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Capitulo 11

Ahí estaba sentado escuchando las miles de preguntas que el japonés y el italiano le estaban realizando, pero parecía más una lista interminable de insultos hacia su persona, mientras que R#ich parecía estar a punto de cometer un asesinato si no paraban con lo que sea que planeaban.

Ita- Yo ya sabía que se querían, pero no sabía que estaban saliendo. - Le habló al japonés de la forma más calmada posible para que se calmara por lo menos un poco, pero este parecía estar más concentrado en el soviético.

USSR- ¡¿Qué tu sabias qué?! - Si bien, no quería hablar con el I. japonés, y tenía planeado callarse hasta que las cosas se calmaran, no pudo evitar sorprenderse por el comentario del italiano ¿Desde cuando sabía eso? no, mas bien ¿Cómo sabía eso si trataban de ser lo mas discretos posibles?

TR- No estamos saliendo. - Interrumpió la posible pelea entre USSR y el I. japonés por haberle gritado al italiano, no tenía ánimos de soportar peleas sin sentido después de que lo interrumpieran.

IJ- ¡Estaban a punto de coger! - Gritó tomando al menor de ambos brazos para sacudirlo frenéticamente. - ¡Y ahora no me vayas a decir que solo lo hacían por que se odian! - Recibió un golpe en el estómago que lo dejo de rodillas. Solo pudo sostenerse la parte afectada mientras veía como el causante le miraba en forma de advertencia.

Ita- Cálmate y déjalos hablar. - Sugirió mientras ayudaba al nipones a levantarse.

IJ. No hasta saber las intenciones de este...este... maldito violador. - Dijo mientras el tricolor negaba rindiéndose ante la idea de tener una plática civilizada.

TR- ¿Violador? Pero yo si quería tener...

IJ- Shhh los adultos están hablando. - Le colocó un dedo al alemán justo en la cara, ganándose ahora un manotazo que le alejó lo más posible del menor.

TR- Vete a la verga, no soy un puto niño.

Ita- ¡Ya cállense y déjenlo hablar! - Advirtió a ambos que habían olvidado la razón por la que tenían "secuestrado" al soviético.

IJ- Recobró la compostura temiendo que el italiano se haya enojado. No es que este fuera un país violento o agresivo, pero odiaba que el italiano se enojara y le hablara cortante. - Entonces, pervertido ¿Qué vas a decir a tu favor?

USSR- Se quedó callado mirando incrédulo a ambos mayores, no podía creer que fueran tan idiotas como para armar una escena de detectives de bajo presupuesto. No iba a hablar, como ya tenía planeado, no les daría el gusto, pero su mirada choco con aquella que trataba de ser discreta, fingiendo que la discusión no era de su interés. R#ich parecía ser el más ansioso por escuchar una respuesta. - Yo... yo lo amo...lo amo desde el primer maldito momento en que lo vi, no estoy seguro de cómo fue que paso, pero quisiera pasar todo el tiempo que pueda con ese hijo de puta, aunque siempre estemos peleando y tratando de matarnos. Tal vez en este momento no le pudo prometer una vida juntos, pero quiero estar a su lado hasta donde el me permita.

Nunca habían visto esa cara en el alemán, con los ojos totalmente abiertos, la boca entreabierta y un sonrojo que le cubría hasta las orejas. No tenía su típico ceño fruncido, solo una expresión de vergüenza y ternura. Eso había sido más de lo que había esperado.

USSR estaba feliz, por fin había resuelto y dicho aquello que no dejaba de darle vueltas, y había valido abrir sus sentimientos enfrente de los amigos del alemán con tal de ver los ojos iluminados de R#ich que no dejaban de verlo con ilusión.

IJ- Eso fue hermoso. - Y como siempre, uno de esos dos amigos interrumpía cuando menos lo esperaba. - Y yo que pensé que solo te querías aprovechar de R#ich. - Abrazaba al italiano mientras retenía sus lágrimas, por alguna razón sintió una gran felicidad de escuchar esas palabras y de pensar que esos dos se veían tan lindos juntos.

Ita- La verdad por un momento también creí eso. - Consolaba al japonés con pequeñas palmadas. - Y más después de que R#ich dijo que no estaban saliendo.

USSR- Eso se puede arreglar ¿No? - Miró a R#ich, que abrió los ojos con sorpresa. - Naz, antes de que nos interrumpieran preguntaste que se supone que somos, y la verdad es que nosotros no somos nada- Vio la clara decepción en su mirada, tal vez debería de dejar de hacer pausas largas- Pero yo quiero ser todo para ti, seré lo que tú me pidas. Se que acabo de decir algo asquerosamente cursi y que tal vez quieras vomitar por eso, creo que yo también quiero vomitar, pero tú me haces ser así, nunca había sentido algo parecido por alguien. Enserio te amo y yo sé que ambos somos un desastre en esto, es algo nuevo para ambos, pero no me importaría descubrir esto contigo a mi lado, así que, por favor, sal conmigo.

TR- Se acercó con lentitud a USSR mientras el tacón de sus botas era lo único que sonaba en la habitación. Cuando estuvo a unos centímetros del soviético, estampo sus manos en ambos posa brazos. - Si, tienes razón, quiero vomitar, tengo unas malditas ganas de cortarte la lengua justo ahora. - Lo tomó del mentón con brusquedad para que lo viera a los ojos, sonriendo al notar que el mayor solo se dejaba hacer, quedando solo a unos centímetros de su rostro. - Y si, también sé que ambos somos un desastre. - Le dio un rápido beso, solo un pequeño roce, no tenía planeado hacer algo tan "lindo", pero recordó la presencia de sus amigos y la vergüenza volvió a su cabeza. - Pero me encanta el perfecto desastre que formamos. - Oh, a la mierda todo, no podía resistirse a esos ojos verdes que le miraban cual fiel perro, necesitaba besarlo.

Tomo al mayor del cuello de la gabardina y lo acercó con brusquedad para juntar sus labios en un agresivo beso, siendo correspondido al ser tomado de la cintura para quedar sentado en el regazo del soviético.

IJ- Esto es incómodo pero no me quiero ir. - Susurró mientras se debatía si seguir viendo o desviar la mirada

USSR- Se separa de golpe, tomando a R#ich de los hombros. - Espera, espera, entonces, ¿Eso es un sí?

Ita- ¡Ay no puedo creerlo! - Se escuchó el grito desesperado del italiano mientras golpeaba su frente con su palma.

TR- Levantó los hombros mientras miraba al soviético con incredulidad, como si aun analizara lo que acababa de decir y hacer. - Creo que sí.

Mientras la pareja volvía a besarse, el par de amigos los miraba a escasos metros, uno con completa ternura y el otro como si no quisiera ir a golpearlo por la capacidad que esos dos tenían de captar sus propios sentimientos, actos y en general por su capacidad de pensar.

IJ- ¿Es extraño que piense que esto es adorable? - Le preguntó al tricolor interrumpiéndolo en sus ejercicios de respiración.

Ita- No, porque tú eres así. - Volvió a tomar aire mientras cerraba los ojos, fingiendo una sonrisa calmada.

IJ- ¿Extraño o adorable? - Sus mejillas blancas de coloraron de rojo, pero solo se distinguía si ponías bastante atención, pues se camuflaban con las líneas de su bandera.

Ita- Te dejare con la duda. - No podía creer la clase de amigos que ahora tenía. - Por ahora hay que irnos - Señalo a los otros dos que seguían besándose como si ellos no estuvieran en la misma habitación.

IJ- Crees que se les olvide nuestra presencia y empiecen a...

Ita- ¡Vámonos! - Tiró del uniforme de Japón para arrastrarlo a la salida sin darle tiempo de responder.

TR- Esperen. - Les llamó justo antes de que cerraran la puerta. - Ni se les ocurra decirle a alguien sobre esto.

Ita- Tranquilo, yo me asegurare de eso. - Miro al japonés antes de salir esperando que hubiera entendido lo que dijo R#ich, aunque ninguno de los dos planeaba decir algo aun sin la amenaza.

TR- Cuando los pasos de sus amigos se escucharon lo suficientemente lejos volteo a ver con enojo a su ahora pareja. - No podías haber esperado a que se fueran para decirme toda...esa...cursilería. - Dijo con asco para después darle un puñetazo en la cara por expresión tan tranquila y despreocupada que tenía el mayor. - Y no hagas esa cara que me pone de malas. - Se cruzo de brazos mirándolo con superioridad a pesar de seguir sentado en su regazo.

USSR- Me querían matar, imbécil. - Se levantó de golpe haciendo que el menor cayera al piso.

TR- Pues hubieras dejado que te mataran. - Aprovechó que se encontraba en el suelo y tomó el pie del soviético para hacerlo caer a su lado.

USSR- Se subió arriba de R#ich para sostener sus muñecas y colocar ambas piernas a un lado de él. - ¿Cómo puedes decir eso? Si yo muero nuestro perfecto desastre se hubiera terminado. - Se trató de acercar para darle un beso, pero la mano del alemán le aparto el rostro con brusquedad.

TR- No repitas esas cosas o cumpliré con lo de cortarte la lengua.

Ambos se miraron a los ojos, estaban felices y pelear era su forma de demostrar cuanto se amaban. Tal vez no entraban en la normalidad de una pareja, ellos lo sabían perfectamente, pero ¿a quién le importaba eso? Ellos se amaban así y era lo único que importaba.

Una luz cegadora le hizo voltear, notando que el japonés había entrado, igual de sigiloso como un gato, con una cámara en las manos y una sonrisa de orgullo.

TR- ¿Pero que mier...?

Ita- ¡Japón, vuelve aquí!

TJ- Ya voy, ya voy. - Salió corriendo de la habitación antes de que R#ich o USSR decidieran levantarse para correrlo ellos mismo.

Los dos que estaban en el suelo se volvieron a mirar antes de comenzar a reír para finalizar con un tierno beso. Esas risas las extrañaban más de lo que querían.

<De regreso al presente>

USSR- Después de eso no hicimos nada más que reírnos sobre lo que había pasado y de cómo imperio obedecía a Italia sin quejarse. - Se encontraba ebrio, sentado en la cama aun con las cartas alrededor, pero más desordenadas que antes.

Rus- ¿Y qué paso con la apuesta con china? - No estaba igual de ebrio que su padre, pero si lo suficiente para entorpecer algunos de sus movimientos.

USSR- Esa chingadera se fue a la mierda, la mayoría de estas cartas ya no hablan de la apuesta. - Tomo varias solo para arrojarlas con furia hacia el suelo. - R#ich y yo empezamos a salir un mes después de la apuesta y en ese mes yo le explique a china lo que pasaba, solo se rio y me dijo que estaba jodido. - Le dio un trago grande a la botella, notando que ya se la habían terminado. - Que el amor sería una tortura para mí. - Sonrió con dolor mientras dejaba caer la botella a un lado de la cama.

Rus- ¿Eso quiere decir que cancelaron la apuesta? - Bien, aclaremos que estaba feliz, pero solo porque su padre no era el imbécil (por lo menos no tanto) que R#ich creía, y no por que su padre tenía una oportunidad de recuperar a su viejo amor. Se notaba que su padre estaba enamorado, demasiado, pero asimilar que aquel país del que estaba enamorado era el mismo país genocida que parecía ocupar un psicólogo con urgencia y, peor aún, ahora seria "hermano" de Alemania y de...Ya, necesitaba parar de sobre pensar.

USSR- Si, pero me dio una botella por lo del beso em forma de consolación y según el "darle muerte a mi libertad", creo que aun la tengo guardada. - Se iba a levantar, pero su hijo lo tomó del brazo para detenerlo.

Rus- Eso no importa ahora, termina de contarme la historia. - Trataba de que su padre mantuviera su atención en él, pero parecía perdido en sus propios pensamientos.

USSR- Pero... - Habló después de quedarse varios segundos en lo que parecía un dilema interno. - El alcohol es bueno para cuando estas triste

Rus- Frunció el ceño mirando con reproche a su padre, que no parecía captar su enojo. - Lo tomaremos, pero solo un poco y después vamos a arreglar las cosas.

USSR- Mientras tomamos te platico todo lo que paso después. - Se levantó para dirigirse al armario y sacar la dichosa botella.

Rus- No quiero saber cómo cogías con solo él, solo cómo terminaron tan mal.

<En el auto de Japón>

J- Listo, papá. - Entró al carro con una carpeta en la mano y se sentó al lado del copiloto.

IJ- Gracias, hijo. - Tomó la carpeta para después acariciar la cabeza de su hija, deteniéndose un poco en las orejas para rascarlas.

TR- Veía la escena con nostalgia, recordando cuando sus dos hijos eran apenas unos niños que corran por toda su oficina. - Nunca pensé que el tío que solía asustar a mis hijos seria un buen padre.

IJ- Hey, sabes que solo jugaba con ellos. - Sonrió mientras le daba una foto de la carpeta. - La verdad yo nunca pensé en ser padre. - Miró a su hija que se despedía de su amigo que iban en el otro auto. - Pero desde que llego a mi vida me prometí que nada ni nadie le haría daño mientras yo estuviera cerca.

Ita- Y también eres un padre consentidor. - Le recordó sabiendo de antemano que cada cosa que su hija pedía se lo cumplía, mientras estuviera dentro de sus posibilidades.

IJ- Ya cállate. - Susurró con un sonrojo de vergüenza pues no le gustaba que le recordaran su tan conocida actitud que tiene hacia su hija, pero ¿Quién lo puede culpar después de todo lo que paso ella después de que él se retiró? Volteó a ver a R#ich por el retrovisor para asegurarse de que estuviera bien, pero tal como pensó solo estaba inerte viendo la foto. - ¿Estas bien amigo?

TR- Si, si, solo...- Suspiró dejando con rapidez la foto en sus piernas. - Recordaba este día. - Acariciaba el borde de la foto con nerviosismo y sin querer verla, pero era imposible no darle una que otra mirada a la foto del día en que oficialmente se volvió pareja de USSR. - Sigue doliendo el pensar que todo lo que me dijo ese día fue una mentira.

El alemán volteó a su lado cuando Italia le tomó del hombro para poder sonreírle y demostrarle su apoyo y que ahora no tenía que estar solo.

TR- Pero ahora lo voy a hacer sufrir por cada una de esas palabras. - Dijo con esa sonrisa macabra y ojos sombríos que Italia conocía muy bien, y solo significaba que hablaba muy enserio. - Empezare con los dedos de las manos.

IJ- Yo me encargó de los pies.

J- Esperen un momento. - Calmó a su padre que iba al volante para no tener algún accidente. Escucho el suspiro del italiano mientras decía lo agradecido que estaba por calmarlo. - Alemania y los otros van en el otro carro para ayudar así que déjenles algo.

Ita- Ustedes no tiene remedio.

Se escuchó que tocaban la ventana interrumpiendo el plan de venganza que estaba empezando el alemán. El japonés bajo el vidrio para dejar ver a Canadá que estaba un tanto nervioso y un poco asustado.

Can- No quiero ser una molestia, pero hubo un... pequeño accidente y quería saber si podíamos entrar todos en el carro. - Fue un milagro que no se hubiera trabado al hablar, y aun así la voz le salió temblorosa, después de todo le andaba pidiendo un favor a aquellos que atemorizaron a sus padres, además estaba el accidente de hace unos minutos.

J- ¿Qué pasó con el otro?

Can- Parecía aliviado de que Japón fuera quien hablo primero y no R#ich o I. japonés. - Solo no pregunten.

Canadá se hizo a un lado dejando ver al carro estrellado en un poste mientras. A un lado USA y México discutían mientras Alemania trataba de mantener la calma con lo que parecían ser ejercicios de respiración que consistían más que nada en tomar aire con brusquedad y soltarlo con una calma forzada, pero obviamente eso no funciono y menos cuando el estadounidense chocó con el después de que el mexicano lo empujó. Terminó golpeando ambos países en el estómago haciendo que cayeran al suelo.

TR- ¡Ese es mi hijo! - Se asomó por la ventana para gritar con orgullo.

Can- ¿Si crees que entremos todos aquí? - Preguntó preocupado por tener una respuesta negativa después de aquella escena.

IJ- Suspiro resignado, no es como si pudiera negarse, al final terminarían entrando de una u otra forma. - Si, solo acomódense.

<Después de que todos entraron, no sé cómo, pero iban todos adentro>

Al- Me deben unos lentes y un auto. - Él se encontraba manejando, habían tenido una larga discusión y todos llegaron a la conclusión de que el sería el encargado del volante.

Mex y USA- Si, lo sentimos. - Dijeron ambos al unisonó, uno sentado al lado del otro, solo que México tenía a Canadá en las piernas y USA estaba libre.

J- Tío R#ich. Ella termino sentada entre el asiento del copiloto y del piloto.

TR- ¿Tío? - Era la primera vez que alguien le decía así, era extraño, un poco incomodo, pero se podría acostumbrar.

J- Ya que estamos todos aquí cuéntanos como terminaste con USSR. - Volteó a un lado, con las orejas paradas en señal de que prestaba total atención a su ahora tío.

Ita- Ninguno de nosotros sabe cómo paso solo te vimos tan diferente. - Habló desde los asientos de atrás, justo en las piernas del imperio.

Mex- Me encantan este tipo de historias, estoy seguro de que hay algo que nosotros no sabemos qué va a cambiar nuestra forma de pensar. - Soltó de la nada con bastante seguridad, como si estuviera viendo una película o serie.

Can- ¿Qué?

TR- No sé si decirles, no es muy importante. - Se cruzó de brazos y se recargo por completo en el asiento, hundiéndose más al sentir la mirada de todos.

Al- Cuando dices que no es importante es porque es todo lo contrario. - Mas que un intento de convencerlo sonó a un reclamo que el alemán tenía guardado.

TR- Bien, bien, pero sé que me arrepentiré de esto. 












por fiiiinnnn

pensé que me había tardado por floja (ósea si, y por problemas personales) pero este capitulo es el doble de largo que el anterior.

me desespera porque tardo mas haciendo estos capítulos en vez de los capítulos en los que tengo que empezar desde el principio.

hay muchas cosas que quiero cambiar, cuando escribí la historia solo lo hice por diversión sin pensar en que haría todavía mas libros que se conectaran a esta. 

hay otras que cambio a pesar de que sean un poco extrañas o incoherentes con los otros libros pero creo que esta historia era mas comedia que nada y me causa nostalgia cuando voy releyendo, recuerdo los comentarios y mensajes que me mandaban por algunas escenas y prefiero dejarlas así.

en la semana publicare otro capitulo de anorexic, no quiero publicar de nuevo Pinche junta culera hasta acabar esta historia. 


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