CAPÍTULO 16: CULPABLE
Ronnie empieza a dar sus palabras y agradecimientos, y en eso aparece Vanessa. Me giro hasta ella para decirle lo traidora que es, pero rápido descubro que no está sola, está con él. Y no es primera vez que lo veo, yo lo conozco. Empiezo a ponerme nerviosa...
No recuerdo su nombre, pero su parecido con ese tal Gael que me visitó hace unos días es impresionante. Respiro profundo, no es el momento para que me dé un ataque de ansiedad. No puede ser, debo calmarme. Aquí no, ni ahora. Está la prensa, debo pasar desapercibida. Vanessa está sonriendo como niña chiquita, ¿será éste...?
Niego con la cabeza.
—Alena, éste es Connor, ¿lo recuerdas?— dice Vanessa un poco alegre.
Lo deduzco por su mirada y sus expresiones. ¿Connor? Yo lo conozco, sé que sí.
—Es un placer —extiendo mi mano.
Pero éste está atónito. Más que yo. Como si yo fuera un fantasma, ¿sabrá algo de lo que me pasó? Debo estar paranoica.
—Ya fue un placer—, esboza una sonrisa —nos conocemos de un tiempo atrás, es bueno para mí saber que estás bien.
—¡Oh!
Solo digo eso. Es que no sé qué decirle. No es que recuerde momentos con él, es solo que se me hizo conocido, eso es todo.
—¿Tiene mucho tiempo hablando?
—No—, respondo de regreso a Vanessa —en unos minutos cortarán la cinta.
Intento analizar el ambiente en búsqueda de ese Gael, tiene que ser familiar de él. Son idénticos. Si no fuera, claro, por su diferencia de estatura y tono de piel. Tal vez deba preguntarle, pero no quiero ser imprudente. Aunque debería porque no deja de observarme, me tiene nerviosa. Me giro y le ofrezco una sonrisa para que sepa que lo estoy mirando, también.
—¿Quieren un trago? —pregunta Connor.
—No, estoy bien— digo amablemente.
Pero Vanessa como siempre, tiene el apetito abierto...
—Yo quiero una brocheta de camarones que vi pasar hasta no hace mucho —analiza el ambiente— ¡YA LAS VI! ¡Vuelvo enseguida!
Se pierde entre la gente, de nuevo. ¡Genial!, ya es costumbre por hoy.
—Debo preguntarte algo —sé que suena muy desesperado, pero es ahora o nunca —¿Viniste con Gael?
—¡¿CON GAEL?! —Se exaspera, su acento irlandés es más notable ahora.
—Sí, con Gael. Él me fue a visitar a la clínica hace un par de semanas y, si me permites aclarar, son idénticos. Tal vez sean hermanos, o primos...
Se queda en silencio unos minutos. Intentando digerir lo que le pregunté, necesito una respuesta urgente antes de que aparezca Vanessa. O Elián y Larissa.
—¿Entonces...? —insisto— Lamento parecer desesperada, pero no sé si sepas, perdí la memoria y necesito saber por qué ese Gael me alteró cuando me visitó en hospital. Y antes de que digas algo, sé que lo conoces su parecido es algo descomunal.
—Bueno...Él no es Gael. Se llama Colin. Es mi primo, fue a verte porque no creía que estuvieras viva...
—Entonces, tú primo me conocía. ¿Por qué escoger ese nombre? ¿Por qué le interesa saber si estoy viva? ¿Por qué utilizó el nombre de Gael?
—Mira, no es el lugar ni el momento para hablar de algo así. Te visitaré, al Sanatorio. Hablaremos lo que quieras, prometo aclarar todas tus dudas.
—Bien. ¿Vanessa sabe? Quiero decir, ¿sabe que tú primo fue al hospital?
—¡No! Y espero que quede entre nosotros tres, ella piensa que yo la dejé por situaciones misteriosas.
—¿Situaciones misteriosas? ¿Y qué tiene que ver que la hayas dejado conmigo?
—Ya te dije, el lunes te visitaremos.
—De acuerdo, ¿pero si saben quién es Gael?
—Claro que sé. Hasta Vanessa—, ofrece una amarga y débil sonrisa —no se lo preguntes sino estás lista para obtener respuestas...
—¿Qué puedes tú saber de m...?
Pero rápido me quedo en silencio, porque aparecen el trío de ésta noche. Trío que se supone que me iban a cuidar y me han dejado sola.
—¡Connor! —se sorprende Larissa.
—¿También se conocen?
—Mucho más de lo que lamento admitir.
Frunzo el ceño.
O sea que la parte de mi vida que estoy omitiendo es la de Colin y Connor. Y por supuesto ese tal Gael. Debe ser un primo más, o algo así.
°°°
Ronnie terminó de dar sus palabras, al hacerlo me giré hasta mis amigos y solo nos encontrábamos los guardaespaldas, Elián y Larissa. Vanessa y Connor desaparecieron, Elián me aseguró que estaría bien. Así que me acerqué hasta Ronnie y me despedí, ya era tarde. Para mí.
Y ahora me encuentro de pie frente a la entrada del Sanatorio.
—¿Te encuentras bien? —Elián coloca un mechón de cabello detrás de mí oreja.
—Sí, fue una gran noche. Gracias a todos —. Me dirijo a todos.
—No tienes nada que agradecer.
Abrazo a Elián. Y luego a Larissa, pero en ésta ocasión hay algo distinto en ella. Está inquieta y justo ahora es cuando advierto que no ha articulado palabra desde que nos encontramos con Connor. Tal vez haya algo más de lo que pienso de por medio.
Paul me acompaña hasta dentro del Sanatorio para asegurarse de que estoy bien. En recepción la joven corta el brazalete de mi brazo izquierdo y me hace nuevamente firmar y colocar la huella en el folio. Le doy un abrazo corto a Paul y se despide.
Camino hasta el ascensor y presiono mi piso. Al llegar avanzo en dirección a mi habitación, pero antes me detengo y decido ver a Elliot, creo que es buena idea que me vea así vestida. Tal vez le cause gracia verme tan formal. Me acerco hasta la puerta de su habitación y me asomo en el recuadro de vidrio. No veo a nadie. Curioso. Quizás decidió dar una vuelta por el jardín, así que me voy a mi cuarto a cambiarme, cuando lo hago observo a través del vidrio de la ventana y no hay nadie afuera, a excepción de los guardias que hacen turno de noche.
Salgo y camino nuevamente en dirección a la habitación de Elliot, en ésta ocasión hay una enfermera dando rondas. Cuando queda frente a mí la identifico. Margaret.
—Alena, querida. ¿Estás bien?
—Hola Margaret, sí. Muy bien. ¿Sabrás dónde se encuentra Elliot?
Frunce el ceño. Y sus ojos cambian de expresión.
—¿No lo supiste?
—¡¿Qué?! —comienzan a sudar mis manos.
—Se alteró hoy en la tarde cuando lo llevaron al jardín, tuvieron que anestesiarlo de nuevo...
—¡No puede ser! ¿Puedo verlo? —se queda callada observándome– Por favor...
—Es que lo dudo... Él... Se lo han llevado a otro Sanatorio, parece que los cuidados que necesita no los pueden suministrar aquí...
—Pero... ¿Cómo? ¿Así? ¿Sin más?
Ella asiente triste. Una lágrima brota por mi mejilla...
Esto no puede ser, Elliot ha sido lo único bueno que he tenido luego de tantas cosas malas.
¿Por qué llevárselo así?
Salgo corriendo directo a mi habitación, si voy a llorar como niña pequeña espero no hacerlo frente a todo el mundo. No es justo. Lo que no logro descifrar es si lloro por rabia, por tristeza o quizás por impotencia, es que llevo tantas cosas conmigo. La cosa es que me duele lo sucedido con Elliot.
Me acuesto en la cama, no paro de llorar y creo que no debería contenerme, pasé bastante tiempo de mi vida reprimiendo mis sentimientos. Así que cuando me calmo me pongo a pensar que hacía mucho que no lloraba así, desde aquella vez que fui al cementerio a ver a Kevin y la Sra. Shepard. Sí yo fui al cementerio a visitar a Kevin, tuvo que haber sido hace un par de años, porque yo no pude siquiera ir el propio día de su entierro. Me tuve que haber sentido lista. Lógicamente yo no conduje, no sé hacerlo...
Dudo que Vanessa haya manejado hasta aquí, Portland, porque ella mencionó que su auto lleva tres años detenido en el garaje de su casa. Entonces, Vanessa fue conmigo, pero había un auto.
¿Quién más estuvo ahí?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro