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Capítulo 6

Había pasado una semana desde la aparición repentina del alemán, y este ya estaba acostumbrándose de apoco a la tecnología y reglas de la actualidad, por lo menos ya sabía cómo marcar y mandar mensajes con el celular. Ya no usaba su característico uniforme, no por qué quisiera, su hijo lo había escondido con la excusa de que causaría controversia al seguir usándolo como si nada, lo único que logró conservar fue su gorro, pero con la condición de usarlo en ocasiones especiales. Pasaba la mayor parte del día con el cachorro de pastor alemán que Alemania le había conseguido, le extrañó que su hijo no tuviera uno pues cuando era un niño le encantaba pasar tiempo con sus perros.

Ese día ONU los visitaría para comprobar que todo estuviera bien, de alguna manera Alemania lo convenció para que él se quedará en la casa en vez de ir al edificio a cumplir alguna sentencia. Era imposible para él creer que todo estaba saliendo bien, sobre todo con su hijo, no esperó que no le guardara rencor. Los primeros días fueron incómodos al ver la nueva actitud del alemán menor, pensando que se debía a su presencia en la casa, pero pronto se dio cuenta de que era así con todos. Le entristeció ver su cambio, pero era su hijo y pronto se acostumbró a esa seriedad que ocultaba a un alemán temeroso e inseguro. Su hijo se esforzaba mucho y no quería molestarlo ni ser una carga para él.

TR- Entonces ese tal ONU se encarga de que no tengan conflictos como los que teníamos antes. - Estaba sentado tomando una taza de café, aún traía puesta la pijama y no parecía tener intenciones de cambiarse, estaba disfrutando su vida de "jubilado".

Ale- Algo así. - Contestó mirando a su padre con una sonrisa mientras lavaba platos. Le alegraba ver el interés que tenía hacia las nuevas reglas de los países, lo había escuchado más de una vez decir que ahora se dedicaría a descansar, pero insistía tanto en saber de su trabajo que estaba seguro de que terminaría ayudándolo e involucrándose en esta tarde o temprano. - Pero solo interviene si el problema es grave.

TR- ¿Eso quiere decir qué yo soy un problema grave? - Más que ofendido parecía estar orgulloso de ser considerado un problema grave, pues eso significaba que seguía dando el mismo temor que antes. 

Y pensar que ese temido país se encontraba dándole de comer a su perro a escondidas de su hijo.

Ale- No. - Dijo viendo la notable decepción en los ojos de su padre. - Para todos eres algo peor. - Se secaba las manos con una toalla mirando como su padre volvía a tener esa mirada de superioridad. No sabía si eso era bueno o malo, pero mientras su padre fuera feliz él también lo era. - Voy a darle de comer a fausto, no tardo. - Salió de la cocina con una apenas notable sonrisa mientras llamaba al can sin saber que este estaba debajo de la mesa.

TR- Corre chico, me va a regañar si no estas allá. - Ordenó apurado al ya saber cómo se pondría Alemania si no encontraba a fausto.

El perro salió corriendo yéndose por otro camino por el que se fue Alemania, R#ich ya le había enseñado por dónde irse. La última vez que Alemania lo descubrió dándole comida lo regañó porque lo iba a engordar y a malcriar, pero era imposible negarse a esa carita hermosa con esos ojos suplicantes y sus orejas agachadas.

Por fin estaba solo, había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo estuvo, desde que había llegado Alemania estuvo sobre él casi todo el tiempo, además de las interminables visitas para comprobar que el no fuera un peligro. Lástima que ese momento no lo pudo disfrutar pues el sonido del timbre no se hizo esperar.

TR- ¡Alemania, tocan! - Gritó esperando a que su hijo fuera a abrir para no tener que levantarse, además de que odiaba atender la puerta y encontrarse a cualquier país que le inundaría de preguntas. No hubo respuesta, solo el timbre volviendo a sonar por toda la casa. Tal vez no lo había escuchado.

TR- ¡Alemania! - Obtuvo el mismo resultado incluyendo el timbre, haciéndole soltar un bufido bajando la taza de café de sus manos para dejarla en la mesa. - Siempre tengo que hacer todo en esta casa. - Se levantó con desgano a abrir la puerta, interrumpir su almuerzo era una ofensa muy grande para él a pesar de que sabía que el que tocaba la puerta era aquella organización que venía confirmar que todo iba bien. Cuando abrió la puerta estaba ONU tratando de respirar para calmarse y volver a tocar el timbre. - ¿Qué se le ofrece? - Preguntó con obvias intenciones de molestar pues Alemania ya le había avisado sobre la rutina y preguntas que probablemente haría.

ONU- Veo que ya te sientes mejor. - Dijo con una sonrisa mientras sostenía una carpeta. Se alegró al ver que por fin alguien abrió, no importaba que fuera aquel alemán que tantos problemas dejó, solo quería terminar el trabajo y regresar a terminar el trabajo de oficina que dejó pendiente para tener el resto de la tarde libre.

TR- Si, pero eso no fue lo que te pregunté. - Se recargó en el marco de la puerta viendo la expresión de sorpresa de la organización. Tal vez no quería causarle problemas a su hijo, pero una broma o dos nunca están de más.

ONU- Pensé que Alemania te había avisado. - Sabía que tratar a R#ich sería difícil, no dudaba para nada que Alemania ya le había contado a su padre sobre la visita y que esto solo era una broma para fastidiarlo. Era prácticamente el jefe de 193 países, uno más no podía desestabilizarlo.

TR- No me dijo nada. - Seguía con su expresión neutra, tratando de intimidar al menor, debía aprovechar antes de que su hijo llegara.

ONU- Pu...pues yo vengo a asegurarme que todo esté bien. - Su voz le traicionó haciéndole notar al contrario sus nervios por la mirada que le dirigía. Había escuchado rumores de que R#ich era alguien que solía ignorar a la autoridad y seguir sus propias reglas, y eso sería muy problemático entre los países.

TR- ¿Por qué? ¿Acaso algo está mal? - Fingió estar fastidiado, preguntando en un tono altanero dándole a entender que si le llevaba la contraria se metería en problemas con él.

ONU- Yo espero que no. - Definitivamente R#ich sería un problema, era muy raro que alguien se revelara en su contra, por lo menos no con esa actitud tan orgullosa, peor que la de USA.

TR - ¿Y quién eres tú para andar metiéndose en la vida de los demás?

Eso bastó para que la cara serena de la organización cambiará a una de indignación y molestia. Él no se metía en la vida de nadie, está clase de intervenciones estaban autorizadas por los países, él sabía distinguir su trabajo de lo personal.

ONU- ¡Yo no me...!

Ale- Papá. - Estaba con los brazos cruzados mirando a su padre desde atrás, había escuchado lo suficiente e interrumpió la conversación antes de que resultara mal. - ¿Podrías dejarlo pasar? - Dijo serio, aunque esperando impaciente que su padre se apartara de la puerta.

TR- Lo que tu ordenes, hijo. - Se hizo a un lado abriéndole el paso a ONU cambiando su actitud por completo, como si no lo hubiera estado molestando desde que llegó.

ONU- Gracias. - Entró a la casa sintiéndose aliviado por la presencia de Alemania. Por poco termina perdiendo los estribos al estar solo unos minutos con aquel alemán.

Ale- Lo siento por eso. - Se disculpo al entender lo desesperante que es tratar con su padre. Lo quería, el lado paternal seguía presente, tratando de convivir con él, pero sin meterse tanto en su vida, no podría existir mejor padre que él, aun así, su actitud hacia los demás era... cuestionable.

ONU- Tranquilo, yo esperaba algo peor. - Sonrió tranquilo mientras miraba al alemán mayor pasar, por un lado. Para ser sinceros él pensaba que terminaría hablándole a FBI para llevarse al alemán y apartarlo de todos.

Ale- Si, fue difícil convencerlo de que no hiciera otra cosa. - También se dedicó a mirar a su padre, le preocupaba que terminara haciendo algo que convenciera a ONU de apartarlo.

TR- Me compró un perrito. - Su cachorro había regresado y comenzó a jugar con él, pero a los ojos de los otros dos el perro simplemente le mordía las manos a su antojo.

ONU- Ya veo... - Estaba sorprendido por ese cambio tan drástico, no parecía ser el mismo que le recibió en la puerta. Tal vez una visita con APA (American Psychological Association) no vendría mal. - ¿Cómo se ha portado estos días?

Ale- Todo a marchado bien, sin contar las peleas con USSR y los sustos que le da a Polonia. - Dijo recordando las veces que Polonia salía corriendo con tan solo ver a R#ich.

TR- ¿Por qué suena como si hablaran de un niño? - Preguntó molesto mirando a ambos menores que ya se encontraban sentados en el sofá.

ONU- Hay que tratar de arreglar lo primero. - Ignoró por completo el comentario de R#ich al igual que los reclamos que siguieron por ignorarlo. - No creo que sea bueno para nadie que ambos sigan peleando.

Ale- Eso va a ser complicado. - Se sobó la nuca con nervios al recordar las veces que su padre y el soviético se veían. No importaba lo que hicieran, siempre encontraban una razón para pelear.

ONU- ¿Por qué dices eso? - Le extrañó ver aquella expresión en el alemán, él siempre encontraba una solución a sus tareas, era el país al que le confiaría cualquier trabajo al saber lo eficiente que era.

Alemania apuntó al pasillo donde al final se lograba ver una puerta dañada, casi cayéndose a pedazos, con una navaja clavada y varios cortes profundos.

Ale- Es mi baño. - Suspiró cansado, se notaba que le estresaba el solo recordar lo que había pasado, y no era para menos, algo tan simple llegó a ser muy desastroso.

ONU- ¿Pero qué fue lo que pasó? - Estaba muy sorprendido de que solo dos países hicieran tal cosa, no quería imaginar que fue lo que los provocó para que llegaran a tal punto.

Ale- USSR estaba en el baño y mi padre no sabía, al momento en que USSR abrió la puerta se encontró con él. - Recordar aquel suceso no era para nada agradable, el estrés regresaba y solo quería que las peleas terminaran, no aguantaría mucho si seguían así

ONU- Llamaré a Rusia para que venga con USSR, debemos arreglar esto antes de que destruyan todo el vecindario. - Salió apurado a marcarle a Rusia, este vivía cerca de ahí así que no tardaría mucho en llegar. Ese evento le preocupó pues, si terminaron así por encontrarse de casualidad entonces podrían planear algo mucho peor en un futuro.

TR- Esto es una mala idea. - Dijo sin siquiera voltear a ver a su hijo. Seguía jugando con el cachorro, no parecía afectado por la plática, pero ya no parecía estar contento con la idea de ver al soviético.

Ale- Esto es mejor que verlos pelear sin hacer nada. - Explicó tratando de convencer a su padre de que pelear así no era sano para nadie, mucho menos para su estado mental, entre más pelea más trabajo tendrá pues ya se veía con todo el papeleo que ONU le haría hacer por cada conflicto.

TR- No lo digo por eso. - Dijo bajando la mirada, tomó a Fausto entre sus brazos y comenzó a hacerle mimos volviendo a ignorar lo de su alrededor.

Alemania solo lo vio extrañado por aquella actitud evasiva, no era normal que su padre dejara conflictos, así como si nada.

Rusia no tardó en llegar, se veía exhausto por llevar casi arrastrando a USSR. Agradeció tener la ayuda de Usa, México y Canadá, lo primeros le ayudaban a arrastrar al mayor mientras que el canadiense iba atrás por si quería salir corriendo. Su padre había luchado para no salir de casa, apenas y salió a la última junta como para volver a salir al exterior de su cómoda y acogedora casa.

USSR- Los odio. - Dijo cuando lo soltaron ya estando dentro de la casa. Apenas y entendió el motivo por el que lo trajeron y no estaba muy contento con eso.

Rus- Yo también te quiero. - Dijo con notable molestia tratando de arreglarse la ropa por la pelea que tuvieron en el camino.

USA- Y yo también lo quiero suegrito. - Se metió en la conversación ganándose una mirada molesta por parte del de Oz y martillo, solo se limitó a sonreír sin pena tratando de abrazar al ruso que ya se iba adelantado para tomar un descanso en el sofá.

Mex- Tu no aprendes verdad. - Le dijo viendo que este estaba como si nada. El estadounidense solo lo observó amenazante para que se callara.

ONU- Siéntense de una vez. - Regañó al ver que iban a empezar a discutir, no tenía tiempo para soportar los berrinches de siempre.

Todos obedecieron dejando a R#ich y USSR juntos, ninguno se dirigía la mirada dirigiéndola hacia el lado contrario con obvia molestia de estar cerca. Se notaba la impaciencia que tenían pues aun estando cruzados de brazos sus cuerpos seguían moviéndose, el alemán no paraba de golpear sus dedos contra su brazo que estaba cruzado, mientras que el soviético movía frenéticamente su pierna.

Ale- Antes de empezar quisiera saber porque vinieron ustedes tres. - Señaló a los tres americanos que no habían sido citados ahí y se habían pasado a su casa como si fuera la suya.

USA- Rusia me pidió ayuda para traer a USSR. - Abrazó al mencionado que solo rodo los ojos al ver que la regla de espacio personal no quedaba grabada en el americano.

Can- Yo acompañe a USA para que USSR no lo matara. - Explicó con calma como siempre hacía. Su sonrisa nerviosa y pacífica les sirvió a todos para que supieran que decía la verdad.

Mex- Y yo iba a entrar al cuarto de Canadá cuando le marcaron a USA, así que los seguí. - Dijo como si nada mientras el de cincuenta estrellas lo miraba con fastidio.

Rus- No sabía si agradecerles por ayudarme o golpearlos por idiotas.

Mex- Pero hiciste las dos cosas - Se sobó su hombro recordando el golpe que el ruso les había dado cuando llegaron.

ONU- Ya basta con eso, nos estamos desviando del tema principal. - Interrumpió abruptamente a la charla sin sentido que tenían. - Hay que terminar con esto rápido.

USA- ¿Te quedaste de ver con unión europea, con FBI o con CIA? - Preguntó burlón al saber de los tres pretendientes que la organización tenía. La actitud tan apresurada del menor le dio un indicio de que tal vez tenía una cita.

ONU- No cambies de tema. - Apareció un pequeño sonrojo en su cara confirmándole al estadounidense su teoría. Vaya chisme armarían cuando esto terminará.

Ale- Queremos arreglar el conflicto que hay entre ustedes dos antes de que destruyan mi casa. - Dijo por fin iniciando el tema a tratar, esperando que los demás se callarán.

USSR- Lo siento por eso, Rusia pagara por los daños. - Se disculpo, pero no sonaba para nada arrepentido con ese tono irónico.

Rus- No lo haré. - Miró molesto a su padre, ya no quería pagar más daños que su padre hacía, como la vez que le rompió las ventanas a Turquía por coquetear con uno de sus hermanos. Tal vez ayudo un poco insultando al interés amoroso de dos de sus hermanos, pero nunca quiso hacer algo que afectará su bolsillo.

TR- Ya traté de arreglar las cosas. - Seguía sin mirar a los demás, aumentando los movimientos de sus dedos con cada segundo que pasaba.

USSR- ¡Tratando de clavarme una navaja! - Le gritó al ver que se quería justificar con una falsa disculpa que termino en una pelea.

TR- La intención es la que cuenta. - Se encogió de hombros por fin mirando al mayor solo para demostrarle su superioridad con una simple mirada.

ONU- No entiendo por qué pelean tanto. - Estaba sorprendido por ambos que, con solo mencionar un tema, ya estaban defendiendo su punto de vista como si su vida dependiera de ello.

USSR- ¿Que por qué peleamos? Pues este idiota de aquí me traiciono tratando de invadirme y por si no fuera poco secuestro a mis hijos y casi logras matar a Rusia. - Señaló a su hijo que se sobresaltó por aquel dato que desconocía.

Rus- ¿Qué? - Miro atónito a su padre esperando que le respondiera.

USSR- Eras muy pequeño, no creo que te acuerdes. - Contestó sin mirarlo haciendo un gesto con la mano para que le restará importancia, no quería responderle a Rusia todas las preguntas que tendría sobre ese accidente.

Al- ¿En serio hiciste eso? - Le preguntó a su padre, también estaba sorprendido por eso pues nunca creo que fuera capaz de hacer algo así a un niño, era tan amable con ellos.

TR- Si, y no me arrepiento. - Lo decía en serio, sin dejar de mirar seriamente al soviético invitándolos a pelearse si hacia algún movimiento brusco. - Tenía razones para hacerlo. - Lo dijo tan frío y duro como si esperara que el soviético entendiera o recordara algo.

USSR- No importa lo que digas, nada justificara tus acciones. - Respondió al menor viéndolo directamente a los ojos correspondiendo esa fría y cruel mirada. - Te llevaste a mis hijos, eso no lo puedo perdonar.

TR- Me mentiste. - Apretó los puños con fuerza volviendo a desviar la mirada de la del comunista, no quería hablar de él problema que tuvo, nadie lo sabía, ni siquiera sus amigos. – Me mentiste todo el tiempo. - Detrás de esa mirada enojada y furiosa se podía encontrar una pisca de tristeza y dolor que pocos podían notar.

USSR- Yo nunca te mentí. - No pudo evitar que su voz saliera quebrada, él nunca le hubiera mentido a R#ich en esos días, eran tan felices juntos como para planear un futuro juntos.

Mex- Dejaré de ver mis novelas para verlos a ustedes. - Estaba atento a la conversación mientras comía un pan tostado que encontró en la cocina, por no decir que se metió a husmear por qué tenía hambre.

USA- Cállate. - Lo regañó serio al ver que el mexicano no podía entender la atmósfera, y su enojo creció más cuando escuchó como mordía la tostada, así que se la arrebató. 

TR- Y sigues mintiendo. - Dirigió su mirada al suelo con absoluta decepción soltando un suspiro de tristeza. Levantó su mirada con firmeza, tenía que ver la expresión del soviético cuando le dijera que ya sabía todo. - ¿Te acuerdas de la razón por la que me invitaste a salir? la que le dijiste a China el día que me conociste.

USSR- Se sorprendió abriendo los ojos, era imposible no recordar eso, pero pensó que sólo China, su antiguo mejor amigo, era el único que sabía. - T...tu ¿Cómo... lo sabes? - Fue lo único que pudo decir, y apenas y salió de su boca, no pensó en alguna excusa o un argumento para desmentirle lo que pasó, le dolió saber que el alemán estaba enterado de aquel error que cometió.

TR- Entonces es cierto. - Comenzó a soltar pequeñas carcajadas que incomodaron a los demás presentes, sobre todo al de parche que no pudo seguir sosteniéndole la mirada. - ¿O tienes alguna excusa barata que decir? ¿Es mentira o no lo que te digo?

USSR- Negó con la cabeza dándole la razón al alemán, pensó que esté nunca se enteraría de esa plática que tuvo cuando lo vio por primera vez en aquella junta.

TR- Eso creí. - Desvío la mirada con tristeza, no quería llorar enfrente de todos, pero le dolió no escuchar que era mentira lo que sabía, por lo menos algo que le hiciera cambiar de opinión.

USSR- Rusia vámonos. - Se levantó de golpe comenzando a caminar hacia la salida sin volver a ver al alemán.

Rus- Papá, espera, debemos...- Se levantó de igual forma, pero para detenerlo, quería saber más de lo que pasó entre ellos y parecía que podían arreglarlo, por lo menos no se habían golpeado.

USSR- ¡Dije vámonos! - No volteó, solo siguió caminando con paso firmes. Rusia lo siguió preocupado, tal vez tendría que hablar con el cuándo llegaran a casa.

TR- Te dije que terminaría mal. - Se levantó yendo directamente a su habitación, dando un portazo cuando llegó.

Mex- Weeey, ¿Qué mierda paso? - Dijo rompiendo el silencio que se había formado entre los que restaban.

USA- México, cállate.








Hubieron fallas técnicas pero ya se arregló, ahorita público los demás capítulos.

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