Años después

En la orilla de algún río se encontraba cierto nxzi inconsciente. Después de los disparos cayó a un río y este lo arrastró por todos lados hasta terminar en un lugar desconocido, o eso es lo que pensó al despertar.

TR- Abrió de a poco los ojos, tratando de acostumbrarse a la luz del sol que salía de entre las hojas de los árboles. - ¿Dónde mierda estoy. . .?- Se sentó con cuidado, pues el cuerpo aún le dolía. Volteó a los lados tratando de reconocer el lugar sin mucho éxito. - ¿Qué es esto? – Se tentó en un costado de su uniforme, sacando unos huevos bastante pequeños y ya rotos, tal vez por el movimiento que hizo. Simplemente los tiró con asco, ahora su uniforme estaba lleno de ese líquido viscoso y con un horrible olor.

En eso se acerca un ave, quedándose cerca del fascista, mirándolo a él y después a los huevos. R#ich no entendía el comportamiento del ave, y menos entendió por que de repente voló a su cabeza para atacarlo. Corría por todos lados tratando de huir o esconderse, diciendo mil y un maldiciones por su suerte.

TR- ¡Esto es tu culpa maldito comunista!- Ya era una costumbre maldecir al soviético cada que algo pasaba, aunque este no tuviera que ver con eso. Pero esta vez, su mención lo hizo recordar lo que había pasado en aquel risco, donde el mayor casi termina con su vida. – Espero que no pienses que estoy muerto estúpido USSR... ¡Aléjate de mi! – Gritó volviendo a correr del ave que volvía a atacar.

Mientras tanto con el maldito comunista.

USSR- ¡No puedes obligarme! – Gritó mientras entraba a su cuarto, lanzándose a su cama para cubrirse con las cobijas.

Rus- ¡Tienes que ir papá! – Entró de igual forma, pero a diferencia del mayor, este estaba cansado y respiraba agitadamente, tanto así que tuvo que sostenerse del marco de la puerta para descansar. - ¡Voy a recibir un castigo si no vas!

USSR- ¡¿Y crees que me importa?! – Dijo sin siquiera asomar la cabeza, aferrándose a un más a su posición.

Llevaban así toda la mañana, desde que el menor le había dicho la noticia a la hora del desayuno, y el soviético no hizo más que negarse y huir. Prefería estar encerrado en la seguridad de su casa, en vez de salir a socializar. Después de todo tenía un par de décadas sin salir a alguna junta o reunión que no fuera familiar.

Rus- ¡Tu lo pediste estúpido padre de mierda. – Tomo a USSR de los pies haciendo que este se sobresaltara y tratara de soltarse, haciendo que se le dificultara el agarre.

USSR- ¡¿A quién le dices estúpido, mocoso?! – Le dio una patada en el rostro, pero el contrario no cedió ni un poco.

Rus- Comenzó a reír por lo bajo, y poco a poco se intensificaba, terminando en unas fuertes carcajadas. – Creo que alguien se esta volviendo viejo. – Lo jalo para tirarlo de la cama, ampliando su sonrisa al pensar que ya había ganado la pelea.

USSR- Eso es lo que tú crees. – Metió su mano debajo de la cama, sacando un arma que al parecer tenía escondida sin el permiso de su hijo. – Empieza a correr perra.

Rus- ¡Espera, Papá! ¡Soy tu hijo favorito! – Daba pequeño pasos hacia atrás, esperando el momento para correr. - ¡No me puedes matar! Yo soy quien te hace el desayuno. – Trataba de negociar antes de que le disparará, pues sabía muy bien que si pensaba hacerlo.

USSR- Dio el primer disparo, obviamente fallando a propósito, pero logró su cometido. Rusia había salido corriendo del cuarto. – Yo soy quien hace de comer.

Rus-¡Eso no es cierto! ¡Te preparo de comer todos los malditos días desde que llegamos a esta casa! – Un segundo disparo le hizo callar. Gritando no llegaría ningún lado y terminaría yendo sólo a la Junta. – Papá por favor, es solo una reunión. – Suplico asomándose un poco para que el mayor viera sus ojos de perrito, pero solo vio un expresión de molestia dándole a entender que eso ya no servía con su padre. – Por lo menos ve una hora.

USSR- ¿Por qué tanto interés en una estúpida reunión? – Dejó el arma en la cama, soltando un bufido con fastidió. Ya se le hacía extraña la insistencia de su hijo. – No es como si aportara algo al ir.

Rus- Ta...tal  vez Kazajistán y yo le dijimos a ONU que no sales mucho de la casa y nos preocupaba tu salud mental. – Sonrió nervioso al ver que el mayor fruncía el ceño con molestia . – Y propuso que te vieras con tus "compañeros de guerra" para animarte.- Dijo preocupado por la respuesta que le fuera a dar.

USSR- ¿Compañeros? ¿Te refieres al del sombrerito ridículo, al delicadito, y al gordo que siempre veo, en la calle, todos los días, por qué todos vivimos en el mismo vecindario? – Dijo con obviedad notando que su hijo solo se encogía en su lugar.

Rus- Pues . . . Si, pero también van a ir I. Japonés e Italia. – La mención de aquellos dos le puso nervioso,  pues sabía que no había terminado en buenos términos, y menos con el japonés. Comenzó a sudar al ver que el mayor no cambiaba su expresión.

USSR- Entonces ¿Qué estamos esperando? – Se levanto con una sonrisa, dirigiéndose a su closet para sacar su abrigo de siempre.

Rus- ¿Si vas a ir?- Dijo muy sorprendido al ver la rapidez y emoción de su padre. Esperaba cualquier reacción, menos está.

USSR- No voy a desaprovechar esta oportunidad para burlarme de ellos. – Agarró la pistola de la cama para guardarla en su abrigo.

Rus- No, sin armas. – Logro arrebatarle la pistola y la lanzo devuelta a la cama bajo la mirada de fastidió del mayor. - ¿Quieres que ONU me sancione? – Reclamo enojado haciendo que su padre rodará lo ojos.

USSR- Siempre te sanciona por llegar ebrio o ponerte ebrio en la junta. – Dijo al ver que su hijo quería usar una excusa tan tonta. Rusia nunca le tomaba importancia a los regaños de ONU, a menos que fueran por algo realmente malo.

Rusia se quedó callado unos segundos sin saber como seguir la discusión, ya no tenía nada con que defenderse. El nunca le contaba a su padre sobre esos castigos, pero sus hermanos solían contarle para burlarse de él, aunque ya tenía varios meses sin que ocurriera.

Rus- Caminó hacia la mesita de noche para sacar una navaja y entregársela al mayor. – Te dejare llevar esto, no más, no quiero meterme en problemas.

USSR- Hasta parece que tu eres mí papá. – Guarda la nava en su bolsa, esbozando una pequeña sonrisa que desapareció casi de inmediato. No pudo evitar pensar que si su hijo se convertía en papá era por que salía con alguien, y si salía con alguien lo podrían lastimar, y eso no lo permitiría. – Ni se te ocurra tener hijos imbécil, es más, ni siquiera tengas novio.

Mientras USSR seguía gritando, Rusia iba saliendo del cuarto ignorándolo, no quería escuchar el mismo sermón de siempre, junto con las amenazas para no tener pareja. Su padre solía ser muy sobre protector cuando se trataba de parejas, un problema que sus 14 hermanos y él tenían que cargar.

En cuanto el menor estuvo considerablemente lejos de la habitación, USSR aprovecho para poder agarrar la pistola y guardarla entre sus ropas. Nadie podía prohibirle llevar un arma, y menos hoy, pues tenía el presentimiento de que algo malo ocurriría.

De regreso con el pequeño nxzi

Caminaba por el bosque con el ave en su hombro, habían logrado un acuerdo y ahora el ave no lo atacaría a cambio de unas cuantas semillas que había recogido. Era un precio justo.

Estaba perdido desde hace varias horas, caminando en medio de la nada, ya hasta estaba pensando en vivir ahí y sobrevivir de lo que encontrará. Pudo descartar esa idea al ver un edificio enorme en medio del bosque, se le hacía muy extraño y mas que estuviera cercado con 5 guardias por cada metro. También pudo notar que alrededor del edificio había una clase de ciudad o pueblo. Tal vez podría refugiarse ahí.

TR- ¿Qué dices amiguita? ¿Hay que ir a investigar?

El ave graznó, tal vez solo fue una coincidencia pero R#ich  lo interpreto como una afirmación a su pregunta.

TR- Tú si sabes de que hablo, pero primero debemos conseguir un arma.

Otra cosa, también ando triste por el final de good omens.

Vean good omens.

Lean good omens.

Consuman good omens.

Amén good omens.