Despierto confundida, no sé dónde estoy hasta que mi visión se aclara. Una habitación de hospital. Aún sigo mareada pero visualizo a mi hermana sentada en una silla, junto a la camilla en la que me encuentro.

―Hola, bella durmiente. ―Me sonríe y guarda el celular que estaba usando.

―¿Qué pasó? ―pregunto confusa.

―Pues... el estrés no es bueno en una chica embarazada.

―¡¿Qué?! ¡¿Estoy embarazada?!

―Caíste. ―Saca la lengua y me guiña―. Era una broma, bobis. Caíste otra vez. ―Se ríe.

―¡Ag! ¡¿Por qué siempre te burlas de mí?! Dime qué pasó y esta vez que sea en serio ―exijo determinada.

―Te bajó la presión porque no comiste nada y el estrés te ganó en el cansancio, nada grave. ―Me sonríe.

―¿Y Xavier? ―pregunto angustiada.

―En unas horas lo sacarán de cuidados intensivos, no te preocupes.

Suspiro aliviada.

―Qué bueno. ―Miro el vientre de mi hermana―. ¿Aún...

―No preguntes ―me interrumpe.

―Perdón ―digo avergonzada.

No puedo creer que todavía no sepa quién es el padre de su hijo. Mamá no se ha dado cuenta, pero a Carina comienza a notársele el embarazo. Es muy leve, pero si prestas atención se nota.