9. En la dirección
Estoy sentada en uno de los asientos que están enfrente del escritorio de la dirección, a mi lado tengo a un Xavier con el peor de los humores que me podría imaginar y adelante tengo a la directora mirando fijo al malhumorado.
―Cooper, puedes explicarme qué significa esto. ―La mujer me señala como si fuera una cosa―. Has mandado por el mal camino a una estudiante modelo. ―Bueno, ahora soy una estudiante, vamos progresando.
―No me interesa, no me importa, no sé de qué habla ―responde sin mirarla a los ojos y mueve su mano repetidas veces sobre la mesa.
¡Estúpido Xavier! Te odio.
―Señorita Emerson, y usted, ¿tiene algo para decir? ―Me mira y al yo no responderle, habla para los dos―. ¿Es que acaso en esta escuela no damos clases de educación sexual? Sí las damos y seguidas. Deberían prestar atención, jovencitos. ―Se lamenta. Creo que nadie se toma en serio esas clases―. ¿No se van a defender? ¿Algo para decir?
―Sí ―responde Xavier y me mira a mí―. No tengo nada que ver con esta chica. ―Luego se gira a la directora―. ¿Por qué no va y le pregunta a su novio? Seguro es de ese rubio y me lo quiere enchufar a mí.
¿Novio? ¿Rubio? ¿Habla de Nico?
―Nico no es mi novio, es mi mejor amigo ―aclaro, no va a meter a Nicolás en esto, es su culpa, que no se la eche a nadie más. Luego miro a la directora―. Es cierto, créame.
―Te creo, Emerson. ―Uh, qué bueno, al menos está de mi lado, aunque me trata como una cosa, claro―. El joven Cooper ―Ahora lo mira a él―, tiene un largo historial de chicas, es obvio quien es el responsable. Además... ―Vuelve a mí―tienes una beca en la universidad de arte para el año que viene, no pienso que quieras arruinar tu reputación, solo por algo como esto. En cambio, el joven Cooper, ni siquiera tiene pensado un futuro. ―Regresa a él―. ¿Qué piensas hacer, jovencito? Piensa en tu futuro.
―El futuro no me importa, yo vivo el hoy. ―Sonríe.
Es un idiota, muy idiota.
―Antes no hubieras dicho eso, ¿sabes?
¿A qué se refiere la directora? Qué raro.
A Xavier se le borra la sonrisa, por al parecer, algo que solo él y la directora saben, ¿pero el qué?
―Eh... estoy perdida en la conversación. ―Mejor lo aclaro.
―No tienes de que preocuparte. ―Ella sonríe―. Xavier seguro te lo contará, en cuanto ustedes tengan más confianza. ―No creo que eso pase pero...
―En sus sueños. ―Él rueda los ojos―. ¿Ya me puedo ir?
―No, antes llamaré a sus padres ―exclama la directora con confianza y la cara de Xavier se pone pálida.
¿Qué pasa con sus padres?
Bueno, yo estoy nerviosa con ese tema, pero él, parece peor.
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