🎬Scene 13
Jungkook estaba nervioso ... no, nervioso era una palabra demasiado suave para lo que sentía.
El Sr. Lee lo había dejado en la recepción del edificio y luego se había marchado. El pelinegro le dio su nombre a la recepcionista y ella lo dejó subir al Penthouse de Min Yoongi.
Estaba en la puerta, pero no se atrevía a entrar. Él no era un chico sociable, al contrario; era arisco, sarcástico, malhumorado y respondón de vez en cuando.
No quería que esa personalidad suya saliera a flote en aquella reunión y dejara mal a Yoongi delante de sus invitados.
Luego de un par de respiraciones profundas, finalmente se decidió a entrar.
El lugar era muy refinado y elegante, pero sin llegar a ser ostentoso. Música clásica sonaba de fondo y las personas se agrupaban en conjuntos de 3 o 4 a lo largo del salón.
No sabía qué hacer, pero en ese momento, Min Yoongi apareció delante de él con una sonrisa.
— ¡Jungkook! Por fin llegas.
— Feliz cumpleaños, Yoongi-hyung —abrazó brevemente a su mayor como saludo—. No tuve tiempo de conseguirle un regalo, se lo llevaré al set uno de estos días.
— No te preocupes, Kook. Me alegra que pudieras venir. El traje que te envié te queda muy bien —Yoongi le dedicó una sonrisa—.
— No me lo perdería por nada, hyung. Muchas gracias por la ropa, me encantó.
— Me alegra que te gustara. Ven, hay algunas personas que quiero presentarte.
Jungkook estuvo un buen rato conociendo celebridades y gente importante que no dejaba de halagarlo.
Los padres de su hyung le habían agradado, eran muchísimo más alegres y habladores que Yoongi; era un gracioso contraste.
Hacía unos minutos se había separado del pelinegro mayor sin darse cuenta, así que aprovechó el momento para tomar un respiro en la terraza del departamento.
Habían un par de mesas y sillas de madera y diferentes tipos de plantas, además de tener una leve iluminación.
Se acercó a la baranda y observó la ciudad. Las luces de New York resplandecían como estrellas en aquella noche del 9 de marzo.
Y a pesar de no estar en su zona de comfort, Jungkook se sintió tranquilo en aquel lugar.
— Hermosas vistas, ¿no crees? —una voz a sus espaldas lo hizo sobresaltarse y girarse—.
Era Taehyung. Desde que llegó lo había visto de reojo, pero no había tenido tiempo de saludarlo ... y de lo que se había perdido.
Taehyung se veía exquisito con aquel traje blanco, no sabría describir con palabras algo tan perfecto como lo era el mayor.
— Taehyung, buenas noches. Y si, tienes razón, las vistas son formidables.
El mayor sonrió y se acercó a Jungkook posando una mano en su cintura mientras el menor seguía aún mirándolo.
¿Ok?
Que Taehyung intentara un acercamiento fuera del set o cuando ambos se veían para "practicar" era extremadamente extraño.
Pero el escritor no lo pudo evitar, Jungkook se veía tan precioso y deseable aquella noche. Habían pasado 3 días desde la última vez que tuvo relaciones con el bailarín, pero se sentía como si llevara meses en abstinencia.
— Ahora estás siendo raro -le dijo Jungkook luego de observar la profunda mirada que le dedicó-.
— ¿Raro por qué? Solo te estoy aguantando para que no te caigas, los accidentes suelen ocurrir —contestó aparentando inocencia—.
— Claro, por supuesto —comentó el menor divertido—.
— ¿Qué tal tu noche, Jungkookie? ¿La estás pasando bien? —preguntó el mayor mientras subía su otra mano al cabello de Jungkook y lo acariciaba antes de correrla hasta su mejilla y dejar un delicado toque—.
El menor estaba a nada de pensar que Kim era bipolar. Un día le trataba como un compañero de trabajo y ahora lo seducía en medio de una fiesta.
Y Jungkook era tan débil cuando se trataba de él.
— Mmm, si. Las personas aquí son muy amables —contestó sintiendo como Taehyung bajaba su cabeza a su cuello—.
El mayor bajó el cuello del suéter de Jeon y respiró sobre la blanquecina piel, disfrutando el perfume que desprendía. Jungkook soltó un ruidito ahogado cuando el escritor comenzó a dejar pequeños besos por el lugar.
Luego sacó su lengua, aquella lengua que el bailarín sabía hacía maravillas, y empezó a lamer la piel. Poco a poco fue cogiendo impulso según los sonidos que hacía Jungkook iban aumentando, así que chupó, succionó y mordió dejando marcas oscuras y sintiendo como el menor casi cae por el temblor de sus piernas.
Entonces lo sujetó más fuerte por la cintura, acercándose a un sofá de cuero, sentándose y posicionando a Jeon sobre sus piernas, a horcajadas.
Lo acercó más a su cuerpo, sus pechos tocándose y sus erecciones rozando. Jungkook arqueó su espalda y tiró su cabeza hacia atrás, moviendo sus caderas levemente y restregándose contra el mayor como un desesperado.
Taehyung sonrió al ver que el bailarín se había soltado, aunque seguía bastante tenso.
Continuó acariciando al menor con su boca, pasando a besar aquella mandíbula perfecta, siguiendo el camino hasta su oreja, respirando allí fuertemente para causarle escalofríos y dejando besos húmedos en su lóbulo, haciendo a Jungkook retorcerse de placer.
Y es que todo era tan intenso, pero tan lento, porque Taehyung no se movía rápido, iba despacio, probándolo como la primera vez, aunque con muchísima más pasión.
Finalmente su cordura decayó y se dirigió a los labios del menor, necesitaba más.
Lo besó fuerte y despacio, introdujo su lengua a la primera y lo devoró sin miramientos.
Ambos soltaron un fuerte gemido cuando Jungkook se removió, chocando sus erecciones con más fuerza.
Estaban tan calientes que ya ni sentían el fresco de la noche.
Se separaron levemente después de unos minutos, seguían pegados, con sus labios rozando y sus miradas en los ojos contrarios.
Taehyung sonrió ladino.
— Creo que deberías buscar un poco de champán para hacer a nuestra fiesta privada más divertida.
— N-No lo sé, Taehyung. No creo que esté bien hacer esto en la casa de Yoongi-hyung —contestó Jungkook, aún tratando de normalizar su respiración—.
— Tranquilo, primor. Solo nos vamos a divertir un poco, más tarde podemos seguir en mi departamento, si te apetece —sugirió el mayor sonriendo coqueto y guiñándole un ojo—.
Jungkook asintió sonrojado y se levantó diciendo que iría por el champán.
Taehyung rió bajo al ver como el menor arreglaba su cuello, estiraba su chaqueta para cubrir su erección y se limpiaba los labios para no parecer demasiado obvio.
Al mayor le encantó ver al azabache hecho un desastre por él.
Suspiró y se puso a observar el cielo en lo que Jungkook iba y volvía, estaba caliente como nunca.
Aquel chico era el único que podía llevar su excitación de 0 a 100 en apenas segundos, era tan erótico ... y tan adorable.
Entonces se preguntó cuándo podría decirle a Jungkook lo que habló con su hermano, estaba ansioso pero sabía que aún era muy pronto para ambos.
Tendría que esperar algunos meses, tampoco quería asustar al niño.
El sonido de un mensaje interrumpió sus pensamientos. Solo que ... ese no provenía de su celular.
Miró hacia su costado observando un celular desconocido, probablemente era de Jungkook y se le había caído de los pantalones mientras jugaban.
Kim se carcajeó de sus propios pensamientos.
Lo tomó y observó de fondo una foto de Jungkook en un estudio de baile, definitivamente pertenecía al menor.
Entonces el mensaje entrante llamó su atención.
Kim Namjoon
¿Qué tal tu noche, Jungkookie? El primer mes está a nada de terminar, realmente espero que no me decepciones o todo acabará mal. Recuerda que hay un lugar reservado para ti en el peor prostíbulo de la ciudad si no cumples. El tiempo corre: tic tac.
Taehyung se quedó estático, intentando procesar lo que acababa de leer.
Una risa seca quiso salir de su garganta, aquel mensaje le parecía absurdo; no lo que estaba escrito en él, sino que alguien se atreviera a mandárselo al menor.
Luego una repentina rabia lo consumió, releyendo una y otra vez el final del mensaje.
¿Prostíbulo ... ?
Su cabeza estaba a nada de explotar, diferentes emociones azotándolo, una detrás de otra.
Y justo en ese momento el menor salía a la terraza para aclarar sus dudas.
Oh, porque todos estaban muy equivocados si creían que él se iba a quedar de brazos cruzados, Jungkook iba a responder sus preguntas si o si.
— Taehyung, no quedaba champán, pero traje un poco de vino blan- —Jungkook detuvo sus palabras—. ¿Qué haces con mi celular? —preguntó desconcertado—.
— ¿Sabes? Estaba muy tranquilo cuando este celular me llamó la atención, así que lo tomé para verificar si era tuyo. Imagínate la sorpresa que me llevé con el mensaje que te mandó un tal Kim Namjoon.
Taehyung vio como las manos de Jungkook temblaron y las copas cayeron al suelo, rompiéndose al instante.
A pesar de la poca iluminación, Kim vio como la cara del menor palideció y una expresión de absoluto terror se instaló en ella.
— ¿T-T-Tú l-lo leíste? ¿Q-Qué decía? —le preguntó Jungkook, temblando como una hoja—.
— Míralo por ti mismo —Taehyung le entregó su celular y volvió al sofá—.
La expresión del bailarín sólo empeoró luego de leer aquel mensaje, sus ojos se cristalizaron y sus labios fueron mordidos sin piedad.
— Estoy esperando una explicación, Jungkook —demandó Kim—.
Y aunque tenía ganas de ir corriendo a abrazar al vulnerable chico, su rabia no había disminuido ni un poco y quería evitar descargarla en el menor.
El bailarín tomó profundas respiraciones tratando de calmarse, y luego de unos momentos lo logró, colocando una mirada imperturbable en su rostro.
A Taehyung no le gustaba la dirección que aquella plática iba a tomar.
— No es nada de lo que debas preocuparte —le contestó el menor impasible—.
En seguida, el escritor se levantó y se acercó a él, cuidando de no pisar los cristales rotos. Y a Jungkook le pareció tan intimidante que no pudo evitar dar un paso hacia atrás.
— Oh, créeme, Jungkook, que si me preocupa, y no quieres ver cómo va a terminar esta conversación si no hablas.
— No tengo nada que decirte, es mi vida personal y a un extraño como tú no le incumbe.
Taehyung jaló su anatomía y agarró su cintura con fuerza, probablemente dejaría algunos pequeños moretones. Lo pegó a su cuerpo y sostuvo su mandíbula con firmeza, sin llegar a ser brusco, manteniendo sus miradas pegadas.
— ¿En serio llamarás extraño al primer hombre con el que compartiste una cama, Jungkookie? Eso no está bien —Kim definitivamente estaba furioso, pero no explotaba, y aquello asustaba al menor más que nada—.
— No tienes ningún derecho a inmiscuirte en mis problemas, no eres nada mío, tú mismo dejaste eso bien claro.
— Jungkook, soy a quien le has mostrado un lado tuyo que nadie más conoce. Mínimo puedes considerarme un amigo. Confías en Yoongi-hyung, ¿por qué no puedes confiar en mi? —habló Taehyung más calmado—.
— Con Yoongi-hyung es diferente, fueron otras circunstancias, tuve que confiar en él si o si. Contigo no es lo mismo. Y no te creas tanto solo porque fuiste el primero en meterme el pene por el culo —ok, ahora Taehyung estaba furioso y caliente, porque escuchar a Jeon Jungkook hablar obscenamente era un delirio—. Este no es lugar para el show que estás armando. Compórtate, Kim.
El escritor sonrió ladino, provocándole escalofríos al menor, aquella sonrisa no le daba buena espina.
— Tienes razón, Kook, este no es un lugar apropiado para discutir esta clase de temas —Taehyung soltó su cintura y agarró su muñeca, arrastrándolo al interior del Penthouse—.
— ¿A dónde vamos?
— A mi departamento —en seguida Jungkook comenzó a forcejear, tratando de soltarse—.
— ¡Estás loco! ¡No voy a ir contigo!
Kim se detuvo en la entrada.
— No creo que quieras armar un escándalo, Jungkook, tu querido Yoongi-hyung podría salir perjudicado —el menor se detuvo abruptamente, era cierto, no podía armar revuelo frente a aquellas personas—.
Taehyung sonrió y entró al departamento sosteniendo al bailarín de la mano. En su camino a la salida, se despidieron de algunos invitados.
El bailarín trató de buscar al festejado con la mirada, pero no lo encontró. Una vez en el ascensor, Jungkook se soltó de la mano de su mayor, lanzándole una mirada fulminante que no le hizo ni cosquillas.
Cuando salieron del edificio, el menor intentó irse por su cuenta, pero Taehyung no se lo permitió. Se subieron a su auto y emprendieron camino antes de que el estudiante pudiera pestañear.
Tardaron alrededor de 10 minutos en llegar, Jungkook ya se había rendido en intentar escapar, ahora solo trataba de inventar alguna excusa creíble.
Una vez en el departamento del mayor, Taehyung se sentó en su gran sofá negro y le dijo a Jungkook:
— Será mejor que empieces a hablar —su voz no daba lugar a negativas—.
To be continued ...
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Que fuerte todo😬
El Taehyung de este cap me encantó 😳
Si no recuerdan cómo era el departamento de Taehyung, pueden revisar las fotos en el capítulo 7
Si tienen alguna duda respecto a la historia o vieron alguna falta ortográfica, háganmelo saber
Nos vemos🙃❤️
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