagan las pases.— se encogió de hombros restando importancia.—Le diré que vaya contigo después de que acabe su turno.
—Pero...
—Pero nada, tú eres mi mejor amiga y él es mi novio, además yo quiero que ustedes sean amigos y se conozcan.
No tuve otra opción que aceptar, contradecirla no era una buena idea.
Mis ojos detallaron de lo lejos a Rayan quién estaba atendiendo una mesa, sus cabellos son de color azabache y lo tiene atado a una cola, una barba masculina le decora su hermoso rostro; sus brazos bien formados estan repletos de tatuajes y todo en él grita ven y hazme tuyo.
¿Porqué habiendo tantos chicos en esta universidad me tuve que fijar en uno que tiene un sello de prohibido en la frente?. Misterios del universo.
—En otras noticias—Luz habla sacándome nuevamente de mis pensamiento —, hoy habrá una fiesta y será una muy buena forma de distraerse antes de los exámenes, dicen que la organiza un tal Néstor.
Está vez me rio.
—Creo que su nombre es Neyzer.
—¡Ese mismo!, ¿Te apuntas?.
—No sé si quiera ir, de hecho necesito concentrarme en esto y con los exámenes cerca dudo poder relajarme.— hago una mueca al ver que ya no tengo nada en el plato—No sé en qué momento me la acabe toda.—le digo refiriéndome a la hamburguesa.
Hice a un lado el plato, me quité los lentes y los comencé a limpiar de mala gana, era corto el día para que se pusieran pañosos. Sin embargo, en segundos que nos los vi venir—osea, no tenía los lentes, ¿Captan el chiste?, bueno, no.—, Rayan estaba sentado al otro lado de Luz.
—Tus minutos de descanso se acabaron —este habló acompañado con una sonrisa y le depositó un corto beso en los labios, tuve que bajar la mirada para no ser muy obvia de lo incomoda que me ponía en momentos así.
Pero que linda mesa.
—Necesito que lleves a Han con tú mamá, es algo de vida o muerte—Luz le dice a Rayan con una sonrisa.
—¿A quién?—Rayan preguntó incrédulo.
Y ahí estaba. Él ni siquiera sabía de mi miserable existencia, no obstante, carraspe la garganta e hice que los dos me observaran.
—Yo soy Han, bueno, es Hanna—hablo en voz baja como si me doliera la boca para hablar, volví a carraspear la garganta inconscientemente—Y me sería muy buena la ayuda de tú madre... Y sé que muy en el fondo me conoces, no soy tan invisible.
Él se ríe y asiente. Aw, me ha sonreído. Basta, me muero. Ahora todo dentro de mí explota, mi pequeña yo hace una danza de felicidad.
—Okay, prefiero omitir preguntas, pero está bien.—nada más.—Te llevaré con mi mamá.
—Gracias.
Esa fue la primera vez que en realidad me habló.
¡Oh Dios!, no sé si tomar bien o mal sus palabras, aunque fue positivo que me haya dicho unas simples palabras, pero ahora pensará que estoy mal con mi salud mental—cosa que tan falsa no es—, pero eso es lo de menos.
Despues de dos años asechandolo entre la oscuridad de las sombras y tinieblas de Watson, no contando las veces que lo pillé casí desnudo sin qué se diera cuenta en el apartamento, él por fin me a hablado.
Un gran avance.
Pasaron horas después de ese pequeño instante en qué Rayan me noto, luego todo siguió igual y me dejaron sola.
Luz y él se enfocaron en decorar el lugar con adornos rojos característicos para estas fechas, yo por mi parte me sumergí entre el teclado del computador y mi mente.
Para entonces ya había terminado la mitad de mi trabajo, ahora solo quedaba poner las interrogantes. No sabía muy bien que escribir, mi cerebro se bloqueó y solo quedó una nube densa que tiraba pequeños relámpagos de confusión.
Me frote la sien con ambas manos y traté de pensar en todo lo que me prometieron mis antiguos amores que en realidad solo fueron aventuras de días.
Todo era un mar de confusión ya que nisiquera me prometían la luna o estrellas como comúnmente suelen decir los chicos, estos solo buscaban llevarme a la cama cosa que me negaba y por eso siempre me cambian por algo mejor o mejor dicho, algo más fácil.
Entre toda mi guerra de pensamientos, pasó el momento que tanto esperaba. La puerta de vidrio polarizada de Watson se abrió para dejar pasar a mi prima.
Ella solo llevaba una cazadora beige, unos pantalones ajustados y el cabello levemente recogido en un moño bien hecho.
—¡Hanna!—gritó con emoción al verme.
—¡Pri!—tambien grité.
Ella sonrió y fue directo hacia mí, en donde me abrazó tan fuerte que sentí salirme todo el aire. Pero no me importó, porque ella estaba aquí.
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