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Capitulo 9

El ruso estaba frente a la puerta del cuarto del soviético, durante todo el camino no se dirigieron palabra alguna y solo al llegar se encerró en su habitación. Trató de convencerlo de que saliera con todo lo que se le ocurrió, desde prepararle sus postres favoritos, hasta ofrecerse a hacer la limpieza de la casa durante un mes. El mayor ni se inmutó cuando lo amenazo con tirar todo el vodka (cosa que no iba a hacer porque también era suyo), no daba ni una señal de vida y eso ya lo estaba asustando. Era muy raro que a su padre le afectará lo que otras personas decían, a menos que fueran sus hijos, y hasta a ellos los ignoraba de vez en cuando.

En la casa de los alemanes no era tan distinta la situación. Desde que se escuchó aquel portazo no volvieron a ver al nacionalsocialista. Alemania sentía culpa por lo que pasó, su padre le había advertido que las cosas no saldrían bien y no lo escuchó.

Al- Papá, sal de ahí, por favor. - No hubo respuesta, ni un sonido que le avisará de que el mayor estuviera dentro. Comenzaba a preocuparse cada vez más por lo que su padre hiciera. - Te dejare traer otro perro si abres la puerta. - Se escucharon pasos acercarse con cautela hacia la puerta, aliviando al menor que sonrió por tener un avance. No pudo evitar el pensar que su padre era muy parecido a un niño que era fácil de convencer con premios, pero unos segundos después se escuchó que salió corriendo de regreso a su cama. Soltó un suspiro de decepción, ya estaba cansado de insistir sin lograr nada.

Can- Por lo menos logramos que se acercara. - Comentó en un inútil intento de animar al alemán, se veía afectado por lo sucedido, cosa que era muy rara.

USA- ¿Acaso no tienen llaves de los cuartos? - Se notaba su fastidio al no querer estar ahí, él hubiera preferido ir con Rusia hasta su casa, pero México había convencido a Canadá de quedarse y no dejaría que se quedarán solos ni por unos segundos, conocía al mexicano tan bien que no quería que perturbar la inocencia de su hermano.

Al- Si, pero la de su cuarto la guarda él. - Se apartó de la puerta, rindiéndose a la idea de que su padre abriera, solo quedaba buscar alguna forma de entrar.

Can- ¿El cuarto tiene ventana? - Parecía tener una idea, pero necesitaba que la respuesta a la pregunta fuera afirmativa, sino el plan no funcionaría.

AL- Tiene una que da para el patio, pero es un segundo piso, no creo que alguien pueda alcanzar a subir.

USA- Nunca creí que diría esto después de muchos años. - Su rostro cambiaba lentamente, dejando ver el fastidio que le suponía el saber la idea de su hermano. - Pero necesitamos la ayuda de México. - No es que odiara a México, es más, era algo así como su ¿Mejor amigo?, pero el sólo hecho de que Canadá tuvo aquella idea por que el mexicano hacia eso para verlo era hiriente para su orgullo de hermano sobreprotector.

Mex- ¿Qué dijiste? - Dijo con la boca llena, apenas subiendo las escaleras, con un sándwich con apenas un par de mordidas.

USA- No lo voy a repetir. - Se cruzó de brazos mirando con molestia al mayor, no le daría el gusto de escucharle pedir ayuda.

Mex- Estoy hablando enserio, ¿Qué dijeron? - No bromeaba, ni lo hacía con el fin de fastidiar, él sólo regresaba de la cocina después de prepararse algo de comer ya que no había desayunado.

Al- Necesito que entres al cuarto de mi papa hay una ventana en el jardín que podrías usar, así como lo haces al entrar al cuarto de Canadá. - Aclaró el ver que el estadounidense no pensaba hablar y que el canadiense apenas y podía formular una monosílaba.

Mex- ¿Y que ganaría yo con hacerlo?-No planeaba negarse, el chisme le decía que tenía que hacerlo, pero nunca estaba de más fastidiar un poco. 

Can- Si lo haces te invitare a salir a donde quieras. - Mencionó con rapidez, con las palabras tropezándose entre sus labios, pero entendibles a los oídos de los demás. Sus mejillas se enrojecieron de un rojo más oscuro que su piel al aprovechar aquella oportunidad a pesar de no saber si el mexicano bromeaba o no.

USA- ¿Qué? - ¿Su cani estaba proponiendo una cosa así? ¿Su preciado hermano mayor pero inocente estaba coqueteando con aquel mexicano depravado? ¡¿Y EN FRENTE DE ÉL?!

Mex- ¿Có...cómo una cita? - Se notaba su entusiasmo en su sonrisa que se iba ampliando cada vez más, pero aun así los nervios aparecieron haciéndole tartamudear un poco, pero con un tono de ilusión.

USA- No. - Dijo en un susurro que nadie escuchó.

Can- Si...si quieres puedes tomarlo así. - Eran mucho más notables sus nervios pues aquella palabra con "C" le coloraron aún más las mejillas en ahora un muy notorio su sonrojo que enterneció al mexicano.

USA- ¡No, ni creas que te dejare salir con mi hermano! - Trató de ponerse en medio de ellos para romper esa atmosfera empalagosa y curis que se formaba. 

Mex- Muy tarde gringo, ya lo dijo. - Lo detuvo antes de que se metiera, festejando por aquella cita que esperaba desde hace meses, pero siempre había una razón llamada USA para que no pudiera ni preguntar si estaba libre.

Al- ¿Entonces si lo harás? - Preguntó interrumpiendo el pequeño festejo, su paciencia no duraba mucho y esos tres siempre lograban colmarlo a un punto indescriptible. 

Mex- ¿Dónde está la puta ventana? No importa si está en un décimo piso yo voy a entrar con tal de tener esa cita. - Estaba tan motivado que no notaba como el estadunidense estaba atrás de el a punto de golpearlo, por suerte el canadiense logro detenerlo.

Al- Entonces vamos rápido.

El alemán tomo al mexicano por la parte de atrás de su camisa para arrástralo antes de que volviera a ponerse de meloso con Canadá. Por su parte, el mexicano solo se dedicaba a lanzarle algún piropo al país de pecas que solo se sonrojó mientras soltaba unas cuantas risitas.

Al- Paró justo cuando llegaron al patio, mirando hacia la pared de la casa, justo en lo más alto. - ¿Si crees que alcances?

Mex- Tu trancas, la ventana de Canadá esta más alta. - De un salto logro subir al borde de la ventana del primer piso, agarrándose muy bien del borde superior para no caer.

Al- Solo ten cuidado con las macetas. - Le advirtió con preocupación al ver sus preciadas flores de aciano que cultivo con tanto esfuerzo ser tocadas por el pie del tricolor.

Mex- Si wey, ya cálmate y mejor ve con los otros dos antes de que USA venga a querer pelear conmigo por la cita.

Al- Voy a ir solo porque sé que si vendría a detenerte, pero enserio no rompas nada. - Le dio una última mirada al mexicano que buscaba de donde agarrarse para seguir subiendo. No le agradaba la idea de dejarlo solo sin supervisión alguna, pero eso era mejor que ver pelear a los norteamericanos por una simple cita.

En cuanto se fue, el mexicano trató de subirse a la parte superior de la ventana, pero antes de saltar uno de sus pies tiro por accidente la maceta de acianos, flores que sabia eran muy queridas por el alemán.

Mex- ¡No mames me va a matar! - Miraba con pánico el desastre en el suelo, la maceta de barro había quedado totalmente rota, pero parecía que las flores solo sufrieron algunos golpes. Por lo menos la planta no moriría o eso creía. - Tranquilo México, tienes que concentrarte en llegar a la ventana para tener esa cita después te preocupas para pensar en una excusa sobre esto,

Siguió subiendo teniendo uno que otro tropezón por tratar de preservar la seguridad de las plantas del alemán, pero logro llegar a la ventana de R#ich  que por suerte estaba abierta.

Mex- Señor R#ich  no me vaya a matar, pero tengo que entrar. - Hizo a un lado la cortina para poder entrar por completo a la habitación, pero lo que encontró lo dejo desconcertado y más al sentir el frío de la espada de imperio japones.

IJ- ¿Qué estás haciendo aquí? - Cuestionó mirándolo directamente a los ojos, notando la incomodidad en el mayor.

Mex- Oye, tranquilo, solo vengó a ver cómo están las cosas. - Trató de alejarse del peligroso filo, pero solo sintió como se pegaba más a su piel.

Ita- Japón, no lo vayas a matar. - Se acercó al mencionado para tratar de calmarlo, acariciándole debajo del mentón como si fuera un gato.

Mex- Hazle caso a tu novio, por favor. - Dijo al ya estar fuera de peligro, alejándose lo suficiente para que no lo volvieran a alcanzar.

Ita y IJ- ¡No somos novios! - En ambos apareció un sonrojo notorio, sobre todo en el italiano a pesar de que el japonés era de piel blanca.

TR- Si, muchas gracias por ayudarme con mis problemas amorosos, son los mejores amigos que saben cómo controlar su déficit de atención. - Se encontraba sentado en su cama envuelto en montones de cobijas, pero con su expresión molesta de siempre.

Ita- Oh si, lo siento, entonces Japón te llevó una caja con varias cosas que encontró en una de las peleas que tuvo con china. - Se sentó junto a R#ich  para poder seguir la plática.

IJ- Y que tu sacaste la carta sin que me diera cuenta. - Imitó al italiano, pero sentándose del lado contrario después de enfundar su espada.

TR- En resumen, sí. - Dijo algo fastidiado por ese pequeño resumen innecesario.

Mex- Contexto, plis.-Se sentó al pie de la cama mirando atentamente a aquel trio, esperaba que el chisme valiera el regaño que le pondría Alemania por sus flores.

IJ- ¿Todavía tienes la carta?-Ignoró por completo la presencia del mayor, no quería seguir discutiendo, y mientras R#ich  no se opusiera el no haría nada.

TR- Se levantó de la cama con todo y la cobija, dirigiéndose directamente a su armario para sacar su antiguo uniforme. - Siempre la llevaba conmigo para recordar lo que sentí aquel día, necesitaba recordarme mis razones de continuar la guerra. - Sacó la carta y se la paso al italiano y el japonés para que la leyeran, hoy no tenía ánimos para hacerlo el mismo.

Mex- Rolen la carta. - Se acercó a leerla la carta ganándose una mirada molesta del nipones por invadir su espacio personal.

TR- La carta tiene fecha del día siguiente al que nos conocimos.

Los tres leían detenidamente la carta asombrándose por el contenido, no pensaron que USSR se atreviera a hacer algo así, sobre todo aquellos dos que conocieron la manera de ser de este mientras fue pareja de fascista. Siempre se vio tan enamorado, pero al parecer todo fue un engaño.

IJ- Voy a matarlo en este mismo instante. - Se levantó de su lugar para ir a la puerta del cuarto, pero el alemán se puso en medio.

Ita- ¿Por qué nunca nos dijiste sobre esto? Nosotros te hubiéramos ayudado a hacerlo sufrir. - Estaba confundido por las acciones del menor, siempre fue el que decía sobre confiar en el equipo y apoyarse para atacar a alguien.

TR- No quería meterlos, era un problema de "pareja". - Entendía a lo que quería llegar el italiano, pero sentía que era algo que debía resolver solo, algo mucho más personal que una guerra mundial. 

Ita- Aun así, no entiendo porque no nos lo dijiste, nosotros éramos mejores amigos, si no querías que nos metiéramos al menos pudiste pedirnos apoyo emocional.

IJ- Italia dame las llaves del auto voy a ir a la casa de ese imbécil. - Se puso entre ambos para exigirle las llaves al italiano que solo le miro molesto.

TR- Por eso.-Le dio un leve empujo al japonés para que volviera a sentarse y dejara de insistir en salir.

Ita- Ya te entendí.

Mex- ¿Y nunca le pediste alguna explicación sobre esto? ¿Nunca se te ocurrió que fue un malentendido o algo así? - Seguía leyendo la carta tratando de analizar si había algo escondido o extraño. Conocía un poco a USSR y no era de los que hacia este tipo de bromas, pero no es como si hubiera convivido mucho tiempo mas que un par de platicas y un reclamo por invadir su casa junto con USA.

TR- No lo vi necesario, la carta se explica por si sola. - No entendía porque el mexicano seguía ahí ni porque estaba opinando sobre su antigua relación, pero ahí estaba como si el siempre estuviese ahí.

Ita Creo que México tiene razón, tal vez lo de la carta era cierto al principio de la relación, pero salieron muchos años, no crees que algo cambio en ese tiempo.

TR- No lo sé, tal vez pudo habérmelo dicho, me hubiera enojado y golpeado un poco, pero...nunca me lo dijo.

Mex- Y amos a la casa de Rusia y le pedimos una explicación a USSR. - Dijo recalcando lo obvio y coherente que cualquier persona hubiera sugerido, pero solo vio la negatividad en los rostros del alemán y el japones. - Si no quiere cooperar lo obligáremos por las malas.

TR- Creo que todavía tengo algunas balas. - Solo necesitaba que alguien que no fuera I. Japones le sugiriera la forma nada pacifica de arreglar las cosas para hacerlo. 

Mex- Abrió la puerta de golpe, asustando a los tres que se encontraban afuera esperándolos.-¡Vamos a la casa del novio de USA para golpear a su suegro! 

El grito solo trajo más dudas que respuestas y más cuando México, R#ich  e I. Japonés salieron corriendo hacia las escaleras con la motivación en lo más alto, como si partieran a la guerra.

Ale- ¿Qué paso aquí? - Preguntó al italiano que al igual que el observaba con desconcierto a aquel trio.

Ita- No lo sé, pero creo que tengo que cambiar de amigos. - El fastidio era evidente en su rostro, había tratado de evitar que fueran a hacer un escándalo a la casa de Rusia, pero fue en vano, solo bastaba darles a R#ich  y al imperio tantita cuerda para que cometieran cualquier locura probablemente ilegal.

IJ- ¡Italia mis llaves! - Gritó desde la puerta principal.

Ita- ¡Las tienes en tu pantalón imbécil! - A veces no entendía como esos ex países causaron tanto terror si eran unos idiotas en su vida cotidiana.

IJ- Buscó con desespero por todos sus bolsillos sin tener algún rastro de sus llaves.

Ita- ¡En el izquierdo!

Ita- Volvió a meter la mano al bolsillo que le indico el italiano por fin dando con el paradero de las llaves.-¡Gracias!

USA- Creo que también tienes que cambiar de crush. - Siempre lo supo, hablaban de eso en cada reunión que tenían en esa época, pero ese trio era absolutamente extraño, funcionaban como equipo, por lo menos un tiempo, pero no entendía cómo funcionaba esa extraña amistad que tenían.

Ita- Suspiro con pesadez mirando desde lejos al japones que comenzó a discutir con el alemán mayor. - He estado pensando en eso desde que me enamore de él.

Can- ¿Entonces si te gusta? - La sonrisa en sus labios fue lo que más alerto al italiano, y lo pudo notar por como abría sus ojos por la sorpresa.

Ita- ¿Qué?

USA- Te delataste tu solo. - Le siguió el juego a su hermano, al fin y al cabo, era un buen chisme para contar, pero era algo que todo el mundo sabía.

Can y USA- Ya no te puedes retractar.

Los dos hermanos salieron de la casa riendo y soltando algún cometario penoso hacia él, mientras solo se quedaba parado con la vergüenza a tope y las mejillas rojas.

Al- Después de un tiempo te acostumbras a ellos, aunque sean unos chismosos, que se meten en todo y arruinan tus momentos románticos con la persona que te gusta. - Trataba de mantenerse calmado, pero al hacerlo solo termino con un rostro perturbador que asusto al italiano.-Bueno, salgamos ya antes de que nos dejen.-Se fue como si nada, regresando a su expresión de siempre sin ningún problema.

Ita- S...sí. - Le siguió poco después aun pensando en aquella expresión. Y pensar que antes solía cargarlo mientras le decía "tío Italia".


















Creo que me gusta Naz para la sustitución de "esa" palabra. Suena lindo.

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