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Capítulo 15

TR- ¿Vas a hablar o no? - Estaba desesperado, muy impaciente al ver como el soviético solo estaba sentado junto a él sin siquiera dirigirle una sola mirada. Parecía preferir ver cualquier otra cosa antes que a él. Solo quería iniciar la conversación por más incomoda que fuera, y acabar con la plática incomoda, pero el contrario demostraba querer lo contrario.

USSR- No sé cómo empezar con esto. - Soltó un suspiro antes de mirar al alemán por primera desde que los dejaron solos. Trataba de encontrar las palabras para decirle al alemán la razón por la que le rompió el corazón, no esperaba que lo perdonara enseguida, pero por lo menos quería que le entendiera, que pensara un poco antes de decidir qué hacer con los restos del amor que un día tuvieron. Aunque eso no era todo, también esperaba una explicación para lo que el menor hizo con sus hijos, él también podía decidir si volvería a enterrar esos sentimientos que apenas y volvían a salir.

TR- No me digas. - Habló con ironía, fulminando al mayor con la mirada por decir lo más obvio de su actual actuar. Ese par de ojos bicolores le miraban llenos de ansiedad tratando de sacar de alguna forma lo que no podía decir. Tanta tristeza, furia y arrepentimiento en esas cuencas verde y amarillo, pero que no lograba entender la razón de esos sentimientos, no podía ver más allá.

USSR- Créeme cuando te digo que todo fue un malentendido. - Logró hablar esperando que esa fuera la mejor manera de empezar la plática, pues cada palabra contaba y un solo erros podía provocar el efecto contrario que deseaba. - Nosotros pudimos hablarlo, decirme lo que te molestaba y yo te respondería cualquier duda, pero...decidiste actuar sin siquiera escucharme y lastimaste a mis hijos, casi los matas, R#ich.

TR- Tú sabes como soy, yo juzgó por lo que veo y actuó con lo más precipitado que se me ocurra. - Le miró sin arrepentimiento, ni siquiera un rastro de culpa y sabía que el soviético esperaba esa mirada. Nunca se arrepentiría de sus acciones por más horribles que hayan sido.

USSR- ¿Y por qué meter a mis hijos? - Había girado un poco para poder ver mejor al menor, esperando por una respuesta, solo viendo cómo se encogía en su lugar mientras desviaba la mirada.

Reich no contestó. Sentía una presión en el pecho por culpa de esos ojos que los demás veían serios, pero si supieran todo lo que el ruso podía decir con esa mirada también se sentirían acorralados y sin aliento.

USSR- Se que actúas como un loco genocida "sin emociones" y te encanta que las personas estén debajo de ti y sí, yo me enamore de ti por eso, pero... pero lo que hiciste no... - Se quedó callado esperando una respuesta, pero nunca llegó, ni siquiera levanto la mirada. - Yo te hubiera perdonado cualquier cosa, cualquiera. Pudimos haber tenido lo que siempre quisimos, vivir en paz sin que nadie nos molestara, ni los demás países ni nuestros gobernantes, si solo nunca hubieras tocado a mis niños, ellos eran y serán todo para mí al igual que lo fuiste tu alguna vez. - Le dolía aun recordar la desesperación que sintió al saber que sus hijos se encontraban en manos del naz¡ y que podría haberlos perdido para siempre. Aun así, comprendía un poco al alemán, trataba de hacerlo, pues si lo pensaba un poco él hubiera hecho lo mismo con los hijos de R#ich...tal vez sí lo hizo.

Un largo silencio incomodó al mayor. Parecía que al final la conversación terminaría sin siquiera explicar la razón de la pelea inicial, pero el menor se removió con incomodidad en su lugar. Iba a hablar y estaba preparado para escuchar cualquier cosa, sea buena o mala.

TR- Ellos... eran tu nueva felicidad. - Habló bajo pero muy claro, lo suficiente para que se notara la tristeza en sus palabras. - Eran todo para ti y tu para ellos, era lo que más querías cuando antes yo lo era, o eso aparentabas. - Por fin se animó a volver a mirar al soviético, a pesar de sus ganas de llorar. Por eso no quería hablar con él porque se sentía tan débil a su lado y el dolor en su pecho volvía. - Solo quería que no volvieras a ser feliz, no quería recordar ese rostro que me hacía a mi feliz, porque al ver de lejos esa sonrisa que me enamoraba solo podía pensar en que ya no sonreías así para mí, a pesar de saber que solo era mentira, yo realmente extrañaba que sonrieras así para mí, yo en serio...lo extrañaba tanto.

USSR- Reich. - Tomó la mano de Reich con duda, temblando ambos por el tacto tan suave y delicado, pero sintiéndose reconfortados por una pequeña y simple acción que extrañaban, pero no admitirían, por lo menos no con palabras porque las miradas llenas de ilusión les aclaraban cuanto habían extrañado el simple tacto de sus manos. - Tú eras todo para mí y si hubiéramos arreglado a tiempo tal vez las cosas serian diferentes, viviríamos los dos en tu antigua casa, junto con los niños y tus fieles perros. - Aun veía la duda en el alemán y como su mano seguía temblando cada que le daba una caricia, pero lo estaba logrando, R#ich le dejó hablar y le escuchaba sin alterarse. - Lo pensamos cuando salíamos juntos, nos asqueaba lo cursi que sonamos ese día, pero nos emocionaba, nos hacía ilusión porque nos amábamos. Te amaba, Naz, te amaba tanto.

TR- Esa carta me dice que no es cierto. - No apartó su mano, al contrario, se aferró a esta como si fuera la última vez que podría sostenerla de aquella forma. - Dices que fue un malentendido, que debí de escucharte, pero no me has explicado nada. - A pesar de hablar en un tono de voz bajo, se escuchaba autoritario y ligeramente molesto. - Piensas que nunca quise preguntarte, pero no te imágenes cuantas veces lo pensé, deseaba tanto llegar a tu casa o en cada pelea reclamarte y pedir una explicación, pero no quería... - Sus ojos se volvieron húmedos mientras unas lágrimas comenzaban a caer mientras miraba a otro lado para que el contrario no se diera cuenta. - No quería saber la respuesta, si la carta decía la verdad me hubiera dolido tanto como para no poder seguir adelante.

USSR- Eres un idiota. - R#ich le miró con cara de "cállate que no vez que estoy llorando". Le dedicó una sonrisa antes de sentir como la mano del menor le apretaba con más fuerza con intenciones de lastimarlo, haciéndole hacer una pequeña mueca de dolor. - La carta decía la verdad.

TR- Me llamas idiota y después me dices que ese pedazo de papel por el cual terminamos dice la verdad.

USSR- Bueno, es la verdad.

TR- No necesitaba escuchar más, se levantó de su lugar apartando su mano de golpe. - Ya no voy a escuchar esta mierda. - Dijo cuando el mayor lo tomo del brazo para detener su camino a la habitación donde se encontraban aquellos que lo acompañaron.

USSR- Antes de que les llames para golpearme, lee esta carta. - Le extendió la carta frente a él esperando que la tomara. - La escribí unos días después de besarte por primera vez.

El soviético soltó un suspiro cuando el alemán tomo la carta a pesar de que se veía desconfiado de hacerlo. La expresión del alemán no cambio, solo un ceño levemente fruncido y uno ojos serios que se movían calmados realizando la lectura. Eso lo ponía aún más nervioso pues no sabía que esperar de R#ich, a este punto su reacción podría ser cualquiera.

USSR- Si no me crees podemos subir para que veas las demás cartas.

Sugirió cuando el menor terminó de leer y no tener respuesta de este. Pero unas pequeñas risas empezaron a salir de los labios rojos del alemán, rápidamente se volvieron carcajadas fuertes y escandalosas, podría decirse que hasta un poco exageradas. Le aterró esa reacción pues no la esperaba y no sabía que contestar o hacer ante la situación.

USSR- ¿Naz? - Preguntó preocupado mientras la risa del menor cesaba. Pero toda preocupación se fue cuando vio el rostro sonriente que le veía con una sonrisa genuina.

Como extrañaba esa expresión.

TR- No puedo creer que en serio hayas escrito esto. - Le regresó la carta dejándola en el pecho del contrario con un poco de fuerza que le hizo retroceder unos pasos. - Es tan cursi que voy a vomitar. -

USSR- Entonces...- Lo estaba viendo reír nuevamente, esos ojos azules achinados gracias a las mejillas que se levantaban por la sincera sonrisa. - ¿Si me crees? - Preguntó incrédulo mientras sonreía al captar que el alemán parecía actuar como antes de la pelea o por lo menos lo intenta, podía notar como trataba de evitar el contacto y que sus miradas chocaran. Tampoco podía culparlo, él también sentía esa sensación extraña en el pecho al pensar todo lo que pasó y todo lo que se lastimaron.

TR- Recuerdo que eras asquerosamente cursi cuando estábamos solo, y esto suena a algo que dirías si estuviéramos a solas. - Se dio media vuelta cuando cruzo miradas con el soviético, así que se dedicó a mirar tentadoramente a la puerta pensando en salir para evitar seguir hablando a solas, pero antes un pensamiento cruzo por su cabeza. - Pero no estoy del todo convencido, así que te tomare la palabra de ver las otras cartas. - Dio unos pasos dirigiéndose a la salida sin dejar de sonreír por la idea que tuvo.

USSR- Suspiró antes de seguirle y alcanzarlo para caminar a la par. - Solo quieres seguir burlándote de mí ¿verdad?

TR- Obviamente, es una parte importante para tener mi perdón.

USSR- Claro, porque merezco que me humillen después de que tu secuestraste a mis hijos, invadiste mi territorio, terminaste conmigo sin decirme por qué y básicamente querías verme sufrir antes de hacerme morir con tus propias manos. ¿No crees que yo soy el que merece por lo menos una disculpa? - Le cuestionó mientras le abría la puerta para salir mirando como el alemán rodaba los ojos por la pregunta. No esperaba una disculpa verbal, R#ich no era así, ya se disculparía a su manera, pero si este lo molestaba él también podía hacerlo.

TR- Siento tanto que tu vida sea tan miserable. - Dijo con una falsa tristeza y un muy notable tono sarcástico. - ¿Así? O también quieres flores. - El fastidio en su rostro volvió cuando vio que del otro lado de la puerta estaban el resto de países escuchando atentos la pequeña conversación que tenía con el soviético, y estaba seguro de que de alguna forma habían escuchado la plática personal que tuvieron.

Jap- Tenias razón. - La japonesa volteo a ver al mexicano que no se había despegado de Canadá desde que USA se fue. - La apuesta se había cancelado.

Al- Es que no... ¿Cómo es que...? ¡Es imposible que adivinaras todo con tanta precisión! - Se veía más enojado que sorprendido, pero le parecía que el mexicano debió de haber hecho algo para saber cómo habían pasado las cosas entre su padre y el de rusia, pues después de salir les había dicho su "teoría" de los hechos.

Mex- Hable con China después de lo que paso en la junta y me conto varias cosas. - Dijo como si nada mientras el alemán parecía estar dispuesto a reprenderlo ahí mismo por no decir nada, pero de reojo veía al soviético que se sobresaltó ligeramente por la mención del asiático que antes fue su mejor amigo. - Solo es mi trabajo como doña chismosa.

TR- ¿Sabías de esto desde el principio? - Alemania no era el único con intenciones de regañar a México, y tal vez golpearlo un poco

Mex- Es lo que acabo de decir, pero mi trabajo de chismoso consiste en obtener información, divulgarla y seguir observando de lejos, aunque a veces puedo ayudar un poco.

USSR- ¿Gracias? Dijo con duda sin saber si había hecho algo para ayudarlos, además de no saber si debía preocuparse por cualquier cosa que China le haya dicho.

IJ- Entonces... ¿Están saliendo otra vez o no? - Preguntó con impaciencia, había estado esperando por hacer esa pregunta desde que escucho que las cosas se arreglaban entre ellos.

Reich y USSR se voltearon a ver confundidos y con un muy leve sonrojo en sus mejillas. Habían arreglado las cosas, no había tanto rencor, y parecía que podía actuar con el otro como lo hacían hecho antes de la guerra, pero... ¿realmente podían tener una relación como antes? ¿Era correcto hacerlo después de lastimarse tanto? Y había una pregunta mucho más importante ¿El otro seguía sintiendo lo mismo después de lo que paso?

Tal vez debían de resolver varias cosas antes de pensar en contestar esas preguntas que de seguro no los dejarían dormir en las siguientes noches. Así que solo se limitaron a levantar los hombros en señal de duda pues no querían responder

Ita- Creo que no han hablado mucho de eso.

USSR- No creo que salir ahora sea buena opción, nazi tiene que ponerse al corriente con muchas cosas. - Creía que esa era la mejor excusa que podía decir sin que le cuestionaran o empujaran a algo que no podía hacer.

TR- Y todavía sigo algo enojado por lo que hiciste. - Que mejor que decir una verdad para no decir otra verdad que le incomodaba.

USSR- Oh, ahora tu eres el enojado y más ofendido en esta situación.

TR- Por supuesto.

Can- Antes de que empiecen a pelear ¿Puede ir a buscar a mi hermano? no ha bajado desde que subió con Rusia. - Se dirigió a USSR antes de que le contestara al alemán. Estaba preocupado por su hermano, no porque le haya pasado algo, sino por lo que fuera a hacer en casa ajena.

TR- USSR dijiste que me ibas a mostrar las otras cartas. - Olvidó el tema de la casi pelea para insistir en subir, tenía un presentimiento extraño con aquel par que se encontraba desaparecido y quería aprovechar para tener información sobre ellos para futuras extorciones o burlas.

USSR- Esta bien, vamos por las cartas y le diré a USA que se vaya de mi casa. - Dijo mirando con fastidio a ambos. No estaba nada contento con las dos peticiones y menos la que tenía que ver con el americano.

Al- No te vayas a tardar tanto, ONU iba a regresar a la casa para ver si se había solucionado el problema. - Le advirtió cuando el mencionado seguía al soviético hacia las escaleras.

TR- Pues que se espere. - Sentenció antes de desaparecer de la vista de su hijo.

Ambos subieron para ir al cuarto del soviético, no había ruido en el pasillo, ninguna señal del par que se supone debería de haber bajado desde hace rato. USSR abrió la puerta de su cuarto y lo que vio no le agrado para nada.

Ambos caminaban con calma, a pesar de no el mayor se notaba nervioso, tal vez por la presencia del alemán después de aquella platica, o por la ausencia de su hijo, además de que no se escuchaba ni un solo ruido en la todo el segundo piso, cosa que era extraño considerando que era USA quien siempre hacia ruido en cada lugar al que llegaba, y Rusia que estaba considerablemente ebrio.

Llegaron a la puerta del cuarto de USSR escuchando pequeños susurros ininteligibles pero que eran claramente de aquellos a los que buscaban. Cuando el mayor abrió la puerta se quedó congelado al ver a su hijo encima del estadounidense, ambos tratando de quitar la ropa del otro, o eso parecía que estaban haciendo antes de que entraran, pues al escuchar la puerta se quedaron quietos, uno sonriendo por los nervios mientras que el otro palidecía de golpe deseando tener la capacidad de hacerse invisible para escapar.

USSR- ¡¿Qué mierda están haciendo en mi cama?! - Gritó con la cara (mas) roja del coraje, y el alemán no ayudaba nada al estar riendo a carcajadas justo a un lado suyo. - ¡No se queden ahí como idiotas! Mínimo acomódense la maldita ropa.

Ese último comentario, que al ruso se le hizo tan lleno de decepción y vergüenza, fue suficiente para que Rusia reaccionara y le ayudara al de estrellas con su ropa y acomodar la suya. Le dio una mirada al mayor viendo su enorme sonrisa triunfante. Ah, sí, esto saldría mal.

Rus- N...no es lo que crees, nosotros solo... - Por fin la voz le salió, llena de nervios y ansiedad, pero articulo la mitad de una frase antes de que otro grito le interrumpiera haciéndole encogerse en su lugar.

USSR- ¡Estaban a punto de coger en mi cama!

USA- Entonces si es lo que crees. - Dijo tan tranquilo que hizo enojar a ambos rusos, provocando que su sonrisa se ensanchara aún más.

USSR- Tu no te metas, me encargare de ti después. - Sentenció para dirigir toda su atención a su hijo. - ¿Y bien?

Rus- En mi defensa estoy borracho.

Al ver la mirada que los tres países le daban supo que esa no era la mejor respuesta que pudo haber dicho, pero fue lo único que encontró para escapar momentáneamente de su padre, no pensó que USA también lo mirara lleno de enojo y con los ojos comenzando a llenar de lagrimas..

USSR- Estas más que castigado, y no vas a tomar durante una semana. - Salió de la habitación para ir a la de Rusia y sacar todas las botellas que sabia el menor escondía.

Rus- ¿Qué?

USA- Si solo me pretendes quererme cuando estas ebrio, entonces no me hables durante toda esta semana ya que vas a estar "sobrio". - Empujó al menor con el hombro antes de salir aguantando sus lágrimas con toda la fuerza que podía.

Rus- ¿Qué mierda hice?

Se dejo caer en la cama, sentándose mientras revolvía su cabello ignorando que no traía su típico gorro puesto. Al levantar la mirada vio al alemán que parecía estar burlándose de su actual situación.

TR- Parece que eres igual que tu padre, lleno de problemas por tan solo respirar. - Comentó sin deshacer su sonrisa, caminando en dirección a la puerta.

Rus- Cállate, segundo papá. - Estaba molesto y desesperado tratando de pensar en que hacer, pero esa sonrisa socarrona no se lo permitía, y eso le hizo analizar que tendría que soportarlo de ahora en adelante, pues si había arreglado las cosas tendría varias visitas de parte de este.

TR- Yo no soy tu papá. - Su sonrisa se borró con las palabras del ruso, dando media vuelta sobre sus talones para volver a ver al menor.

Rus- Lo olvide ¿Eres mi mamá porque mi viejo te cogía? - A veces el mismo se preguntaba porque no pensaba las cosas antes de decirlas cuando estaba en este tipo de problemas.

TR- Creo que también te pareces en eso a tu padre. - Sacó el arma de su bolsillo. - Y quieres tenerme a mí como problema.

Rus- ¡Papá!  

































Por fiiiin

Me tarde mucho pero lo acabe.

Tuve muchos inconvenientes para seguir corrigiendo este capitulo, tanto técnicos como personales, pero lo logre y eso es lo importante.

Creo que los que ya leyeron esta historia notaron alguno cambios con Rusia y USA, pero es para que la historia tenga sentido con "Anorexic", van a notar mas cambios en los siguientes capítulos.

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